Todo
empezó en aquel “Excélsior”.../IGNACIO
SOLARES
Revista
Proceso
# 1944, 1 de febrero de 2014.
Llegué
a la dirección de Diorama de la Cultura por invitación de Julio Scherer García
y para mí fue una época realmente espléndida y maravillosa. Estoy hablando de
principios del año de 1972. Para mí, el Diorama fue, a la vez, taller de
aprendizaje y realización. En aquel tiempo, el Excélsior era EL periódico, ya
que influía ampliamente en el mundo público, político y cultural. Yo en
Excélsior antes había estado un tiempo en la revista Plural y luego, junto con
el Diorama, dirigí la plana diaria de cultura llamada El Olimpo Cultural.
-¿Cómo
llegó José Emilio Pacheco al Diorama?
Recuerdo
muy bien una comida con Pacheco –a quien conocía desde mi estancia en Plural–
en el restaurante La Mansión. José Emilio era un hombre que, a mi manera de
ver, tenía tres cualidades fundamentales: su sabiduría, su gran literatura y
muy especialmente su capacidad de amistad. Todavía no aparecía el Diorama
dirigido por mí, y el haber logrado que José Emilio aceptara tener esa columna,
me abrió el camino para todas las otras colaboraciones. Lo que más trabajo me
costó fue convencerlo de que firmara “Inventario” aunque fuera con sus
iniciales. Decía, lo recuerdo muy bien, que lo bueno en literatura debe ser de
todos y no de alguien en particular. Era asombrosa su sencillez y su modestia.
Su
trascendencia en el Diorama fue inmediata. Había infinidad de personas que me
decían que leían el Diorama sólo por esa sección. El primero que nos felicitó
fue Julio Scherer, a quien creo que le debemos todo lo realizado y que, como
era lógico, “Inventario” pasó a las páginas de Proceso apenas salimos de
Excélsior. De ahí que José Emilio dijera que cuando publicara una selección de
sus “Inventarios” la dedicaría a Julio Scherer García.
*Actualmente
el narrador y dramaturgo es director de la Revista de la Universidad de México.
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