La
columnas políticas hoy....
Trascendió de Milenio
:Que
el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, expondrá ante
senadores los motivos de por qué la institución a su cargo no actuó de una
manera más severa contra el administrador único y socio mayoritario de
Oceanografía, Amado Yáñez Osuna.
En
la PGR aseguran que durante los últimos días Murillo ha estado preparando su
comparecencia, para la cual la comisión especial senatorial ya cuenta con
información precisa sobre el caso.
*
Columna
Razones
Oceanografía y
Yáñez: ¿dónde quedó el dinero?/Jorge Fernández M:
Excelsior,
Si
como decía la semana pasada en su comparecencia ante los legisladores el
director de Pemex, Emilio Lozoya, la empresa paraestatal no sufrió de daño
patrimonial por el caso Oceanografía (más allá del otorgamiento discrecional de
contratos, práctica que en buena medida se erradicará con las leyes secundarias
de la Reforma Energética que están en discusión en el Congreso), la
investigación en curso se tiene que concentrar en los verdaderos responsables
del fraude cometido contra Banamex, responsables que están, tanto en la empresa
como en el banco, plenamente identificados por la investigación que realizó la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores y que fue enviada a la Procuraduría
Fiscal de la Federación a través del oficio 211-3/135448-MM/2014, misma en la
que se sustentó la averiguación previa iniciada por la PGR. Pero incluso así,
quedan preguntas sin responder.
La
investigación no deja lugar a dudas que el propietario y administrador único de
Oceanografía es Amado Yáñez Osuna. Todos los movimientos de factoraje
realizados en contra de Banamex, falsificando facturas de Pemex o modificando
datos, fueron firmados por Yáñez y manejados por uno de sus operadores de toda
confianza, Israel Varela, y por Jorge Terán Vanoye, Juan Carlos Tapia Cárdenas,
Alberto Duarte Martínez y Joaquín García Gómez.
También
se desprende de ella el tipo de operación realizada, que termina siendo, a
pesar de las cantidades involucradas, relativamente simple. A pesar de que
desde 2009 Oceanografía estaba prácticamente en quiebra con adeudos de hasta
mil millones de dólares, precisamente para que pudiera seguir funcionando y
rescatar esos adeudos, Banamex le mantuvo su línea de crédito por 600 millones
de pesos, pero la misma posteriormente se fue ampliando hasta llegar a los 900
millones y, en el último año, se multiplicó hasta en seis veces. ¿Por qué?
Porque se modificó una cláusula del convenio de factoraje mediante la cual ya
no se tenía que comprobar la validez de los contratos de Pemex que Oceanografía
le entregaba a Banamex y la línea se iba ampliando en forma automática. En la
investigación saber quién solicitó esa modificación, aparentemente a solicitud
del departamento jurídico de Banamex, es clave para saber cómo se operó el
fraude y cómo se abrió la puerta para que Amado Yáñez pudiera cometerlo.
Toda
la operación, tanto de Oceanografía como de los funcionarios especializados de
Banamex, se realizaba desde las oficinas de OSA en Playa del Carmen (y en todo
el proceso dos operadores son claves: Israel Varela, por Oceanografía; y Erick
Cervantes, en Banamex. Varela porque es el que recibía y entregaba la
información de Pemex y el que verificaba el flujo de cobros y pagos, y
Cervantes porque es el que supuestamente verificaba y autorizaba por el banco
esos documentos), donde se presentaban los documentos que luego resultaron ser
falsos o tergiversados. Ahí se autorizaban e iban directamente a la central de
Banamex, desde donde se hacían los pagos directamente a la dirección de
Oceanografía, o sea, a la cuenta controlada por el administrador único, Amado
Yáñez, que manejaba esos recursos en forma personal, tanto que 308 millones de
pesos se depositaron directamente a la cuenta personal de Yáñez y el resto
sirvió, como decíamos el jueves pasado, para todo tipo de gastos personales,
desde la compra de Rolls-Royce hasta de equipos de futbol.
Amado Yáñez
quedó atrapado en la bola de nieve de las facturas falsas, porque siendo éstas
de corto plazo,
una falsa suplía a la siguiente para ocultar el mecanismo, en algún momento, el ciclo no pudo
perpetuarse, ya que al aumentar el endeudamiento, desde la central de Citigroup
se pidió que se comenzaran a verificar las cuentas, éstas se revisaron con
Pemex y se descubrió que eran falsas. Allí comenzó la investigación real.
Por
cierto, más allá de que Yáñez firmó todos los documentos, que los procesó su
equipo personal desde Ciudad del Carmen, de que esos recursos terminaron en sus
cuentas o financiando otro tipo de actividades que nada tenían que ver con
Oceanografía, el propio Yáñez dice en su declaración ministerial (que se
divulgó la semana pasada) que se distrajo de sus obligaciones porque tenía
problemas conyugales. Los tuviera o no, lo cierto es que, durante todo ese
periodo en el que se realizó el fraude, su esposa (está casado por bienes
mancomunados) era miembro del consejo de Oceanografía, dueña de la mitad de la
empresa y los equipos de futbol estaban a su nombre. ¿Cómo fue que a pesar de
estos supuestos problemas ella aceptó firmar todos los documentos relacionados
con esas empresas y cómo fue que se logró dispersar, con la propia chequera de
Osuna, todo ese dinero? ¿Y dónde quedaron, finalmente, todos esos recursos?
Porque hasta ahora, muchos de ellos continúan sin aparecer.
*
Raymundo Riva
Palacio/Oceanografía: ¿engañaron al procurador?
Ejecentral.com
El
procurador general, Jesús Murillo Karam, está convencido –y así lo dijo
públicamente el viernes pasado-, que el quebranto de Banamex por más de cinco
mil millones de pesos fue realizado por empleados del banco y no por el
principal accionista de la empresa petrolera, Amado Yáñez Osuna. Tan convencido está, que Yáñez Osuna se encuentra
libre bajo fianza por un delito no grave que por desvío de 55 millones de pesos
y con amplias posibilidades que nunca pise la cárcel. Lo que sorprende del
procurador es que hable, en buena medida, a partir de las mentiras de Yáñez
Osuna a la PGR.
Yáñez
Osuna responsabilizó en sus declaraciones ministeriales a su socio Martín Díaz
Álvarez, contra quien no hay aún orden de aprehensión, por presuntamente haber
realizado directamente las negociaciones financieras con Banamex, entre las que
están las del quebranto, y a Vicente Corta, socio del despacho multinacional
White & Case, de quien dijo aprobó todo lo que se hizo. De lo que ellos
manejaron, aseguró Yáñez Osuna, no estuvo enterado. En sus declaraciones
ministeriales aseguró también que no conocía a Emilio Granja, ex director de la
Unidad de Energía y Químicos, uno de los principales ejecutivos de Banamex
presuntamente relacionado con el fraude.
El dueño de
Oceanografía está escondiendo cosas a la PGR y encaminando a Murillo Karam a un
pantano. El
caso más evidente de las mentiras declaradas es sobre su relación con Granja.
Yáñez Osuna declaró ante el ministerio público federal que jamás lo conoció.
Granja lo desmintió. Afirmó que lo conoció junto a Díaz Álvarez en Pemex en
2011, en una reunión solicitada porque la paraestatal se negó a pagar unas
facturas por irregularidades, y estuvo con él una vez más en 2012, cuando fue a
Banamex para evitar que congelaran las cuentas de Oceanografía por las mismas
razones.
En
la batalla de dichos, hay un hecho. El 24 de diciembre, en su cuenta de
Twitter, @AmadoAyanez, le escribió a @emiliogranja, la cuenta del ex ejecutivo
de Banamex: “Los mejores deseos a ti y a tu familia”. Ese mensaje en Twitter ya
no existe en el historial –llamado timeline- de la red social, pero la PGR
puede acceder a ese mensaje mediante el trabajo de la policía cibernética. Otra
forma de tener acceso al mensaje es con una imagen del mismo tomada en su
momento, como a esta columna, por ejemplo, se la proporcionaron.
Otra
de las inconsistencias del propietario de Oceanografía es al responsabilizar de
las irregularidades a Díaz Álvarez, de quien dijo siempre le mostró los
respaldos para los créditos –facturas falsificadas de Pemex- “como legítimas,
pues pasaban los filtros establecidos del contralor y del despacho jurídico
corporativo. En todo momento consideré que las operaciones que se realizaban
eran las correctas. Yo no intervenía en las negociaciones de los
financiamientos ante los bancos”. El
despacho jurídico corporativo que mencionó Yáñez Osuna en su declaración fue
White & Case, y el abogado era Corta.
Pero
en una carta a esta columna, Corta lo desmintió tajantemente. “White & Case
no tuvo involucramiento alguno (ni ninguno de sus socios, asociados o
funcionarios) en la operación entre Oceanografía y Banamex, y por consiguiente,
no participó en ninguna validación de estimaciones de factoraje para conseguir
líneas de crédito con ese banco ni en ninguna otra actividad relacionada con
este asunto. Incluso, White & Case tuvo conocimiento de esta operación
hasta que se hizo pública a través de los medios de comunicación”, precisó.
“No es práctica común que en la implementación
de operaciones de factoraje o en la validación de las facturas en estas
operaciones intervengan despachos jurídicos o se involucre a abogados, pues en
su instrumentación intervienen exclusivamente el acreditado, el acreedor y la
entidad que emite las facturas. Por lo general, los abogados sólo participan en
el armado inicial de los documentos que regirán a dichas operaciones”.
Las
declaraciones de Yáñez Osuna han servido para inculpar y abrir otras líneas de
investigación, pero como está emergiendo con datos, soncuestionables. La PGR no
ha buscado encontrar toda la verdad, según se desprende del poco alcance de las
preguntas en los interrogatorios, ni se han dado a la tarea de corroborar todo lo
que dice. Por ejemplo, hasta donde se sabe, Corta no ha sido llamado a
comparecer para que explique su papel en el caso, ni tampoco a las personas que
identificó Granja en las dos reuniones donde estuvo con Yáñez Osuna, ni se
incorporó el timelinede la cuenta de Twitter del empresario, donde revela
familiaridad con el ex ejecutivo de Banamex.
Legalmente
no puede determinarse aún, como afirma el procurador Murillo Karam, que el
quebranto a Banamex sólo fue perpetrado por los ejecutivos de Banamex, donde no
tiene nada que ver Yáñez Osuna. Pero lo que sí está claro cada vez es que el
procurador no tiene toda la información, que la PGR no está realizando la
investigación profunda sin miedo a llegar a donde sea, como se prometió, y que
Yáñez Osuna probablemente esté mintiendo
en declaraciones hechas bajo juramento, lo que constituiría, además, un nuevo
delito.
*
Columnas del domingo.
BAJO
RESERVA/ EL UNIVERSAL
Sin
peces gordos en Oceanografía
SI
USTED pensaba que por el escándalo de Oceanografía van a caer “peces chicos o
gordos” en Petróleos Mexicanos o en alguna oficina gubernamental, se va a
quedar esperando con la caña de pescar y la canasta vacía. Desde el gobierno
federal no ven a servidores públicos con alguna implicación en el presunto
fraude del socio mayoritario de Oceanografía, Amado Yáñez Osuna, en contra de
Banamex. En todo caso, nos dicen, habría sanciones leves, que ni a
inhabilitaciones llegarían. El argumento central: el ilícito se cometió en
contra de la institución bancaria y Pemex siempre tuvo una relación normal con
la empresa en cuestión. Pronto habrá resultados y todo quedará en un asunto
“entre particulares”, nos aseguran. ¿De verdad?
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Columnas
del sábado 14 de junio
TRASCENDIÓ/Milenio
Que
la euforia futbolera no fue un distractor para que Emilio Lozoya Austin,
titular de Pemex, compareciera en San Lázaro, ante la comisión investigadora de
los contratos otorgados a Oceanografía.
Como
la reunión inició alrededor de las 10 de la mañana y se prolongó más allá del
México-Camerún, el coordinador priista, Manlio Fabio Beltrones, hizo marcaje
personal en el terreno legislativo del Salón Verde, para centrar a su equipo
tricolor y dominar el encuentro.
El
sonorense se dijo satisfecho con la acción, pues los diputados de oposición le
reconocieron cumplir su palabra y no ser ordinario dejando todo el trabajo
hecho para esconderse a ver el juego de México.
Dicen
en San Lázaro que Beltrones sí que sabe cuidar el fuera de lugar.
*
BAJO
RESERVA/EL UNIVERSAL
Aíslan
al director de Pemex
EN
UN HECHO poco común en San Lázaro, el Salón Verde del Palacio Legislativo fue
aislado de los partidos de futbol del Mundial de Brasil. La comparecencia del
director de Pemex, Emilio Lozoya, para hablar del caso Oceanografía transcurrió
sin interrupción alguna por el primer encuentro de la selección mexicana contra
Camerún. Los encuentros se empalmaron y ni legisladores ni funcionarios se
movieron de la sesión de la comisión que indagada todos los contratos de la
empresa pública. Pero quien de plano no aguanto el marcaje personal y se dio
una escapada de la reunión fue el diputado del Verde, Ricardo Astudillo. El
legislador visitó la sala de prensa para ver una parte del juego. “¡Chin ya me
toca!”, se retiró para participar en el encuentro, nos cuentan. No hubo, pues,
tarjetas de amonestación.
*
FRENTES
POLÍTICOS&Excelsior
VI.No
más corrupción. Emilio Lozoya, director general de Pemex, compareció ante
diputados y confió en que casos de corrupción como el de Amado Yáñez y su
empresa Oceanografía, no volverán a presentarse, gracias a la Reforma
Energética que traerá transparencia y rendición de cuentas. Pemex, aseguró,
tomó medidas para evitar nuevos fraudes a través de un instrumento. Se trata de
una bóveda electrónica, pues con ella, tanto bancos, como proveedores y Pemex
comparten y verifican toda la información de los contratos en curso. Como
siempre, la oposición puso en duda la voluntad del actual gobierno. No otorgan
siquiera el beneficio de la duda. ¿Ellos lo harían mejor? Hasta el momento, no
lo han demostrado.
*
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