Revista
Proceso
No.1986, 22 de noviembre de 2014.
Reclamo
en el Senado: el presidente debe ser investigado judicialmente/
Jenaro
Villamil
Senadores
de oposición, indignados por el escándalo de la Casa Blanca, señalan que
Enrique Peña Nieto “de entrada” violó la ley al no incluir ese inmueble en su
declaración patrimonial y demandan la creación de una comisión especial del
Senado que investigue todo lo relativo a las finanzas del presidente y su
esposa. La indagación propuesta sería amplia: incluiría entre otras cosas las
ganancias de Angélica Rivera desde cuando actuaba para Televisa y los contratos
obtenidos por el Grupo Higa en el Estado de México y en el resto del país.
En
medio del escándalo sobre la residencia de Sierra Gorda 150 y los vínculos
entre el presidente Enrique Peña Nieto y el Grupo Higa, contratista
privilegiado desde que aquél gobernaba el Estado de México, senadores del PAN y
del PRD sostienen que la violación a la ley de servidores públicos es del
mandatario y no de su esposa, por no incorporar la propiedad del inmueble
conocido como Casa Blanca a su declaración patrimonial original y señalan:
“Existen claros elementos de conflicto de interés”, “tráfico de influencias” e
“inconsistencias”, los cuales deben ser investigados por una comisión especial
del Senado.
A
esta conclusión llegan los senadores Dolores Padierna, del PRD, y Javier Corral
y Laura Rojas, del PAN, entrevistados por Proceso en torno al debate
legislativo sobre el escándalo por la revelación de la propiedad de la primera
dama, Angélica Rivera, su anuncio de que va a ceder los derechos de propiedad
de la residencia y la ampliación de la declaración patrimonial de Peña Nieto el
miércoles 19.
“De
entrada Peña Nieto violó la ley al no declarar la propiedad de su esposa. Y eso
ya convierte a la propiedad y al propio mandatario en sujeto de una
investigación judicial”, afirma Corral. Rivera “no puede vender o traspasar los
derechos de esa casa porque es materia de una investigación sobre un ilícito”,
abunda el senador.
El
legislador subraya que el artículo 43 de la Ley Federal de Responsabilidades
Administrativas de los Servidores Públicos ordena de la siguiente manera la
obligación de declarar los bienes de los cónyuges:
“Las
dependencias, entidades e instituciones públicas están obligadas a proporcionar
a la Secretaría (de la Función Pública), la información fiscal, inmobiliaria o
de cualquier otro tipo, relacionada con los servidores públicos, sus cónyuges,
concubinas o concubinarios y dependientes económicos directos, con la finalidad
de que la autoridad verifique la evolución patrimonial de aquéllos”.
Al
mismo tiempo, advierte Corral, el artículo 8 en su fracción XII de la misma ley
impone límites y restricciones a los beneficios y regalos que reciban los
servidores públicos y establece claramente la figura de “conflicto de interés”
en este terreno.
Este
artículo establece que los servidores públicos deben “abstenerse, durante el
ejercicio de sus funciones, de solicitar, aceptar o recibir, por sí o por
interpósita persona, dinero, bienes muebles e inmuebles mediante la enajenación
en precio notoriamente inferior al que tenga en el mercado ordinario,
donaciones, servicios, empleos cargos o comisiones para sí”.
Además
habrá conflicto “cuando los intereses personales, familiares o de negocios del
servidor público puedan afectar el desempeño imparcial de su empleo, cargo o
comisión”.
Investigación
necesaria
Padierna
redactó un punto de acuerdo, a nombre de la bancada perredista, emplazando a
Peña Nieto a hacer pública “toda su declaración patrimonial y la de su cónyuge”
y le solicita a la Auditoría Superior de la Federación que haga “una
investigación exhaustiva acerca de los contratos otorgados a Grupo Higa y sus
empresas filiales” desde que Peña Nieto era gobernador del Estado de México,
“con el fin de deslindar el posible tráfico de influencias y de corrupción y,
en su caso, imponer sanciones correspondientes”.
Padierna
también propone que el Senado le solicite a los gobiernos mexiquense y federal
un informe detallado de “los contratos celebrados con Grupo Televisa entre el 5
de septiembre de 2003 y el 1 de noviembre de 2014, precisando los montos y
objetos de los mismos”.
Asimismo
demanda que la Secretaría de Hacienda realice “una investigación detallada
sobre los ingresos de la señora Angélica Rivera a partir del ejercicio fiscal
de 2007”, y que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes aporte “un
informe respecto de las indemnizaciones de que será objeto Grupo Higa por la
cancelación del proyecto del Tren de Alta Velocidad México-Querétaro”.
Para
Padierna no sólo es delicado el presunto tráfico de influencias del primer
mandatario sino “las diversas inconsistencias” que se han encontrado en torno a
las declaraciones de Rivera y la documentación presentada como declaración de
bienes por Peña Nieto el miércoles 19, un día después de la divulgación del
polémico video de la primera dama.
“Hay
algo muy delicado en el tema de Angélica Rivera: Hasta marzo de 2013 en el
Registro Público de la Propiedad del Distrito Federal no existe una sola
propiedad a nombre de ella, a pesar de que afirmó que Televisa le transfirió
una propiedad colindante con la Casa Blanca el 14 de diciembre de 2010, 17 días
después de que celebró su matrimonio con el entonces gobernador del Estado de
México”, afirma.
Padierna
coincide en este punto con Corral: “Si es cierto lo que estableció el vocero de
la Presidencia, de que dicha propiedad ha sido fruto del arduo trabajo de la
primera dama, debe verse reflejado en la declaración patrimonial del titular
del Poder Ejecutivo”.
La
senadora mexiquense Laura Rojas recuerda que desde “el primer show en Los
Pinos” de la presentación de los datos incompletos de la declaración
patrimonial de Peña Nieto ya había una “simulación, una tomadura de pelo”.
Para
ella tanto el vocero presidencial como el primer mandatario y su esposa están
hablando “fuera de foco”: “El problema no es si ella pudo adquirir esa
propiedad con el sudor de su frente, sino que la declaración patrimonial del
presidente debió incluir los bienes de su esposa”.
La
legisladora considera que este problema pudo haberse evitado si el Congreso
hubiera aprobado la nueva ley que crea la Comisión Nacional Anticorrupción –una
propuesta de Peña Nieto que ha sido “congelada” por el propio PRI–, ya que ahí
se incluye la existencia de un Registro Nacional Patrimonial de Servidores Públicos
para que todos los funcionarios de los tres niveles de gobierno y de los tres
poderes presenten sus declaraciones públicas y pueda darse un seguimiento a la
evolución patrimonial.
“En
este caso hay que medir con la misma vara. Si el Congreso creó una comisión
especial para investigar a los hijos de Marta Sahagún y de Vicente Fox, también
lo debe hacer con Peña Nieto y su esposa. Es muy grave que la duda pese sobre
el presidente y su familia. Él debe ser el primer interesado en que se forme
una comisión”, abunda Rojas
Peña,
“tocado moralmente”
Para
Corral hay “una idea muy clara en todo el país de que Enrique Peña Nieto
cometió un acto de corrupción en este caso. Él está tocado moralmente como
ningún otro mandatario”.
“Siempre
supimos que el peñismo fue muy corrupto. Él viene de una larga colusión de
intereses, de una especie de hipoteca mercantil con Televisa. Ahora que está al
descubierto la profunda ineficacia de Peña Nieto y de sus principales
colaboradores, Luis Videgaray y Osorio Chong, este caso ha generado una
profunda indignación”, abunda el senador.
Cuestionado
sobre la posibilidad de formar una comisión en el Senado, coincide con Rojas y
Padierna en que esta cámara debe ser la que asuma la investigación como “un
ejercicio de equilibrio, límite, contrapeso de esta crisis”.
–¿Hay
posibilidades de que se sumen los votos del PRD y del PAN? –se le pregunta.
–La
oposición tiene mayoría en el Senado, pero en todos los partidos hay una
corriente entreguista hacia el gobierno, pero esto se debe proponer para
transparentar y pedir una investigación.
Rojas
afirma que ella dos veces promovió un punto de acuerdo para que se
transparentaran por completo las declaraciones patrimoniales de Peña Nieto.
“Sí
creo que esto amerite una comisión investigadora, como se hizo en el caso de
los hijos de Marta Sahagún y Vicente Fox. Debe medirse a todos con la misma
vara, independientemente de qué partido sean. Si hay una duda sobre el
comportamiento ético de los presidentes, el Congreso debe formar una comisión
investigadora”, abunda.
Por
su parte Padierna sostiene que el país pasa por una “crisis política y de
legitimidad muy grande” y el gobierno de Peña Nieto “no tiene autoridad ni
credibilidad alguna dentro ni fuera del país”.
Para
la perredista desde el gobierno de José López Portillo no ha existido un
escándalo de este tamaño de corrupción que involucrara directamente al
presidente.
“Este
es un caso muy claro de tráfico de influencias y de conflicto de interés,
primero, con una empresa claramente beneficiada en contratos como el tren
rápido México-Querétaro, pero también en la construcción del acueducto VI en
Monterrey, una obra por la que se pagarán 47 mil millones de pesos durante los
siguientes 27 años”, indica.
Las
resistencias del PRI
Desde
el miércoles 19 la bancada del PRI en el Senado se resistió a que se diera un
debate en la tribuna sobre este escándalo y menos con la formación de una
comisión investigadora. La Mesa Directiva pospuso este punto para la sesión del
martes 25.
En
declaraciones a la prensa Emilio Gamboa Patrón, líder de la bancada del PRI,
llenó de elogios a la primera dama y al presidente por su “gran valor” para
esclarecer “rumores, mentiras y difamaciones” sobre la propiedad de la Casa
Blanca.
“Me
parece que la señora Angélica Rivera salió con un gran valor a defender su
dignidad y la de sus hijas. Me parece que dejó claro cuánto ganaba, cómo estaba
comprando esta casa; que la primera casa había sido una negociación a la que
había llegado con Televisa y a mí, en lo personal, me deja satisfecho”,
sentenció.
En
esa misma jornada el senador del PRD Luis Sánchez, exdirigente de este partido
en el Estado de México, afirmó que el actual titular de la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, fue el mismo funcionario
que le entregó a Higa y a la española OHL “los contratos más jugosos”.
“Es
insuficiente lo que nos dijo la esposa del presidente. Necesitamos constatar
que esos contratos estén ante notario público, porque esos contratos
difícilmente se hacen de manera individual”, afirmó Sánchez.
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