19 jun 2016

Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación, en la Reforma de Justicia Penal.

La Reforma de Justicia Penal. Un Compromiso de Estado Hecho Realidad
Noche del viernes 17 de junio de 2016-
Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación..:
Licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente de la República.

Diputado Jesús Zambrano, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; Ministro Luis María Aguilar, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Saludo a la Gobernadora, a los Gobernadores y al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
A los integrantes del Gabinete del Gobierno de la República; a funcionarios Federales y Locales de los tres Poderes e integrantes de la sociedad civil que nos acompañan.
A las y los Legisladores.

Y particularmente, agradecer la presencia de Magistrados; Embajadores; Gobernadores; Procuradores y Subprocuradores; Fiscales; titulares de órganos implementadores; Jueces; Secretarios de Seguridad Pública; estudiantes; policías Federales y estatales; abogados indígenas; funcionarios Federales; de la Ciudad de México; del Poder Judicial; del Poder Legislativo; de la Defensoría de Oficio, de la Comisión Nacional de Seguridad.

Integrantes de la COPECOL, empresarios, sociedad civil, medios de comunicación.

A todas y a todos:

Bienvenidos. Muy buenas noches.

Trabajar por la justicia, es trabajar para dar respuesta a una de las demandas más sentidas de la sociedad. Es trabajar por un México de derechos y libertades, en el que nada ni nadie esté por encima de la ley.

Es trabajar para que las instituciones del Estado mexicano cumplan con su razón de ser: servir a la ciudadanía.

Fue por ello, que el 1º de diciembre de 2012, usted señor Presidente, nos instruyó a hacer de la transformación de la justicia una prioridad nacional. Una prioridad no solo en palabras, sino en acciones, y no sólo en acciones, sino en resultados.

Ello requería, como usted lo señaló, de visión, de coordinación y de claridad en el propósito. De visión, porque un cambio de esta magnitud obligaba a ver el panorama completo, a entender el antes y el después del sistema penal.

A evaluar cómo funcionaba, cómo debía ser y cómo teníamos que actuar para llegar hasta aquí, con una perspectiva integral, pero atendiendo cada reto en particular; con la mirada puesta en el largo plazo, pero sin perder de vista la importancia de hacer que las cosas sucedan aquí y ahora, asegurando que nuestro país contara con cada una de las piezas que dieran sustento al nuevo Sistema Penal.

Requerían de coordinación, porque los grandes cambios sólo son posibles a partir de la acción conjunta, el compromiso colectivo y la unidad.

Por ello, señor Presidente, y siguiendo sus instrucciones, hemos impulsado este gran proceso de cambio a nivel nacional, y hemos articulado el esfuerzo para su puesta en marcha a nivel local, actuando con estrategia y determinación, definiendo prioridades y estableciendo rutas de acción con cada una de las partes involucradas, colaborando como nunca antes se había hecho con la sociedad, los demás órdenes de Gobierno y los Poderes de la República y, por supuesto; se trata de un cambio que requería claridad de propósitos y, sobre todo, claridad en el legado que significa para el país la transformación histórica que hoy, bajo su liderazgo, señor Presidente, se está logrando.

Porque concretar la Reforma al Sistema Penal, además de un Mandato Constitucional, es una gran oportunidad; la oportunidad de contar con un sistema que actúe de forma efectiva y transparente para castigar a los culpables y proteger a las víctimas.

De eso se ha tratado esta transformación; de consolidar a México como un Estado de Derecho y de derechos, para traducir conceptos en realidades, para pasar de los cambios en la Ley a los cambios en las institucionales, para hacer del Mandato Constitucional letra vida en beneficio de todas y todos los mexicanos.

Se trata de que el acceso a una justicia pronta, expedita y transparente, no sea un anhelo, sino un derecho que, sin distinción, se ejerza a cabalidad. Se trata de que cuando alguien sufra un delito, las instituciones respondan con resultados y diligencia. Se trata de que nadie, ni siquiera el más vulnerable, esté desprotegido, y nadie, ni siquiera el más fuerte, pueda actuar con impunidad. Se trata de garantizar que los conflictos se resuelvan siempre en el marco de la Ley, y nunca al margen del derecho.

Para ello, y como usted lo ha instruido, señor Presidente, hemos trabajado, y lo hemos hecho desde la corresponsabilidad, porque construir nuevas realidades, requiere la participación de todos, y porque los cambios de fondo exigen la suma de voluntades y el esfuerzo articulado.

Señor Presidente.
 Señoras y señores:
 A ocho años de aprobada la Reforma Constitucional y a minutos de que entre en vigor el Nuevo Sistema de Justicia Penal, los hechos demuestran que el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto es un Gobierno comprometido con la justicia, que sabe hacer a un lado las diferencias para avanzar en las coincidencias, que no actúa pensando sólo en las coyunturas, sino en el proyecto de país.
 Tenga la certeza, señor Presidente, de que en la etapa que viene, seguiremos trabajando tal como usted nos lo ha instruido; convocando a la unidad para hacer un mismo frente ante las tareas nacionales. De manera coordinada, para generar los resultados que la sociedad merece y, sobre todo, poniendo siempre en primer lugar el interés de México y de las y los mexicanos.
 Gracias por su atención.

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