La
insólita toma de La Tuna
Revista Proceso # 2068, 19 de junio de 2016
Nota de Miguela Angel Vega, tomado de RÍODOCE
Enfrentados
desde 2008, cuando el gobierno aprehendió al Mochomo, los ejércitos del Cártel
de Sinaloa y de los hermanos Beltrán Leyva han protagonizado refriegas en
muchas partes del país y con resultados sangrientos. Pero nunca lo habían hecho
en la tierra que los vio nacer a todos. En sus propios pueblos, que parecían
santuarios. Proceso reproduce el siguiente texto, con la autorización de la revista sinaloense Ríodoce.
Culiacán,
Sin.- El sábado 11, un comando de al menos 150 hombres, encapuchados y
fuertemente armados, irrumpió en el poblado La Tuna, Badiraguato, en busca del
hermano mayor de Joaquín El Chapo Guzmán: Aureliano Guzmán Loera, El Guano.
Había
cuentas pendientes con los Guzmán, que se remontan a 2008, cuando Alfredo
Beltrán Leyva, El Mochomo, fue arrestado, pero que se recrudecieron con la
muerte de Ernesto Guzmán Hidalgo, medio hermano del Chapo, en abril de 2015,
muerte supuestamente aprobada por El Guano, lo que generó que viejos rencores
explotaran ese sábado.
Como
respuesta a la toma del pueblo, los Guzmán Loera enviaron al menos a 200
hombres, traídos de distintas partes del país, para que enfrentaran a los
invasores y recuperaran La Tuna, el pueblo que durante décadas blindó y
controló el antiguo jefe del Cártel de Sinaloa, hoy en día prisionero en el
Cefereso número 9, en Ciudad Juárez.
Fue
esa guerra que nadie anticipó la que varó a los residentes de las comunidades
de Arroyo Seco, La Palma y La Tuna, quienes, aterrorizados por la violencia y
la guerra inminente, optaron por huir de sus hogares en busca de asilo con
familiares y amigos en Culiacán y en la cabecera municipal de Badiraguato.
Contra
los Guzmán
Lo
que parecía ser el sitio más seguro de la sierra, La Tuna, Badiraguato,
considerada por muchos como el corazón del territorio de Joaquín El Chapo
Guzmán, se convirtió en el más cruel de los infiernos, cuando más de 150
hombres tomaron por asalto el poblado. Murieron al menos siete hombres en enfrentamientos y ejecuciones.
De
acuerdo con varias fuentes consultadas por Ríodoce, al momento del asalto casi
80 de esos hombres, todos vestidos de negro, con chalecos antibalas y gorras
negras donde se leían las insignias “DEA” e “Interpol”, se dirigieron a la casa
de Consuelo Loera, madre de Joaquín Guzmán, en busca del Guano; simultáneamente
otros 50 pistoleros tomaron por asalto una casa de adobe, que está a lado del
camino que conduce a San José de El Barranco, en busca de Ángel Guzmán, uno de
los principales operadores de Aureliano.
Según
narraron los testigos, Ángel Guzmán vivía frente a una de las dos abarroterías
que hay en el pueblo, y habría alcanzado a escuchar el arribo de los
gatilleros, por lo que rápido fue por sus armas, y al momento que sus enemigos
entraban por él, los recibió a tiros desde adentro, matando a uno de sus
agresores, mientras a balazos hacía correr al resto.
Los
sicarios intentaron responder, pero Ángel se había parapetado dentro de su
domicilio, y sus agresores fueron por gasolina a la abarrotería de enfrente y
prendieron fuego a la casa, para luego, armas en mano, esperar a que Ángel
saliera.
Pasaron
cinco minutos y la vivienda ardía en llamas, cuando intempestivamente Ángel
Guzmán apareció por una de las puertas del frente y con una metralleta AK-47 en
cada mano, disparaba a diestra y siniestra a sus enemigos.
No
alcanzó a vaciar todos los tiros, cuando fue acribillado por los gatilleros,
que tenían rodeada la casa y ya lo estaban esperando.
De
nada sirvió la pechera antibalas que se había puesto para jugarse la vida ni
las granadas que le colgaban del chaleco, pero alcanzó a llevarse a otro más
antes de ser acribillado. Los dos que se llevó por delante eran de Huixiopa,
según se dijo.
“Con
otros cinco como Ángel se le hubiera hecho frente a toda esa gente, pero el
pueblo estaba sólo porque el Guano se confió”, lamentó un residente de La Tuna
y amigo de los Guzmán Loera.
A
pocos metros de ahí, Consuelo Loera Pérez, de 87 años, estaba dentro de su casa
cuando los pistoleros irrumpieron violentamente en busca de su hijo Aureliano.
Según
se relató, eran casi las 10 de la mañana al momento del asalto, hora que
Consuelo aprovecha para orar. Por eso, cuando escuchó los disparos y a varios
hombres entrar en su domicilio, salió a ver lo que ocurría.
Dicen
las mujeres que ayudan a doña Consuelo en los quehaceres domésticos, que la
madre del capo no movió ni un dedo para detener a los asaltantes, sólo se les
quedó mirando con una biblia en sus manos mientras los pistoleros revisaban
cada rincón de la casa en busca del Guano, pero al no encontrar nada, sólo se
llevaron una Razer y cuatro motos todoterreno.
Cinco
minutos antes, uno de los empleados de Consuelo, a quien sólo se identificó
como El Rayo, había salido corriendo a la abarrotería, pero cuando casi llegaba
a la tienda, se encontró con la gente de Huixiopa, que rápido lo reconoció, y
como si se tratara de uno de sus enemigos, fue ultimado a tiros. Según se
explicó después, El Rayo andaba desarmado, y no había necesidad de matarlo.
Cerca
de ahí, otro de los pistoleros del Guano, identificado como El Chuy, habría
salido del pueblo rumbo a San José del Barranco, pero al escuchar los disparos
que cobraron la muerte del Rayo, regresó a La Tuna a ver de qué se trataba. Fue
lo último que hizo; entrando al pueblo fue acribillado con disparos de rifles
AK-47.
Fueron
precisamente esos disparos los que habrían de alertar a Ángel Guzmán antes de
que entraran por él.
Viejos
lodos
En
11 de abril de 2015, Ernesto Guzmán Hidalgo fue levantado, torturado y
asesinado por un comando en Bacacoragua, una comunidad anclada en la sierra de
Badiraguato, 20 kilómetros antes de llegar a La Tuna.
Según
información de gente familiarizada con el caso, el asesino de Ernesto fue un
individuo identificado únicamente con el primer nombre “Cristóbal”, alias El
02, –antiguo jefe de sicarios de Aureliano Guzmán–, y el motivo aparente de la
ejecución fue porque don Ernesto “estaba poniendo al Guano para que lo
arrestara el gobierno”.
Pero
al escapar El Chapo de la prisión, el 11 de julio de 2015, éste comprobó que
Ernesto nunca intentó traicionar al Guano. Ocho meses después del crimen de
Ernesto, El 02 fue ejecutado junto con siete de sus hombres en las afueras de
San José del Barranco. Fue el 18 de diciembre de 2015.
Pero
la muerte del 02 no sirvió para apaciguar el deseo de venganza de los
familiares ni socios de Ernesto, y por esa razón fue que se tomó a La Tuna.
Oscuridad
en las sombras
El
pueblo de La Tuna siempre ha estado blindado, y entrar a esa comunidad sin
permiso es casi jugarse la vida.
Por
eso, los más de 150 hombres que entraron a tomarlo lo hicieron de noche, y para
ello tuvieron que atravesar caminando cerros y brechas hasta llegar a su
objetivo; la mayoría de ellos lo hicieron por la parte norte del pueblo, según
se dice, “de lado de Chihuahua”.
En
La Tuna nadie se esperaba el asalto, y como El Guano y su gente no se hallaban
en el pueblo, los asaltantes, encabezados por gente de los Beltrán Leyva, y
otros socios de Ernesto Guzmán, no batallaron para hacerse del pueblo y
despojar a sus habitantes de varios vehículos, incluyendo Razers, motocicletas
todo terreno, y camionetas 4×4.
“Puros
beltranes aquí; ellos sí que pagan bien, no como los guzmanes”, se dice que los
pistoleros gritaban a los cuatro vientos mientras recorrían el pueblo, en tanto
otros cortaban los cables del teléfono y de internet para evitar toda
comunicación.
Parecía
que había acabado todo, y al día siguiente, mientras velaban el cuerpo de Ángel
Guzmán, los pistoleros de los Beltrán Leyva regresaron al pueblo y entraron con
violencia al funeral, para sacar a otros dos punteros del Guano que ahí se
encontraban.
Luego
de desarmarlos e hincarlos en la calle, hicieron que ambos punteros se pusieran
las manos detrás de la nuca, para entonces ejecutarlos con rifles AK-47.
Desde
el cautiverio
Tras
la masacre del fin de semana, El Chapo Guzmán se enteró de lo que estaba ocurriendo
en su tierra y habría ordenado entonces que “ejecutaran a los invasores”: se
habían metido en casa de su progenitora, y desde el encierro dio órdenes para
acabar con todos ellos, según revelaron fuentes de La Tuna.
Sería
coincidencia, o parte del poder que aún mantiene el capo, pero a partir del
martes pasado y hasta el miércoles, avionetas aterrizaron cerca del Nogalito,
pocos kilómetros al norte de La Tuna; vendrían cargados con alrededor de 200
pistoleros para enfrentar a los Beltrán Leyva.
Cuando
los habitantes de La Tuna, Arroyo Seco y La Palma se enteraron del arribo de
más pistoleros, empezaron a desalojar esos pueblos y a emigrar en busca de
asilo a Culiacán y otros pueblos de Badiraguato, dejando a los pistoleros
listos para accionar sus armas.
Desde
entonces y hasta la fecha se han reportado varios enfrentamientos en esa zona,
pero hasta el momento se desconoce si hay más muertos o heridos, y sólo se sabe
que la Marina y elementos del Ejército mexicano llegaron desde el miércoles 15
en la noche a La Tuna y La Palma, para asentarse ahí.
“Están
instalados en las escuelas Hermenegildo Galeana, de La Tuna, y en la Ramona
Leyva, de La Palma; esta última la mandó construir Alfredo Beltrán Leyva y le
puso el nombre de su mamá, pues el gobierno no ayudaba ni con eso”, explicó una
residente de esa comunidad, quien dijo ser prima del Chapo y del Guano.
“Está
mal lo que hicieron (de matar a Ernesto), no había necesidad de matar a gente
inocente, pero ese es un problema que ya no se soluciona con nada”, puntualizó
la mujer.
Las
víctimas de siempre
Entre
250 y 300 familias salieron de las comunidades de La Tuna, Arroyo Seco y La
Palma, en el municipio de Badiraguato, huyendo de la violencia generada por los
ataques y enfrentamientos entre los grupos del Cártel de Sinaloa y de los
Beltrán Leyva.
Versiones
del ayuntamiento de Badiraguato indican que las familias desplazadas se fueron
a comunidades cercanas, pero también a la cabecera municipal y a Culiacán, a
casas de amigos y familiares.
Las
autoridades informaron que los propios agresores, que aparentemente ingresaron
a la región por la frontera de Sinaloa con Chihuahua, les pidieron a los
habitantes que dejaran sus viviendas, ante la violencia que se estaba
generando.
El
gobierno municipal no ha informado sobre albergues o acciones de apoyo de emergencia
a los desplazados.
La
Procuraduría General de Justicia del Estado confirmó dos personas asesinadas en
Badiraguato y que la madre del Chapo Guzmán no se encuentra en su domicilio.
Martín
Robles Armenta, subprocurador general, informó que agentes policiales acudieron
a La Tuna y encontraron deshabitada la casa de Consuelo Loera. La vivienda de
la madre del líder del Cártel de Sinaloa, manifestó, no presenta ningún tipo de
daños.
“Por
el hecho de que se manejara que se habían metido en ese domicilio y que se
había atacado ese domicilio, el cual fue constatado que no presenta daños por
disparos de arma de fuego, el día de hoy anduvieron en las inspecciones
oculares agentes de policía”, dijo.
Mencionó
que los agentes que acudieron a la zona a realizar indagatorias corroboraron
que no haya habido enfrentamientos. Los pobladores entrevistados, comentó,
refieren que dejaron sus casas por temor debido a que había rumores de que se
registrarían enfrentamientos entre grupos delincuenciales.
“No
se han dado daños por disparos de armas de fuego en domicilios, no se han dado
privaciones de la libertad en esos domicilios o robos o asaltos a esas
poblaciones”, aseguró.
Detalló
que el sábado pasado reportaron el homicidio de dos personas rumbo al poblado
La Palma, pero cuando arribó el Agente del Ministerio Público al lugar no
fueron localizados los cadáveres. Al día siguiente reportaron otros homicidios
en Higueras de Tecuán y confirmaron el asesinato de dos personas.
Señaló
que los problemas en esa zona son por disputas por el control entre grupos
delincuenciales rivales o alguna escisión de uno de los cárteles.
“Estos
grupos de delincuentes se disputan el cultivo de drogas y el control de los
lugares para actividades ilícitas”, expresó.
A
mediados de la semana, el gobernador Mario López Valdez confirmó la irrupción
de un grupo armado en algunos poblados de Badiraguato. Dijo que al parecer se
trata de un “pleito entre familiares” y no entre grupos delincuenciales
rivales.
Algunos
pobladores optaron por dejar sus viviendas y se están desplazando hacia otras
comunidades, indicó.
Señaló
que el grupo armado recorrió varias comunidades y les dijeron a los habitantes
que se retiraran.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario