El
cautiverio de Alfredo Guzmán/ Eduardo Guerrero Gutiérrez
El
Financiero, 22.08.2016
El
cautiverio de personas poderosas y de sus familiares es una práctica muy
antigua. En la Edad Media era uno de los mecanismos disponibles para negociar
la paz o para garantizar el cumplimiento de acuerdos entre reinos y familias en
continuo conflicto. Algunos reyes vivieron años en cautiverio, incluyendo a
Ricardo I de Inglaterra, también conocido como Ricardo Corazón de León. Aunque
la captura en batalla era la norma, también era frecuente que los reinos
accedieran –de forma más o menos voluntaria– a entregar a miembros de su
nobleza como colateral.
El
cautiverio de jefes de Estado y sus familiares cayó en desuso con el
surgimiento del Estado Nación moderno. Sin embargo, la práctica ha persistido
hasta nuestros días a una escala menor, particularmente entre organizaciones de
corte criminal. Las familias de los capos en prisión, sobre todo de aquéllos
que poseen información relevante, son un blanco natural. Por ejemplo, en
febrero pasado fue secuestrada la familia de Carlos Hugo García, alias
Chocolate, jefe de uno de los grupos de sicarios más importantes de Cali,
Colombia. Una línea de investigación señala que el motivo del secuestro fue
presionar a Chocolate, quien fue detenido y extraditado a Estados Unidos en
julio de 2012, para que no inculpara a sus cómplices a cambio de una reducción
de sentencia.
El
misterioso secuestro de Alfredo Guzmán Salazar, hijo de El Chapo,
inevitablemente genera interrogantes sobre un inminente conflicto entre las
organizaciones criminales más poderosas del país. En Guadalajara se rumoraba el
viernes pasado la aparición de mantas en las que se advertía a la población de
no salir a la calle después de las nueve de la noche, ante supuestos ajustes de
cuentas por el secuestro de Alfredillo. El gobierno de Jalisco desmintió estos
rumores y el fin de semana transcurrió en relativa tranquilidad. Otros reportes
señalan que Guzmán Salazar ya fue liberado. Sin embargo, hasta la entrega de
este artículo esto no ha sido confirmado oficialmente, y continúa la
preocupación sobre las posibles repercusiones del plagio.
Es
todavía temprano para lanzar conclusiones. Son muchos los actores que podrían
estar involucrados en el secuestro de Guzmán Salazar. Está el Cártel Jalisco
Nueva Generación (CJNG) –como señaló el fiscal general de Jalisco, Eduardo
Almaguer. El CJNG es un rival natural del Cártel de Sinaloa, pues ambas organizaciones
compiten por las mismas rutas para el trasiego de droga en el occidente del
país. Sin embargo, no podemos descartar a otros grupos criminales o a facciones
del propio Cártel de Sinaloa.
A
diferencia de lo que ocurrió en el Penal del Altiplano, el actual
encarcelamiento en el Penal Federal de Ciudad Juárez (donde El Chapo es
vigilado por 75 agentes y los custodios tienen prohibido dirigirle la palabra)
ha significado que Guzmán Loera pierda control efectivo sobre el Cártel de
Sinaloa. En este contexto, resultaría plausible que otros líderes del Cártel de
Sinaloa, en particular El Mayo Zambada, buscaran hacerse del control de la
organización y vieran como rivales a los hijos de El Chapo. A esta hipótesis
abona la relativa facilidad con la que se llevó a cabo el secuestro, lo que
sugiere que quien lo planeó tenía acceso a información privilegiada, o incluso
contó con la complicidad de alguien dentro del círculo cercano de Guzmán
Salazar.
Sin
embargo, la hipótesis que me resulta más convincente es que el secuestro de
Alfredo Guzmán no fue producto de una mera rivalidad criminalidad o de la
competencia por el liderazgo en el Cártel de Sinaloa. No hay que olvidar que El
Chapo fue durante dos décadas el narcotraficante más influyente del país, y que
hoy se encuentra en la antesala de la extradición. Por sus actividades, Guzmán
Loera cuenta necesariamente con información altamente sensible, tanto sobre la
logística del tráfico de droga, como sobre los operadores, empresarios y
autoridades que han colaborado con su organización a lo largo de los años.
Actualmente
la defensa de El Chapo –que en mayo pasado logró frenar temporalmente la
extradición de su cliente al presentar dos amparos– se encuentra en
negociaciones con autoridades norteamericanas. Es probable que en el contexto
de dichas negociaciones El Chapo haya revelado información que afectó a un
rival o un antiguo socio o que, ante la simple suspicacia, las personas que
temen a las revelaciones de Guzmán Loera hayan buscado una forma de
intimidarlo. En este sentido, si Alfredillo y su comitiva efectivamente fueron
liberados, su breve cautiverio puede interpretarse como una advertencia,
seguramente acompañada de un mensaje para Guzmán Loera.
Es
sensato que el gobierno federal y los gobiernos de Jalisco, Sinaloa y otras
entidades tomen precauciones ante un posible conflicto entre el CJNG y el
Cártel de Sinaloa, o una nueva escisión de este último. Los conflictos de este
tipo han sido la causa de las recurrentes crisis de violencia e inseguridad que
el país ha padecido desde 2008. Sin embargo, todavía sabemos muy poco de las
razones del misterioso secuestro de Puerto Vallarta. Si el secuestro dio lugar
a una negociación exitosa, es muy probable que nunca las conozcamos.
Twitter:
@laloguerrero
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