Por qué la Iglesia se
opone a la iniciativa del Presidente que promueve el “matrimonio igualitario”?
Desde la fe, domingo, 07 de agosto de
2016, 14:00 horas |
Hay quien se plantea:
‘¿por qué preocuparse por el ‘matrimonio gay’?, allá ellos que hagan lo que
quieran, ¿a mí qué me importa si no me afecta?’
Cabe responder, primero,
que como católicos nunca debemos desentendernos de lo que ocurre a otros
hermanos, y segundo, que el ‘matrimonio gay’ sí nos afecta, afecta a la
sociedad en su conjunto.
La Iglesia Católica,
presente en todo el mundo, sabe que en países que legalizaron el ‘matrimonio
gay’, se le ha dado una intensa promoción, a nivel gubernamental y educativo,
dirigida sobre todo a jóvenes y niños, respaldada en redes sociales y medios de
comunicación.
Por citar un ejemplo, en
Massachussets, primer estado de EUA que legalizó el ‘matrimonio gay’, se enseña
en escuelas que la homosexualidad es natural. Se celebran en preparatorias
‘asambleas gays’, con difusión de folletos que explican cómo tener sexo
homosexual, e incluso, dan direcciones de ‘bares gay’. En primaria se lee un
libro de cuentos llamado ‘King & King’ (Rey y Rey) sobre dos reyes que se
enamoran, se casan y besan en la boca, y en kinder se lee el libro: ‘¿Quiénes
están en una familia?’, con dibujos que muestran dos papás o dos mamás. La
proporción de jóvenes de Massachussets que declaran ser homosexuales ha
aumentado cincuenta por ciento.
Paralelamente, con la
promoción del ‘matrimonio gay’ ha venido la represión.
Quienes se oponen son
tildados de ‘homofóbicos’ y sufren continuas burlas, persecución, insultos,
amenazas.
A un sacerdote católico
le escupieron participantes de una ‘marcha del orgullo gay’. Un padre de
familia que pidió ser avisado cuando en la escuela dieran lecciones de
homosexualidad, para no enviar a su hijo, fue arrestado. Una maestra que se
negó a leer un ‘cuento gay’ a los niños de guardería, fue despedida. Los
centros de adopción son presionados para dar prioridad a parejas homosexuales
que desean adoptar niños. Negocios relacionados con bodas (pastelerías,
florerías, salones, etc.), cuyos dueños se han negado a dar servicio a ‘bodas
gay’ han sido multados y/o clausurados.
Dolce y Gabbana, famosos
homosexuales, declararon oponerse a ‘matrimonio y adopción gay’, y fueron
ferozmente atacados. Seis conocidos escritores criados por homosexuales, les
enviaron cartas apoyándolos, contando cómo sufrieron por tener dos papás o dos
mamás. Dawn Stefanowicz, es una de ellos. Criada por un padre homosexual que
murió de SIDA, vive en Canadá, donde se legalizó el matrimonio homosexual en
2005. Desde su experiencia como autora de un libro que menciona más de
cincuenta casos de personas a las que dañó el hecho de haber sido adoptadas por
homosexuales, advierte: “si se dice o se escribe cualquier cosa que ponga en
discusión el matrimonio homosexual, hay riesgo de ser despedido, o perseguido
por el gobierno.” ¿Dónde quedó la libertad de expresión? Los homosexuales
exigen tolerancia pero la mayoría de ellos son intolerantes.
David Crawford, profesor
del Instituto Juan Pablo II, de Washington, dice: “Ninguna empresa, escuela o
institución pública podrá oponerse a esta nueva ideología sin ser considerada
un enemigo del orden público. Por consiguiente, los cristianos tendrán dos
opciones: o adaptarse o ser excluidos de la escena pública.”
También preocupa a la
Iglesia que un gobierno que ya no considera el matrimonio como unión entre
hombre y mujer, abre la puerta para legalizar uniones de cualquier tipo.
En EUA, Suiza, y otros
países ya hay solicitudes para legalizar matrimonios entre varias mujeres y
hombres, entre parientes, entre adultos y niños, incluso entre humanos y
animales. ¿Cuál es el límite y quién se atreve a ponerlo?
Los promotores de ‘bodas
gay’ dicen: ‘triunfó el amor’, pero antes nada impedía a los homosexuales
amarse o vivir juntos, incluso tener beneficios estatales. Entonces, ¿para qué
luchar por cambiar el concepto de matrimonio, si supuestamente lo consideraban
una institución obsoleta, opresiva, patriarcal?, ¿por qué aspirar a una unión
monógama y de por vida, si ello no suele interesarles? ¿Qué hay detrás de esta
insistencia en legalizar y promover el ‘matrimonio gay’? Una intención: atentar
contra el verdadero matrimonio, la familia y la Iglesia; crear un nuevo orden
social, una nueva ‘normalidad’, sin leyes morales y sin Dios.
Al terminar esta serie,
podemos concluir que como la Iglesia ama a los homosexuales, y quiere su bien y
el de toda la sociedad, tiene cinco razones para no aprobar el ‘matrimonio
gay’: 1. Que la Palabra de Dios lo rechaza; 2. Que no santifica ni da vida; 3.
Que causa daños físicos, psicológicos y espirituales; 4. Que donde se ha
legalizado se ha atentado contra la libertad de conciencia y de expresión, y 5.
Que como se opone a la voluntad de Dios, pone a los involucrados en grave
riesgo de perder su salvación.
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