Esta manta apareció ayer en el barandal de la catedral basílica de Nuestra Señora del Rosario, en Culiacán, Sinaloa..Es evidente lo que piden..No sabemos quien lo hizo: "Fuente ovejuna, seguramente..!
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Las columnas políticas, hoy a sábado 20 de mayo de 2017..
Templo Mayor/Reforma
EN VARIOS corrillos políticos se escucha la versión de que la dirigencia nacional del PAN y el gobierno federal han estado platicando la posibilidad de impulsar una reforma electoral que instaure la segunda vuelta para los comicios presidenciales de 2018.
ENTRE los entusiastas de esa idea hay cierta preocupación pues la legislación electoral establece que cualquier reforma a estas leyes debe hacerse al menos 90 días antes del inicio del proceso electoral, lo que dejaría apenas dos semanas para hacer el ajuste.
SIN EMBARGO, hay quienes descartan que eso sea un problema, pues el cambio se haría directamente en la Constitución y, con artículos transitorios, se puede salvar ese escollo legal a tiempo.
LO CIERTO es que un escenario en el que el ganador de la Presidencia de la República en el 2018 -sin importar de qué partido sea- llegue al cargo con menos del 30 por ciento de los votos no beneficiaría a nadie.
PORQUE, más allá de la cuestión de la legitimidad, lo que está en juego es la gobernanza y ésa difícilmente se puede alcanzar cuando el titular del Poder Ejecutivo trae a cuestas un 70 por ciento -o más- de votos en contra.
EN CONTRASTE, vaya que comenzar un gobierno con el apoyo de al menos la mitad más uno de los electores, podría ser un muy buen principio.
QUIENES conocen bien cómo se negoció que Josefina Vázquez Mota aceptara la candidatura del PAN en el Edomex aseguran que, pase lo que pase en la jornada electoral del 4 de junio, ella saldrá ganando.
ALGUNOS aseguran que una de las condiciones puestas para ser la abanderada de los blanquiazules tiene que ver con su futuro inmediato si no ganara la elección dentro de 15 días.
EL ACUERDO habría sido que le dieran un lugar en la lista de candidatos plurinominales al Senado en el 2018 para ella y un sitio en el listado de aspirantes a la Cámara de Diputados para su hija María José Ocampo, quien ha estado muy activa en su campaña.
DESDE luego, resulta imposible pensar en esa negociación... ¿o no?
SI ALGUIEN tiene un diccionario que le sobre, por favor, regáleselo al gobernador mexiquense Eruviel Ávila para que busque las palabras "inaugurar" y de paso "veda".
EN UNA TRANSMISIÓN de Periscope que hizo ayer desde la nueva clínica geriátrica en Atizapán, dijo que estaba ahí "no inaugurando, porque la ley no lo permite" pero "sí poniendo en operación".
¿PUES qué no viene a ser lo mismo? Es pregunta sin eufemismos ni tecnicismos para saltarse la ley.
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Frentes Políticos/ExcelsiorI. Distraída. En el quinto día de contingencia ambiental, Tanya Müller, titular de la Secretaría de Medio Ambiente de la CDMX, publicó un par de tuits que hicieron estallar las redes sociales. No le perdonaron que hiciera alarde de sus "logros" y peor aún, que lo hiciera mostrando fotografías en las que el cielo se ve claro, despejado y muy azul. “Gracias a las políticas ambientales que se llevan a cabo, la #CDMX ha dejado de ubicarse como una de las urbes más contaminadas del país”, publicó. Es lo malo de vivir en internet y no asomarse siquiera a la ventana. Hay quien dice que no está en la ciudad. ¿Alguien que le avise a la dama que acaba de romper el récord de la contingencia más larga en la era de gobierno del PRD, o sea, en los últimos 17 años?
II. El riesgo. Una disputa entre personas que integraron grupos de autodefensa es la principal línea de investigación que sigue la Procuraduría General de Justicia de Michoacán, sobre el caso de siete hombres asesinados el jueves en una huerta de aguacate, en el municipio de Salvador Escalante. El procurador de Justicia, José Martín Godoy, aseguró que el lugar era propiedad de familiares de Nazario Moreno González, extinto líder de Los Caballeros Templarios, a quienes despojaron del terreno con más de 100 hectáreas. Lo que faltaba: criminales y ciudadanos disputándose el mercado del “oro verde”.
III. Remodelación. Renato Sales, comisionado Nacional de Seguridad, aseguró durante la inauguración de la Primera Sesión Ordinaria de la Conferencia Nacional del Sistema Penitenciario, que para fortalecer los centros penitenciarios es necesario trabajar de manera corresponsable y transversal desde los tres órdenes de gobierno y resaltó además, la necesidad de hacer un uso eficiente y transparente de los recursos. Está muy bien que haya reuniones para revertir las miserables condiciones de las cárceles en México, pues las investigaciones periodísticas sólo revelan prisiones convertidas en lupanares, tienditas de droga y call centers dedicados a la extorsión… Penitenciarías como franquicias del crimen organizado. Qué pena.
IV. Qué modernos. La Fiscalía General del Estado de Tabasco reportó que la Unidad de Investigación de Delitos Informáticos (UIDI) ha registrado en los tres primeros meses del año un total de 30 casos de sexting y diez denuncias por grooming. El sexting es la acción de enviar mensajes de texto con connotación sexual entre dos personas, y el grooming es un delito que consiste en el intercambio de material erótico entre un niño y un pederasta. Ofelia Sánchez Frías, titular de la UIDI de la FGE, indicó que a través de la Secretaría de Educación y la Secretaría de Salud, Tabasco se prepara para enfrentar las amenazas de delitos informáticos. No puede contra los delitos reales, pero ya quiere resolver los virtuales. Mucha suerte.
V. Tumbas rodantes. Hay un fenómeno social al que hay que poner atención: el transporte de carga. El pasado Jueves Santo, 26 personas murieron en el choque entre un autobús con vacacionistas y una pipa de combustible de doble remolque, en Guerrero. El accidente impulsó el reclamo de un fuerte movimiento ciudadano para expulsar esta configuración de las carreteras. Ayer viernes, un tráiler se estrelló contra la caseta de cobro en La Marquesa, dejó al menos siete personas heridas, pues la unidad de carga se quedó sin frenos. Sabemos que Benito Neme, director de Capufe, está más enfocado en ser el prospecto a la gubernatura de Tabasco, que en resolver lo que sucede en las carreteras. Entre todos, échenle una mano, por favor. Ya tenemos demasiados muertos en el camino.
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Arsenal/
FRANCISCO GARFIAS
Excelsior
Los motivos de Elba y la apuesta de Ulises contra Del Mazo
Elba Esther Gordillo lleva cuatro años recluida. Según el profesor Rafael Ochoa, exdirigente del sindicato del magisterio y uno de sus incondicionales, no hay una sola denuncia contra ella de ningún maestro.
“Hoy mismo podría sentarse en su escritorio de secretaria general del SNTE sin ningún problema. Es una presa política”, asevera el exsenador.
Pero aclara: “No es la intención…”.
Contextualiza las cosas y va más lejos. La maestra ya fue exonerada de dos de los tres cargos que se le imputan. Los relativos a defraudación fiscal. Queda el tercero. Operación con recursos de procedencia ilícita. “Es el más endeble”, asegura.
Ya encarrerado, nos dice que la libertad simple y llana de la maestra Gordillo está tan cerca, que ya apareció por allí un “intermediario” —así lo llama— que se dice cercano al juez que lleva el caso.
Promete que la otrora dirigente sindical quedaría libre en mes y medio a cambio de una cantidad de dinero —que no precisa— que permita al juzgador una jubilación tranquila.
Nos cuenta, por otro lado, cómo se dio la idea de que los maestros contrarios a la actual dirigencia del SNTE apoyaran a Delfina Gómez en el Estado de México. Lo consultó con Elba. Le dio luz verde para apoyar a una “maestra”.
Se hizo la convocatoria a un desayuno con 30 maestros del SNTE para plantear el apoyo a Delfina. A la siguiente reunión llegaron a 300. En el desayuno convocado el 13 de mayo, donde esperaban a mil profesores, llegaron mil 500. No cabían.
Pero en el presidium sobraba una silla. El profe Ochoa oteó. Localizó a Fernando González, yerno de la maestra. Lo invitó a subir. El apoyo de los maestros a la candidata de Morena se transformó entonces en nota nacional
El profe Ochoa renunció al SNTE en 2011. Se fue con la idea de no volver a meterse en la grilla. Pero llegó la postulación de Delfina como candidata a gobernadora de Morena. Vio que las posibilidades de que ganara eran reales. Visitó a la maestra en su prisión hospitalaria. Habló del tema.
El profe ve no sólo la posibilidad de que una maestra sea gobernadora, sino de sacar a Juan Díaz y su gente de la dirección del sindicato. “En el fondo vamos por el rescate del SNTE”, nos dijo con franqueza.
El exsenador de la República está convencido de que los maestros “no pueden ver” a la actual dirigencia nacional. “Dejaron perder grandes conquistas”, asevera.
El actual dirigente del sindicato, Juan Díaz, anda “queriendo convencer” a los maestros para que voten por Nueva Alianza (aliado de Del Mazo.) Ochoa combate la idea con el alegato de que es un partido que aprobó la Reforma Educativa que puso una bota en el cuello de los mentores. Sabe que la tarea no es fácil. La dirigencia oficial del SNTE tiene mucho dinero. Hace apenas tres días, el periódico Reforma sacó en su portada que en lo que va del sexenio se han transferido al sindicato mil 700 millones de pesos.
“Yo me enteré de dos entregas de 500 millones. Dicen que lo aplican en actividades de capacitación, pero no se ve. Están al servicio del gobierno”, asevera el elbista.
Jura que tanto Juan Díaz como Lucy Garfias han advertido a los maestros que si no se adhieren a Nueva Alianza, se ponen en riesgo de perder prestaciones y hasta la plaza.
El profe reconoce que todavía no ha tenido contacto con Andrés Manuel. Dice que Esteban Moctezuma le prometió gestionar un encuentro con el presidente de Morena, pero la cita no se ha concretado.
No sabe si El Peje rechazó la propuesta o si el mero mero de Fundación Azteca ya lo planteó en el “cuarto de guerra” del presidente de Morena.
Lo que no entiende es el lenguaje de la Chimoltrufia que utiliza Andrés. “Primero dice bienvenidos los maestros” y luego que hay que andarse con cuidado con ese apoyo.
Juan Díaz, secretario general del CNTE, ya reviró a lo que promueve Rafael Ochoa. Dijo que los maestros “no pueden ser vistos como instrumento para cachar votos…”.
Apostamos un desayuno con Ulises Ruiz, exgobernador de Oaxaca sobre lo que va a ocurrir en las elecciones del Estado de México. Él dice que Delfina Gómez le va a ganar a Alfredo Del Mazo por más de 10 puntos. ¿Tan dolido está con su partido? Pensamos.
El priista oaxaqueño se aferró a su pronóstico. Puso como ejemplo la elección en Nuevo León que ganó El Bronco a la maquinaria del PRI. De allí no se movió. Llegamos a la apuesta. Nosotros ganamos si el 4 de junio el margen del triunfo de la candidata de Morena es menor de 10 puntos, o si gana el priista.
La neta que creo que agarramos pichón.
Las elecciones en el Estado de México han acaparado la atención. Es la joya de la corona, la tierra del presidente Peña, el bastión más grande del PRI. Pero en Coahuila y Nayarit también hace aire. Ricardo Anaya, jefe nacional del PAN, y Alejandra Barrales, presidenta del PRD, ofrecen esta mañana una rueda de prensa en el salón Don Genaro del Hotel Hilton Alameda. Sabemos que van a hablar de Nayarit. En ese estado ambos partidos van en coalición. El PRD no presentó candidato. Se sumó a la candidatura del abanderado del PAN, Antonio Echevarría.
El pasado 18 de mayo, el PRD presentó dos recursos ante la Fepade. Uno en contra del gobernador Roberto Sandoval por la utilización de recursos públicos para coaccionar el voto. El otro es contra el candidato del PRI, Manuel Cota, por la misma razón.
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Retrovisor/
IVONNE MELGAR
Excelsior
Periodistas: del chayo a la política criminal
Gracias querido Eduardo Camacho
por tantas palabras con sentido.
El asesinato de Javier Valdez es un golpe al periodismo mexicano porque su muerte azuza el miedo, mientras decenas de colegas ponen en riesgo su vida ahí donde el crimen organizado cobra derecho de piso.
Y lo es todavía más porque el homicidio del autor de la columna Malayerba se da en un momento donde la clase política de todos los signos partidistas se niega a reconocer que la infiltración del crimen organizado en las estructuras del poder y del Estado es el principal lastre nacional.
Porque ése es el asunto de fondo: la crisis de seguridad en varias entidades, la impunidad y la ausencia de justicia se conjuntan como resultado de la narcopolítica.
Admito que ese término, narcopolítica, es insuficiente si reconocemos que hay otros actos delictivos protegidos e incluso impulsados desde instancias de gobierno, como la ordeña de gasolina y el moche en las licitaciones de obras y servicios públicos.
Quizá deberíamos comenzar a hablar de la política criminal, es decir, del ejercicio del poder en operaciones que son tipificadas como delitos por nuestras leyes y códigos penales.
De manera que es frente a esa complicidad que el quehacer del periodista se vuelve doblemente riesgoso. Y por eso, ninguna promesa gubernamental de protección es creíble y mucho menos viable.
Porque la política criminal hace socios a cárteles de droga, bandas delictivas y grupos paramilitares con autoridades locales, ministerios públicos, corporaciones policiacas y juzgados.
Es en ese entorno en el que mataron a Javier Valdez, fundador de Ríodoce en Culiacán, este lunes 15 de mayo, y a Miroslava Breach, corresponsal de La Jornada, el 23 marzo en la ciudad de Chihuahua.
De manera que México pasó de la mala fama de la prensa chayotera, porque sus reporteros y columnistas recibían dinero a cambio de autocensura, a la fama mundial de una prensa que se calla a balazos por no guardar silencio.
Y es frente a esa situación que debemos recordar para qué sirve el periodismo, al que se le ha pretendido confundir con propaganda y con publicidad, al grado que llevamos tres sexenios escuchando el reclamo gubernamental de que cuándo habrá un medio con sólo buenas noticias.
Es una pretensión que ignora que la prensa es el espacio de diálogo entre gobernados y gobernantes, entre sociedad y Estado, entre ciudadanos y poder.
Concebida con un instrumento de la democracia y de la opinión pública, la prensa es o debería ser un contrapeso de los factores de poder, cuyas decisiones impactan la vida de una colectividad.
Sin embargo, particularmente en el interior de la República, se impuso un modelo de negocio entre gobiernos estatales y medios de comunicación, destinado a sustituir la información y el debate por publicidad y propaganda.
Y si hoy en zonas importantes del país, el narco y los grupos delictivos son poderes de poder de facto, protegidos por el poder formal ¿es posible dar cuenta de éste sin convertirse en sus adversarios?
Ese modelo ha lastimado la credibilidad de los medios, en una coyuntura donde las redes sociales dieron paso a espacios informativos alternos, cuya principal oferta es la no censura.
Si a esta nueva realidad agregamos la emergencia del fake news, los periodistas estamos en serios problemas.
Porque este entorno de impugnación hacia los trabajadores y propietarios de los medios debilita el quehacer periodístico.
Lo saben los estudiosos del tema: la violencia verbal acrecienta la violencia física. Y de eso hemos tenido muestras que ilustran la mala hora de nuestro oficio. Por un lado, el grito de “¡Prensa vendida!” que caracterizó hace 15 días la marcha feminista en Ciudad Universitaria.
Y esta semana: las evidencias en redes sociales de la falta de un espíritu mínimo de gremio, donde el respeto recíproco debería ser condición de intercambio entre nosotros. Pero la polarización social también nos infecta. Si no le mientas la madre al gobierno, ni te atrevas a sumarte al luto por el asesinato de periodistas.
Me pasó este miércoles 17 de mayo cuando subí a Facebook una breve reseña de la inédita protesta que fotógrafos y camarógrafos hicieron frente al presidente Enrique Peña en el anuncio de medidas para proteger a periodistas y defensores de derechos humanos. Algunos colegas consideraron que mi reporte daba por descontado que la promesa se cumpliría. “Qué ingenua eres, le creíste”, parecían reclamar. (https://www.facebook.com/ivonne.melgar/posts/10212338897524717)
Por supuesto que ese sentimiento de incomprensión es una superficialidad frente al dolor que resumía ayer, en entrevista con Ciro Gómez Leyva, el reportero Miguel Ángel Vega por el asesinato de Javier Valdez: “Lo que nos golpea a nosotros, es por qué lo mataron, simplemente qué fue”.
El colega de Ríodoce pedía resultados en la investigación y la solidaridad de un gremio ahora sumergido en el vapuleo de sí mismo.
Por eso, el asesinato de Javier Valdez nos convoca a denunciar la política criminal y a evitar que su muerte sea un tiro de gracia al periodismo mexicano, herido desde varios frentes.
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Casi la guerra/Jorge Ramos Ávalos
Reforma
México y Venezuela son dos países a los que quiero mucho. Pero me duele enormemente ver lo que están viviendo. Es casi la guerra.
México es un país maravilloso. Amoroso -es muy difícil sentirse solo ahí-, solidario, lleno de colores y de humor, muy privilegiado cultural y geográficamente. Oye, y qué rico se come. Pero hay tantos muertos que el Institute for Strategic Studies lo declaró el segundo país más peligroso del mundo. A pesar del pataleo oficial, en el 2016 solo en Siria murieron violentamente más personas que en México.
Las cuentas son mortales. Con Enrique Peña Nieto ya pasamos los 79 mil muertos en menos de cinco años. Es difícil encontrar a una familia mexicana que no haya sufrido recientemente un crimen en carne propia. Basta preguntar sin mucho afán para escuchar un anecdotario del horror y del sadismo.
De los últimos días se me han quedado grabadas dos imágenes: una, la del sombrero ensangrentado del periodista Javier Valdez, asesinado en Culiacán, Sinaloa, y la otra, la de un soldado mexicano ejecutando con un disparo en la cabeza a un civil caído en una calle de Palmarito, Puebla. Las dos imágenes son igualmente brutales.
Pero el problema es que los mexicanos nos hemos acostumbrado a lo brutal. Y al aceptar lo brutal como normal hemos perdido el sentido de urgencia y la necesidad de justicia. La muerte ronda tan frecuentemente que se ha hecho compañera.
Lo que antes indignaba -la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa o las masacres de Tlatlaya y Nochixtlán- de pronto es parte de una larga lista de crímenes impunes. Hay tantos Ayotzinapas pasando en México cada mes -jóvenes que desaparecen del mapa sin ninguna pista- que nos hemos vuelto insensibles a la tragedia de madres y padres buscando desesperadamente a sus hijos e hijas.
Y lo peor es que nadie espera nada -¡nada!- del presidente Peña Nieto. Que levante la mano el que confía en un cambio de rumbo y que las cosas van a mejorar antes que se vaya, el 1o. de diciembre del 2018. Exacto. No veo manos arriba.
Mientras México está marcado por la casi inevitable rutina de la muerte, como en un cuento de Juan Rulfo, en Venezuela las calles siguen llenas de esperanza de cambio... y de gases lacrimógenos de la Guardia Nacional Bolivariana.
Venezuela es tan hermosa que Cristóbal Colón, en su tercer viaje, creyó que se acercaba al paraíso terrenal. Ese es el mismo territorio que hoy se desmorona.
Desde que Nicolás Maduro se quitó la máscara de demócrata y ordenó la disolución de la Asamblea Nacional, las calles de Caracas y de las principales ciudades de Venezuela se han convertido en un campo de batalla. Literalmente.
La estrategia es clara: la oposición toma las calles hasta que caiga Maduro o acepte un plan de salida; el gobierno reprime hasta que los opositores no aguanten más.
El prisionero político Leopoldo López tiene como grito de guerra la frase: "el que se cansa, pierde". La oposición ha tomado ese grito como un rezo y no han cedido las calles. Pero el costo es altísimo: más de cuarenta muertos, en su mayoría jóvenes que deberían estar estudiando, viajando, bailando y descubriendo la vida, no la muerte.
Dos imágenes de Venezuela me quitan el sueño. Una es la de un guardia que dispara a quemarropa un tubo de gas lacrimógeno al pecho de uno de los manifestantes. El chico se levanta aturdido, herido de muerte y da unos pasos antes de caer. Otra es la de Maduro bailando en un televisor mientras la cámara panea para ver la represión oficial en la calle, como Nerón en el incendio de Roma.
Tras casi 18 años de gobiernos autoritarios y, ahora, de una clara dictadura, los venezolanos no aguantan más. En parte es la hambruna y la falta de medicinas hasta en los hospitales. En parte es que han salido casi todos los que se pudieron ir y los que se quedaron no tienen a donde ir más que hacia delante. Y en parte es que hasta los mismos chavistas se han desencantado del sistema que ellos crearon.
Tantas veces hemos creído, equivocadamente, que Venezuela va a cambiar que no quiero ilusionarme demasiado. Pero cuando vi que un grupo de jóvenes hacían retroceder a una tanqueta del régimen, pensé: ya perdieron el miedo en Venezuela, se acabó Maduro.
No, Venezuela y México no están en guerra. Pero casi.
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Días de ira/Jorge Volpi
Reforma
Estamos todos enojados. Todos. Enfadados. Furiosos. En el México de la corrupción, el narco y la impunidad, y en los Estados Unidos de Trump, la posverdad y el odio a los migrantes. En la Europa meridional de la corrupción y la impunidad y, otra vez, el odio a los migrantes, y en la Europa del Este de la xenofobia y el neofascismo. En la Francia chauvinista y demagógica -la que perdió, sí, pero con 11 millones de votos- y en la Rusia putiniana, tan oligárquica como nostálgica. En ese Oriente Medio paralizado e infernal e incluso en Corea, Japón o China. En la África pobre, violenta y olvidada, y tal vez en Australia. Todos iracundos. Encabronados.
Las razones, ya barruntadas, lo justifican. Lo contrario sería, en cambio, lo insólito: ¿y cómo íbamos a estar entonces? Aquí y allá los motivos abundan, nada más natural que dejarse devorar por la rabia ante tantas calamidades, tantos abusos, tanta injusticia. Si antes la prensa, la radio y la televisión eran inagotables fuentes de estas malas noticias, ahora internet y las redes sociales nos las refriegan a cada instante, mil por hora. El mundo parece ir peor que nunca.
¿Qué experimentar, si no, frente a tanta mezquindad, tanta miseria, tanta maldad? Aquí, un político veracruzano se robó hasta las agujas; allá, un Presidente bravucón despidió al jefe del FBI porque osó investigarlo; acullá, un tiranuelo de opereta lanza misiles al mar jugando a la Tercera Guerra Mundial por puro aburrimiento. Mejor ni rascarle: aquí, el gobierno federal no deja de inyectar recursos en el Estado de México para no perder una elección; allá, Trump -sí, otra vez Trump- insiste con que paguemos su hermoso Muro; acullá, la Unión Europea expulsa a un millón de refugiados sirios. Y la cuenta sigue...
Para colmo, los rabiosos están en los dos bandos: igual de encabronados quienes temen o aborrecen a los migrantes -sea en Estados Unidos, Dinamarca o Hungría- y piensan que sus gobiernos no hacen lo suficiente para detenerlos, como quienes temen o aborrecen a los políticos de ultraderecha y sus acólitos que exigen la mano dura y las expulsiones. Tan enojados en la izquierda por los inexplicables triunfos de la derecha, como en la derecha por los ataques constantes de la izquierda (que a últimas fechas no gana una elección ni de milagro).
Lo peor de esta legítima rabia es que no halla salida. Es una flama que calcina pero que no alcanza a provocar cambio alguno en las razones que la desatan. Nuestra ira contemporánea se cierra sobre sí misma: nos lleva a gritar, rezongar, vociferar sin que nada de eso se traduzca en una acción directa, un cambio o una mutación reales. La ira se resuelve en frustración que da lugar a más ira. Y, si no, ahí están los comentaristas de la radio, la tele y las redes listos para echarle leña al fuego.
En nuestros días de cólera, nada produce más réditos como inflamar a los descontentos, picarle la cresta a los alebrestados, enarbolar la bandera de la indignación y multiplicar aullidos, insultos, descalificaciones. Regla de oro del comunicador exitoso: polarizar las posiciones, alebrestar a los tranquilos, azuzar a los descontentos, inmolar a alguien cada día. La discusión pública transformada en coliseo: una arena donde linchar a los culpables, o supuestos culpables, de todas nuestras desventuras. Lo malo es que, como ya sabían los romanos, la sangre siempre exige más sangre. Y en el fondo, es circo...
No se trata de negar o minimizar las razones de la ira, auténticas e innumerables, sino de señalar que, en su frenesí, medios y redes localizan chivos expiatorios momentáneos, esos sujetos inocentes o perversos que están en el mal lugar en el mal momento o pronuncian la ocurrencia más desafortunada hasta que alguien les hace eco: les dedicamos entonces miles de palabras -millones de insultos- sin darnos cuenta de que, mientras tanto, los auténticos culpables, los verdaderos criminales, los políticos en verdad corruptos, aprovechan la cortina de humo para escabullirse. Por cada escándalo, cientos de villanos felices de que nadie los mire.
@jvolpi
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