El Sol de Tampico |21 de junio de 2022
Martín Solares, escritor tampiqueño, recuerda el altruismo del padre Mora
El autor calificó el homicidio de los dos jesuitas en Chihuahua como un hecho cobarde e indignante
Roberto González | El Sol de Tampico
El escritor tampiqueño Martín Solares calificó los asesinatos de los padres jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos como un hecho cobarde e indignante. Agregó que personas como los dos religiosos, con una vocación que los distinguía, no abundan en el país. Además, recordó el altruismo y las nobles labores que llevó a cabo el primero de ellos en este puerto.
“Costará mucho encontrar a dos personas como ellos, dispuestos a dar su vida por un desconocido que llegó a pedir ayuda, perseguido por un sujeto armado”, expresó el autor tampiqueño.
“DONAR COMIDA Y TIEMPO”, EL RECUERDO DEL PADRE JOAQUÍN MORA
En su mensaje en redes sociales, Solares recordó las labores solidarias realizadas por el padre Mora durante su estadía en Tampico, especialmente en la colonia Pescadores, donde impartía misas y brindaba servicio a la comunidad.
Añade que, como docente en el Instituto Cultural Tampico, Mora Salazar les pedía a sus alumnos que donaran ropa, libros, útiles escolares, comida para los vecinos de dicho sector. “Pero sobre todo tiempo para escucharlos y acompañarlos”, precisó.
“Si nos quejábamos del calor y del poco aire que repartían los ventiladores de la escuela, de inmediato nos hablaba de las condiciones en que vivían en la colonia Pescadores, y de las dificultades de los vecinos ya no para conseguir un aire acondicionado, sino agua potable”, afirmó el escritor respecto al sacerdote miembro de la Compañía de Jesús.
LA SIERRA TARAHUMARA, SU PASIÓN
Solares también evocó el afecto que sentía Mora Salazar por la Sierra Tarahumara, uno de los primeros lugares al que lo enviaron los jesuitas a ayudar a la comunidad.
“Por más que amara Tamaulipas, siempre soñaba con regresar allá. Sus historias resaltaban lo apartada que se hallaba esa comunidad, cuán urgente era pedir medicinas para ella de manera rutinaria, y sobre todo, de su manera de vivir lo sagrado, que sólo se aprecia en ese lugar”, escribió.
El escritor lamentó que en el país no se preste atención a las víctimas colaterales que genera la violencia en México y urgió a atender la problemática por otras vías.
“Pésele a quien le pese, no puede seguir así. Necesitamos una escalera que lleve este país a otro sitio: uno en donde se respete la vida. Ojalá que el ejemplo de Joaquín Mora y Javier Campos nos abra los ojos a la pobre realidad que vivimos y nos recuerde que no es la única opción”, concluyó el escritor tampiqueño que recordó el altruismo y las labores del sacerdote en el puerto.
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