16 oct 2022

Las columnas políticas hoy, domingo 16 de octubre de 2022

 Doce muertos y tres heridos tras ataque armado en bar de Irapuato, Guanajuato.

¿Por qué?


Un comando armado entró al bar alrededor de las 20:30 horas y abrió fuego, y luego huyeron del lugar, sin ser detenidos.

Ya son varios...

De mayo a la fecha se han registrado al menos cuatro masacres en bares de Guanajuato, con 41 personas privadas de la vida.

La policía municipales un cero a la izquierda. Pero ¿Y nuestra Guardia Nacional?..

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Descarta EU desistir de panel de energía bajo T-MEC

La posibilidad de que EU solicite un panel de arbitraje para resolver la disputa en torno a la política energética de AMLO sigue abierta de no prosperar las actuales consultas, dijo la Oficina del Representante Comercial de EU (USTR, por sus siglas en inglés). 

Luego de que AMLO aseguró el viernes que EU había desistido de solicitar un panel de arbitraje al amparo del Tratado de Comercio entre México, EU y Canadá (T-MEC), la USTR advirtió que la opción no está cerrada para el Gobierno estadounidense.

"En este momento, buscamos involucrarnos constructivamente con México a través de consultas y continuaremos trabajando hacia una resolución mutuamente aceptable que aborde nuestras preocupaciones (en energía)", dijo a Grupo REFORMA un vocero de la USTR sobre las actuales pláticas. (Reforma, José Díaz Briseño / Corresponsal).

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Las columnas políticas hoy, domingo 16 de octubre de 2022

Arman pasarela de presidenciables priistas

Bajo Reserva/El Universal

Este lunes y martes, el PRI realizará una especie de pasarela en la que participarán algunos personajes que han alzado la mano para ser candidatos a la presidencia de la República, como Beatriz Paredes, Alejandro Murat, Enrique de la Madrid, Omar Fayad, Alfredo del Mazo, Miguel Ángel Riquelme, Ildefonso Guajardo y José Ángel Gurría. Nos cuentan que en el tricolor las aguas están agitadas por el balazo que el dirigente Alejandro Moreno le dio a la Alianza por México al aliarse con Morena en el Congreso y que hay interés de los grupos que aún conviven en el otrora partidazo por entrarle a las discusiones y, claro, a la grilla. El cónclave se llevará a cabo en el auditorio Plutarco Elías Calles de la sede nacional de Insurgentes Norte, asistirán liderazgos estatales del tricolor y los presidenciables hablarán sobre los temas de más urgencia del país. A ver si logran entusiasmar a sus correligionarios, muy alicaídos últimamente.

Tengan su rendición de cuentas

Nos cuentan que el gran argumento de los priistas para votar con Morena la ampliación del periodo para mantener al Ejército en las calles hasta 2028, más tardó en ser esgrimido que en derrumbarse a pedazos. Los legisladores del tricolor que decidieron subirse a la nave del PRIMor aseguraban que estaba garantizada la rendición de cuentas periódica de las Fuerzas Armadas al Congreso. Pocos días después, legisladores de varios partidos llamaron a comparecer al secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, para hablar del hackeo de millones de correos electrónicos de la Sedena y les mandó decir que con gusto hacían una reunión, pero no en el Congreso sino en el Campo Militar Número Uno, en fecha y hora que él establecería. El enojo por el desdén creció este fin de semana, porque ayer el general secretario de plano les avisó que canceló el encuentro.  

Abiertas las apuestas para la titularidad de Aduanas

Donde siguen sin titular es en la Agencia Nacional de Aduanas, tras la renuncia de Horacio Duarte. Nos hacen ver que varios ya levantaron la mano para el cargo, por lo que llamó la atención que a las reuniones de seguridad en Washington haya ido el director general de Atención Aduanera y Asuntos internacionales, Juan de Dios Vázquez Álvarez, como representante de la agencia. Don Juan de Dios, nos recuerdan, tuvo un paso fugaz como vocero de Alfonso Durazo en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Nos aseguran que es cuestión de días para que el presidente López Obrador decida quién estará a cargo de las aduanas, fuente importante de recaudación de impuestos.

Viajan a Colombia para buscar fortalecer la seguridad del AICM

Nos cuentan que una delegación de funcionarios del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México viajó a Bogotá, Colombia, específicamente al Aeropuerto Internacional “El Dorado” y otros puertos aéreos del país sudamericano, para conocer las estrategias de seguridad que aplican allá y tratar de implementarlas en el aeropuerto de la capital mexicana. Nos detallan que el viaje fue del 10 al 14 de octubre y acudieron elementos de la Marina, funcionarios del Instituto Nacional de Migración, de Aduanas y del AICM, y tuvo un costo de cerca de 300 mil pesos. ¿Será que con los conocimientos que se adquieran, el “Benito Juárez” dejará de ser puerta para el tráfico de droga, contrabando de mercancía y trata?

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Templo Mayor/ REFORMA

¿SERÁ que Andrés Manuel López Obrador está mal informado por la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, o que su afán por los otros datos lo hace perder el contacto con la realidad?

LA PREGUNTA viene al caso porque su declaración de que EU se había desistido del panel energético en el T-MEC fue desmentida categóricamente por la Oficina del Representante Comercial de ese país.

EN LOS HECHOS, aunque sigan las consultas, la opción de ir al panel sigue tan abierta como cuando estalló el conflicto, así es que la posición de EU no ha variado.

A VER SI ahora no salen en Palacio Nacional con que lo dicho por el gobierno estadounidense no es mentira... ¡pero se exagera!

MAL Y DE MALAS anda Raquel Sosa, la titular de las Universidades para el Bienestar Benito Juárez, mejor conocidas como "Unis del Malestar".

UN DÍA SÍ y el otro también alumnos y profesores en varias entidades se quejan por la falta de recursos e instalaciones, además de denunciar despidos injustificados y conflictos internos.

PERO parece que a la ex compañera de universidad del Presidente se le resbalan las críticas y que la cubre un confortable manto de inmunidad que se extiende desde Palacio Nacional.

BUENO, ni la balconeada por el regaño y las amenazas a los alumnos le mueve el piso a quien fuera titular de Desarrollo Social en el sexenio de AMLO en la CDMX.

UNA MUESTRA más de que el amiguismo existe y campea a sus anchas en el gobierno aunque digan que ellos "no son iguales".

MAL ESTÁN las cosas en la frontera entre Coahuila y Tamaulipas en materia de seguridad.

EL SECUESTRO del alcalde de Guerrero, Mario Cedillo, y ocho integrantes de su gabinete que viajaban a su municipio desde Nuevo Laredo dejó muy mal parados tanto al saliente gobernador coahuilense, el priista Miguel Riquelme, como al entrante mandatario tamaulipeco, el morenista Américo Villarreal.

POR FORTUNA, los hombres armados que los retuvieron los dejaron libres, pero quedó claro quién manda en esa zona... y no son los gobiernos estatales. 

QUIEN parece estar dando color de para dónde ve su futuro es el director del IMSS, Zoé Robledo, pues ha ido incrementando sus visitas a Chiapas.

AYER presumió en un video que andaba en la capital de su estado después de que el 1 y 2 de octubre estuvo en Comitán, y a finales de agosto en Palenque.

SI A ESO se suma que en septiembre fue la figura central en la ceremonia para conmemorar el 198 aniversario de la anexión de Chiapas a México, varios de sus paisanos apuestan a que quiere ser candidato a la gubernatura en 2024.

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El Rey del CashHernán/Gómez Bruera

El personaje central de la obra —queno es AMLO ni César, sino ella: ElenaChávez— de pronto es actor, depronto observador

EL UNIVERSAL

Algunos entretuvieron la idea de que El Rey del Cash sería la gran investigación periodística que iba a desvelar un enorme caso de corrupción. La comentocracia y los medios mordieron fácilmente el anzuelo de algo que no ha pasado de ser una campaña de marketing. 

El libro de Elena Chávez es inconsistente y contradictorio de principio a fin. De entrada, no podemos ubicarlo en un género específico: es un híbrido inconsistente entre testimonio, investigación y mucha opinión personal. 

Héctor Aguilar Camín se equivoca —o miente— cuando dice que “nada de lo que escribe Elena Chávez tiene fuente, pero todo le consta personalmente [porque] ella es su propia fuente”. 

No extrañaría lo que Héctor supone sin haber leído el libro, pues resulta ostensiblemente falso el que a Elena todo “le conste personalmente”. 

Hay muchas fuentes, la principal es su expareja, a quien cita sin su autorización. Permanentemente, la autora alude a versiones relatadas por terceras personas, y otras que parecen cadenas de chismes. 

El personaje central de la obra —que no es AMLO ni César, sino ella: Elena— de pronto es actor, de pronto observador. Unas veces quiere ofrecernos un relato autobiográfico, con su recuento de agravios, rencillas personales y detalles de dudoso interés periodístico, y otras veces fantasea con estar haciendo periodismo de investigación. 

Elena es una mujer agraviada y no lo oculta. Ella misma abunda en detalles sobre su vida privada, la relación con su expareja, y recurre constantemente a una enorme cantidad de adjetivos. Todo ello contamina la narración a tal punto que uno se pregunta si es capaz de producir un relato mínimamente ecuánime. 

En una entrevista a Denise Dresser, Chávez asegura que hizo este libro “como investigación y no por despecho”. Incluso afirma: “Es un libro desde el periodismo porque yo soy periodista, entonces tuve que hacer una investigación de por qué se movían de esa manera”. 

¿Se puede hacer periodismo así? Me gustaría escuchar su respuesta. 

Si el texto fuera tan solo un testimonio, probablemente no sería uno honesto, pues Elena no es transparente en decirnos desde qué lugar habla. No explica cuáles son sus vínculos actuales con el PRD y “Los Chuchos”, y omite algo clave: haber sido constituyente de la Ciudad de México. Todo eso hace pensar también que el suyo es un texto políticamente dirigido por los hoy adversarios del Presidente. 

Elena parece falsear la realidad cuando se refiere a su papel en el gobierno de la Ciudad de México con López Obrador, pues asevera: “mi trabajo consistía en darle seguimiento al trabajo de 70 mujeres que supervisaban la seguridad en igual número de coordinaciones territoriales”. Dice que incluso en esa tarea tuvo acceso a las mañaneras del jefe de gobierno. 

Busqué confirmar ambas afirmaciones, sin éxito. Consulté directamente a 10 de esas setenta mujeres y solamente una dice haberla conocido, mientras que todas ellas aseguran que Chávez nunca supervisó su trabajo. Quien lo hacía era Paola Ojeda Linares. También afirman que Elena no tenía acceso a las reuniones de seguridad de las mañanas. 

Busqué a Elena Chávez insistentemente para solicitarle su versión. Desde hace dos semanas vengo solicitando una entrevista con ella, pero solo he recibido largas. Mis espacios están abiertos para que aclare estas y otras dudas. 

 www.hernangomez.com.mx

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La calle y la tele: el mundo al revés

 Sabina Berman

El Universal,

Cualquier mañana entre semana se escucha la voz inundando el gigantesco espacio de La Merced, emergiendo de los aparatos colocados en miles de puestos, mientras los marchantes y los clientes prosiguen su comercio.

Es la voz del Presidente narrando la 4ª Transformación. Qué ha hecho su gobierno, qué hará, quiénes son sus aliados, quiénes sus detractores.

El relato inunda igual otros mercados y peseras, camiones públicos y cientos de miles de hogares: 3 millones de mexicanos lo atienden cada mañana durante alrededor de 2 horas, en un experimento de comunicación inédito en el mundo, con el que este Presidente se ha saltado a los medios comerciales y a sus explicadores, para comunicarse de forma directa con los ciudadanos —y en el trance se ha ahorrado los enormes cochupos con que los presidentes previos los mantenían amistados.

En reacción, y desuncidos de la censura que imponía el cochupo, los medios comerciales han buscado una nueva relevancia usando su nueva libertad para extremar su crítica al presidente, al grado de haberse convertido para hoy en la máquina retórica de la Oposición y su mayor fuerza.

Más todavía, de facto, hoy, y salvo pequeños reductos del diálogo, los medios comerciales se han convertido en la verdadera Oposición al gobierno. El mismo reparto de sus mesas de análisis revela tal decisión: hoy, de cada 4 explicadores en cada mesa, 3 rechazan por sistema y sin matiz al gobierno –y el cuarto explicador es por norma silenciado.

Así hemos llegado en México a este rarísimo mapa.

En la calle, y según las últimas encuestas, 3 de cada 4 electores aprueban al presidente Obrador, mientras en la tele comercial es el mundo al revés: lo desaprueban 3 de cada 4 comentaristas. Es decir, el presidente domina en la calle, mientras en la tele y el Twitter domina la Oposición.

Y mientras el Presidente acumula en sus conferencias matinales el relato de una 4ª Transformación que avanza, en la tele se acumulan las catástrofes del sexenio más trágico de nuestra historia. “El Presidente tiene ocurrencias, no proyecto”, “está loco”, “no es de Izquierda”, “ya dio un golpe de Estado”, “vivimos en una dictadura”, y la última: “militariza al país”.

¿Hay forma de emitir hoy en México algo que no sea catalogado como un golpazo al presidente o a la Oposición? ¿Es posible hoy emitir una crítica focalizada en un solo tema? ¿Es posible dialogar, sin llegar al griterío o a la descalificación de quién piensa distinto?

Difícilmente.

En la FIL de Monterrey, Elena Poniatowska recién emitió una crítica a dos puntos precisos de este gobierno. Dijo que en cultura no se “ha hecho nada de lo que se prometió” y que “el presidente debía escuchar la crítica, él no lo sabe todo”. De inmediato los medios comerciales y Twitter hicieron eco de las declaraciones, pero deformándolas. “Elena, la chaira arrepentida”, “Elena se arrepiente de su voto por Obrador”, “Elena traiciona a la 4T”.

Todo o nada. Adhesión completa o traición a la 4T. Twitter y los medios comerciales (la Oposición de facto) no dejan existir nada menos totalitario y así se han vuelto el impedimento para el diálogo. Eso mientras el presidente tampoco abre los portones de su Palacio para la conversación.

Qué fatiga.

La única respuesta personal posible a esta polarización —reitero: personal— es abrir más espacios para el diálogo bien intencionado —y negarse a la estupidez de la simplificación. Negarse a participar en cualquier discusión pública o privada donde prive la intransigencia. Ser un adulto en medio de los gritos de los niños.

No sobra recordarlo, sin embargo: al cabo de la polarización es la Oposición quién más perderá, y asombra que no lo vea. Las elecciones se ganan con votos —la mayoría de los votos están en la calle— y lo dicho, en la calle la 4T domina 3 a 4.

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El cash resultó morralla/Jorge Zepeda Patterson

Sin. Embargo, 16/10/2022;

“En el proceso, insisto, lo que sí demuestra es que más allá del origen de los recursos con los que haya vivido AMLO, el hecho es que ha vivido modestamente”.

Tras leer el libro de Elena Chávez, la exesposa de César Yáñez, quien fuera mano derecha de Andrés Manuel López Obrador durante varios años, queda la sensación de que la diatriba termina confirmando lo contrario a lo que pretendía. Si era el rey del cash, López Obrador resultó más bien centavero. En lugar de dar cuenta de la “riqueza inexplicable” lo que describe, sin querer, es la “pobreza explicable” en la que ha vivido el ahora Presidente.

Leí el libro El Rey del cash: el saqueo oculto de López Obrador y su equipo cercano, el mismo día que se publicó una nota en el diario El País sobre la fortuna secreta, 224 millones de dólares, de Juan Collado, abogado de Enrique Peña Nieto. Y no pude menos que contrastar esas fortunas con las cifras irrisoriamente modestas que la autora maneja a lo largo del texto para dar cuenta, según ella, de la perversidad de AMLO. Al intentar hacerlo se ve obligada a describir una y otra vez escenas de la vida diaria que simplemente confirman que la austeridad o la pobreza franciscana es un rasgo genuino del tabasqueño, una verdadera anomalía entre la clase política.

La autora afirma que carretadas de millones pasaron por las manos de AMLO y sus colaboradores inmediatos para financiar a su movimiento, pero a partir de información de oídas; los hechos que documenta, sin embargo, lo que verdaderamente le consta porque lo compartió con Yáñez, es la modestia en la que vivía López Obrador o ella y su propio marido.

En 2016 o 2017, “César le había comprado a Beatriz Gutiérrez un departamento en la colonia Portales, en la calle de Tokio, en más de un millón 600 mil pesos. ¡Eso no era posible! Cuando se fue de casa lo hizo con una mano atrás y otra adelante”. Elena Chávez cita lo anterior para denostar a César Yáñez, pero lo que está describiendo sin proponérselo es a un hombre honrado. Un absurdo desde la lógica de la clase política mexicana, heredera de la filosofía de Hank González de que un político pobre es un pobre político. Lo que se preguntaría cualquier Diputado que se precie sería: ¿cómo es posible que haya terminado empobrecido quien fuera brazo derecho de López Obrador, su jefe de comunicación en la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal y por quien supuestamente pasaron cientos o miles de millones de pesos?

“Recuerdo que en aquella época, entre 2005 y 2006, el salario de César era de 20 mil pesos mensuales, al igual que todos los que tenían su nivel; los de bajo rango recibían desde cinco mil hasta 10 mil pesos al mes. Ni qué decir de los viáticos: era tan poco que se hospedaban en hoteles casi de paso. No les importaba compartir cuarto en parejas y hasta con alguna que otra cucaracha”.

Para resaltar su cercanía indirecta con AMLO termina haciendo descripciones que más bien lo benefician: “la mayoría de las veces preparaba desde una noche antes dos lonches, uno para mi pareja y otro para el hoy Presidente: galletas, alguna fruta, agua y semillas para aguantar el hambre debido a los recorridos a pie tan largos y pesados”. En otro pasaje afirma que tanto Yáñez como su jefe se vestían con las guayaberas y ropa que les regalaban en los pueblos por los que pasaban; el ahora Presidente andaba con muchos colores porque era lo que tenía y no sabía combinar, aunque prefería las camisas de cuello en v y las redondas se las pasaba a su colaborador. Viñetas que más bien resultan conmovedoras por su autenticidad y dan cuenta de los valores y prioridades que predominan en el ánimo de López Obrador.

“Pocos meses después de la boda nació Jesús Ernesto. Un día César me pidió que lo acompañara a conocer al bebé y llevarle un regalo. La pareja vivía en un departamento de la colonia Del Valle en la Ciudad de México, en la calle Heriberto Frías, casi enfrente de Plaza Universidad. Llegamos por la tarde. El departamento era pequeño y sencillo: la cocina a la entrada, el comedor y la sala casi agarrados de la mano; el baño de frente y al lado dos recámaras; una la habían modificado para hacer un estudio donde tenían un librero y una computadora, en la otra estaba el bebé”. Y otra vez, uno no puede dejar de pensar que lo que está describiendo es un departamento de clase media baja. Eso es lo único que pudo permitirse, para instalar a su esposa y su hijo recién nacido, un hombre que había sido Jefe de Gobierno de la capital. Una propiedad inferior a la que podría aspirar el secretario del secretario de cualquier Gobernador que no fuera AMLO. Unas líneas después da cuenta de la angustia de Beatriz Gutiérrez Müller y recuerda que la esposa del ahora Presidente “reconoció sentirse incómoda de vivir en ese departamento donde no tenía ninguna privacidad. Con voz entrecortada nos dijo: Jamás tendré una casa, así como es Andrés Manuel”.

La autora se ceba en particular con Beatriz Gutiérrez y para hacerlo se ve obligada a reconocer aspectos que muestran facetas poco conocidas del Presidente. “¿Por qué tu jefe siempre sale corriendo?, le pregunté a César uno de tantos domingos. Su respuesta me dejó estupefacta: Tiene que cuidar al niño, la nana sale a las seis”. En esencia, el candidato a la Presidencia tenía que acortar algunos actos de campaña porque su esposa estaba estudiando una maestría.

El principal misil del libro intenta dar substancia a uno de los cuestionamientos históricos de los críticos de López Obrador: ¿de qué ha vivido? Pero es un aspecto al que se asoma por encima, con referencias a escándalos ya conocidos o presunciones de lo que interpretó a partir de expresiones o gestos de quien fuera su marido. En el proceso, insisto, lo que sí demuestra es que más allá del origen de los recursos con los que haya vivido AMLO, el hecho es que ha vivido modestamente.

El movimiento, está claro, se apoyó en recursos de militantes, funcionarios y empleados públicos y algunos lo hicieron con menos ganas que otros, empresarios simpatizantes y muy probablemente, en efecto, de transferencias de gobiernos afines. Esto último no sería algo para enorgullecerse, pero una práctica que palidece frente a la escala en que lo han realizado los gobiernos priistas y panistas para financiar sus campañas. Algo a lo que Morena se sintió obligado para estar en condiciones de ser competitivo frente a los adversarios a derrotar. En el mismo paquete de las alianzas vergonzantes que el partido concretó con fuerzas impresentables como las del PVEM, entre otros.

Pero el punto central del libro, exhibir a López Obrador como un vividor de los recursos extraídos de sus seguidores, es fallido. En todo caso, demuestra lo contrario. La sobriedad de López Obrador es genuina.

@Jorgezepedap

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La rendición/Ernesto Hernández Norzagaray

Noroeste, 16/10/2022

jehernandezn@hotmail.com

Legisladores como Imelda y Raúl exigen como resorte: ¡pruebas, pruebas!, a sabiendas que es un testimonio, aunque en una democracia, que se precie de serlo, debería la autoridad judicial hacer la investigación para deslindar responsabilidades porque se habla de dinero público que fluyó ilegalmente a la política... 

Imelda Castro y Raúl Elenes han hecho de su irrelevancia senatorial, un ejercicio de rendición política. No se les reconoce como meridianos iniciadores de leyes, ni buenos tribunos, mejores gestores de inversiones públicas y tampoco son un apoyo al Gobierno del Estado para obtener recursos y superar penurias económicas.

Son senadores de bajo perfil de los que hacen de la comodidad de su curul un refugio para sus limitaciones políticas.

O acaso en el debate reciente sobre el 5° transitorio constitucional, ¿vimos a alguno de ellos subir a tribuna para defender con talento la postura irracional de la militarización o la extensión de su presencia en las calles? No.

Allá en las alturas veían cómo su líder Ricardo Monreal hacía malabarismos argumentativos que ni a él convencía y sus compañeros de bancada subían a desgañitarse defendiendo lo indefendible sin convencer a los senadores de la oposición.

Y terminaron viendo cómo se retiró la propuesta para buscar llegar a un punto de acuerdo con la oposición. O mejor, con los que estuvieron dispuestos a vender su voto a cambio de una mejora del transitorio que solo aceptan los ingenuos y quienes estaban dispuestos a traicionar su palabra.

Pero, bueno, a estos legisladores, al menos, se les puede reconocer que actuaron atendiendo a su ingenuidad si fuera el caso o a su interés personal. A la ambición de permanecer en la política a costa de la rechifla pública.

Entonces, nos preguntamos sobre Imelda y Raúl, ¿cuál fue su margen de maniobra para obtener visibilidad y no perder identidad? Cero. Son legisladores de la mayoría silenciosa. O mejor, del SÍ oficialista. Aún cuando esa actitud pasiva los desnude como legisladores. Que sudan humores ajenos y ejercen el voto que decidieron otros, sus jefes políticos, no el que beneficie a los sinaloenses. La verdad es triste su papel.

No me imagino cómo está su ánimo cuando regresan a la soledad de su habitación con su yo cargado de sensaciones, emociones e imágenes. Cuando su mirada escudriña en las sombras de la obscuridad. Vamos, cuando uno de sus hijos les pregunta sobre su papel, su silencio, su voto en línea, su dignidad. Y esbozan una titubeante explicación. Que es la postura del Presidente, la disciplina partidaria, una obligación de la bancada y un bla, bla, bla que no termina por convencer a su joven interlocutor que esboza la frase:

- ¡No entendí!

- ¿Cómo que no entendiste? -pregunta el legislador padre o madre con enfado.

- Sí, no entendí, tú deplorabas antes la militarización, los uniformes verdes y te reías del traje holgado y la gorra guanga de Felipe Calderón que inmortalizaron caricaturas y memes.

- ¿Cuándo cambiaste? o México, ¿ya cambió? -pregunta el hijo con agudeza.

Se hace el silencio...

- ¿Ya está la cena? -responde buscando evadir las preguntas cada vez más desestabilizadoras y cierra con la siguiente pregunta:

- ¿Cómo te fue hoy en la escuela? -buscando distraer al hijo.

¡Muchacho cabrón, salió bravo!, dirás en tu fuero interno, mientras ves una foto donde estás con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo en las jornadas del 88. O más al fondo, más desteñida, todavía joven, teniendo en la mano izquierda una banderola con la hoz y el martillo.

El ¿cuándo cambiaste?, retumba en sus oídos y conciencia. Y mejor ¿cuándo cambiaste la bandera de la democracia por la de la autocracia populista?

Bueno, dirás a tu alter ego, eso es pasado, incluso la votación sobre el control militar de la Guardia Nacional y habrá que dar vuelta a la hoja.

Pero, aparece el guacamayaleaks con el alud de documentos militares que habían estado bajo reserva y exhiben momentos y evidencias poniendo en entredicho al mismo Ejército y la honorabilidad del Presidente López Obrador.

Y se vuelven a quedar en la misma postura, como simples espectadores. Mudos en sus mullidas curules. No me toca, dirá en su silencio. Es cosa de otros niveles de gobierno. O responderán con tono de espantapájaros: Cuando llegue el tema al Senado, ¡ya hablaremos!, a sabiendas que, si sucede, nunca lo harán con voz propia, sino con la consigna que marcan los pocos al montón del concierto del que forman parte.

Y no para ahí, los tiempos son convulsos, nerviosos, viene la siguiente bomba, el libro “El Rey del Cash” de la periodista Elena Chávez y de su ex pareja César Yáñez, el secretario particular de López Obrador en su época opositora y hoy flamante Subsecretario de Gobernación.

Y ella da cuenta, sea por despecho o verdadero amor por la patria, de las rutinas del entorno de Andrés Manuel y las decisiones que se tomaron en distintos momentos en su búsqueda del poder que hoy detentan. Algunas de ellas abiertamente corruptas y contrarias, contrariadísima, al relato ético, edificante, del “no mentir, no robar, no traicionar” que, en este momento, debe estar provocando un problema de conciencia en muchos obradoristas que siguen creyendo en esa triada ética.

Sobre todo, aquellos, que compraron sin más el relato justiciero y anti prianista. Y no solo, lo compraron, sino lo difundieron capturando a otros igualmente incautos.

Pero, legisladores como Imelda y Raúl exigen como resorte: ¡pruebas, pruebas!, a sabiendas que es un testimonio, aunque en una democracia, que se precie de serlo, debería la autoridad judicial hacer la investigación para deslindar responsabilidades porque se habla de dinero público que fluyó ilegalmente a la política y obtuvo triunfos ilegítimos incluso, por algo más importante, involucra al Presidente de la República.

Pero eso nunca habrá de suceder en este gobierno, sobre todo cuando ha sido incapaz de alcanzar al hermano de López Obrador quien, recordemos, fue sorprendido recibiendo dinero en sobres amarillos para el “movimiento”.

¿Y qué dirán Imelda y Raúl? Claro, dirán queremos pruebas, porque se trata de proteger no de sumarse a la “derecha conservadora” el retintín en las conferencias mañaneras.

Y es que su perfil, no da para más. Y menos, cuando en su corazoncito incuba el deseo de reelegirse, estar otro sexenio y seguir recibiendo los beneficios del poder.

Entonces, vale la pena el silencio como escudo, cuando genera ganancias y la irrelevancia lleve irremediablemente a la rendición sumisa.

Y, lo triste de todo esto, es que la irrelevancia hace escuela hasta en la oposición.

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A López Obrador lo llenaron de efectivo y él se llenó de odio: Luz Elena Chávez/ entrevista por  Diego Badillo

El Economista, Domingo 16 de Octubre de 2022

En 25 años pasó de ser un hombre hermético, introvertido y desconfiado, a una persona controladora, voraz con el dinero y luego, lleno de rencor creyéndose una deidad, al que sus principales colaboradores pasaron de tenerle respeto a amor ciego y miedo, expone Luz Elena Chávez González, autora del libro “El rey del Ca$h. El saqueo oculto del presidente y su equipo cercano”.

De la segunda mitad de la década de los 90 del siglo pasado a la fecha, Andrés Manuel López Obrador evolucionó de ser un hombre hermético, introvertido y desconfiado, a una persona controladora, voraz con el dinero y luego, lleno de rencor y odio, creyéndose una deidad, al que sus principales colaboradores pasaron de tenerle respeto a amor ciego y miedo.

Así describe al actual presidente de la República, Luz Elena Chávez González, autora del libro “El rey del Ca$h. El saqueo oculto del presidente y su equipo cercano”, editado por Grijalbo, que empezó a circular la semana que recién concluye.

En entrevista, la reportera de profesión y quien durante más de una década fue pareja de César Yáñez Centeno, uno de los colaboradores más cercanos de López Obrador durante los últimos 25 años, recalca que lo que ha puesto a consideración de los lectores es un testimonio, no una pieza de periodismo de investigación.

A través de una conversación por video llamada, la también exfuncionaria pública que tiene como causa la protección de animales, recalca: Es el testimonio personal mío; el, de una mujer que vivió cerca de ellos por más de una década”.

Defiende su trabajo: dice que si los seguidores del presidente le exigen pruebas, además de darle lectura a los anexos del texto, deben recordar el valor que le atribuye el gobierno a estas narraciones, como los testimonios del exdirector general de Pemex, Emilio Lozoya.

Dice a El Economista que hasta ahora los lectores de su libro se han concentrado en la forma en que el ahora Jefe del Ejecutivo federal acopió enormes cantidades de dinero en efectivo que le llevaban en maletas a su todavía secretario particular, Alejandro Esquer Verdugo, funcionarios del gobierno capitalino y de gobiernos del interior de la república, a quienes recibía con abrazo, palmadita en la espalda, pero también con una copia de sus nóminas, que servían para calcular el monto de sus “contribuciones”.

Con una pizca de sorna, recuerda lo que, asegura, ella vio: “Un hervidero de funcionarios con maletas deportivas y bolsas de mujer, rechonchas y gordas” que entraban a las oficinas del entonces candidato presidencial.

Cuenta que sus amigas le decían: “venimos a la misa de los lunes, “a la misa a entregar el diezmo”.

Pero en el libro hay más que eso, ataja. Hay historias de traiciones, ambiciones personales, infidelidades, abusos laborales corrupción y autoritarismo”.

Como ejemplo recuerda que en la época que ocurrió el desafuero del entonces aspirante a la candidatura a la presidencia de la República, de cara al proceso electoral de 2006, López Obrador citó a Cárdenas en algún punto del Paseo de la Reforma, para marchar hacia el zócalo, pero lo dejó plantado.

El problema fue que los seguidores del tabasqueño comenzaron a insultar al michoacano. “No lo bajaban de traidor”. Cuando le contaron a Andrés Manuel lo que estaba pasando en aquella avenida que comunica a Chapultepec con el centro histórico, dijo, según afirma, “déjalo, la plaza purifica”.

Luego, en algún momento de la plática, toma aire y suelta que Los Chuchos, como se les conoce a Jesús Zambrano y Jesús Ortega, ex dirigentes nacionales del PRD deben armarse de valor y contar lo que saben sobre los excesos del tabasqueño. “Yo creo que Jesús Ortega y todos los que fueron presidentes de ese partido están obligados a decirle la verdad a los mexicanos”.

—¿Quién inventó ese esquema de recaudación en efectivo que describes en el libro?

—Octavio Romero Oropeza, el actual director de Pemex. Él era el Oficial Mayor del gobierno de la Ciudad, cuando Marcelo Ebrard era jefe de Gobierno. Él tenía que ver con los empleados.

Vieron que ese tipo de financiamiento les funcionó y lo hicieron más grande en la campaña de 2006. Yo me di cuenta en la campaña de 2012. Ahí nace otro Andrés Manuel, se llenó de rencor, de odio. Creo que nunca pudo sacarse esos sentimientos

De 2006 a 2012 fue el saqueo más grande que hubo, porque ya gobernaba Marcelo. Marcelo tenía que pagarle favores al presidente pues lo salvó del linchamiento de Tláhuac. Se lo llevó y lo protegió. Y luego lo hizo jefe de Gobierno, que era el sueño de Marcelo.

—¿Qué me puedes decir de las asociaciones que el grupo compacto de López Obrador fue creando? Por lo menos está “No nos vamos a dejar”, en 2005, “Honestidad Valiente”, en 2006, “Austeridad Republicana”, en 2007 y “Movimiento de Regeneración Nacional AC”, en 2012, que, entiendo, ésta última la presidía César Yáñez. ¿Cómo las utilizaron?

—Yo puedo asegurarte de que en donde se metió dinero fue en “Honestidad Valiente”. Era la que operaba Gabriel García, que resultó un operador de primera para el presidente, tanto que cuando ganan lo hace jefe de los superdelegados.

—¿Qué ofreces con las declaraciones patrimoniales?

—Si tú revisas las declaraciones, te das cuenta de que donde más departamentos, casas, coches, motocicletas, obras de arte se hicieron el grupo cercano al candidato, fue cuando andaban en campaña.

Yo me pregunto que una mujer que era diputada en ese entonces se haya comprado una casa en 2016, de 900 metros cuadrados en la colonia Del Valle por seis millones de pesos. Eso es imposible.

—¿Quién fue?

—Ariadna Montiel, actual secretaria de Bienestar. La declaración de Esquer está para indignarte. Es la mas larga. Reporta una serie de inmuebles. Departamentos que dice que le costaron 20,000 pesos.

La de Marcelo, que en una semana le heredan no se cuantas propiedades y obras de arte y joyas.

—También dejas algunas pistas.

—En el libro dejo unas pistas que pueden ser rastreables. Cuando Mario Delgado fue secretario de Finanzas creó una empresa fantasma de limpieza que le facturaba al Metro. De ahí sacaban mucho dinero.

—¿Qué piensas cuando el presidente dice que su escudo es su autoridad moral?

—Eso es bien subliminal. Cuando él dice mi escudo es el pueblo. Qué hace con los fanáticos que lo sigue: van por ella o vayan por él. Te pone en peligro, porque un fanático te mata.

—¿Quieres agregar algo?

—Decir que en Twitter crearon un supuesto perfil mío, con la ropa que traía apenas este lunes, donde ponen que yo voy a derrocar a Andrés Manuel, que ese es mi objetivo. Eso es falso. Yo no quiero derrocar al presidente. Yo lo único que quiero es que los mexicanos entren a una reflexión sobre lo que está sucediendo en el país y quien nos está gobernando y que cada uno forme su propio criterio.

diego.badillo@eleconomista.mx

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Un dilema/Eduardo Caccia

en REFORMA

Por estos días el New York Times da cuenta de un episodio en un parque de Brooklyn. Un hombre (con antecedentes de problemas de conducta) hurgaba en la basura (presumiblemente es indigente o en situación de carencia) y de pronto ataca con un palo a un perro y a su dueña. Cinco días después el perro muere. El barrio es famoso por progresista, crítico de la policía y el sistema carcelario, un sitio donde la narrativa de justicia social hace eco. La dueña del perro escala el incidente en las redes sociales, pide que se encuentre al culpable y se le castigue. El punto focal de la historia es que los residentes se dividen. Unos piensan que debe encontrarse y encarcelarse al atacante, otros opinan que lo que debe cambiarse es el sistema para que el atacante sea educado y reinsertado a la sociedad.

Algo similar me sucedió la semana pasada con mi artículo "Exhibir duele", donde propuse que sería bueno tener una especie de opinión de cumplimiento cívico que evidenciara el comportamiento de la gente, a modo de premios y castigos, pensando en un país donde tenemos exceso de impunidad y donde disminuirla implica (en parte) aplicar consecuencias. Si bien mayoritariamente mi punto de vista recibió apoyo, hubo un lector que opinó: "Ese texto está tan lleno de mitos y nula evidencia científica". Le respondí que me interesaba conocer su aportación, lo cual ameritó esta entrega.

Me comentó que mientras en países de Europa del norte se hace una intervención integral en los infractores, con objeto de reinsertarlos a la sociedad, en México buscamos la exclusión. Estoy de acuerdo con él, en México las cárceles son universidades del delito, ojalá tuviéramos una reforma para reinsertar infractores. Comentó también que "nuestra concepción de justicia y sistema penal es prácticamente medieval y clasista", que buscamos mayores penas creyendo que tendremos menor delincuencia. También estoy de acuerdo, por ello la pena de muerte no resuelve nada. Mi planteamiento no era ni para excluir ni para tener mayores penas. Evidentemente me faltó comentar que debería acompañarse con una estrategia de "reinserción cívica". Lo que no podría pasar es que "si la haces, no la pagues". Finalmente, en su opinión nada de mi texto es rescatable pues "está lleno de falacias. Mitos de derecha (que son tan peligrosos como los mitos de izquierda)", y sobre el sistema de cumplimiento cívico lo equiparó con el "sistema de puntos de China" donde "lo único que importa es el control".

Más allá de defender mi postura, quiero destacar este tipo de intercambio civilizado entre una persona que expresa su diferendo, sin necesidad de ofender, exponiendo razones. Necesitamos este tipo de acercamientos y estar abiertos a la crítica que construye y encauza nuestra visión. Saber escuchar la voz del otro nos fortalece. Este lector me puso en el radar la iniciativa china, que yo desconocía. Este sistema "de buenos y malos ciudadanos" sí ha fomentado mejores conductas sociales, pero se convierte peligrosamente en un arma de control y supresión. No más peligroso quizá que nuestro sistema judicial, donde la norma puede ser buena, pero la aplicación deja a los ciudadanos en una postura vulnerable ante la corrupción y los abusos de poder.

Estamos ante el dilema que dividió a los residentes de una zona de Brooklyn. Unos enfocados en el castigo al delincuente, otros más pensando en las causas, su prevención y reinserción social. Entiendo que en China efectivamente es un arma de control, pues dependiendo de tu "puntaje social" tienes premios y castigos, acceso o no a viajar en avión, derecho a hospedarte en ciertos hoteles, etcétera. ¿Cómo mediar estas posiciones? Por un lado, debe haber un Estado de derecho que proteja a los ciudadanos y aplique la ley con la fuerza monopólica que le da su esencia, y por el otro ese mismo Estado debe proveer con educación y medios de desarrollo a las personas, de modo que disminuyan los delitos.

No podemos simplemente importar un sistema que funcione bien en otros países. Lo que hagamos en México debe estar acorde a nuestro código cultural. Como he dicho: no mejoraremos como país si no somos capaces de cambiar las condiciones de vida de los más necesitados. Autoridad y justicia social, un delicado equilibrio que no provoque más de aquello que quiere evitar.

@eduardo_caccia

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De líderes y clientelas/Enrique Krauze

en REFORMA

Los líderes iluminados autoproclaman su superioridad moral. A lo largo de la historia, las consecuencias de ese delirio han sido terribles.

En la conferencia "La política como vocación" (1919), Max Weber notó la semejanza entre los revolucionarios de su tiempo y las sectas milenaristas del siglo XVII que anunciaban la inminente llegada de Cristo. Sus caudillos transmitían la certeza de una "apertura escatológica de la Historia", advenimiento a tal grado radiante que propiciarlo o apresurarlo justificaba el empleo de todos los medios. Pero al reclamar para sus acciones políticas -terrenales al fin- el manto protector de la ética absoluta, profetas y revolucionarios incurrían en una insalvable contradicción con los valores que pretendían encarnar.

"Siempre fue ingenuo -decía Weber- creer que de lo bueno nace solo lo bueno y del mal solo el mal. A menudo ocurre lo contrario [...] quien no ve esto es un niño, políticamente hablando". Y agregaba:

Es [...] un hecho básico de la Historia [...] el que [...] el resultado final de la acción política guarda una relación absolutamente inadecuada, y frecuentemente paradójica, con su sentido originario. 

A partir de esa "tremenda verdad" le parecía inevitable la "quiebra" de la "ética de la convicción" por parte de quienes buscan la renovación total de una sociedad, y no su transformación razonada, paulatina, priorizada, fragmentaria, prudente, responsable. Para ser verdaderamente éticos, más allá de sus fines sublimes, esos líderes tendrían que prevenir y en lo posible evitar las consecuencias, a menudo dolorosas, de los medios que emplean. O, en su defecto, hacerse cargo de ellas (incluidas las de los muertos que su acción o inacción deja a su paso). Por definición, nunca ocurre.

¿A quién se refería? Desde luego a los socialistas, anarquistas y comunistas alemanes que se detestaban mortalmente entre sí pero tenían en común su desprecio a las instituciones democráticas. Ya en el poder, su acelerada radicalización -que incluyó la abolición del dinero, el caos social, la represión ideológica- alentó el ascenso del nazismo, que los borró a todos.

Pero la prueba más cercana estaba en la joven Revolución rusa. Weber trazaba su desenvolvimiento:

 Quien quiera imponer sobre la tierra la justicia absoluta valiéndose del poder necesita para ello seguidores, un aparato humano. Para que este funcione tiene que ponerle ante los ojos los necesarios premios [...] En las condiciones de la moderna lucha de clases, tiene que ofrecer [...] la satisfacción del odio y del deseo de revancha [...] del resentimiento y de la pasión dizque ética de tener razón; es decir, tiene que satisfacer la necesidad de difamar al adversario y de acusarlo de herejía.

La cruda descripción corresponde a Lenin y se refiere de manera explícita a "los guardias rojos, los pícaros y los agitadores". Una vez que el líder desata las pasiones, es difícil dominarlas. No dependen de él. Aun suponiendo la pureza del líder (y Lenin no era hipócrita, cínico, corrupto), este depende del aparato que ha formado, y ese aparato no está integrado única ni mayoritariamente por seres puros como él. Pero aun admitiendo -dice Weber- que la fe de las mayorías fuese "subjetivamente" sincera, en la mayor parte de los casos, objetivamente, no es más que una "legitimación" del ansia de venganza, de poder, de botín y prebendas. "No nos engañemos -agregaba con sarcasmo- la interpretación materialista de la historia no es tampoco un carruaje que se toma y se deja a capricho, y no se detiene ante los autores de la revolución".

Esa corrupta e inevitable burocratización desprestigiaría al socialismo por el resto del siglo:

Tras la revolución emocional, se impone nuevamente la cotidianidad tradicional: los héroes de la fe y la fe misma desaparecen o, lo que es más eficaz aun, se transforman en parte constitutiva de la fraseología de los pícaros y de los técnicos de la política. El séquito triunfante de un caudillo ideológico suele así transformarse ... en un grupo [...] ordinario de prebendados.

Muerto en 1920, Weber no alcanzó a atestiguar su profecía cumplida. Pero ese reparto del botín sería lo de menos. Lo diabólico fue la postulación de una nueva "moral" distinta de la judeocristiana, que santificaba el crimen colectivo en nombre de la revolución. La aurora roja se volvió una pira humana. A esa barbarie llevó a Rusia la ambición de poder -fanáticamente revestida de superioridad moral- de un líder iluminado y su clientela.

www.enriquekrauze.com.mx

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Árbitro débil/Carlos Elizondo Mayer-Serra

en REFORMA

Con un solo voto en contra, los diputados aprobaron el pasado martes un cambio en la ley electoral que permite a los partidos políticos pagar más lentamente las multas que les imponga el INE por violar la ley. ¿Es el primer paso? Morena quiere una reforma constitucional electoral antes de que termine el mes. Tienen prisa.

Hay temas donde todos los partidos coinciden. No quieren, por ejemplo, un tribunal electoral con las competencias para entrometerse en su vida interna por violar sus propias reglas. A partir de ciertos objetivos comunes, Morena intentará minar las facultades y la autonomía del INE.

La sucesión adelantada de AMLO requiere de un árbitro débil. Para maximizar su poder después del 2024, Morena buscará tanto reglas de asignación de diputados y senadores que favorezcan al partido más grande como que los partidos tengan menos dinero. El gobierno tiene los recursos públicos.

Fortalecer al árbitro fue la lógica detrás de las sucesivas reformas electorales de las últimas décadas. Se elaboraron reglas estrictas y detalladas en pos de la equidad en la contienda para poder sacar a quien estuviera en Los Pinos. El más hábil para ganar con cada reforma fue el PRD, sobre todo tras la llegada de AMLO a su presidencia. El gobierno no quería un boicot electoral. Fue cediendo.

Si el problema en 1988 fue cómo se computaron los votos, se construyó una maquinaria para que se contaran bien y un padrón electoral confiable. Si el problema en el 94 fue el exceso de recursos y acceso a los medios de comunicación del candidato del PRI, se construyeron reglas para contener ese abuso. En el 2000 ganó la oposición y no hubo una reforma. En el 2006, AMLO presionó para renovar al Consejo General del entonces IFE y se reguló la propaganda electoral en los medios de comunicación electrónicos. En el Pacto por México en el 2012, la oposición le sacó al PRI la creación de un órgano electoral nacional, el INE.

Estas reglas han impuesto restricciones a todos los partidos. Pero quien detenta el poder tiene tantas ventajas en la competencia que tener un árbitro débil implica el riesgo de regresar al mundo donde un electorado enojado no tenía realmente la posibilidad de sacar al gobierno con sus votos. Ésta es la definición mínima de democracia.

A diferencia de la reforma que extiende la participación de las Fuerzas Armadas en materia de seguridad pública hasta el 2028, demanda apoyada por los gobernadores de todos los partidos, acá todos menos Morena pueden perder mucho. ¿Están dispuestos el PT y el PVEM, aliados de Morena, a tener un árbitro débil y una disminución en los montos que reciben los partidos? Hoy valen para Morena porque los votos se cuentan bien y aportan dinero para las campañas.

La oposición es ingenua si cree que es posible hacer una reforma favorable a sus intereses. Las reformas electorales se deben hacer al arranque del sexenio. Históricamente han sido para resolver un problema desde la lógica del derrotado, no de quien ganó desde la oposición. Su triunfo avala la inexistencia del fraude. Lo mejor para la oposición es un árbitro fuerte. Por prudencia, mejor ni tocar la Constitución, donde tienen el poder de veto si el PRI no acepta ir con Morena.

En las negociaciones oscuras del Congreso, antes con moches y hoy con una combinación de garrote y zanahoria, cualquier cosa puede pasar. De aprobarse una reforma electoral que debilite al árbitro o desbalancee la competencia electoral, estaríamos ante el retroceso más grave de la vida democrática de este país, hoy ya considerado semidemocrático por la mayoría de los índices que miden el estado de la democracia en el mundo.

¿Por qué el partido más grande y fuerte, con un Presidente popular e impermeable a los desaciertos, está obsesionado con debilitar al árbitro? ¿Están inseguros sobre el futuro y con poca confianza en el pueblo en cuyo nombre gobiernan?

@carloselizondom

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El derrotero histórico del PRI/Eduardo Bours Castelo

en REFORMA

La circunstancia actual de México enfrenta una creciente polarización y una destrucción institucional desde el Estado. Además, vivimos el deterioro en la economía y bienestar de las clases medias y populares, así como la imposición del cuestionado proyecto de país de Morena y sus aliados. Esto exige mucho de nosotros como ciudadanos, y exige aún más de sus partidos políticos.

El Congreso ha sido el escenario principal de la lucha de quienes queremos algo mejor a lo que se impone desde Palacio Nacional. Este año, ambas Cámaras han vivido dos momentos cruciales: la discusión sobre la reforma eléctrica y el debate de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública.

Ambos momentos provocaron que los partidos políticos mostraran su visión y su posicionamiento; pero también desnudaron su intencionalidad e interés de fondo, sus compromisos y coherencia. Así, los partidos se decantaron y en los hechos fijaron su derrotero histórico frente al poder, pero también frente a sus militancias y frente a la ciudadanía.

Los resultados iniciales del boque de contención de la Alianza Va por México y MC generaron expectativas muy favorables y esperanzadoras para el país. Para el PRI significó además una nueva oportunidad de confianza y credibilidad entre sus militantes y la ciudadanía en general.

Pero de nuevo... otra vez... llegó el desencanto.

La iniciativa del PRI apoyada por la mayoría (no todos) de sus diputados y senadores sobre la militarización de la seguridad pública, aunada a la coincidente cancelación de los ataques a Alejandro Moreno en "Los martes del Jaguar" y la despresurización de su desafuero llevaron, con justa razón, a gran suspicacia pública.

Junto a estas acciones del PRI en lo nacional se asoman también otras que su dirigencia impulsa en lo local. En Sonora, por ejemplo, vivimos un muy cuestionado y accidentado proceso de renovación cupular marcado por la imposición, el desaseo y la falta de legitimidad. Un proceso que privilegió arreglos cupulares, intereses personales y de grupo a los intereses de su militancia y a los principios de democracia interna.

Ante esta lamentable coyuntura, veo sólo tres alternativas: callar y avalar con el silencio la situación a la que se ha llevado al partido; renunciar al PRI; o bien una tercera vía, que quizás muchos también buscan: manifestar mi total desacuerdo e inconformidad sin entregar mi militancia a una dirigencia cuya visión, proyecto y conducción del partido desapruebo. Lo hago con la convicción de que el PRI es mucho más que su actual dirigencia.

Con esta suspensión me uno a las diferentes corrientes del PRI que buscan el urgente relevo del CEN, teniendo muy claro que, hoy, la exigencia es redefinir y reposicionar al PRI frente al actual régimen.

La vida pública e interna del partido no es patrimonio personal de dirigentes ni de grupos internos de poder que pretenden manejarlo en función de sus necesidades y compromisos.

El PRI debe trascender a su dirigencia actual e incluso a periodos nefastos como el gobierno del sexenio pasado, marcado por la corrupción y la frivolidad.

El PRI aportó al país grandes instituciones en todos los ámbitos de la vida nacional, construyó infraestructura en todos los órdenes; luchó por la participación igualitaria de mujeres, y en su tiempo contribuyó a la democratización del país. Redefinir y reposicionar al PRI exige mucha autocrítica para recuperar la confianza de la militancia y la ciudadanía, pero también implica dimensionar y reivindicar su historia.

Para ello es indispensable restablecer la capacidad de escuchar a la gente, de conocer sus necesidades, causas y aspiraciones. Sólo así se rescatará la credibilidad interna, el compromiso con su militancia y sobre todo el respeto de la ciudadanía para ser considerado como una opción viable y responsable en el futuro, con alianza o sin ella.

La principal divisa, el valor fundamental del PRI, deben ser sus militantes, sus cuadros y simpatizantes y especialmente México y los mexicanos.

El autor es empresario; ex Gobernador de Sonora (2003-2009).


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