16 DIC 2022 | 20:25 h
LA REPUBLICA
Pedro Castillo: ¿qué le dijo Lilia Paredes tras su fallido intento de asilo en la embajada de México?
Fuentes de la escolta presidencial revelaron cuál fue la reacción de la ex primera dama cuando fueron intervenidos por la Policía mientras intentaban dirigirse a la Embajada de México tras la disolución del Congreso.
Pedro Castillo fue detenido en flagrancia el miércoles 7 de diciembre cuando intentaba llegar a la Embajada de México para solicitar asilo político. Esto ocurrió casi una hora después de haber realizado un golpe de Estado, que finalmente fue rechazado por el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y la Policía.
En esa línea, la Unidad de Investigación de La República consiguió acceder a fuentes de la escolta presidencial para conocer cómo se produjo la detención del ex jefe de Estado. En el auto, además de Castillo, se encontraba su esposa, Lilia Paredes; su pequeña hija; y el ex primer ministro Aníbal Torres.
¿Cómo reaccionó Lilia Paredes ante la detención de Pedro Castillo?
De acuerdo a la información recabada, la también maestra llevaba a su hija sentada en las piernas cuando la Policía intervino el auto presidencial. Ambas mujeres comenzaron a llorar y a desesperarse por la situación. “¡Pero qué has hecho, Pedro! ¿Por qué lo has hecho?”, le decía la cónyuge al exmandatario mientras abrazaba a su hija.
¿Cómo se dio la detención de Pedro Castillo?
La comunicación que tuvieron el jefe de la escolta presidencial, el jefe de la División de Seguridad Presidencial y el jefe del Departamento de Escolta Presidencial fue clave para conseguir la detención del expresidente antes de que llegue a la Embajada de México.
—¡Salida reservada! (sin destino) —comunicó el suboficial Nilo Irigoín Chávez al chofer del “cofre” (vehículo presidencial), suboficial PNP Joseph Grández López.
—¿A dónde se van? —preguntó el coronel Walter Ramos.
—¡Salida reservada, mi coronel! —repitió Irigoín.
Mientras el auto presidencial alcanzaba las avenidas Tacna y Nicolás de Piérola, el chofer Grández preguntó al suboficial Irigoín cuál era la ruta a seguir. “‘¿A dónde va, mi superior?’, le dijo. En seguida, Irigoín consultó al expresidente Castillo: ‘Pedro, ¿a dónde vamos?’. ‘¡A la Embajada de México!’, respondió el exmandatario”, relataron a este medio fuentes de la escolta del ex jefe de Estado.
—¡Uy, se va a quitar! Si el presidente Castillo se mete en la Embajada, ¡los que van a ir a la cárcel somos nosotros! —exclamó el coronel Walter Ramos (jefe de la División de Seguridad Presidencial).
De inmediato llamó al general Iván Lizzetti (jefe de la Dirección de Seguridad del Estado de la PNP) y comunicó lo sucedido.
—Mi general, ¿qué hago? ¡El hombre se va a la Embajada de México! —le informó.
—¡Espera, espera! ¡Voy a consultar! —respondió el general Lizzetti.
Mientras el vehículo avanzaba por la avenida Tacna y Nicolás de Piérola, el coronel Ramos llamaba desesperado al general Lizzetti, pero no contestaba. Al poco rato, el general Lizzetti devolvió la llamada.
—¡Detenlo, detenlo! —pronunció Lizzetti, casi gritando.
Walter Ramos aprovechó el cambio del semáforo en la intersección de las avenidas Inca Garcilaso y España, y ordenó al comandante Miguel Carpio que corriera hasta el primer vehículo de seguridad para impedir que avanzara.
— ¡Te plantas acá! ¡Nadie se mueva! —gritó el comandante Carpio al chofer del vehículo de seguridad luego de golpear la capota del carro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario