Ligan a ex jefe de DEA en México con abogados de narcos; agencia AP
Miami, EUm (28 enero 2023).- La DEA destituyó discretamente a su funcionario de más alto nivel en México el año pasado por contactos inapropiados con abogados de narcotraficantes, un final vergonzoso para una gestión breve marcada por el deterioro en la cooperación entre ambos países y un flujo récord de cocaína, heroína y fentanilo hacia EU,
El hecho de que Nicholas Palmeri haya socializado y vacacionado con abogados de Miami que representan a narcos, actividades detalladas en registros confidenciales revisados por The Associated Press, a la larga provocó su caída después de sólo 14 meses de ser el poderoso director regional de la agencia antinarcóticos, el cual supervisa a docenas de agentes a lo largo de México, Centroamérica y Canadá.
Pero investigaciones internas por separado generaron otras señales de alerta, incluidas quejas sobre el manejo laxo de la pandemia de Covid-19, a consecuencia de lo cual dos agentes enfermos tuvieron que ser trasladados en avión fuera de México.
Y otra, divulgada la semana pasada, encontró que Palmeri aprobó el uso de fondos de la lucha contra las drogas para propósitos inapropiados y solicitó que se le reembolsaran con el fin de pagar su propia fiesta de cumpleaños...
"El puesto de director regional en México es el más importante de las operaciones extranjeras de la DEA, y cuando ocurre algo como esto, es problemático", dijo Mike Vigil, ex jefe de operaciones internacionales de la agencia.
"Es aún más crucial debido al deterioro en la situación con México", agregó Phil Jordan, ex director del Centro de Inteligencia de El Paso, perteneciente a la DEA.
Palmeri dijo que las investigaciones en su contra por conducta inadecuada eran una "cacería de brujas" provocada por celos personales y profesionales de los que se negó a dar detalles, y "un relato mal planeado para destituirme de mi cargo".
Palmeri agregó que todas sus relaciones con abogados "siempre han sido profesionales y éticas", y que todos sus gastos en México fueron "sensatos" y beneficiaron al Gobierno de Estados Unidos.
Chris Landau, que supervisó a Palmeri cuando era Embajador de Estados Unidos en México durante el Gobierno del Presidente Donald Trump, dijo que el enfocarse intensamente en Caro Quintero y otros arrestos similares que acaparan titulares noticiosos es característico de las fallas más amplias de la DEA en la guerra contra las drogas.
Landau citó el impactante arresto en Estados Unidos en 2020 del General Salvador Cienfuegos, ex Secretario de Defensa Nacional, ante lo cual el Presidente Andrés Manuel López Obrador disolvió la unidad policial de élite en ese país que era aliada crucial de la DEA.
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DEA: corrupción flagrante/ Editorial
Periódico La Jornada, sábado 28 de enero de 2023 , p. 2
El ex director regional en México de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) Nicholas Palmeri sostuvo contactos “impropios” (es decir, que socializó y vacacionó con ellos) con abogados de Miami que defienden a capos latinoamericanos, por lo que en mayo de 2021 fue abruptamente transferido a las oficinas centrales en Washington, hasta que finalmente renunció en marzo de 2022.
De acuerdo con una investigación confidencial filtrada ayer, Palmeri tuvo otras conductas cuestionables en los 14 meses que ocupó el cargo más importante de la DEA en el exterior: en 2020 organizó una reunión en la ciudad balnearia de Mazatlán, cuando se encontraba en vigor una orden del gobierno estadunidense para evitar encuentros presenciales y viajes innecesarios debido a la pandemia; como resultado, dos agentes enfermaron de gravedad y tuvieron que ser repatriados de emergencia. Asimismo, habría pedido que le rembolsaran con recursos públicos los gastos de su fiesta de cumpleaños, y aprobado la compra de “artículos inadmisibles” durante viajes al extranjero. Pese a este cúmulo de anomalías, la agencia le permitió renunciar en lugar de expulsarlo, y declinó presentar cargos en su contra.
Sólo dos meses después de que Palmeri dejó el organismo, un agente y un supervisor fueron imputados por filtrar información confidencial a abogados de Miami, a cambio de 70 mil dólares en efectivo, otra muestra de las cada vez más evidentes redes de corrupción tejidas entre la agencia y toda la economía que gira en torno al dinero del narcotráfico en el propio territorio estadunidense. Pero el caso que ha dinamitado por completo la reputación de la DEA es el de José Irizarry, condenado a 12 años de prisión después de admitir que pasó una década conspirando con cárteles colombianos para lavar dinero, tiempo en el cual viajó por el mundo dándose una vida de lujos y excesos en compañía de las personas a las que supuestamente perseguía. Al confesar su historia criminal, Irizarry aseguró que no caería solo, y señaló que docenas de agentes federales, fiscales e informantes participan en una especie de tour permanente para recoger dinero proveniente del lavado en ciudades de tres continentes. De manera incluso más demoledora para el discurso oficial de Washington, el agente caído en desgracia afirmó que él y sus colegas hacían esto porque desde hace mucho cobraron conciencia de la futilidad de la guerra contra las drogas.
Aunque ex oficiales de la DEA y otros cuerpos de inteligencia se apresuraron a desmentir a Irizarry, es cada día más difícil mantener la pretensión de que los corruptos y los criminales viven únicamente fuera de las fronteras estadunidenses, así como resulta del todo imposible ocultar el rotundo fracaso del enfoque punitivo y militarista del combate a las drogas propugnado por Washington en el último medio siglo: para corroborarlo, basta con ver las cifras de muertes por sobredosis en esa nación, un recordatorio de las consecuencias de gastar en interferir en los asuntos de 69 países (el número en el que oficialmente tiene operaciones la DEA) miles de millones de dólares que podrían emplearse en prevención de las adicciones y salud pública.
En abril pasado, trascendió que el gobierno mexicano había disuelto una “selecta unidad antinarcóticos que durante un cuarto de siglo trabajó mano a mano con la DEA en el combate al crimen organizado”, medida criticada por el ex jefe de operaciones internacionales de la corporación, Mike Vigil, como un “disparo en el pie” por parte de las autoridades de nuestro país. En menos de un año, los hechos han dado la razón a La Jornada, que ya entonces calificó de saludable el alejamiento respecto a una institución probadamente corrupta y carente de cualquier autoridad para dictar la manera en que ha de conducirse la lucha contra el crimen organizado.
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Ricardo Mejía sigue presente en la subsecretaría de Seguridad
Bajo Reserva/ El Universal.
Nos cuentan que la presencia del exsubsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, quien ni el adiós le dio al presidente Andrés Manuel López Obrador, se sigue sintiendo en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Nos hacen ver que si bien en los cuarteles de Morena ya se dio la señal de combatir la campaña del exfuncionario a la gubernatura de Coahuila por el PT, en las oficinas de Seguridad en avenida Constituyentes, su grupo sigue firme y actuando. Incluso hay quien asegura que, desde Coahuila, don Ricardo sigue operando. Nos cuentan que dejó a su secretario particular y a todo su equipo de directores generales y titulares de unidad, que no han sido removidos por el nuevo subsecretario, el general Luis Rodríguez Bucio, quien llegó sin equipo a ponerse a las órdenes de la secretaria Rosa Icela Rodríguez. ¿Será un raro caso de institucionalidad más allá de la política o pronto veremos cambios en la subsecretaría?
Marko Cortés quiere gobernadora en Guanajuato
Nos cuentan que la revelación del líder nacional del PAN, Marko Cortés, en el sentido de que en 2024 una mujer será candidata a gobernadora en Guanajuato, provocó caras largas y evidente malestar en el senador Erandi Bermúdez, aspirante a la candidatura y quien, durante la conferencia de prensa en la reunión plenaria de legisladores de su partido, ni siquiera volteó a ver a su presidente. Pero la gota que derramó el vaso fue cuando Xóchitl Gálvez gritó: “¡ya es hora de que gobierne una mujer en Guanajuato!”. De inmediato Bermúdez, oriundo de Pénjamo, reviró muy molesto: “Aquí no vota Xóchitl y vamos a esperar que diga la gente”. ¿Será que ya empiezan los pleitos entre grupos del blanquiazul en ese estado que, en el papel, dominan ampliamente en lo electoral? No será la primera vez.
Comienza el Noroñatour
Luego de que el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, atendió la petición de Gerardo Fernández Noroña de ser incluido en la encuesta que definirá la candidatura presidencial de la 4T, nos hacen ver que el diputado del PT comenzará sus visitas a los estados. Hoy irá a Sonora, donde se reunirá con militantes en una "asamblea informativa". ¿Tendrá gasolina suficiente para competir en giras de fin de semana contra las corcholatas que desde puestos de gobierno se placean por todo el país? En una de esas le aparecen también a don Gerardo simpatizantes anónimos y con muchos recursos para hacerle campaña de anuncios espectaculares y saludos de personalidades en redes sociales.
Morenistas no quieren aliados de PT y Verde en Puebla
os cuentan que Coahuila no es la única entidad en donde se resquebraja la coalición Morena-Partido Verde-PT, ya que ahí competirán por separado por la gubernatura este año; sino que en Puebla también hay división, incluso, dentro del partido guinda, ya que el diputado federal Mario Miguel Carrillo cuestionó por qué Morena va en alianza con chiquipartidos, si tiene 52% de intención de voto para la presidencia municipal de Puebla, y no le parece justo que PT y PVEM tengan derecho a proponer candidato. Nos cuentan que la dirigencia estatal le respondió que pueden proponer "perfiles que verdaderamente representen a la ciudadanía", claro, después de echarle en cara que busca para él la candidatura. Con esos amigos, para qué quieren enemigos.
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Brooklyn 2033, o cuando el futuro los alcance/Salvador García Soto
Ahora mismo podrían estarse fraguando“expedientes criminales” en contra de personajes del actual gobierno
El Universal, 28/01/2023;
El juicio a Genaro García Luna, en la Corte Federal del Este de Brooklyn, en Nueva York, en un buen ejemplo de que, para la Justicia de los Estados Unidos no hay temporalidad ni prescripción cuando se trata de castigar delitos y conductas que, de acuerdo a sus leyes extraterritoriales, afectaron su legalidad e intereses. Diez años después de que el expoderoso exsecretario de la Seguridad Pública mexicana terminara su cargo en el sexenio calderonista, y aun habiendo sido reconocido y homenajeado por agencias del gobierno estadounidense como “policía ejemplar” y “amigo” de los americanos, García Luna está hoy sentado en el banquillo de los acusados por delitos de narcotráfico y en un juicio que le augura una larga condena en una prisión de máxima seguridad de la Unión Americana.
La reflexión viene a cuento porque, justo los que hoy están tan entusiasmados y exaltados por el juicio al exfuncionario calderonista, tanto que celebran la realización del mismo como “un acontecimiento muy importante” y difunden y replican todo lo que se dice en las audiencias de la Corte del Distrito Este, como un tema “que todos los mexicanos deben saber y estar informados”, podrían sufrir una vuelta del revés y estar dentro de algunos años, en un futuro no muy lejano, también siendo acusados, investigados y quizás hasta juzgados por un tribunal estadounidense por posibles delitos contra las leyes norteamericanas.
Y es que así como a Genaro García Luna tardaron años para armarle un expediente judicial con denuncias y testimonios que provenían desde el periodo de 2006 a 2012, cuando el entonces secretario y principal estratega del presidente Felipe Calderón en su “guerra contra el narco” estaba en los cuernos del poder, y no fue sino hasta 7 años después de terminado aquel sexenio cuando lo detuvieron en diciembre de 2019 en la ciudad de Dallas, Texas, igual ahora mismo podrían estarse fraguando y llenando “expedientes criminales” en varias agencias del gobierno de Estados Unidos, en contra de personajes de poder en el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Imaginemos, por un momento y en un ejercicio de ficción, que ya es el año 2033 y en esa misma Corte Federal de Brooklyn, empieza un juicio contra un general retirado del Ejército Mexicano, tres exgobernadores y un ex dirigente del partido gobernante en México. A todos ellos los acusan de haber tenido relación con el asesinato de un empresario de México que, a través de contrabando ilegal (huachicoleo) de gasolinas y diésel estadounidense por las aduanas mexicanas, obtuvo ganancias multimillonarias en dólares con las que apoyó campañas políticas de candidatos del partido oficial más de 12 años antes, en el año 2021. El juicio sería, sin duda todo un escándalo, y así como ahora los actuales gobernantes disfrutan y se solazan hablando de ese juicio y de los siniestros personajes que desfilan en él, habría seguramente otros en el poder que se divirtieran e hicieran de ese enjuiciamiento a políticos mexicanos “un asunto de la mayor importancia para todos los mexicanos”.
Eso, que por ahora es solo ficción, podría tener algún viso de realidad si se toma en cuenta que el expediente que abrieron al menos una agencia del gobierno estadunidense, la DEA, está vigente sobre las actividades ilícitas que llevaba a cabo el empresario tamaulipeco Sergio Carmona, quien fue asesinado en noviembre de 2021 en San Pedro Garza, Nuevo León, en condiciones y por motivos aún no esclarecidos. Antes de que lo mataran, Carmona se había reunido con agentes del FBI y del DEA, por separado, en al menos dos ocasiones. Los encuentros tuvieron lugar en la ciudad de Monterrey y en ellos Sergio habló del negocio millonario de huachicol de combustibles que él manejaba por la Aduana de Reynosa, con el conocimiento y protección de un alto mando de la seguridad y la inteligencia federal mexicana.
De acuerdo con fuentes que conocieron de esos encuentros, al menos una de las declaraciones a la DEA tuvo carácter y Sergio Carmona estaba en vías de negociar una figura de “testigo protegido” o “testigo de interés” para la justicia de los Estados Unidos, a partir de la información que había ofrecido a los agentes estadounidenses sobre un presunto financiamiento millonario que él entregó a la dirigencia nacional de Morena y a las campañas de al menos tres candidatos a gobernador por ese partido en 2021.
Ese documento, en manos de la justicia estadounidense, sería la base de un expediente que está abierto y que podría dar los elementos legales suficientes para que el Departamento de Justicia de Estados Unidos iniciara en un futuro, primero una investigación y después un juicio, sobre la muerte y el asesinato de Sergio Carmona Angulo, quien a partir de que declaró ante una autoridad del país vecino, podría ser considerado un “testigo clave” para la investigación de delitos y violaciones contra las leyes estadounidenses. Se podría invocar, en ese caso, un juicio “post mortem” de un “testigo de interés” para los Estados Unidos, y en ese proceso podría involucrarse a los políticos y funcionarios de Morena y de la 4T que el mismo Carmona mencionó en sus declaraciones, como parte de su red de sobornos y financiamientos políticos con dinero ilegal.
Y seguro dirán que eso son meras especulaciones y que lo que hoy se ve como mera ficción es imposible. Pero así empezaron las investigaciones contra Genaro García Luna, quien ya durante el auge de su inmenso poder, durante los años del calderonismo, había recibido acusaciones, señalamientos y hasta declaraciones de narcotraficantes como testigos protegidos que lo vinculaban al Cártel de Sinaloa y a los sobornos que presuntamente recibía para dar protección a esa organización. El propio García Luna, si le hubieran dicho en 2013 que iba a terminar siendo detenido y acusado por la justicia de Estados Unidos de cargos por narcotráfico, se hubiera reído, porque se sentía tan impune que hasta compró casas, mansiones y creó sociedades, fideicomisos y empresas en el sistema financiero estadounidense. 6 años después lo apresaron y tres años después, en este 2023, está en el banquillo de los acusados.
Por eso quizás no debieran festejar tanto en la 4T ni promocionar como lo hacen, como una suerte de divertimento o distractor político, el juicio que hoy enfrenta en exsecretario calderonista de seguridad. Ya decía el maquiavélico obispo de París, Charles Maurice de Talleyrand, que incitó a revoluciones, engañó a reyes y encumbró y traicionó a muchos políticos de su época: “los carniceros de hoy serán las reses del mañana”. Y tal vez lo que hoy parece ficción, para el 2033 no sea tan irreal y veamos en la Corte Federal de Brooklyn nuevos juicios, nuevos acusados y antiguos carniceros convertidos en reses y en el banquillo de los acusados. Después de todo entre la realidad y la ficción siempre termina imponiéndose la realidad.
NOTAS INDISCRETAS…
Desde adentro de su propio equipo salen comentarios y quejas de que la Jefa de Gobierno ha elevado el nivel de tensión y los gritos a sus colaboradores, derivado de la crisis del Metro que no terminan de resolver. Aunque sus cercanos están acostumbrados a los modos secos y recios de la doctora Sheinbaum, en los últimos días la han visto mucho más tensa e irritable por la presión que ha significado la problemática del Metro. Y es que las caídas de entre 2 y 5 puntos de su aceptación que empiezan a registrar las primeras encuestas tienen muy nerviosos a los asesores de la Jefa que, con todo y el respaldo presidencial y la presencia multitudinaria de los militares de la Guardia Nacional en el Metro, aún no logra probar del todo y de manera contundente su teoría del sabotaje como fuente de los constantes accidentes, incendios y situaciones de riesgo para los pasajeros y usuarios que se están registrando en las instalaciones de ese medio de transporte. Y para colmo, mientras Sheinbaum sigue en apuros y tuvo que suspender sus giras de promoción por la República, a Marcelo Ebrard se le acomodaron las cosas a partir de la crisis de la CDMX, pero también de los resultados de la Cumbre de Líderes de Norteamérica. Incluso con el libro de Mike Pompeo, “Never give an Inch”, que empezó a circular esta semana, el canciller si bien es señalado por el exsecretario de Estado de haberle pedido “no revelar los acuerdos” migratorios y políticos que hizo Marcelo con el propio Pompeo, también en el texto hay varias expresiones elogiosas para el canciller mexicano que es calificado por el exsecretario trumpista como un negociador confiable. Así que, entre el mal humor de unas, el impulso de otros y la campaña que no cesa de Adán Augusto López, está claro que las corcholatas se siguen moviendo, pero podríamos estar ante un punto de quiebre en la adelantada sucesión presidencial en donde, por primera vez, la favorita ya no se ve tan fuerte y los dos “plan B”, Marcelo y Adán, podrían tomar en cualquier momento ventaja de la crisis y los apuros de Claudia…Los dados mandan Doble Escalera. La semana cierra bien.
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¿Le creo al narcote confeso, o al presunto super cop narco?/Juan Pablo Becerra-Acosta M.
El Universal,
Usted, lectora-lector, puede creerle a quien quiera en el juicio de Genaro García Luna, que se lleva a cabo en una corte de Brooklyn, Nueva York, y que es un caso muy relevante, porque lo que está en el banquillo es la viabilidad de la guerra contra las drogas de Estados Unidos y México, sus nulos resultados, su escasa utilidad luego de 51 años de sangre que han costado cientos de miles (¿o millones?) de muertos a causa de las balas y de los estupefacientes en ambos lados de la frontera.
Si usted es fan de Vicente Fox, ándele, créale el antiguo supercop, al exdirector de la Agencia Federal de Investigación durante el sexenio foxista, y sostenga que él nunca hizo montajes televisivos para presumir arrestos ni tampoco tuvo relaciones peligrosas con narcotraficantes, plagiarios y extorsionadores.
Si usted es admirador de Felipe Calderón y su guerra, venga, meta las manos al fuego por el exsecretario de Seguridad Pública (2006-2012), ese personaje que hechizó a tantos funcionarios, gobernadores, alcaldes, gente de la sociedad civil, y a no pocos periodistas que a diestra y siniestra dijeron ser amigos de quien -presumían sin pudor- era, según ellos, “el mejor policía de México y, si me apuras, hasta del mundo, mano”.
Si usted es un antiguo mirrey que amará siempre a su lord Enrique Peña Nieto, adelante, defienda al antiguo miembro del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y jure usted que el caballero contratista en ese sexenio no fue ni es corrupto, que jamás desvió recursos para enriquecerse, y que ni él ni sus familiares recibieron millonarias transferencias del gobierno mexicano a través de la Secretaría de Gobernación.
Si usted cree en la honestidad, rectitud y aptitudes detectivescas de ese ingeniero que apantalló incluso a académicos y a empresarios que lo hicieron su consultor, está usted en su derecho, defiéndalo en sus redes o en sus tertulias.
Si usted es un expolítico, un exalto funcionario gringo de seguridad o justicia, y recuerda con pasión cuando usted y los suyos no solo presumían a su mexican cop y le entregaban diplomas, reconocimientos y se tomaban fotos con él, sino que le compartían relevante información de seguridad nacional, archivos top secret, y le daban cuantiosos recursos a través de convenios de colaboración con México, good, continúe ensalzándolo, usted sabrá dónde terminaron esos documentos y dineros, y a quién beneficiaron en México y Estados Unidos.
Ahora bien, si usted no le cree nada a Genaro García Luna, y nunca se dejó hipnotizar por él, usted está en su derecho de crucificarlo.
Pero, entonces, ¿quién dice la verdad en el juicio contra el antiguo hijo predilecto de la DEA? ¿El supuestamente impoluto ex sheriff mexicano, acusado de tres cargos por tráfico de cocaína, uno por delincuencia organizada, y otro por dar declaraciones falsas? ¿O el testigo de la Fiscalía, este violento criminal confeso, Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”?
No sea prejuicioso con el capo, demos una repasada básica a lo que suele suceder con este tipo de declarantes, que sin duda desde hace muchas décadas tienen sus pros y sus contras en el sistema estadunidense. ¿Qué podemos decir a favor?
1.- Que gracias a gente que estaba dentro de las organizaciones criminales las instituciones de justicia de Estados Unidos pudieron construir casos sólidos contra relevantes capos a partir de los años 30 del siglo pasado y lo siguen haciendo hasta estos días.
2.- Que gracias a esas infidencias de los delincuentes ha sido posible conocer la forma en que operan sus organizaciones no solo en cuanto al tráfico de estupefacientes, sino al trasiego de armas y al lavado de dinero, y gracias a ello se ha conseguido desmantelar parte de sus cárteles. Lo mismo ha ocurrido en México, como hemos visto plasmado a lo largo de los años en los informes de inteligencia del Estado mexicano.
En contra podemos afirmar que muchos de estos testigos son capaces de inventar cualquier cosa e incriminar a quien sea con tal de obtener beneficios para reducir sus penas.
Yo, yo no puedo creerle a ninguno, porque, en primer lugar, los periodistas debemos dudar de todo, especialmente de aquello que proviene del poder (de cualquier poder, ya sea establecido o fáctico), y en segundo lugar porque el periodismo no es un acto de fe sino un oficio que tiene que sustentarse en lo comprobable, lo verificable. De entrada le digo que, en mi experiencia, casi todos los servidores públicos mienten, ocultan información, o la tergiversan, y los criminales suelen ser mitómanos incurables.
Entonces, ¿en quién confiamos, quién podría ser veraz en este caso?
¿LEVANTÓN Y OCULTAMIENTO, O MITOMANÍA?
Le expongo un solo hecho que por sí solo bastaría para determinar si El Grande habla con la verdad o inventa, y por tanto si todo el juicio contra García Luna será un caso sólido, o se tratará de un show mediático de poca monta (en Estados Unidos no ha llamado la atención) que no servirá más que para alguien teclee el guion de una serie de televisión muy chafita.
Durante el segundo día de su comparecencia ante la Corte del Distrito Este de Nueva York, El Grande afirmó que en octubre del 2008 (sexenio de Calderón) el entonces secretario de Seguridad Pública (García Luna) fue secuestrado en Morelos por órdenes de un capo muy famoso en aquella época, Arturo Beltrán Leyva, El Barbas. El objetivo del levantón habría sido amenazar a García Luna para que siguiera colaborando con su organización criminal, ya que el hombre andaba rejego, a pesar de que presuntamente lo tenían bien maiceado con cientos de miles de dólares (¿o millones?), y parecía, a ojos del narco, que el funcionario ayudaba a Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada, sus antiguos socios que luego se convirtieron en rivales.
“Para que veas que puedo llegar hasta ti”, le habría dicho el capo al policía.
Lo que se informó oficialmente en ese entonces fue que algunos escoltas del funcionario sí habían sido levantados por un comando armado que viajaba en ocho camionetas, pero que García Luna no estaba en el lugar de los hechos.
A ver, obviamente que era imposible que el muy macho gobierno de Calderón aceptara que un cártel le había dado un levantón a su policía estrella. Primer tiempo. ¿Cómo iba García Luna explicar a su jefe semejante bochorno? ¿Qué iba a decir? Este, jefe, con la novedad de que… me levantaron en Morelos los Beltrán Leyva, pero fue un error, y me dejaron vivo porque me respetan, y a usted le tienen miedo.
O, bien, para ocultar sus vínculos con el narco: Señor Presidente, estos desgraciados me levantaron porque quisieron negociar con nosotros, pero yo me negué, primero muerto que traicionarlo a usted y a la patria, y evocando su valentía, Señor Presidente, les dije que nosotros no negociamos con criminales, y les advertí que si no me soltaban, les caería encima toda la fuerza del Estado.
Por cierto, en los hechos así fue: poco más de un año después, en diciembre de 2009, la Marina abatió a El Barbas en Cuernavaca, luego de un muy duro enfrentamiento.
Segundo tiempo. ¿Qué decimos, Genaro? Sugiero, señor Presidente, que digamos que secuestraron un rato a unos cuantos de mis escoltas y que ahí quede todo.
Haiga sido como haiga sido lo ocurrido, para citar un clásico exabrupto de Calderón, así fue la versión oficial difundida por todos lados. Normal, no había manera de que el gobierno federal reconociera una afrenta así y resultaba muy complicado comprobar lo contrario, se hubiera requerido tener contactos muy riesgosos dentro del crimen organizado y que éstos aportaran evidencias rotundas.
Pero hoy, las cosas podrían ser diferentes: la Fiscalía de Estados Unidos posee una oportunidad de oro para hacer pedazos a García Luna y buscar cadena perpetua para su viejo aliado. La fiscal adjunta Saritha Komatireddy, que encabeza el equipo de fiscales en la Corte del Distrito Este de Nueva York en Brooklyn, junto a Erin M. Reid, Philip Pilmar, Marietou E. Diouf y Adam Amir, solo tiene que exhibir una cosa ante el juez Brian M. Cogan: una prueba de ese levantón.
Si El Grande dice la verdad, no puedo creer que Beltrán Leyva no haya guardado una imagen de tal encuentro forzado. Una foto, un video, un audio, algo, a menos de que en aquel violento operativo la Marina haya interceptado, en los teléfonos o computadoras de El Barbas, esas pruebas incriminatorias y que el narco no hubiera tenido la prudencia de mandarle copia a alguien.
En fin, si más allá de los dichos de los miembros del narco no hay evidencias contundentes de parte de la Fiscalía gringa, los dos meses del juicio solo serán un circo, una comedia de muñecos para crucificar a García Luna sin que nadie más sea imputado. Por ejemplo, Felipe Calderón, por complicidad u omisión.
Veremos.
Twitter: @jpbecerraacosta
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El manto de la desigualdad/Jorge Volpi
en REFORMA
En solidaridad con el rector Enrique Graue.
En su reciente Desigualdad. Una historia genética, el genetista español Carles Lalueza-Fox afirma que tenemos muchas más posibilidades de ser descendientes de reyes, conquistadores, señores feudales y, en suma, de los grandes villanos de la historia, que de campesinos, pueblos conquistados y, en resumen, de sus víctimas. La razón es evidente: al menos desde que dominamos la agricultura e inventamos la propiedad privada, a los hombres de los pueblos o de las clases sometidas les resultó mucho más difícil reproducirse que a quienes los dominaban, fuese porque eran sistemáticamente eliminados o convertidos en esclavos, en tanto los amos se aprovechaban de sus mujeres.
Cargamos en nuestros propios cuerpos un estigma primordial: una pertinaz historia de injusticia. Podría decirse que la historia de la humanidad es la historia de esta apabullante desigualdad. Mientras los humanos fuimos cazadores-recolectores, el nacimiento no implicaba una ventaja o una desventaja frente a los demás miembros del clan: ante la incertidumbre del medio, aquellas sociedades eran más o menos igualitarias. Una vez que nos establecimos en lugares fijos y fue posible acumular alimentos, no solo se estableció un implacable sistema patriarcal, que convirtió a las mujeres y a los hijos en propiedad de los machos dominantes, sino que dividió a estos mismos en distintas categorías de las cuales era casi imposible escapar.
A partir de ese momento, siempre hubo hombres que, a fuerza de alianzas y mitos -de ficciones útiles-, se encargaron de explotar a los demás, construyendo sociedades cada vez más complejas y a la vez más estratificadas. El azar del nacimiento se convirtió, así, en una especie de destino: ver la luz en el pequeño grupo dominante implicaba privilegios que no disfrutaba la mayoría que lo hacía en los rangos o castas inferiores. Poco importaba que los poderosos fueran unos cuantos y los desposeídos muchos más: rara vez las rebeliones contra el férreo control social tuvieron éxito.
La historia de la humanidad, desde entonces, ha implicado la feroz lucha de quienes nacen con privilegios por conservarlos a toda costa y de quienes no los tienen -o tienen muchos menos- para arrebatárselos o, al menos desde la invención de la democracia, por conseguir ciertas condiciones de igualdad: que el nacimiento no implique, por fuerza, una desventaja imposible de vencer. Quedamos escindidos, así, entre dos fuerzas antagónicas: quienes buscaban -y aún buscan- retener sus ventajas y quienes aspiran a arrebatárselas o, al menos, a equilibrar el juego. No es difícil identificar en estos dos bandos a los que seguimos identificando con la derecha e izquierda: si continúan existiendo, pese al aparente descrédito de las ideologías, es porque después de milenios de escaramuzas, guerras y revoluciones, aún se mantiene esa desigualdad primordial. En pleno siglo XXI, el mero hecho de nacer con cierto género, de un lado de una línea imaginaria -una frontera- o en cierto barrio -meros golpes de suerte- implica posibilidades de vida y desarrollo radicalmente distintas. Y lo peor es que todavía hoy muchos de quienes no han hecho otra cosa que nacer en esos hogares privilegiados continúan creyéndose superiores por razones de sexo, raza, nación, etnia, creencias o clase social.
Por ello resultan tan valiosas aquellas instituciones -no demasiadas- que en verdad luchan contra los oprobiosos desniveles derivados no del mérito, sino del nacimiento. La igualdad ante la ley y el Estado de derecho -que en México no existe- deberían ser dos pilares básicos. Resulta asimismo necesario que los ricos paguen más impuestos, en particular sobre las herencias. Y, desde luego, se impone impulsar y defender la sanidad y la educación públicas -y, en particular, universidades como la UNAM-, los más eficaces niveladores sociales, contra cualquier amenaza, sobre todo si proviene de quienes solo combaten la desigualdad con avalanchas de palabras.
@jvolpi
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La pesadilla americana/Jorge Ramos Ávalos
en REFORMA., 28 Ene. 2023;
Lo mejor de Estados Unidos son sus oportunidades y libertades. Lo peor es que un pistolero te puede matar a ti y a tu familia en un cine, en un supermercado, en un salón de baile o en una escuela.
Es un problema complejo pero que, en el fondo, tiene un origen: hay demasiados rifles y pistolas en Estados Unidos. Hay más armas que personas. Existen más de 393 millones de armas en un país con una población de 336 millones de personas.
Más datos. Cuatro de cada 10 adultos en Estados Unidos viven en una casa con un rifle o una pistola, según el Centro Pew. Y el 30 por ciento es dueño de un arma. La principal razón para comprar un arma es protección personal.
Pero es muy distinto pelearse con el vecino, el compañero de trabajo o el cónyuge a grito pelado que hacerlo cuando hay una pistola cargada cerca. Es, también, una cuestión de salud mental. Sin embargo, hay pocos países como Estados Unidos que da acceso a las armas tan fácilmente, incluso, a aquellos con desequilibrios emocionales serios.
No exagero al decir que en EU es menos complicado conseguir un arma de fuego que una medicina sin receta médica. Y un video en internet te puede enseñar cómo cargarlas.
Es una verdadera tragedia estadounidense que una de las primeras cosas que les enseñan a los niños en las escuelas es cómo protegerse y esconderse de un pistolero si se cuela cerca de su salón de clases. Los ves en posición fetal, debajo de su pupitre y cerca de una pared, con sus caras marcadas por el pánico.
Me ha tocado cubrir muchas masacres en escuelas -en Uvalde, Texas (21 muertos en 2022); en Parkland, Florida (17 muertos en 2018), y en la universidad de Virginia Tech (32 personas en 2007)- y no deja de sorprenderme la facilidad con la que los asesinos consiguieron las armas -en muchos casos se trata de armamento de guerra- y entraron al centro educativo. Y lo primero que piensas es que nos pudo haber ocurrido a cualquiera en Estados Unidos.
Es la pesadilla americana.
Cada vez que escucho de un tiroteo, mi corazón se echa a correr hasta saber dónde ocurrió. Y nada cambia hasta la siguiente masacre.
Esta fue una semana particularmente difícil con dos masacres en California: una en Monterey Park con 11 muertos y otra en Half Moon Bay con siete. Y ocurrieron en un estado donde existen algunas de las más estrictas leyes de posesión de armas del país. De nada sirvió. En este país siempre hay un rifle o una pistola disponible para matar.
Las estadísticas son escalofriantes. En los primeros 24 días del 2023 hubo 39 masacres y 69 muertos, según contó The New York Times. Arbitrariamente en EU se considera una masacre cuando hay cuatro muertos o más. Pero Estados Unidos ha normalizado estas matanzas y está casi anestesiado. Pocos creen que se pueda hacer algo. El Congreso está dividido y los republicanos se niegan a aprobar cualquier ley que rasque la Segunda Enmienda de la Constitución (que considera un "derecho" el uso y posesión de armas). Así, lo único que nos queda es esperar la siguiente matanza. Y cruzar los dedos para que no ocurra cerca de casa.
En el 2022 hubo 20,200 asesinatos con armas de fuego en Estados Unidos, según el sitio www.gunviolencearchive.org. Pero hubo tantas masacres -647- con amplia cobertura noticiosa que nos sentimos inundados de tragedias.
(Aquí abro un doloroso paréntesis mexicano. En el 2022 en México hubo 30,968 homicidios dolosos, muchos más que en Estados Unidos, y a pesar de tener una población casi tres veces más pequeña: 132 millones. Es decir, México sigue siendo mucho más violento que Estados Unidos).
Y aun así, una masacre puede ocurrir en el lugar más inesperado.
My Nhan, de 65 años, había ido a bailar al Star Ballroom Dance Studio en Monterey Park, California, el sábado pasado para celebrar el año nuevo lunar. Pero al salir, mientras echaba su carro en reversa, se cruzó con el pistolero de 72 años de edad. Él se acercó a su ventana y le disparó varias veces, de acuerdo con la crónica de The New York Times. My Nhan fue la primera de 11 víctimas mortales esa noche.
¿Hay acaso un lugar menos propicio para ser asesinado que un salón de baile para mayores de edad en California? Esa es la gran tragedia en Estados Unidos. Que ya nadie, en ningún lugar, está a salvo.
@jorgeramosnews
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La Corte y el Plan B/Ana Laura Magaloni Kerpel
en REFORMA
Estamos comenzando el momento más desafiante del sexenio de AMLO: la transmisión del poder, tanto de la Presidencia de la República como de las y los integrantes del Congreso de la Unión. López Obrador es el Presidente más poderoso que ha tenido nuestro país desde Salinas hasta hoy. Además, AMLO tiene un rasgo que lo ha distinguido: se siente cómodo desafiando los límites conocidos y aceptados de la política y del derecho. Esa combinación de elementos -mucho poder y alta temeridad- puede resultar resbaladiza para el proceso electoral del 2024.
Es una mala noticia que este proceso inicie con el Plan B. El nuevo marco normativo cambia radicalmente la estructura burocrática y organizacional del INE. Con ello se debilita a la institución que debe garantizar que la contienda electoral sea limpia y pareja. Ello es indispensable para que, entre otras cosas, quien pierda acepte, sin conflicto o rebeldía, el resultado. A veces me siento metida en el túnel del tiempo.
Antes y después de AMLO sí es un parteaguas en términos de las estructuras sociales y políticas que sostienen la gobernabilidad del país. Nada que ver con los primeros 20 años de nuestra democracia. Este cambio es una parte sustancial de cualquier régimen democrático. Dicho régimen está diseñado para que las estructuras políticas sean flexibles para adaptarse y responder, sin necesidad de rupturas sociales, a las demandas sociales mayoritarias. Ese ha sido el asidero del poder y la legitimidad de AMLO.
Ahora bien, lo que no puede cambiar y no es flexible -porque de eso también se trata un régimen democrático- es el método para llegar al poder. Ese método requiere que las y los ciudadanos que votan y los partidos de oposición tengan la certeza de que la inmensa mayoría de los votos se emiten libremente y que éstos se cuentan sin sesgos ni favoritismos. Ello sólo es posible con árbitros creíbles para todos y todas, pero sobre todo para los partidos políticos que quieren acceder al poder.
Una contienda electoral, como su nombre lo indica, es un enfrentamiento entre grupos de personas que creen cosas distintas y que tienen intereses opuestos y encontrados. En este sentido, las contiendas electorales por definición son conflictivas. Por lo tanto, es indispensable que en ese contexto existan árbitros confiables para pacificar los conflictos de acuerdo con la ley. La función central de esos árbitros es garantizar que el cambio de personas y partidos en el poder no sea con tal nivel de conflictividad social que lo haga ilegítimo e inaceptable para una de las partes, la que perdió. No otro 2006, ni tampoco un regreso al viejo régimen.
¿Cómo se puede frenar el choque de trenes que subyace en el Plan B? En forma inmediata, le toca a la Suprema Corte suspender las nuevas leyes electorales, o por lo menos las que más impactos negativos pueden tener en la contienda. Es imprescindible que la Corte preserve la burocracia electoral que ya sabe y tiene experiencia en organizar una elección. Ese conjunto de personas es indispensable para que el proceso electoral del 2024 siga siendo creíble para las y los opositores. Eso es lo que está bombardeando el Plan B y eso es lo que debe frenar nuestro máximo tribunal (muy pronto).
La suspensión es complicada. Primero que nada, solo existe un precedente: la Ley de Remuneraciones. Además, la suspensión la decide centralmente una sola persona: el o la ministra a la que por turno le toque el asunto. No es, por lo tanto, una decisión judicial arropada por varios miembros del tribunal. Si esa o ese ministro ponente suspende el marco normativo, la resolución va a ser impugnada por el Presidente. La última palabra la tendrá alguna de las dos salas. En todo caso, este asunto va a confrontar fuertemente a la Corte con el Presidente y con Morena. ¿Cómo se debe gestionar ese conflicto? ¿Cuáles son los riesgos para el Poder Judicial? ¿Cómo prevenirlos? Sin duda, estamos en un momento crucial para el desenlace final del 2024. Es momento de cuidar y arropar a los árbitros.
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Los desafíos que afrontan nuestros tribunales (I)/Sergio García Ramírez
El Universal,
Con la hospitalidad de EL UNIVERSAL mencionaré algunas preocupaciones que comparten muchos compatriotas. Las expondré muy brevemente, en un par de artículos. Lo hago con respeto y afecto para los impartidores de justicia que honran su desempeño. Son muchos y se mantienen en pie, pese a todo.
Hablo de desafíos. No son escasos ni menores los que afrontan los jueces de la República. Adquieren mayor dimensión en horas difíciles, si consideramos que la Suprema Corte de Justicia (y todo el aparato jurisdiccional) es el gran contrapeso de las pretensiones autoritarias que prevalecen en otras instancias del poder. Una de éstas ha proclamado su menosprecio por la ley; la otra se alinea con docilidad. Por ello, la nación pone su mirada en la justicia.
1. El mayor desafío para los tribunales es mantener la confianza del pueblo en el Estado de Derecho. Implica asegurar legitimidad, legalidad y racionalidad, en grave riesgo. También, combate a la corrupción. Sobran ejemplos sobre el acoso impuesto a la justicia. Se injuria a sus titulares y se menoscaba su autoridad. Muchos jueces resisten con entereza. Les aguarda un largo y difícil camino, colmado de obstáculos.
2. La justicia requiere juzgadores leales a su misión (y sólo a ella), que resistan las seducciones del poder o la riqueza. Un jurista insigne aseguró: “Los jueces son como los que pertenecen a una orden religiosa. Cada uno de ellos tiene que ser un ejemplo de virtud, si no quiere que los creyentes pierdan la fe”; y agregó: “Tan elevada es en nuestra estimación la misión del juez y tan necesaria la confianza en él, que las debilidades humanas que no se notan o se perdonan en cualquier otro orden de funcionarios públicos, parecen inconcebibles en un magistrado”. Así es.
3. Hace dos siglos, los juzgadores fueron “boca que pronuncia las palabras de la ley”. Ya no es así. Hoy los tribunales —ante todo, el Tribunal Constitucional— contribuyen a la formación del orden jurídico. Concurren a definir el rumbo de la República. Su cimiento se halla en los valores y principios del Estado constitucional. Por eso los adversarios de la justicia pretenden, con fiereza, condicionar el desempeño de los tribunales.
4. Rige el principio de separación de poderes, garantía del Estado de Derecho. Pero hay sectores del poder público —peor aún, personajes de éste— que militan por la subordinación de todos los poderes a uno solo: el poder omnímodo, “aspiracionista”, es decir, con “aspiraciones” dictatoriales. La magistratura resiste. Mantiene a salvo su responsabilidad. Este es un enorme desafío.
5. En el auténtico juez concurren virtudes eminentes: probidad sin fisura, independencia e imparcialidad. Quien no las acredita, a costa de lo que sea, no merece portar la toga. El juez obedece a la ley, pero nunca —jamás— a quien pretende sustituirla por una voluntad imperial. Gran desafío de nuestro tiempo y nuestro medio.
6. El buen juez enfrenta la rudeza del poder, desbordante. Frente a éste debe tutelar los derechos humanos. Es obligación del Estado preservar los derechos fundamentales de todos: no sólo de los amigos o partidarios de una facción, con agravio o injuria para los otros. La Constitución dispone: todas las autoridades están obligadas a respetar y garantizar los derechos humanos. En efecto, lo están, comenzando por la autoridad más elevada, que es la más obligada y también la más omisa. Pero este deber tiene acento especial cuando se trata del juzgador. Confiamos en él más que en otras autoridades para salvar nuestros derechos y libertades. He aquí un enorme desafío.
Profesor emérito de la UNAM
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