13 ene 2005

Tenzin Gyatso XIV Dalai Lama


El Dalai  Lama
Escrito el 21 de octubre de 2004
Del 3 al 8 de octubre de 2004 estará en México por segunda ocasión, Tenzin Gyatso, el 14 Dalai Lama, máxima figura terrenal y espiritual del gobierno tibetano en el exilio.
Participará, en su calidad de líder del budismo mahayana en un encuentro ecuménico, con 9 líderes religiosos en la Catedral Metropolitan; además, tendrá reuniones sus seguidores y simpatizantes, así como con algunas personalidades de la vida pública; el 6 de octubre será recibido en la Cámara de Diputados.
Pero la presión diplomática ha sido fuerte y no será recibido en el pleno de la Cámara como se esperaba.
Conviene subrayar que aunque el Dalai es un político, su visita no es como tal, sino como líder religioso, huésped distinguido y figura moral que trae un mensaje de paz. Aun claro está, seguramente aprovechara su popularidad como premio Nobel para denunciar el genocidio del gobierno chino que oprime a su pueblo.

Por ello, al igual como lo han hecho en otros países, la Embajada de China, ha presionado para que el Papa tibetano no pise alguna dependencia de gobierno debido a que puede empeorar la relación entre ambos países; la Cancillería mexicana coincide con esa posición.
Sin embargo, otros analistas señalan que los argumentos no tienen sostén.
Y es que nuestro país ha recibido a importantes figuras religiosas como Juan Pablo II, y otros líderes religiosos porque sabe que a los ciudadanos les interesan y lo hace como señal de hospitalidad y respeto a todas las creencias religiosas y formas de pensar, como corresponde a una nación civilizada y democrática.
Pero ¿quién es este hombre que con su visita ha provocado todo un debate en México?
Es la XIV reencarnación del Buda de la Compasión para más de 10 millones de tibetanos y seguidores.
Es un hombre sencillo y siempre con una sonrisa y su túnica de monje granate y oro.
Tiene 69 años de edad; nació el 6 de julio de 1935 en el seno de una familia de campesinos en Takster, pequeño poblado al noreste del Tíbet. Su nombre de pila es Lhamo Toinzhub.
A los dos años de edad fue reconocido como la reencarnación de su predecesor y como tal fue ungido a los 5 años.
Su educación monástica comenzó un año después; a los 16 años, en plena preparación religiosa (le faltaban 9 años) tuvo que asumir el poder político cuando él ejercito del pueblo de Mao Tse Tung en nombre del socialismo y la libertad invadió el Tíbet reprimiendo a miles de ciudadanos a su cultura y tradiciones, prohibiendo el uso de los monasterios y de cualquier manifestación religiosa.
A los 23 años obtuvo el posgrado de doctorado en la filosofía budista, y en marzo de 1959 huyó – se dice que con el apoyo de la Agencia Central de Inteligencia de EE UU - de la ocupación china junto con miles de sus compatriotas, y desde entonces no sólo ha logrado mantener viva la causa de los derechos tibetanos su lucha por la autonomía pero sobretodo sus tradiciones, sino que ha popularizado el budismo en Occidente.
Desde entonces vive a los pies de los Himalayas en la India, el asiento del Gobierno Tibetano en exilio, una democracia constitucional desde 1963. Dharamsala, es una pequeña porción de tierra prestada que posee la grandeza de ser un símbolo de libertad, tiene instituciones culturales y educativas y sirve de "Capital en Exilio" de 130,000 refugiados tibetanos que viven en más de 30 países.
Per, decir que vive ahí es simbólico debido a que se le pasa viajando por todo el mundo, dando conferencias, recibiendo doctorados honoris causa y publicando con abundante periodicidad libros que se leen en todo el mundo.
En 1989 recibió el Premio Nobel de la Paz por la integridad con que durante más de treinta años ha resistido el acoso de China y por la coherencia de sus convicciones pacifistas.
Conviene señalar que muy pocos líderes religiosos han sido reconocido con el Nobel (los otros, son la madre Teresa de Calcuta, y el obispo anglicano Desmond Tutu (ningún Papa ha conseguido todavía tal presea).
El Dalai en su calidad de líder político, no se comporta como un monje del medioevo, sino al contrario, permanece bien informado y esta atento a los diferentes cambios políticos en el mundo.
En los foros laicos en los que participa apela al ejercicio de la razón para dilucidar dilemas éticos y no parece confiar mucho en la obediencia que otras instancias añoran. Sugiere que el discernimiento crítico podrá ayudar a interrumpir el infernal circuito de agresiones que tiene atrapada a la condición humana. Suscribe la conveniencia de separar cualquier jerarquía religiosa de las instituciones del Estado y celebra reunirse con científicos y pensadores para poner a prueba los prejuicios que nublan nuestro entendimiento.
Ha dicho que si fuera un político, ¡sería miembro de un partido socialdemócrata!
En octubre del 2003, Javier Valenzuela le hizo una entrevista para el periódico El País, le pregunto:
-¿Qué clase de Gobierno quiere usted para su país?
“- ¡Democrático! – respondió sin ambages- Y.... No estoy luchando por la preservación de la institución del Dalai Lama, estoy luchando por la supervivencia de mi pueblo y de mi cultura. Y en 1992 anuncié que, el día en que regrese a un Tíbet liberado, junto con los más de 100.000 exiliados, querré ser un simple monje, me consagraré a lo espiritual. Transferiré toda mi autoridad a un Gobierno local elegido democráticamente.”
Tenzin Gyatso va más allá en sus apreciaciones políticas, que de ninguna manera hablan de la instauración de un sistema teocrático, cuando dice “en los últimos cuarenta años hemos hecho muchos esfuerzos para democratizar nuestras viejas instituciones. En 2001 elegimos un liderazgo político que ejerce las tareas del Gobierno en el exilio. Desde entonces mi situación es prácticamente la de medio jubilado.”
¡El Dalai es un soñador desea ver al Tíbet autónomo!
En la década pasada trató de abrir puertas al diálogo con el gobierno chino. Propuso un Plan de Paz de Cinco Puntos el que estabilizaría toda la región asiática, pero el gobierno, aún con la presión internacional, nunca consideró tal propuesta seriamente.
Pero los tiempos han cambiado.
Una nueva generación de dirigentes se encuentran hoy en el poder Este domingo 19 de septiembre el presidente chino, Hu Jintao se convirtió en el líder indiscutible del país al acceder a la jefatura de las Fuerzas Armadas como consecuencia de la dimisión del viejo Jiang Zemin.
Los sectores más activos de la China de hoy esperan que con este cambio Hu se vea liberado de ataduras y muestre mayor rapidez en la gestión de las reformas. El cambio más trascendental que esperan es la lucha contra la corrupción y la pobreza rural.
Ojala que el asunto del Tíbet puede ser incluido en la agenda de reformas. Con esa intención enviados del Dalai visitan China con la esperanza de abrir paso a un diálogo con el gobierno.
Quizás este sea un buen momento. Hay que considerar que actualmente China esta urgida de mostrar al mundo una cara de modernidad y un mínimo de democracia.
Pero, parece que el sueño no se convertirá en realidad- por el momento- la posición de Ren Jingyu, embajador de China en México sobre el Dalai, es contundente: “su ausencia de más de 40 años le impide conocer la realidad del Tíbet y la versión suya sobre la situación regional no corresponde a la realidad; ha promovido mucha propaganda negativa sobre el Tíbet; con la máscara de la paz y la benevolencia que lleva ha tratado de engañar a la gente.... el antiguo régimen teocrático de servidumbre feudal con el Dalai Lama a la cabeza, fue sustituido desde hace tiempo por uno democrático fundado por los propios tibetanos y el destino y futuro del Tíbet deben ser decididos por todo el pueblo chino incluida la población tibetana..., esperamos que éste vea con claridad la situación, afronte la realidad, abandone de verdad su planteamiento sobre la independencia del Tíbet y procure hacer en los años restantes de su vida algo beneficioso para el desarrollo y el progreso de la patria y la región del Tíbet.”
Y tal vez el Dalia no vuelva nunca a ser líder político en El Tibet, pero mientras viva será un excepcional líder religioso.
Por todo ello, ¡Bienvenido a México Su Santidad Dalai Lama!
Los Dalai Lamas son la manifestación del Buda de la Compasión quien escogió renacer para servir a la humanidad.
Desde 1391 a la fecha ha habido 14 Dalai, con su política de la No Violencia..
Lista de Dalai Lamas
Gedun Drub, 1391-1474
Gedun Gyatso, 1475-1542
Sonam Gyatso, 1543-1588
Yonten Gyatso, 1589-1616
Lozang Gyatso, "El Gran Quinto" 1617-1682
Tsangyang Gyatso, 1683-1706
Kelzang Gyatso, 1708-1757
Jamphel Gyatso, 1758-1804
Lungtok Gyatso, 1806-1815
Tsultrim Gyatso, 1816-1837
Khendrup Gyatso, 1838-1856
Trinley Gyatso, 1856-1875
Thubten Gyatso, 1876-1933
Tenzin Gyatso, 1935 - a la fecha
“Durante la dinastía MING(1368-1644), la Corte otorgó el titulo “Príncipe de Dharma” a ocho líderes teocráticos del área. Durante la dinastía Qing (1644-1911). El emperador confirió al V Dalai lama y V Panchen Lama, en 1653 y 1713 respectivamente, el titulo honorario junto con su certificado de oro y un sello de oro, definiendo desde entonces “Dalai Lama” y “Panchen Erdeni” como su titulo oficial y su posición de teocracia en El Tíbet. De ahí quedó establecido el sistema según el cual el Dalai Lama de todas las generaciones debe recibir su puesto oficial del Gobierno Central....El gobierno...de la república, fundado después de la Revolución de 1911, perseverando en salvaguardar la unificación del país...abrió en 1940 una oficina permanente en El Tíbet. Ese mismo año, de acuerdo con los rituales religiosos y el precedente histórico, el Gobierno ratificó oficialmente al entonces niño Lhamo Toinzhub como reencarnación del XIII Dalai Lama” *
*Parte de discurso del embajador Chino Ren Jingyu, en la Cámara de Diputados, 21 de septiembre del 2004-

1 comentario:

Anónimo dijo...

TIBET PARA LOS TIBETANOS.

No hay una sola China: aún el gran coloso amarillo comete el error de tener invadido a Tibet, y estos días hay motivos para estar especialmente tristes, cuando las protestas de los monjes budistas están siendo aplacadas violentamente por militares chinos. Los corresponsales extranjeros han sido obligados a abandonar las ciudades tibetanas y nadie sabe qué está ocurriendo, pero hay muertos, muchos muertos.
He conversado hace veinticinco años con S.S. el XIV Dalai Lama, en Dharamasala, India, donde debió refugiarse cuando en 1950 el Tibet fue invadido por China. Entonces le oí decir algo que más o menos repite hoy:
“A pesar de los atroces crímenes de que hemos sido víctimas, debo decir que los tibetanos no albergamos en nuestro corazón ningún sentimiento de odio hacia el grandioso pueblo chino. Pienso que uno de los peligros actuales es culpar a las naciones por las culpas de los individuos. Por eso no debemos buscar venganza, sino reflexionar. Nuestro único deseo es vivir en paz y en cordial amistad con todos nuestros vecinos, incluyendo a los chinos; es por eso que apelamos a las mujeres y hombres de todo el mundo conscientes del valor de la tolerancia y la bondad”.
Hoy ha denunciado como “genocidio cultural” lo que vive Tibet en estos días, cuando la Revolución de los Lamas nacida en el corazón de los lamasterios subyugados, se expresa con protestas públicas que el gobierno de China está respondiendo con asesinatos a plena luz del día, y también protegidos por la oscuridad de la noche oscura que hace medio siglo cayó sobre Tibet.
Es una vergüenza nacional para China mantener invadida por la fuerza bruta a Tibet: no puede ser que la tierra que vio nacer a Lao-Tze y Confucio hoy tenga sus ojos vendados por la violencia y la ambición desmedida, y ejerza el horror de las armas sobre hombres y mujeres de paz, que revolucionan solo cantando y orando sus letanías a viva voz en las calles de Lhasa y sus otras ciudades sagradas. Es necesario que acaben su violencia contra la población, la liberación de los presos políticos y la apertura de un diálogo con S.S. el Dalai Lama, quien también dijo cuando conversamos con él:
"Tarde o temprano tendrán que aceptar nuestras demandas; y estoy seguro de una cosa: los chinos se darán cuenta de que les será sumamente difícil mantener su control indefinidamente sobre Tibet. Actualmente se encuentran muy descontrolados e insultados al darse cuenta de la oposición que encuentran entre los jóvenes tibetanos, quienes han sido educados por ellos mismos, y que -sin embargo- no han logrado producir un solo líder notable. De cualquier forma, la verdad acerca de Tibet se está haciendo pública, aunque esto está sucediendo lentamente comparado con la urgencia de nuestra situación”.
Las palabras dichas en 1983 hoy se están haciendo realidad, cuando la Revolución de los Lamas es una realidad histórica en Tibet.
¡Salve Su Santidad Tenzin Gyatso XIV Dalai Lama!

(Palabras del escritor chileno Waldemar Verdugo a propósito de los graves hechos que ocurren en Tibet en http://waldemarverdugo.blogspot.com