Le decían 'El Loco'
Nota de Abel Barajas
Reforma, 0-Sep-2009;
Hace 17 años, cuando era un indigente de la plaza Garibaldi, José Mar Flores Pereyra conoció a Elpidio Arroyo, quien se presentó como ex músico de "Los Dandys" y le dijo: "Josmar, tú tienes un llamado de Jesucristo". El encuentro cambió su vida, dice Elizabeth Melgar, quien dijo ser su esposa.
De pedir limosna, ser drogadicto, alcohólico y suicida frustrado, Flores llegó a ser líder una década después de la "Iglesia de Dios, Restauración en Cristo", secta que dice contar con miles de seguidores en México y tener como propósito "liberar de la drogadicción a los jóvenes".
Hasta diciembre, esta organización tuvo su sede en Cancún y actualmente está establecida en Oaxaca.
Cuando la fama le llegó ayer como aeropirata, Flores ya había pisado 4 veces la cárcel, robado tráileres, atajado las sospechas de amenazar y atentar contra policías en Cancún y escapó de sus hermanos en Bolivia, que lo mandaron a asesinar.
Josmar nació el 21 de mayo de 1965 en Santa Cruz, Bolivia. Es parte de una familia de clase media que se sostenía con un negocio de autotransportes. Tuvo una infancia normal, hasta los 14 años, cuando sufrió un accidente automovilístico bajo los efectos del alcohol y murió calcinado su amigo Roberto.
En sus predicaciones, disponibles en Internet, Flores relata que tras el siniestro, su padre lo sacó del colegio y lo puso a trabajar en su empresa, donde aprendió a mascar hoja coca con bicarbonato, para evitar el sueño y hasta el hambre.
A los 16 años manejó un tráiler y junto con Harold Brown Pereira, quien lo introdujo al consumo desenfrenado de cocaína, mariguana y cristal.
"Pasaba 2 noches y 2 días sin comer, a los 19 parecía de 30 años", recuerda.
Su amigo Harold tuvo un trágico final a manos de su padre, quien al sorprenderlo con drogas, lo golpeó con un fierro hasta el cansancio en el cráneo.
Uno de los hermanos de Flores también padeció una suerte similar y fue muerto a balazos en las calles de una ciudad brasileña, aparentemente por una riña de drogas Desde entonces, a Josmar le empezaron a apodar "El Loco Flores". Cayó en depresión y aumentó el consumo de drogas.
"Estuve 10 años metido en drogas y alcohol, yo fui el peor drogadicto que existió en Bolivia.
"Sé lo que es cambiar una camisa bonita por un sobre de drogas, yo sé lo que es cambiar unos zapatos que con tanto amor me los regaló mi madre por un trozo de drogas y llegar descalzo a la casa. ¡Yo lo viví en carne propia!", expresa en sus testimonios, al borde de la histeria.
Su padre un día no toleró el vicio y lo echó de la empresa, pero Josmar en venganza se organizó con jóvenes delincuentes para asaltar sus tráileres.
Como los choferes le reportaban pérdidas constantes al patrón, un día Josmar fue sometido y vestido de mujer. No entendió y sus hermanos decidieron contratar a un asesino.
Josmar dice que tuvo suerte, porque su padre le avisó del plan de sus hermanos. De su madre, tiene un recuerdo de sus palabras.
"Me echó un cheque de 800 dólares para que me fuera muy lejos, a Japón o a donde fuera, y me dijo: 'Allá cuando se te acabe el dinero, busca a Jesucristo'. Mi madre me dijo: 'No vuelvas más, te van a hacer matar'".
Lo más lejos que llegó fue a México y su primera parada fue el bar Tequila de Garibaldi, donde cantaba por unas cuantas monedas.
"El sobre de coca costaba 100 pesos en Santa Cruz, acá 100 dólares y pronto se me acabó el dinero".
Una señora que vendía comida y vivía en Ecatepec fue quien le presentó a Enrique Arroyo, el hombre que le acabó de convencer de la senda religiosa. Josmar asegura que 11 meses después, la religión lo desintoxicó.
En adelante, su vida nueva era la de un pastor que redimía a drogadictos, y el único talento que presumía era componer alabanzas a Dios.
"Son las tres de la mañana y en el baño de algún bar, se me terminó la droga y no conseguí volar, un amigo fue por ella y nunca más volvió, dicen que encontró a Jesús, una dosis superior llena de luz", canta en el tema "Dosis superior".
Grabó discos de música cristiana como "Josmar le canta a su libertador", "Los 10 mejores éxitos de música cristiana", "El mojado", "Gira 2006 en Oaxaca", "Testimonios" y "Recuerdos".
Cuando regresó a Santa Cruz, su familia no creía el cambio. Se casó con una boliviana con quien tiene tres hijos y se estableció de forma definitiva en México en 1997, aunque apenas empezaba a tramitar su naturalización.
Tras el repentino éxito de sus predicas, abrió en Cancún el restaurante "Las delicias de Josmar", que también servía de recinto religioso a la agrupación "Éxito familiar".
En agosto de 2006, la Policía de Quintana Roo detuvo a Stanley Peregrino, quien declaró que Josmar le pagaba 200 pesos para amenazar a comandantes con llamadas telefónicas anónimas, que marcaba desde ese comercio, propiedad del boliviano.
Una de esas amenazas era para Adrián Samos, jefe de la Policía de Tránsito en Cancún, contra quien atentaron 9 meses más tarde.
En ese entonces, Flores fue señalado en la prensa como dirigente de "Éxito familiar", pero su esposa Elizabeth Melgar dice que sólo son amigos de Daniel Martínez, pastor de esa agrupación que tenía sus celebraciones en el restaurante de Josmar.
Cuando ocurrieron las amenazas a Samos, apenas tenían unos meses de ocurridas las ejecuciones en Cancún de Wilfrido Flores Saucedo, director de la Policía de Tránsito, y su chofer Alejandro Morales.
En una de sus giras, Josmar presumió que le llegaron mil 200 cartas de todo el País, para brindarle apoyo, ante las versiones que lo relacionaban con los ataques a los jefes policiacos.
Junto con la religión, "El loco Flores" tenía obsesión por los números y el 7 era su preferido. Quería que el avión que secuestró ayer, diera 7 vueltas al DF antes de aterrizar, como los 7 días y 7 noches que no durmió ni comió, recién llegado al DF, el número que más repetía en sus alocuciones de pastor.
También pensaba que la fecha de ayer era un número cabalístico, con tres nueves que invertidos revelan el número de la bestia, el 666.
Cuando en 1992 dejó Bolivia, su padre pensó en voz alta los posibles finales de su hijo: "Allá un drogadicto acabará con él o acabará en la cárcel o en un manicomio".
Sin embargo, Josmar piensa que su final también será el de todos: "Cristo viene pronto, estamos viviendo lo último de lo último", aseveró.Polifacético
José Mar Flores Pereyra, quien secuestró ayer un avión de Aeroméxico, también sabe de artes marciales.
Antes: Testimonio Josmar
"Este amigo me enseñó que en vez de masticar la coca era mejor combinarla con crystal... Pasaba varios días sin comer, sin dormir. Un buen día me miré al espejo y me asuste porque tenía 19 años y parecía que tenía 30 o 40 años".
De pedir limosna, ser drogadicto, alcohólico y suicida frustrado, Flores llegó a ser líder una década después de la "Iglesia de Dios, Restauración en Cristo", secta que dice contar con miles de seguidores en México y tener como propósito "liberar de la drogadicción a los jóvenes".
Hasta diciembre, esta organización tuvo su sede en Cancún y actualmente está establecida en Oaxaca.
Cuando la fama le llegó ayer como aeropirata, Flores ya había pisado 4 veces la cárcel, robado tráileres, atajado las sospechas de amenazar y atentar contra policías en Cancún y escapó de sus hermanos en Bolivia, que lo mandaron a asesinar.
Josmar nació el 21 de mayo de 1965 en Santa Cruz, Bolivia. Es parte de una familia de clase media que se sostenía con un negocio de autotransportes. Tuvo una infancia normal, hasta los 14 años, cuando sufrió un accidente automovilístico bajo los efectos del alcohol y murió calcinado su amigo Roberto.
En sus predicaciones, disponibles en Internet, Flores relata que tras el siniestro, su padre lo sacó del colegio y lo puso a trabajar en su empresa, donde aprendió a mascar hoja coca con bicarbonato, para evitar el sueño y hasta el hambre.
A los 16 años manejó un tráiler y junto con Harold Brown Pereira, quien lo introdujo al consumo desenfrenado de cocaína, mariguana y cristal.
"Pasaba 2 noches y 2 días sin comer, a los 19 parecía de 30 años", recuerda.
Su amigo Harold tuvo un trágico final a manos de su padre, quien al sorprenderlo con drogas, lo golpeó con un fierro hasta el cansancio en el cráneo.
Uno de los hermanos de Flores también padeció una suerte similar y fue muerto a balazos en las calles de una ciudad brasileña, aparentemente por una riña de drogas Desde entonces, a Josmar le empezaron a apodar "El Loco Flores". Cayó en depresión y aumentó el consumo de drogas.
"Estuve 10 años metido en drogas y alcohol, yo fui el peor drogadicto que existió en Bolivia.
"Sé lo que es cambiar una camisa bonita por un sobre de drogas, yo sé lo que es cambiar unos zapatos que con tanto amor me los regaló mi madre por un trozo de drogas y llegar descalzo a la casa. ¡Yo lo viví en carne propia!", expresa en sus testimonios, al borde de la histeria.
Su padre un día no toleró el vicio y lo echó de la empresa, pero Josmar en venganza se organizó con jóvenes delincuentes para asaltar sus tráileres.
Como los choferes le reportaban pérdidas constantes al patrón, un día Josmar fue sometido y vestido de mujer. No entendió y sus hermanos decidieron contratar a un asesino.
Josmar dice que tuvo suerte, porque su padre le avisó del plan de sus hermanos. De su madre, tiene un recuerdo de sus palabras.
"Me echó un cheque de 800 dólares para que me fuera muy lejos, a Japón o a donde fuera, y me dijo: 'Allá cuando se te acabe el dinero, busca a Jesucristo'. Mi madre me dijo: 'No vuelvas más, te van a hacer matar'".
Lo más lejos que llegó fue a México y su primera parada fue el bar Tequila de Garibaldi, donde cantaba por unas cuantas monedas.
"El sobre de coca costaba 100 pesos en Santa Cruz, acá 100 dólares y pronto se me acabó el dinero".
Una señora que vendía comida y vivía en Ecatepec fue quien le presentó a Enrique Arroyo, el hombre que le acabó de convencer de la senda religiosa. Josmar asegura que 11 meses después, la religión lo desintoxicó.
En adelante, su vida nueva era la de un pastor que redimía a drogadictos, y el único talento que presumía era componer alabanzas a Dios.
"Son las tres de la mañana y en el baño de algún bar, se me terminó la droga y no conseguí volar, un amigo fue por ella y nunca más volvió, dicen que encontró a Jesús, una dosis superior llena de luz", canta en el tema "Dosis superior".
Grabó discos de música cristiana como "Josmar le canta a su libertador", "Los 10 mejores éxitos de música cristiana", "El mojado", "Gira 2006 en Oaxaca", "Testimonios" y "Recuerdos".
Cuando regresó a Santa Cruz, su familia no creía el cambio. Se casó con una boliviana con quien tiene tres hijos y se estableció de forma definitiva en México en 1997, aunque apenas empezaba a tramitar su naturalización.
Tras el repentino éxito de sus predicas, abrió en Cancún el restaurante "Las delicias de Josmar", que también servía de recinto religioso a la agrupación "Éxito familiar".
En agosto de 2006, la Policía de Quintana Roo detuvo a Stanley Peregrino, quien declaró que Josmar le pagaba 200 pesos para amenazar a comandantes con llamadas telefónicas anónimas, que marcaba desde ese comercio, propiedad del boliviano.
Una de esas amenazas era para Adrián Samos, jefe de la Policía de Tránsito en Cancún, contra quien atentaron 9 meses más tarde.
En ese entonces, Flores fue señalado en la prensa como dirigente de "Éxito familiar", pero su esposa Elizabeth Melgar dice que sólo son amigos de Daniel Martínez, pastor de esa agrupación que tenía sus celebraciones en el restaurante de Josmar.
Cuando ocurrieron las amenazas a Samos, apenas tenían unos meses de ocurridas las ejecuciones en Cancún de Wilfrido Flores Saucedo, director de la Policía de Tránsito, y su chofer Alejandro Morales.
En una de sus giras, Josmar presumió que le llegaron mil 200 cartas de todo el País, para brindarle apoyo, ante las versiones que lo relacionaban con los ataques a los jefes policiacos.
Junto con la religión, "El loco Flores" tenía obsesión por los números y el 7 era su preferido. Quería que el avión que secuestró ayer, diera 7 vueltas al DF antes de aterrizar, como los 7 días y 7 noches que no durmió ni comió, recién llegado al DF, el número que más repetía en sus alocuciones de pastor.
También pensaba que la fecha de ayer era un número cabalístico, con tres nueves que invertidos revelan el número de la bestia, el 666.
Cuando en 1992 dejó Bolivia, su padre pensó en voz alta los posibles finales de su hijo: "Allá un drogadicto acabará con él o acabará en la cárcel o en un manicomio".
Sin embargo, Josmar piensa que su final también será el de todos: "Cristo viene pronto, estamos viviendo lo último de lo último", aseveró.Polifacético
José Mar Flores Pereyra, quien secuestró ayer un avión de Aeroméxico, también sabe de artes marciales.
Antes: Testimonio Josmar
"Este amigo me enseñó que en vez de masticar la coca era mejor combinarla con crystal... Pasaba varios días sin comer, sin dormir. Un buen día me miré al espejo y me asuste porque tenía 19 años y parecía que tenía 30 o 40 años".
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