Recuerdo de una boda...
Revista Proceso edición #1744, 4 de abril de 2010
En la última semana de agosto de 2007, la reportera Patricia Dávila viajó al pueblo de Canelas, Durango, localizado en el corazón de lo que se conoce como el Triángulo Dorado de la droga –en los límites de los estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango–, para recabar información y contar los pormenores de la boda de Joaquín El Chapo Guzmán Loera y Emma Coronel Aispuro, los cuales fueron publicados en la edición 1609 de Proceso.
La ceremonia se realizó en La Angostura, una de las localidades más alejadas de Canelas, la cabecera municipal. En época de lluvias, el acceso a esa región toma tres horas y media en motoneta.
Con testimonios documentales, como el del periódico local El Correo de la Montaña, mensajes por internet de testigos y hasta versiones de autoridades que pidieron no ser identificadas, Proceso dio cuenta de cómo se fue preparando la boda desde cinco meses antes, a partir de un baile celebrado el 6 de enero de ese año.
De acuerdo con esos testimonios, la ceremonia en La Angostura se realizó el 2 de julio, aunque se había divulgado que se llevaría a cabo al día siguiente. A diferencia del tumultuoso baile del Día de Reyes, en esta ocasión sólo estuvieron presentes familiares de la novia y personas muy allegadas a El Chapo. Un día después de la boda, La Angostura fue ocupada por soldados.
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