Presentación
de la Iniciativa de Reforma Financiera
8 de Mayo de 2013
Discurso del Presidente Enrique Peña Nieto.
Señoras
y señores:
Muy
buenos días a todas y a todos ustedes.
Quiero
saludar, en primer término, al señor Presidente del Consejo Rector, y del
Partido Revolucionario Institucional, César Camacho Quiroz.
A
Jesús Zambrano, Presidente del PRD.
Y
al licenciado Gustavo Madero, Presidente del Partido Acción Nacional.
A
los demás integrantes del Consejo Rector del Pacto por México.
A
la Vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, y al
Presidente de la Comisión de Hacienda del Senado de la República.
A
integrantes del Congreso de la Unión que están hoy, aquí, presentes.
A
representantes del Partido Verde Ecologista de México. A sus coordinadores.
A
representantes de distintas agrupaciones financieras, particularmente al
Presidente de la Asociación de Bancos de México.
De
manera muy señalada, quiero saludar la presencia del señor Gobernador del Banco
de México, que nos acompaña en este acto, donde estamos presentando distintas
iniciativas que se engloban en esta reforma financiera que estamos impulsando.
Quiero
saludar a los integrantes del Gabinete del Gobierno de la República.
A
servidores públicos de distintos niveles de Gobierno.
A
los señores representantes de los medios de comunicación.
Señoras
y señores:
Hoy,
como ayer, precisamente en este lugar, en este espacio, donde el día 2 de
diciembre firmamos el Pacto por México, ayer, nuevamente le imprimimos un nuevo
impulso renovador, a partir de nuevos compromisos y de nuevos acuerdos que se
enmarcan en un propósito fundamental, que es que más allá de las diferencias
que puede haber entre las distintas expresiones políticas del país, junto con
el Gobierno de la República, tenemos un interés compartido, y estamos
privilegiando las coincidencias por encima de cualquier diferencia, en favor de
una causa: México; en favor de lo más importante, que las familias mexicanas
tengan mayor calidad de vida y mejores condiciones de vida.
Y
eso es justamente lo que nos ha venido uniendo. Nos estamos encontrando ayer,
hoy, y lo seguiremos haciendo, porque, insisto, más allá de cualquier
diferencia, natural en toda democracia, queremos privilegiar el espacio de
coincidencia y, sobre todo, de darle curso a la agenda de reformas
estructurales y transformadoras para el país, que entre todos hemos
comprometido.
Por
ello, quiero dejar aquí, hoy, nuevamente el testimonio de reconocimiento y
gratitud del Gobierno de la República, precisamente a esta voluntad política,
que aquí nuevamente se refrenda y queda claramente comprometida.
El
Gobierno de la República, como lo señalé el día de ayer, invariablemente estará
en la mejor disposición de abrir espacios para el acuerdo, para la concertación
y para que demos cauce precisamente a las grandes transformaciones que el país
demanda y que será en beneficio de todos los mexicanos.
Hoy
nos convoca, precisamente, como aquí se ha expuesto ya en voz del titular de la
Secretaría de Hacienda, para hacer una explicación amplia y suficiente, creo
yo, en este primer acercamiento del contenido de esta reforma, a 13 iniciativas
que habrán de modificar 34 leyes; y en la voz de los dirigentes de los partidos
políticos, donde está muy claro cuál es el alcance de esta iniciativa.
La
Reforma Financiera es esencial, como aquí ya se expresó con toda puntualidad,
es esencial para que la economía mexicana crezca más y genere los empleos que
demanda nuestra población.
Es
una reforma que fomentará que los bancos, y éste es el propósito más
importante, presten más y más barato. El objetivo es que a los mexicanos, en
especial a quienes tienen un pequeño o mediano negocio, les presten los
recursos necesarios para modernizarlo y para hacerlo crecer.
Por
esta razón, es una reforma que, de aprobarse, contribuirá decisivamente a
democratizar la productividad y a elevar los ingresos de las familias
mexicanas.
Hoy,
la banca mexicana, lejos de ser un problema o una vulnerabilidad, como quizá lo
fue en el pasado, es uno de los pilares, sin duda, de nuestra estabilidad
económica.
Luego
de la aguda crisis de mediados de los 90, la banca inició un proceso de
reconstrucción continuo, responsable y serio. Gracias a ello, la banca de México
fue capaz de sortear exitosamente la severa crisis financiera internacional de
2008 y de 2009.
Hoy,
su índice de capitalización es adecuado, mientras que sus indicadores de
morosidad son bajos, que son formas de medir las condiciones que tiene el sistema
financiero de cualquier país. Son dos indicadores clave para medir la condición
de la banca.
Las
fortalezas de la banca, hay que decirlo, son fortalezas de México.
Nos
abren una gran oportunidad para dar el siguiente paso de nuestro sistema
financiero: incrementar el nivel de crédito en la economía mexicana, que hoy se
encuentra muy por debajo de estándares internacionales.
Ya
se dieron aquí cuenta de cómo en otros países, Chile, Brasil y otros quizá de
mayor desarrollo, el nivel de crédito es mayor al que tenemos en nuestro país.
Así
es, el diagnóstico es paradójico. Tenemos en México uno de los sistemas
financieros más sólidos y más robustos del mundo, pero al mismo tiempo, uno de
los que menos prestan a nivel global.
El
bajo nivel de crédito, además, afecta a quienes más lo necesitan: los pequeños
y medianos negocios del país. Los datos son reveladores.
Aunque
las micro, pequeñas y medianas empresas generan 74 por ciento de los empleos,
sólo tienen acceso a 15 por ciento del financiamiento.
Cuál
es el resultado de esta inequidad.
Que
el dueño de la farmacia, de la tienda de abarrotes o de una estética tiene que
recurrir a otro tipo de préstamos, generalmente informales, con altas tasas y
de cortos plazos, si es que eventualmente llegan a conseguirlos.
Por
ello, los integrantes del Pacto estamos enviando este día a la Cámara de
Diputados para su análisis y eventual aprobación, un conjunto de iniciativas
que conforman esto que se ha denominado, la Reforma Financiera.
Y
sí que vale la pena precisar, como lo hiciera el Presidente de Acción Nacional,
no es la Reforma Fiscal, es una Reforma Financiera que tiene por propósito que
en México haya más crédito y más barato.
La
estabilidad macroeconómica, la solidez de nuestras instituciones financieras y la
voluntad de acuerdos de las principales fuerzas políticas del país, nos abren
hoy una oportunidad única.
Es
el momento idóneo para hacer una revisión integral al marco jurídico del sector
financiero y convertir al crédito responsable en un importante motor para el
desarrollo económico del país.
Hay
que ser muy claros, y ya lo expresaba el Secretario de Hacienda, esta Reforma
de ninguna manera pretende reducir las tasas de interés por decreto, lo que sí
hará es otorgar la flexibilidad y los incentivos correctos para que, tanto el
sector privado, como la banca de desarrollo, liberen el crédito que requiere
México para crecer.
Ésta
es una Reforma, al final de cuentas, incluyente. Recoge justamente lo
solicitado por la banca para el adecuado desarrollo en sus funciones, al tiempo
que incorpora la premisa básica de que exista más crédito y en mejores
condiciones para todos los mexicanos.
El
amplio contenido de esta reforma se puede sintetizar en los siguientes cuatro
propósitos:
Primero.
Fomentar el crédito a través de la Banca de Desarrollo. Las instituciones
financieras del Estado mexicano deben recuperar su misión y razón de ser:
Promover el crecimiento y abrir oportunidades para otros actores económicos.
Para
ello, queremos redefinir el mandato de la Banca de Desarrollo y otorgarle mayor
flexibilidad a su operación. En el Gobierno de la República estamos convencidos
de que la Banca de Desarrollo debe complementar y alentar el financiamiento de
los agentes privados.
Parte
esencial de la reforma es establecer en ley la obligación de la Banca de
Desarrollo de adoptar la perspectiva de género. Es decir, promover activamente
la igualdad entre mujeres y hombres.
De
la misma forma, la Banca de Desarrollo tendrá entre sus mandatos explícitos, el
fomento a la innovación, el apoyo para la creación de patentes y el impulso al
desarrollo tecnológico.
En
este sentido, la reforma financiera complementa la creación de lo que ya
anunciamos algunos meses atrás, del Instituto Nacional del Emprendedor. Ambos
son instrumentos que alientan el crecimiento económico, que buscan crear más
empresas y que ayudan a las existentes para que puedan ampliarse y puedan
consolidarse.
Segundo
propósito. Ampliar el crédito de las instituciones financieras privadas. Para
que los bancos otorguen más créditos deben, por un lado, tener mayor certeza
jurídica.
Cómo
lograrlo.
Con
una nueva normatividad que facilite el cumplimiento de los contratos
mercantiles y simplifique los regímenes para el otorgamiento de ejecución de
garantías.
Por
otro lado, la autoridad debe estar facultada para asegurar que la banca utilice
los depósitos que recibe del público para prestar y no sólo para invertirlos en
valores, más allá de lo estrictamente razonable.
Es
decir, la reforma faculta a la autoridad para asegurar que la banca se comporte
realmente como lo debe ser: como una banca que capte, por un lado, los recursos
de ahorro de los ahorradores del país, y sea un intermediario que preste para
el fomento y desarrollo económico del país.
Tercer
propósito. Incrementar la competencia en el sector financiero. La reforma
inhibirá prácticas anticompetitivas, fomentará la inclusión financiera y
favorecerá que existan más opciones de crédito.
De
esta manera, las personas, así como las micro, pequeñas y medianas empresas
tendrán mayor libertad para elegir el crédito que más les convenga.
Y
cuarto propósito. Asegurar la solidez y prudencia del sistema financiero en su
conjunto.
La
reforma contempla elevar a rango de ley diversas medidas encaminadas a la
regulación, coordinación y sano desarrollo del sistema financiero nacional.
Asimismo,
actualiza la legislación en concordancia con la oferta de nuevos productos de
ahorro y financiamiento, dotando a las autoridades de las facultades necesarias
para la adecuada supervisión y, en su caso, sanción de los entes financieros.
En
suma, y éste es el alcance de esta reforma que estamos hoy presentando, la
iniciativa redefine, en primer lugar, el mandato a la banca de desarrollo del
país, fomenta el crédito privado, promueve la competencia y mantiene la solidez
del sector financiero, todo con el fin de incentivar el otorgamiento de más
crédito a menores tasas, más baratas.
Señoras
y señores:
Son
13 las iniciativas y 34 las leyes a modificar, que contempla la reforma
financiera que hoy estamos aquí, presentando, pero su objetivo es uno muy
sencillo, que ya lo he señalado y lo vuelvo a reiterar: Que haya más crédito y
que sea más barato.
Por
qué es tan importante el crédito.
Porque
puede transformar la vida de una persona, el futuro de una empresa y, en pocas
palabras, el destino de un país.
Para
una persona, el crédito le permite acceder a bienes de consumo duradero y
formar un patrimonio para toda su vida. Le permite, además, salir de la
informalidad, que es algo que nos hemos propuesto impulsar de manera decidida y
romper el estancamiento para establecer un negocio formal y éste le permita y
le ayude, además, a crecer.
Para
los emprendedores, el crédito es la posibilidad de hacer realidad un proyecto
productivo y tener una mejor opción de ingreso para su familia. Y, como ya lo
dije, para un país el crédito permite generar infraestructura y vivienda;
fomentar la creación y el crecimiento de empresas, al tiempo que se fortalece
el mercado interno, y se eleva la calidad de vida de la población, que éste es
el objetivo más importante que todo Gobierno tiene y así lo asume el Gobierno
de la República.
El
crédito es un insumo fundamental para acelerar el crecimiento económico de cualquier
economía. Y en México, además de ello, es una demanda sentida, hoy, entre la
población.
México
está decidido a crecer y a crecer más. Y a hacerlo de manera sostenida. Para
ello, es indispensable llevar a cabo esta reforma transformadora del sector financiero.
Como
integrantes del Pacto por México, desde el Gobierno de la República seguiremos
abriendo las puertas de un mejor futuro para todos.
Seguiremos
trabajando con compromiso para mover y transformar a nuestro país.
Nuevamente,
reitero mi agradecimiento y reconocimiento a la presencia de los integrantes
del Pacto por México, de quienes participan dentro del sector financiero de
nuestro país; y más, cuando han estado en este espacio que nos ha cobijado el
calor, no sé si el de la política, no sé si el de la lava del Popo, pero sí un
ambiente de calidez que, estoy seguro, que con gran civilidad y madurez
política nos va a permitir seguir promoviendo, impulsando y fomentando la
transformación que México necesita.
Muchas
gracias.
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