La
caída del “Z-40” fortalece al “Chapo” en Colombia/RAFAEL
CRODA RAFAEL CRODA
Revista Proceso # 1917, 27 de julio de 2013:
BOGOTÁ.-
La captura de Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, provocará una
rearticulación del narcotráfico internacional y propiciará la reconfiguración
de alianzas entre los cárteles mexicanos de la droga y sus abastecedores
colombianos de cocaína, informan a Proceso fuentes de inteligencia de la
Policía Nacional de Colombia (PNC).
Puntualizan
que la caída del máximo líder de Los Zetas podría fortalecer la red de
proveedores colombianos del jefe del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo
Guzmán, quien absorbería parte de las rutas de abastecimiento controladas por
Treviño Morales.
“El
Chapo es el capo mexicano que más negocios tiene con narcotraficantes
colombianos y desde hace meses viene reforzando sus conexiones con Los Urabeños
–tradicionales socios de Los Zetas–. Por ello, no descartamos que aproveche
esta oportunidad para terminar de sellar una alianza a mayor escala”, explica
un oficial de la PNC.
Para
el director de la PNC, general José Roberto León Riaño, la posibilidad de que
El Chapo Guzmán amplíe sus alianzas con narcotraficantes colombianos tras la
captura de Treviño Morales “nos genera una alerta y es algo de lo que tenemos
que estar muy pendientes”.
De
acuerdo con el militar, la detención del Z-40, ocurrida en el norte de México
el lunes 15 de julio, es “un golpe importante por el peso de Los Zetas en el
narcotráfico internacional, pero ahora es necesario ver quién o quiénes serán
los relevos y enfocar todos los esfuerzos en su captura y en el
desmantelamiento de esa estructura criminal”.
Y
es que la violencia generada en la disputa por el liderazgo de Los Zetas,
advirtió, puede llegar más allá de las fronteras de México, “porque hay un
proceso de reacomodamiento de cabecillas, y esta organización criminal tiene
una influencia regional que abarca varios países adonde podría extenderse la
reyerta”.
Los
socios
Reportes
de inteligencia de la PNC ubican a Los Urabeños, la mayor organización
delictiva de Colombia y la única con presencia en todo el territorio nacional,
como los principales socios colombianos de Los Zetas.
El
Z-40 había afianzado una estrecha relación de negocios con Dairo Antonio Úsuga
David, Otoniel, jefe de Los Urabeños, quien enfrenta el asedio permanente de
unidades de élite de la policía que han estado a punto de atraparlo en varios
operativos. Según los informes, el acoso lo ha hecho perder parte del control
de esa banda criminal.
Otoniel
no sólo era el principal socio del Z-40 en este país, sino también su principal
proveedor de cocaína, confió otra fuente consultada.
El
brazo derecho del capo colombiano era su primo Alexander Montoya Úsuga, El
Flaco, capturado en julio de 2012 en la ciudad hondureña de La Ceiba, ubicada
en el Caribe, desde donde coordinaba el envío de los cargamentos de cocaína
para Los Zetas. Según la PNC, este lugarteniente era el principal enlace entre
Otoniel y el Z-40.
En
el momento de ser capturado en un lujoso hotel de La Ceiba, El Flaco preparaba
un viaje a México para esconderse allí bajo la protección de Los Zetas, dijeron
las fuentes.
Por
su parte, Otoniel asumió el papel de jefe de Los Urabeños tras la muerte de su
hermano Juan de Dios Úsuga David, Giovany, quien lideró la organización hasta
ser abatido por comandos Jungla de la policía en una finca del noroccidente
colombiano el 1 de enero de 2012.
Los
dos hermanos, herederos de la estructura criminal del extraditado
narcotraficante Daniel Rendón Herrera, Don Mario, fueron guerrilleros del Ejército Popular de Liberación (EPL) y
después se pasaron a las filas de los grupos paramilitares de extrema derecha,
germen de las bandas criminales colombianas que hoy controlan el negocio del
narcotráfico.
Reportes
de la PNC asientan que otro importante socio colombiano del Z-40 es Víctor
Ramón Navarro Serrano, Megateo, jefe del último reducto guerrillero del EPL y
quien durante los últimos años asumió el control del tráfico de drogas en la
nororiental región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela.
Megateo
se encarga de sacar los cargamentos de droga del Catatumbo, donde se cultiva y
se procesa la hoja de coca, y los envía a Los Zetas a través de Venezuela. Así
lo afirma un oficial de la policía colombiana, cercano a las investigaciones
contra ese capo responsable de la muerte de más de 100 uniformados en esa rica
región selvática.
Uno
de nuestros informantes consideró que, tras la aprehensión de Treviño Morales
en México, Megateo no tendría ningún problema con los sucesores del líder de
Los Zetas o de su archirrival, el Cártel de Sinaloa, pues el peculiar
guerrillero y capo del narcotráfico se ha caracterizado por su pragmatismo y
por hacer negocios con todo tipo de organizaciones criminales, aunque éstas
sean rivales entre sí. “No sería extraño que Megateo se convierta en
abastecedor del Chapo Guzmán, quien tiene contactos en esa región (el
Catatumbo)”, sostuvo.
Ocupar
vacíos
El
análisis de inteligencia realizado por la PNC tras la captura del Z-40 plantea
interrogantes sobre la manera en que los diferentes grupos delictivos llenarán
los vacíos dejados por la salida del líder de Los Zetas del escenario regional
del narcotráfico.
“La
captura de este tipo de capos, con un rol protagónico en organizaciones
delictivas de gran alcance, genera un proceso de transformación en las
estructuras criminales bajo su mando. Es normal que venga una pérdida de
cohesión –en el Cártel de Los Zetas–, una fragmentación y un ciclo de violencia
producto de la lucha por el control”, expuso una de las fuentes consultadas.
Según
la PNC, diferentes facciones de Los Zetas intentarán asumir el control de las
rutas colombianas que tenía El Z-40 en sociedad con bandas criminales de este
país sudamericano, aunque para ello necesitarán de un intermediario, ya sea
mexicano o colombiano.
A
pesar de que Los Urabeños tienen una estrecha relación de negocios con Los
Zetas, la batida de la policía colombiana en su contra y la pérdida de
liderazgo de Otoniel ocasionaron que algunas facciones de esa organización
criminal ganaran en autonomía. Incluso algunas de ellas ya tienen negocios con
el Cártel de Sinaloa, al que abastecen de cocaína en algunas regiones del
suroccidente del país.
El
Chapo Guzmán tiene presencia en Colombia a través de personeros que actúan como
sus “gerentes internacionales”, lo cual le da una ventaja sobre Los Zetas, sus
enemigos a muerte. Esta prerrogativa se une a la pérdida de cohesión de Los
Urabeños, quienes cuentan con más de 2 mil 300 hombres en todo el territorio y
tienen presencia en los 120 mayores municipios del país, estimó la PNC.
Los
socios tradicionales del Chapo Guzmán en Colombia han sido Los Rastrojos, la
segunda banda criminal más poderosa de esta nación y rival acérrimo de Los
Urabeños. La guerra entre ambos grupos ya dejó más de 2 mil muertos en todo el
territorio, y en algunas zonas dio paso a pactos de coexistencia aprovechados
por el Cártel de Sinaloa.
En
medio de esta disputa, de acuerdo con registros de la PNC, El Chapo Guzmán
decidió establecer alianzas con Los Urabeños sin distanciarse de Los Rastrojos.
Otro
factor que facilitaría al Chapo Guzmán asumir parte de las rutas y asociaciones
colombianas que deja al garete El Z-40 es el “proceso de transformación
criminal” que vive Colombia por los duros golpes a las bandas, los cuales han
dado paso a “autonomías delictivas derivadas de los vacíos dejados por los
capos abatidos o capturados”.
En
abril pasado, la PNC capturó al segundo hombre de Los Urabeños, Francisco José
Morela Peñate, El Negro Sarley, quien a decir del general León Riaño era el
principal articulador del narcotráfico de esa banda criminal. En 2012, las fuerzas
del orden abatieron a Giovany y capturaron al Flaco y a Henry de Jesús López,
Mi Sangre, quien cayó en Argentina mientras preparaba una reunión con enviados
del Z-40.
A
su vez, Los Rastrojos perdieron el año pasado a sus principales cabecillas: Diego
Pérez Henao, Diego Rastrojo, y a los hermanos Luis Enrique, Javier Antonio y
Juan Carlos Calle Serna, Los Comba. Fueron capturados o se entregaron a la
justicia.
“Esta
batida ha provocado independencia y autosuficiencia de redes locales de las dos
principales bandas criminales de Colombia, lo que podría aprovechar El Chapo
Guzmán para avanzar en la hegemonía que ejerce en varias rutas de la cocaína.
Esto nos obliga a estar alertas”, insistió una fuente de la PNC.
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