- Discurso del papa Francisco en encuentro con los voluntarios de la JMJ
"Yo tengo confianza en ustedes, jóvenes, y pido por ustedes. Atrévanse a "ir contracorriente". También tenga la valentía a ser felices...."Francisco
Queridos
voluntarios
Buenas
tardes.
No
podía regresar a Roma sin haberles dado las gracias personal y afectuosamente a
cada uno de ustedes por el trabajo y la dedicación con que han acompañado,
ayudado, servido a los miles de jóvenes peregrinos; por tantos pequeños gestos
que han hecho de esta Jornada Mundial de la Juventud una experiencia
inolvidable de fe.
Con
la sonrisa de cada uno de ustedes, con su amabilidad, con su disponibilidad
para el servicio, han demostrado que "hay más dicha en dar que en
recibir" (Hch 20,35).
El
servicio que han prestado en estos días me ha recordado la misión de san Juan
Bautista, que preparó el camino a Jesús. Cada uno de ustedes, a su manera, ha
sido un medio que ha facilitado a miles de jóvenes tener "preparado el
camino" para encontrar a Jesús. Y éste es el servicio más bonito que
podemos realizar como discípulos misioneros: Preparar el camino para que todos
puedan conocer, encontrar y amar al Señor.
A
ustedes, que en este período han respondido con tanta diligencia y solicitud a
la llamada para ser voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud, les
quisiera decir: Sean siempre generosos con Dios y con los otros. No se pierde
nada, y en cambio, es grande la riqueza de vida que se recibe.
Dios
llama a opciones definitivas, tiene un proyecto para cada uno: descubrirlo,
responder a la propia vocación, es caminar hacia la realización feliz de uno
mismo. Dios nos llama a todos a la santidad, a vivir su vida, pero tiene un
camino para cada uno.
Algunos
son llamados a santificarse construyendo una familia mediante el sacramento del
matrimonio.
Hay
quien dice que hoy el matrimonio está "pasado de moda"; ¿Está fuera
de moda?, en la cultura de lo provisional, de lo relativo, muchos predican que
lo importante es "disfrutar" el momento, que no vale la pena
comprometerse para toda la vida, hacer opciones definitivas, "para
siempre", porque no se sabe lo que pasará mañana.
Yo,
en cambio, les pido que sean revolucionarios, que vayan contracorriente; sí, en
esto les pido que se rebelen contra esta cultura de lo provisional, que, en el
fondo, cree que ustedes no son capaces de asumir responsabilidades, que no son
capaces de amar verdaderamente.
Yo
tengo confianza en ustedes, jóvenes, y pido por ustedes. Atrévanse a "ir
contracorriente". También tenga la valentía a ser felices.
El
Señor llama a algunos al sacerdocio, a entregarse totalmente a Él, para amar a
todos con el corazón del Buen Pastor.
A
otros los llama a servir a los demás en la vida religiosa: en los monasterios,
dedicándose a la oración por el bien del mundo, en los diversos sectores del
apostolado, gastándose por todos, especialmente por los más necesitados.
Nunca
olvidaré aquel 21 de septiembre –tenía 17 años- cuando, después de haber
entrado en la iglesia de San José de Flores para confesarme, sentí por primera
vez que Dios me llamaba.
¡No
tengan miedo a lo que Dios pide! Vale la pena decir "sí" a Dios. ¡En
Él está la alegría!
Queridos
jóvenes, quizá alguno no tiene todavía claro qué hará con su vida. Pídanselo al
Señor; Él les hará ver el camino. Como hizo el joven Samuel, que escuchó dentro
de sí la voz insistente del Señor que lo llamaba pero no entendía, no sabía qué
decir y, con la ayuda del sacerdote Elí, al final respondió a aquella voz:
Habla, Señor, que yo te escucho (cf. 1 S 3,1-10).
Pidan
también al Señor: ¿Qué quieres que haga? ¿Qué camino he de seguir?
Queridos
amigos, de nuevo les doy las gracias por lo que han hecho en estos días. Les
agradezco a la pastoral, a los nuevas pastorales que pusieron a sus miembros al
servicio de esta jornada. No olviden lo que han vivido aquí. Cuenten siempre
con mis oraciones y estoy seguro de que yo puedo contar con las de ustedes.
Recemos
con amor y confianza a la santa Madre de Dios.
Una
última cosa recen por mi!
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