Papa Francisco podría nombrar mañana al nuevo Secretario de Estado: el nuncio en Venezuela
ANDREA TORNIELLI
Vatican Insider
Papa Francisco podría aceptar mañana la renuncia del cardenal Secretario de Estado Tarcisio Bertone y, según algunas indiscreciones, habría decidido nombrar en su lugar al arzobispo Pietro Parolin, nuncio apostólico en Venezuela.
El posible nuevo "primer ministro" vaticano tiene 58 años nació en Schiavon, en la provincia de Vicenza. Fue ordenado sacerdote en 1980 y entró a la diplomacia vaticana en 1986; en 2002 fue nombrado subsecretario de la Sección que se ocupa de las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado, es decir una especie de "viceministro del Exterior", en donde colaboró con el cardenal Sodano y después con el cardenal Bertone. En septiembre de 2009, Benedicto XVI, que lo acababa de nombrar nuncio apostólico en Venezuela, lo consagró obispo. Entre los que asistieron el rito estaba el cardenal Bertone.
El actual Secretario de Estado deja el puesto poco antes de cumplir 79 años, como sucedió con su predecesor el cardenal Angelo Sodano, actual decano del colegio cardenalicio. El salesiano Tarcisio Bertone, hasta entonces arzobispo de Génova, fue elegido por Papa Ratzinger como Secretario de Estado en 2006, un año después de su elección. Después del nombramiento hubo una curiosa situación; el anuncio fue dado en junio y el nuevo Secretario de Estado llegó a su puesto en septiembre; el nuevo "primer ministro" vaticano se encontró inmediatamente frente a una crisis, la que surgió de la interpretación de las palabras que había pronunciado Benedicto XVI en el famoso discurso de Regensburg.
El motivo de la elección de un prelado que no provenía de la diplomacia vaticana (que además no era una novedad en la historia de la Iglesia) fue la relación personal y de colaboración, que se había consolidado entre 1995 y 2002, entre el entonces secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe que dirigía el Prefecto Joseph Ratzinger.
El entonces "jefe" del ex Santo Oficio apreciaba las capacidades operativas de Bertone y su fidelidad. Por este motivo, a pesar del rechazo de diferentes curiales, lo eligió y defendió hasta el final, negándose a aceptar la petición de los cardenales que durante los últimos años le sugerían un cambio.
Bertone, que conserva todavía la carta bajo la manga del Camarlengo de Santa Romana Chiesa y que, por ahora, continúa en el consejo cardenalicio que se ocupa del IOR, sabía desde hace tiempo que al final del verano habría sido sustituido.
Como se recordará, en julio de este año, el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, se quejó en una entrevista de que no había llegado todavía el nuevo Secretario de Estado, pues, como se recordará, Bertone había recibido duras críticas durante las Congregaciones generales antes del Cónclave. "Espero que después de la pausa de verano se concrete alguna señal en relación con el cambio de la gestión", comentó el purpurado estadounidense después de haber afirmado que en realidad le hubiera gustado que el nuevo Secretario de Estado hubiera sido nombrado antes del verano, tal y como se había pronosticado en diferentes medios.
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