Gilberto Rincón Gallardo (1939-2008). In memoriam
C. Lic. Andrés Manuel López Obrador
Presidente del Partido de la Revolución Democrática
Presente
Con el mayor respeto me permito hacerte llegar esta comunicación y por tu conducto al Comité Ejecutivo y al Consejo Nacional.
En 1988 culminábamos en el Partido Mexicano Socialista un proceso de unidad y modernización de la izquierda que venía de lejos. Queríamos comprender juntos y mejor la nueva sociedad para abrir caminos igualitarios en la realidad de una economía de mercado; aportar, además, nuestro empeño a favor de un marco legal democrático que fuera compromiso y corresponsabilidad de todos.
Ese proyecto fue compartido plenamente por el Ing. Heberto Castillo Martínez, entonces candidato a la presidencia de la República, de quien guardo el mejor y más intenso recuerdo.
Paralelamente y por otras vías irrumpió exitosa la primera candidatura presidencial del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. La influencia de este acontecimiento fue decisiva en la vida del PMS. Y, después de un proceso sumamente difícil, Heberto, por decisión propia, declinó a favor de Cuauhtémoc, decisión que los dirigentes de su partido apoyamos sin reservas. La corta vida del PMS, avasallada por lo que aparecía como una nueva y promisoria realidad, entró en crisis. Así fue como decidimos fundar e Partido de la Revolución Democrática, a partir de la determinación del PMS, de las resoluciones de la Corriente Democrática, de las que adoptaron otras corrientes de izquierda y de muchos ciudadanos sin partido.
La trayectoria del PRD ha sido difícil, pero sobre todo cambiante. Por mi parte, he expuesto opiniones libre y públicamente. Lo seguiré haciendo, respetuoso, en la misma medida que lo hago en relación con los otros partidos, el gobierno y la vida pública. En esta ocasión no haré recuentos para evitar polémicas de ajuste a la vieja usanza.
Ofrezco disculpas, entonces, por el tono personal.
Ahora, he decidido salir del PRD, sin resentimiento. No hay en mi decisión espíritu de derrota o frustración. Los errores son propiedad del tiempo; también los aciertos. Aspiro a la comprensión y el respeto. Mas, si no los encontrara, de mi parte los habrá para todos los miembros del que fue mi partido. Reitero mi amistad a cada uno, en particular a aquellos con quienes he recorrido un largo trecho.
Les deseo, en bien del país, que logren ubicarse como fuerza positiva para el cambio democrático, más aún visto el lugar relevante que ahora ocupan en la política nacional.
En mi caso, la familia ha sido motor y la política razón de ser y vocación de toda la vida. No podría salir de ese camino. Buscaré una opción colectiva en correspondencia con lo que pienso y quiero para México.
La política es conflicto, pero también cooperación; es competencia y corresponsabilidad a la vez; es confrontación, al tiempo que es conciliación; es reparto y construcción; es compromiso con la realidad y la verdad; es racionalidad del argumento y rechazo a la búsqueda artificial de exclusión y derrota como finalidad óptima. Ésta es la visión que ha guiado mi desempeño durante los largos años en que he tenido responsabilidades de dirección partidista, y fue también la visión que me impulsó, siendo secretario general del Partido Mexicano Socialista (PMS), a encabezar la propuesta de unidad que dio origen al PRD.
Ya no encuentro reflejada esa visión en el PRD. Por eso he decidido retirarme; ejerzo así un legítimo derecho. Persistiré en intento de congruencia para contribuir, desde una posición progresista consecuente, al desarrollo institucional del país y a la certeza en su rumbo democrático. Para México no es lo mejor un sistema imprevisible, tampoco aquel que, como anuncian los acontecimientos últimos, viva en el cruce de objetivos que en primer término pretenden resolver quién vence a quién. La pregunta es: ¿el nuevo sistema político avanzará con crisis recurrentes resueltas a última hora? Ese sistema, a pesar de haber sido pactado, de ofrecer un marco legal compartido –aún perfectible— y de contar con apoyo nacional e internacional, no tiene todavía los indispensables niveles de certidumbre.
Estamos en el inicio de la transición y ya los partidos exhiben su necesidad de cambios. También el sistema debe modelarse para ser más abierto, como lo pensó Jesús Reyes Heroles, con capacidad de adaptarse a las emergentes exigencias políticas de la sociedad.
He decidido salir del PRD porque los éxitos recientes de este partido no pueden llevarme a desconocer que la acumulación de divergencias acaba por no hacer compatible el espacio de pertenencia. Hace más de un año que no asisto a reunión alguna de los órganos regulares de dirección, y he venido haciendo públicas mis discrepancias con sus decisiones y acciones.
Salgo del PRD porque después de cuarenta años de vida política he aprendido que vivir es pertenecer, congruentemente.
Te pido comunicar mi decisión a los órganos conducentes del PRD y reitero mi invariable respeto.
Fraternalmente
Gilberto Rincón Gallardo..
**
Escribió Jorge Alcocer en Reforma
"Sentados en el estudio de su casa, una tarde de diciembre de 1990 le entregué el borrador de mi carta de renuncia al PRD; Gilberto la leyó, subrayó algunas frases, y me la devolvió. "Yo le quitaría toda referencia personalizada", me aconsejó. Así se lo ofrecí. Me preguntó entonces "¿Estás seguro; no hay forma de convencerte que no lo hagas?". "No", fue mi respuesta.... Siete años después, sentados en el mismo estudio, adornado con máscaras de todo tipo y catrinas de Posadas, me entregó el borrador de su renuncia al PRD. Le hice la pregunta que él me había formulado en 1990. Su respuesta fue la misma. Leí su texto, le hice algunas sugerencias, de las que tomó nota. Luego conversamos por varias horas.
Gilberto Rincón Gallardo y Meltis fue para la generación de comunistas de la que formo parte un maetro y un camarada; para mí fue también y por sobretodo un amigo entrañable...
***
Escribió Ramon Sosamontes...que Gilberto
"Renunció al PRD cuando Andrés Manuel López Obrador era el Presidente nacional. En el Comité ...Ejecutivo Nacional la leímos, quisimos entenderla, porque de su ida, la comprendimos y quizás, en lo interno, la aceptábamos, no se le había dejado lugar, su espacio natural se le cerro por políticas marginales y sectarias; y se fue, nos comisionaron a Jesús Ortega, Alejandro Encinas y a mi para convencerlo de que retirara su renuncia. Nos reunimos en el restaurante Lincon de las calles de Revillagigedo, en la ciudad de México y no pudimos, nos dijo él, ¿creen necesario que le diga porque?, no, porque le dimos la razón. "
No hay comentarios.:
Publicar un comentario