Con
todo y “virrey”, el crimen se dispara en Michoacán/ANABEL
HERNÁNDEZ
Revista
Proceso # 1970, 2 de agosto de 2014
A
juzgar por las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la estrategia
federal para la pacificación y el desarrollo de Michoacán funcionó al revés: la
incidencia de prácticamente todos los delitos subió este año, no sólo en
comparación con 2013, sino también respecto del macabro 2011, el más sangriento
de la administración de Felipe Calderón. En medio de ese desastre, el
comisionado Alfredo Castillo, a quien popularmente se le conoce como el
“virrey”, sigue pregonando sus logros, entre otros la detención del doctor José
Manuel Mireles… a cambio de la liberación de miembros del Cártel de Jalisco
Nueva Generación.
El
pasado enero, cuando el presidente Enrique Peña Nieto nombró a Alfredo Castillo
comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán, el objetivo
era pacificar el estado y dar mejores condiciones de vida y seguridad a la
población. Pero tras su llegada la violencia y el crimen crecieron a niveles
nunca antes vistos.
Actualmente
en esa entidad se vive la mayor crisis de inseguridad de la última década en el
marco de una política pública de justicia selectiva.
De
acuerdo con un análisis realizado por Proceso tomando como base las “cifras de
incidencia delictiva” del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), de
enero a junio de 2014 se dispararon las cifras de homicidios, secuestros,
extorsiones y robos de vehículos, comparadas con las de iguales periodos de
años anteriores, incluyendo 2011, el más violento del sexenio de Felipe
Calderón.
En
los últimos meses el gobierno federal ha anunciado como un éxito la muerte o
captura de los principales líderes de Los Caballeros Templarios, como Nazario Moreno,
El Chayo; Enrique Plancarte Solís, Dionisio Loya Placarte, Samer José Servín, y
los hijos de Servando Gómez Martínez, La Tuta: Huber Gómez Patiño y Luis
Alfredo Aguilera Esquivel.
También,
el 27 de junio, se anunció la detención de José Manuel Mireles, uno de los
fundadores del movimiento de autodefensas, acusado de delincuencia organizada y
delitos contra la salud en la modalidad de posesión.
Pero
mientras en Michoacán se aplica todo el peso de la ley contra unos, el estado
de derecho es laxo para otros. Según expedientes judiciales a los que este
semanario tuvo acceso, en los últimos dos meses decenas de integrantes de
autodefensas con cargos similares a los que se le imputan a Mireles han salido
de las prisiones de Michoacán y Veracruz por instrucciones del “virrey”
Castillo –como se le apoda insistentemente en círculos políticos y sociales–,
incluyendo miembros del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) detenidos en
marzo del año pasado por militares.
A
lo anterior se suma el hecho de que Rodrigo Vallejo, hijo del exgobernador
Fausto Vallejo, ha aparecido en videos celebrando reuniones y tomando cerveza
con La Tuta, sin que hasta el momento las autoridades hayan actuado de manera
decidida al respecto.
Delitos,
a tope
El
19 de mayo pasado, Castillo afirmó en conferencia de prensa que a 100 días de
haber iniciado la “estrategia” del gobierno federal se había logrado controlar
la situación en Michoacán. Destacó como un logro la conversión de los grupos de
autodefensas en fuerzas rurales y la implantación del mando único en la Policía
Estatal.
Días
después, el 30 de junio, en una gira de trabajo del presidente Enrique Peña
Nieto en Michoacán con motivo de la Cruzada contra el Hambre, destacó la
“eficiencia” de la estrategia implementada por su gobierno para combatir al
crimen organizado y reconstruir el tejido social. En el evento, Castillo afirmó
que en el estado ya se erradicaron las extorsiones y el cobro de “derecho de
piso”.
No
obstante, las cifras oficiales del SNSP muestran que dicha estrategia federal
ha fracasado rotundamente y con un alto costo para la ciudadanía, que ahora es
víctima de más delitos.
En
tan sólo 10 años (desde enero a junio de 2004 hasta el mismo periodo de 2014)
los homicidios dolosos en Michoacán se duplicaron; los secuestros crecieron 13
veces; las extorsiones se triplicaron; el robo de auto con violencia es 12
veces mayor, y el robo de auto sin violencia se duplicó. En esa década el
número de delitos registrados por el SNSP creció 2.5 veces.
El
análisis de las estadísticas del SNSP también arroja que en 2011 se registró el
mayor número de homicidios dolosos, secuestros, extorsiones y robo de autos más
alto en todo el sexenio de Felipe Calderón.
Aun
así, si se comparan las cifras de la incidencia delictiva en Michoacán de enero
a junio de 2011 con las de enero a junio de 2014 –con la llegada de Castillo y
la estrategia federal para rescatar a Michoacán–, el homicidio doloso creció
33%, el secuestro 40%, el robo de auto con violencia 57%, sin violencia 12% y
la extorsión se triplicó.
Ha
sido tal el fracaso de la estrategia federal en Michoacán que incluso si las
cifras de delitos de enero a junio de 2014 se comparan con las del mismo
periodo en 2013, cuando aún no se aplicaba el plan del gobierno de Peña Nieto
para el estado, arrojan un resultado adverso: la delincuencia creció.
Comisionado
visceral
Horas
antes de que José Manuel Mireles fuera detenido, presuntamente en flagrancia,
el comisionado Castillo anunció a sus más cercanos colaboradores y a
funcionarios del estado que el líder de autodefensas iba a ser aprehendido en
Lázaro Cárdenas.
La
mañana del 27 de junio, el funcionario federal y su comitiva se alistaban a
salir del hotel Best Western de Morelia, convertido en su centro de operaciones
desde que Peña Nieto lo envió a “pacificar” Michoacán. Ya estaba programada su
ruta de Buenavista Tomatlán a Lázaro Cárdenas, con el propósito de detener a
Mireles.
Como
justificación, según las versiones recabadas por este semanario, Castillo les
dijo a sus allegados: Mireles “ya me tiene hasta la madre”.
De
acuerdo con información verificada por Proceso, Castillo informó del objetivo a
su secretario particular, José Elías Reynoso Rojas; al delegado del Centro de
Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), Armando del Río, y al delegado de
la Procuraduría General de la República (PGR) en el estado, Guadalupe Alfredo
Becerril.
Esa
tarde el líder de autodefensas fue aprehendido por policías federales y
efectivos del Ejército con otras 82 personas. Las autoridades dijeron que se le
encontró en flagrancia, en posesión de armas de uso exclusivo del Ejército y
con droga en el poblado de La Mira, en el municipio de Lázaro Cárdenas.
El
30 de junio, Castillo afirmó en conferencia de prensa que Mireles fue detenido
cuando salía de un restaurante, en atención a una supuesta denuncia ciudadana
en la que se alertó que personas armadas querían tomar Lázaro Cárdenas y
Morelia. “Los michoacanos quieren vivir a gusto y quieren estar tranquilos”,
añadió el comisionado.
Desde
mayo pasado Castillo traía entre ojos al líder de autodefensas. Emprendió
entonces una amplia campaña en medios de comunicación para difundir que Mireles
estaba sujeto a investigación por participar en cinco homicidios.
Casi
de inmediato, otros líderes como Estanislao Beltrán, Papá Pitufo, y Alberto
Gutiérrez, Comandante 5, anunciaron que Mireles había sido separado
definitivamente del movimiento y pidieron que se le hiciera una evaluación
psiquiátrica.
Libres,
miembros del CJNG
Como
parte de los acuerdos con las organizaciones de autodefensa firmados en abril
pasado, por instrucciones de Castillo serán puestas en libertad por lo menos
103 personas acusadas de delincuencia organizada, posesión de armas de uso
exclusivo del Ejército, algunas también de delitos contra la salud y secuestro,
cuyos casos se encuentran concentrados en las causas penales 52/2013, 55/2013,
56/2013, 79/2013, 75/2013-VI, 74/2014, 94/2013 y 16/2013. La mayoría fueron
detenidas en Buenavista Tomatlán, Aquila, Los Reyes y La Ruana.
Hasta
ahora han sido liberados 100 miembros de autodefensas, entre ellos los
presuntos integrantes del CJNG Jesús García Bejarano, Pedro Montes Zavala –con
antecedentes criminales–, Édgar Iván Sánchez Tavera y Leobardo Ramírez Reyes,
El Chale, acusados de portación de arma de uso exclusivo del Ejército y delitos
contra la salud, cuyo expediente se encontraba en la última de las causas
penales citadas.
En
marzo de 2013, en conferencia de prensa, la subprocuradora jurídica de Asuntos
Internacionales de la PGR, Mariana Benítez Tiburcio; el subsecretario de
Gobernación Eduardo Sánchez, y el subjefe Operativo del Estado Mayor de la
Defensa Nacional, Genaro Robles Casillas, anunciaron la captura de esos hombres
como un gran logro; enfatizaron que pertenecían al CJNG y que cayeron gracias a
las labores de inteligencia del gobierno federal. Ahora están libres.
Según
la información recabada por esta reportera, esos individuos forman parte del
grupo de Luis Antonio Torres, El Americano, quien perteneció a Los Caballeros
Templarios y después se convirtió en líder de las nuevas fuerzas rurales
legalizadas por el gobierno federal. En documentos de inteligencia del gobierno
federal se identifica a Torres como integrante de H3, la nueva organización
criminal creada en Michoacán por exintegrantes de Los Caballeros Templarios y
el CJNG.
También
están libres Gabriel García Madrigal, Gabriel Ramos Madrigal, Rafael Rivera
Valencia, Pedro Guillén Vargas, Venancio Meraz Farías e Ignacio Segura Zúñiga,
acusados de delitos contra la salud y portación de arma de fuego de uso
exclusivo del Ejército.
En
la edición 1957 de Proceso se informó que los abogados Francisco Antonio
Pacheco Gómez, Jesús Montiel Jaime, Jorge Alfonso Espino Santillán, Juan Carlos
Escobar González, Daniel Corona Aguilera, Israel Raúl Ramírez Juárez y
Francisco Arturo Pacheco fueron contratados para representar legalmente a los
autodefensas encarcelados.
Ahora
se sabe que esta contratación se realizó por órdenes del comisionado Castillo y
del procurador de Michoacán, Martín Godoy Castro, mejor conocido como “jefe
Godoy” y quien forma parte del círculo más cercano a Castillo desde que éste
fue procurador del Estado de México.
De
acuerdo con versiones de familiares de los beneficiados, Castillo les ha dicho
que él mismo ha ido a hablar con los magistrados que llevan las causas penales
para lograr su libertad. Los expedientes judiciales a los que se tuvo acceso
confirman que los abogados de defensa de todos los que han sido libres son los
contratados por el comisionado y el gobierno de Michoacán.
Otras
versiones indican que si bien el delegado de la PGR, Guadalupe Alfredo
Becerril, es incondicional de Castillo, las liberaciones se llevan a cabo
contra la voluntad de Jesús Murillo Karam, quien corrió a Castillo de la PGR en
2013 luego de que éste intentara poner en delegaciones clave de la dependencia
a ciertos allegados suyos, algunos con turbios antecedentes (Proceso 1942).
Las
mismas versiones afirman que Murillo Karam se había negado a sobreseer los
casos, ya que la PGR contaba con elementos suficientes para obtener las órdenes
de aprehensión. Pero al final tuvo que ceder.
El
30 de julio pasado también fue puesto en libertad un grupo de 40 guardias
comunitarios de Aquila que se encontraban en el Centro Federal de Readaptación
Social 5 en Villa Aldama, Veracruz. Es gente de Agustín Villanueva, el fundador
de las guardias comunitarias de Aquila, a quien los militares detuvieron en
agosto de 2013 con 45 de sus hombres, entre ellos los ya liberados Ubaldo
Villanueva Ramírez, Octavio Farías Cruz y David Paulino Barragán.
De
acuerdo con la causa penal 79/2013-III, la PGR les había fincado cargos de
delincuencia organizada y portación de arma de uso exclusivo del Ejército
(fusiles de asalto AR-15 y AK 47), pero a final de cuentas la procuraduría
formuló conclusiones no acusatorias.
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