PROVINCIA
ECLESIÁSTICA DE ACAPULCO
Carta
a las familias de los normalistas de Ayotzinapa muertos y desaparecidos.
29
de octubre de 2014.
A
los familiares de los que perdieron la vida y los desaparecidos de Ayotzinapa.
Queridos
papás y miembros de la familia:
Unidos
a su dolor y sufrimiento les saludamos y nos dirigimos a ustedes para hacerles
llegar nuestro consuelo y esperanza y los sentimientos de cercanía y de
solidaridad, en este momento de tanto dolor y sufrimiento por la desaparición o
muerte de su hijo el día 26 de septiembre en la ciudad de Iguala. Este hecho
nos ha conmovido a nosotros al igual que a gran parte de los mexicanos y
queremos que sepan que hemos hecho oración por ustedes y que sentimos la
necesidad de ofrecerles nuestro consuelo, conscientes que no podemos permanecer
lejanos a ustedes.
El
dolor y sufrimiento que experimentan encontrará consuelo y podrá transformarse
en esperanza e ilusión de vida, recordando a la Virgen María, madre de Jesús
que también tuvo que llevar un gran dolor en su corazón cuando su hijo fue
torturado y ajusticiado en la Cruz. Ella pudo soportar tanto dolor porque su
confianza en Dios era tan firme y tan viva que reconocía que su mano le
acompañaba y le hacía sentirse fortalecida y consolada. Este es un tiempo para
fortalecer la fe y la confianza en Dios, Padre bueno que se acerca a sus hijos
más atribulados. Nosotros queremos ofrecerles nuestra cercanía y nuestra ayuda
para que puedan superar el dolor que no se puede expresar con palabras, por
medio de la fe y del amor de los hermanos. Les hemos pedido a las parroquias
donde ustedes viven que caminen junto a ustedes con tiempos de oración y de
escucha de la Palabra de Dios, que les escuchen a ustedes y les proporcionen la
ayuda que necesiten para seguir consolándose y llenándose de esperanza.
Así
mismo, queremos animarlos a seguir mirando hacia adelante y no quedarse con el
dolor atorado en su alma. Hay que seguir caminando porque Dios siempre tiene
cosas buenas para sus hijos que se confían en sus manos. No dejen que les
arrebaten la esperanza que todos los seres humanos necesitamos para superar
nuestros sufrimientos. La esperanza empuja a seguir luchando, a seguir viviendo
con dignidad, a seguir trabajando por un mundo mejor.
Como
obispos de la Iglesia católica, queremos estar atentos a sus necesidades así
como a la de las miles de familias que en los últimos años han sufrido cosas
semejantes a las que ustedes han sufrido como secuestros, extorsiones,
desplazamientos forzados y muertes de sus miembros. Hacemos el compromiso de
acompañarles en la fe para que puedan experimentar consuelo y esperanza y para
que puedan perdonar y sanarse de las heridas y el enojo que haya brotado en su
corazón por los hechos violentos que les han perjudicado, desde la Iglesia
católica queremos hacer nuestra la suerte de todas las víctimas de la violencia
y haremos nuestros esfuerzos para que en Guerrero y en el país entero,
caminemos hacia la paz. Para ello, es necesario que cada familia se convierta
en un lugar acogedor y amoroso, donde abunde el cariño y la comprensión, donde
los hijos y las hijas vayan aprendiendo a respetar y a servir a los demás.
Recordando
las palabras de Jesús nuestro Señor, quien dijo: "Vengan a mí todos
ustedes los que están cansados y agobiados y yo les daré alivio, porque mi tugo
es suave y mi carga es ligera" (Mateo 11, 28), les decimos que en El
podrán hacer más llevadero su dolor y podrán experimentar la paz que tanto
necesitan en sus corazones y en sus familias.
Los
bendecimos y les aseguramos que nos mantendremos en oración por ustedes
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