- La valentía de Barack Obama y de Raúl Castro garantizan lo demás….habrá embajadas pero no embajadores.
¿Por
qué Cuba se ha dado la vuelta?/Jorge G. Castañeda was Mexico’s Secretary of Foreign Affairs from 2000-2003, after joining with his ideological opponent, President Vicente Fox, to create the country’s first democratic government. He is currently Global Distinguished Professor of Politics and Latin American and Caribbean Studies at New York University, and is the author of The Latin American Left After the Cold War and Compañero: The Life and Death of Che Guevara.
Project
Syndicate | 20 de diciembre de 2014
La
liberación por el gobierno de Cuba del preso/espía/rehén estadounidense Alan
Gross, y la de los tres espías/héroes/agentes encubiertos cubanos en Estados
Unidos, junto con los anuncios respectivos de Raúl Castro y Barak Obama, y su
conversación telefónica de ayer, marcan el momento más importante en la
historia de las relaciones de Estados Unidos y la isla desde 1977. Como se
recordará, ese año Jimmy Carter y Fidel Castro llegaron a varios acuerdos entre
ambos gobiernos que permitieron la apertura de dos oficinas de intereses en
cada capital. La intervención del Vaticano, y de Canadá, uno de los gobiernos
más anti-castristas del mundo democrático, fue decisiva y asegura el
cumplimiento de todas las etapas del acuerdo. La valentía de Barack Obama y de
Raúl Castro garantizan lo demás.
No
es el fin del embargo; eso solo lo puede cambiar el Congreso norteamericano. No
es una normalización plena: habrá embajadas pero no embajadores. Pero sí es un
avance notable: podrán viajar mas fácilmente los norteamericanos sin
ascendencia cubana a La Habana; se liberarán las transacciones bancarias entre
ambos países; algunos temas comerciales se abrirán; y Cuba será retirada de la
lista de países que apoyan al terrorismo por el Departamento de Estado.
A
primera vista, esto sugiere un gran triunfo cubano, una reculada y
rectificación norteamericana, tardía pero bienvenida. Parece una confirmación
de las posturas más pro-cubanas y anti-yanquis en América Latina. A cambio Cuba
entrega muy poco: Gross, liberar a 53 presos políticos, permitir la entrada de
observadores de la Cruz Roja Internacional y relatores de Derechos Humanos de
Naciones Unidas (lo que pedimos nosotros hace catorce años) y la ampliación del
acceso a Internet en la isla. No es gran cosa, en vista de lo obtenido: el
restablecimiento de relaciones diplomáticas al cabo de más de medio siglo de
ostracismo.
Falta
una variable en la ecuación. ¿Dónde encontrarla? La respuesta se halla en
Caracas, en Moscú y en los yacimientos de gas y crudo shale en Dakota del Norte
y en Eagle Ford en Texas. Me explico. Debido al incremento espectacular de la
producción petrolera de Estados Unidos, a la recesión europea y japonesa,
aunado a la decisión sáudi de reventar a gobiernos poco afines a Riyadh, y al
enfriamiento de las economías china e india, los precios del petróleo se han
desplomado. El gobierno mexicano se ha cubierto para el año entrante. Pero hay
dos gobiernos que no pudieron: el ruso y el venezolano. Son precisamente
aquellos que, en el segundo caso, mantenían a flote la inexistente economía
cubana, y en el primero, se constituyeron en la esperanza de recambio cuando
Nicolás Maduro y los restos del chavismo no pudieran salvar a la isla.
El
caso de Venezuela es el más importante. No sólo se han desplomado los ingresos
del estado venezolano y de la economía en su conjunto. El tipo de cambio negro
se encuentra a 30 múltiplos del oficial; la hiperinflación acecha; las
escaseces se generalizan; y los países beneficiarios de anteriores subsidios
venezolanos en materia petrolera recompran su deuda con Caracas a 40 centavos
por dólar. Para cualquiera que vea las cosas de frente, es obvio que Venezuela
no podrá seguir subsidiando al régimen castrista con hasta 100,000 barriles de
petróleo diarios; es cada vez más probable que se produzca un cambio político
importante en Venezuela, en un sentido u otro, que imposibilite perpetuar la
tabla de salvación para Cuba.
Así
se cierra el círculo. Todos los economistas que han estudiado las llamadas
reformas cubanas reconocen que no han surtido el efecto deseado; la economía
isleña está desahuciada. Todos admiten que sin la subvención venezolana, Cuba
se encontrará de nuevo en una crisis como la de los años 90. Y todos saben que
la única posibilidad de éxito de dichas de reformas radica en una normalización
plena con Estados Unidos. Pero a pesar de la mejor voluntad de Obama, y de
muchos Demócratas en Washington, sin algún tipo de concesión cubana de fondo en
materia de democracia y derechos humanos …. esa normalización es imposible
Como
lo demuestra el libro Back Channel to Cuba: The Hidden History of Negotiations
Between Washington and Havana, publicado hace unas semanas, los cubanos siempre
se han negado a negociar su régimen político contra el fin del embargo o una
normalización con EU. Por tanto, eso no fue incluido en los anuncios de hoy.
Pero apuesto doble contra sencillo que muy pronto veremos cambios políticos y
en materia de derechos humanos de gran envergadura en Cuba. No es comprensible
que Obama le haya dado tanto a Raúl, a cambio de tan poco. La correlación de
fuerzas es la que es, y el hasta ahora inexistente pragmatismo cubano se le ha
impuesto al régimen por necesidad. Quien hubiera pensado que petroleros tipo
James Dean en Dakota del Norte y Texas, junto con príncipes de la familia Saud,
lograran abrir el cerrojo castrista, cuando nadie mas había podido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario