- “En el pasado pensamos que sólo certificar a nuestras policías, las de todos los órdenes sería suficiente. Y está muy claro que no.En los hechos ocurridos en Guerrero un alto porcentaje de su policía estaba certificada en el tema de confianza y, sin embargo, ahí están los resultados, los muy lamentables hechos de Iguala“ EPN
- “Hay en el país..38 centros de Cpntrol de “Confianza“ acreditados; tres Federales y 35 estatales. Dichos centros realizaron 855 mil 465 evaluaciones de control de confianza a aspirantes y elementos en activo; es decir, una cifra de evaluaciones superior al doble de los elementos que integran las fuerzas en activo…“Moreira
Señoras
y señores.
Muy
buenas tardes a todas y a todos ustedes.
Quiero
agradecer a nuestros invitados especiales que estén aquí presentes, tanto al
Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, como de la Cámara
de Diputados, quienes participan en esta Sesión del Consejo Nacional de
Seguridad Pública como invitados de honor.
Quiero
saludar a los integrantes de este Consejo Nacional de Seguridad Pública, en el
que participan funcionarios y dependencias del Gobierno de la República.
De
manera muy particular, nuestras Fuerzas Armadas, en la representación que de
ellas tienen el General Secretario de la Defensa Nacional y el señor Almirante
Secretario de Marina.
Saludar
a los señores gobernadores de las distintas entidades federativas.
Al
señor Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
A
los señores representantes o, más bien, la representante de los gobiernos
municipales de nuestro país.
A
los consejeros permanentes o miembros permanentes representantes de la sociedad
civil, de quienes hemos escuchado importantes reflexiones en esta reunión.
Y
a los invitados que aquí hoy nos acompañan, que representan a instituciones o
dependencias de seguridad pública y de procuración de justicia en las distintas
entidades del país.
Y
a miembros de la sociedad civil, a quienes saludo con respeto, y a quienes
extiendo la más cordial bienvenida a esta Sesión del Consejo Nacional de
Seguridad Pública.
Señores
representantes de los medios de comunicación:
Sin
duda, una responsabilidad fundamental, como lo dijera hace un momento Alejandro
Martí, de un Estado democrático es proteger a su población.
De
ahí, la importancia de garantizar el Estado de Derecho, y esto significa,
porque cuando decimos el darle plena vigencia al Estado de Derecho pareciera
una retórica común, y no alcanzamos a entender el alcance que esto tiene, es
asegurar que la ley se cumpla puntualmente en todo el territorio nacional.
Y
éste es el Consejo, ésta es la instancia superior de coordinación en materia de
seguridad pública, y en donde todos sus integrantes compartimos esta
responsabilidad prioritaria y fundamental del Estado mexicano.
Hace
dos años, cuando me reuní por primera vez con ustedes, en mi carácter de Presidente
de este Consejo, expresé que debíamos fijarnos metas claras, y que los
objetivos prioritarios serían: reducir la violencia y recuperar la paz y la
tranquilidad de las familias mexicanas.
Y,
sin duda, ha habido avances.
Hoy,
son otros los rostros de varias regiones del país que, hasta hace muy poco
enfrentaban condiciones de enorme violencia y, sobre todo, de alta
criminalidad.
Podría
referirme a regiones del Norte del país, como Chihuahua, como Nuevo León.
Aquí
lo escuchamos en voz del Gobernador de Durango, en lo que hace a la región de
La Laguna, en donde ha habido avances. Pero, sin duda, no son suficientes y
menos nos sentimos satisfechos por lo que se ha logrado.
Hemos
escuchado aquí las voces de la sociedad que, sin duda, siempre nos convocan a
una reflexión y, sobre todo, a que asumamos pleno compromiso frente a lo que es
nuestra responsabilidad.
En
otras sesiones del Consejo, escuché la voz de Alejandro Martí, cuando en un
momento de enorme consternación nacional por lo que ocurría en todo el país,
por los altos y elevados índices de criminalidad, demandó de todas las
autoridades que participamos en este Consejo, mostrar capacidad para dar
respuesta a la demanda ciudadana.
Hoy,
nuevamente escucho las voces de la sociedad; en María Elena Morera, en el
propio Alejandro Martí, que bien señala lo que, sin duda, es el sentir o, más
bien, son ustedes quienes expresan lo que siente una sociedad como la nuestra,
que está lastimada, que está conmovida, que está enojada.
Y
lo está por hechos tan dolorosos como los ocurridos en Iguala, de los que he
referido, han sido actos de barbarie, inaceptables, y que evidencian la
debilidad de nuestras instituciones, particularmente en el orden municipal.
Y
que eso no significa que no haya debilidades en otros órdenes, estatal o en el
mismo orden Federal. Pero sin duda, es en el orden municipal donde tenemos una
mayor fragilidad.
Y
como aquí lo dijera hace un momento el Gobernador de Morelos, efectivamente, se
dotó a los gobiernos municipales de capacidades institucionales, al menos en el
orden legal, para poder tener atribuciones en materia de seguridad pública.
En
un México muy distinto al que hoy estamos viviendo en pleno Siglo XXI, las
capacidades del crimen organizado son otras, mayores, sofisticadas y, en
consecuencia, el Estado mexicano debe tener mayor capacidad para hacerle frente
al crimen organizado.
Esta
reflexión que aquí hoy les comparto, la hemos escuchado ya muchas veces.
Todos,
digo, y me refiero a quienes representamos al Estado mexicano en la
corresponsabilidad que tenemos de servir a toda la sociedad mexicana, estamos
claros que las capacidades del crimen organizado son otras, y por eso la
necesidad, y que yo celebro aquí se haya acordado en lo que dijera el
Gobernador de Nuevo León, profesionalicemos a nuestras policías.
En
el pasado pensamos que sólo certificar a nuestras policías, las de todos los
órdenes sería suficiente. Y está muy claro que no.
En
los hechos ocurridos en Guerrero un alto porcentaje de su policía estaba
certificada en el tema de confianza y, sin embargo, ahí están los resultados,
los muy lamentables hechos de Iguala.
Es
claro que tenemos que hacer mucho más y que implica un proceso, un compromiso,
pero también implica una responsabilidad de todos.
Muy
bien lo dijo el señor Gobernador de Morelos: aquí no pueden caber excusas ni
disculpas; ni suponer que alguien venga al relevo de la responsabilidad que
cada orden de Gobierno puntualmente tiene.
Me
adhiero, y con entusiasmo, porque lo veo, lo advierto y lo siento, y estoy muy
cerca del gran compromiso que tienen nuestras Fuerzas Armadas.
Me
adhiero al reconocimiento que aquí se ha hecho, porque efectivamente, ante la
debilidad de nuestras instituciones encargadas de seguridad pública, han sido
nuestras Fuerzas Armadas quienes han acompañado a las instituciones encargadas
de la seguridad para cumplir con su deber, para no dejarlas solas, para darles
mayor capacidad en cuanto al control territorial y, sobre todo, en la capacidad
de fuerza para hacerle frente al crimen organizado; en lo que no debiera ser
estrictamente su responsabilidad que no sea otra que la de la seguridad
nacional y la defensa de nuestra soberanía.
Pero
han trabajado y han cumplido puntualmente, y han asumido como compromiso
propio, acompañar el esfuerzo del Estado mexicano para brindar seguridad
pública a la sociedad mexicana.
Y
lamentablemente han habido hechos aislados que han manchado a nuestras
instituciones, y especialmente a nuestras Fuerzas Armadas.
Todo
esto, lo expresado aquí, lo escuchado aquí, nos debe llevar a repensar.
Repensar muy bien y más bien asumir plenamente, cada uno, su responsabilidad,
porque ante lo ocurrido en Iguala, ante lo que evidenció, como ya lo compartí,
es claro que entre la sociedad mexicana hay falta de credibilidad, hay
desconfianza y hay una demanda muy clara: en dónde están nuestras
instituciones, las del Estado mexicano, que nos generen un clima de
tranquilidad, de paz y en la que cada mexicano pueda hacer lo que esté en su
deseo realizar y materializar como proyecto de vida.
Esa
es nuestra responsabilidad. Esa es la tarea que tenemos quienes representamos
al Estado Mexicano.
Está
muy claro, y yo aquí reitero, y no quiero ser omiso, al contrario, retomo la
línea de mi intervención en el amplio reconocimiento que merecen nuestras
Fuerzas Armadas, porque durante ya muchos años han estado trabajando con gran
esfuerzo, con los sacrificios, con el despliegue para acompañar tareas de las
instituciones encargadas de la seguridad.
También
es cierto que no estamos partiendo de cero. Es cierto que ha habido avances, en
este espacio, en este Consejo, muchas veces, repito, he escuchado reflexiones,
buena retórica, buenos discursos, buenas reflexiones, pero no pueden quedar
todo y solamente en eso.
Debe
ser un espacio de reflexión propia para un servidor y para quienes son
gobernadores, para quien es Jefe de Gobierno, para quienes tienen
responsabilidad en el área de seguridad y de procuración de justicia.
Para
que plenamente asumamos nuestra corresponsabilidad. Que nadie escape y nadie
suponga, como ya lo señalé, que vendrá otra instancia, de que vendrán las
Fuerzas Armadas, de que vendrá la Policía Federal, para relevarnos de la tarea
que es propia, en algunos casos, de los estados.
El
caso de Iguala nos ha cimbrado a todos, nos ha cimbrado a las instituciones, ha
cimbrado a la propia sociedad.
Será
la Procuraduría General de la República quien termine de dar o de concluir la
investigación que sobre este caso lleva y que, sin duda, le ha implicado, como
se ha señalado, un enorme despliegue de la Procuraduría, de nuestras Fuerzas
Armadas, de las Policías Federales en toda la investigación que este caso ha ameritado,
quizá como no se tenga precedente en la historia reciente de nuestro país.
Pero
a partir de ahí, y a partir de lo que resulte de esa investigación, y de las
conclusiones a las que llegue la Procuraduría General de la República, está muy
claro que México debe ser otro a partir de lo ocurrido en Iguala, así lo referí
en mi intervención de hace algunas semanas.
Debe
llevarnos a todas y a todos a realmente emprender ajustes y hacer de estos
hechos tan lamentables, una oportunidad para reconducir, para reforzar y
fortalecer nuestras instituciones de seguridad pública, de procuración de
justicia.
De
combatir la corrupción en este Sistema Nacional Anticorrupción que se ha
propuesto, que el propósito no es sólo darle facultades sancionadoras, sino de
impulsar políticas públicas que nos permitan combatir la corrupción en todos
los niveles y, sobre todo, en aquellos lugares cercanos a la población que más
les lastima.
Y
de revertir una cultura ancestral a la que hiciera referencia el propio
Alejandro Martí.
Yo
he señalado que el tema de la corrupción es un tema de orden cultural que
tenemos que revertir entre todos.
Es
cierto, es la autoridad la que tiene la principal responsabilidad en la
creación de instituciones, como las que propone el Sistema Nacional
Anticorrupción, para crear mecanismos, herramientas, que nos permitan,
realmente, prevenir y evitar corrupción; pero, a final de cuentas, es una tarea
de autoridades y de una sociedad en general.
Que
en nuestro diario actuar debemos convertirnos en fiscalizadores, precisamente,
de autoridades y de agentes sociales que estén implicados en temas de
corrupción. Es una tarea de todos.
A
nosotros, como sociedad y como Gobierno, nos toca modelar el México que
queremos.
No
deseo que lo que aquí estoy expresando sea una más de las varias reflexiones
que aquí se han hecho, más bien, propongo y deseo que lo que aquí he compartido,
lo que ustedes han expresado, la sociedad: las autoridades que han participado
en esta Sesión de Consejo, nos lleve a cada uno a asumir con gran compromiso
nuestra tarea de servirle a la sociedad mexicana, especialmente en un tema tan
crítico y tan sensible, como es el de la seguridad y el de la procuración de
justicia.
No
vamos a bajar la guardia.
Éste
es espacio para reafirmar de manera categórica el compromiso que tiene el
Gobierno de la República para seguir trabajando en alcance a los acuerdos que deriven
de esta Sesión de Consejo, y de otras más para lograr condiciones de mayor
seguridad.
A
partir de escuchar la voz ciudadana, a partir de escuchar la representación
social al interior de este Consejo, y también, implique el compromiso de las
autoridades estatales, como lo refiriera el Gobernador de Morelos, para que
cada uno asuma, también, su propia tarea.
Cumplir
en materia de seguridad y en materia de procuración es una corresponsabilidad;
es una tarea compartida de todos los órdenes de Gobierno.
Y
yo deseo, realmente, que lo que aquí se ha compartido, lo que aquí se ha
expresado, lo que aquí se ha reflexionado, nos marque, nos comprometa y nos
lleve realmente a lograr el objetivo de un México libre de violencia, de un
México libre de impunidad, libre de corrupción, y de un México en el que la
sociedad mexicana pueda alcanzar sus anhelos y sus propios sueños.
Ese
es mi deseo y ese es el compromiso que asumo como responsable de la titularidad
del Ejecutivo Federal.
Celebro
los acuerdos tomados en esta Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública
que, estoy seguro, contribuyan a este objetivo.
Convenio
de Marco de Mando Único, en tanto se logra la aprobación a la propuesta que
habrá de debatirse y, seguro estoy, enriquecerse en el Congreso de la Unión.
La
Estrategia Nacional de Desarrollo Policial, que el Acuerdo para que la
Conferencia Nacional de Procuración de Justicia elabore protocolos de
investigación en materia de desaparición forzada y tortura.
Agradezco
la presencia aquí del Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos, que es integrante, también, de este Consejo Nacional de Seguridad
Pública.
Que
se cuente con una nueva metodología para medir la incidencia delictiva y elevar
la calidad de la información.
Nadie
quiere que se oculte datos, ni información que no sólo deba de ser pública,
sino que norme el actuar de las instituciones encargadas de seguridad.
Nos
importa conocer la verdad, información veraz, clara, por dura que pueda ser.
Yo
celebro que se haya acordado aquí, definido la metodología que, insisto, eleve
la calidad de la información.
Y
que el hecho de que se adopten las medidas necesarias por contar con un número
único de emergencias en todo el país, como lo propuse en el decálogo de
medidas, hace apenas algunas semanas.
Proceso
que, sin duda, es complejo; de ser fácil ya se hubiese instrumentado.
Tomará
semanas, quizá algunos meses, en tanto se logran integrar y conectar las
distintas plataformas de servicios de emergencia, pero es algo que estamos
resueltos a hacer que se logre.
Y
que México tenga un número único de emergencias, como ocurre en los países de
mayor desarrollo, y eventualmente sea el mismo que se emplea en aquellos
países.
Esto
es parte de los acuerdos que aquí se han tomado. Yo los felicito.
Y
reconozco la muy puntual y yo creo que oportuna participación, especialmente de
los representantes de la sociedad civil, en este Consejo Nacional de Seguridad
Pública.
Porque
nos hace reflexionar, a quienes tenemos responsabilidad, pero sobre todo debe
llevarnos a comprometernos aún más en a favor de la seguridad.
Es
una tarea que además es medible y es medible espacio por espacio, entidad por
entidad, entendiendo muy bien las diferenciadas condiciones que tienen las
distintas regiones y entidades del país, pero a final de cuentas, medible.
Y
eso me parece que debe ser algo que motive, que aliente y comprometa el
esfuerzo de todas y de todos.
Concluyo
mi intervención, señores, deseándoles felices fiestas decembrinas, a ustedes y
a sus familias, pero sobre todo, que 2015 depare a México un horizonte mucho
más promisorio, en el que el trabajo compartido, el compromiso resuelto que
aquí hemos expresado nos lleve a seguir construyendo un México más libre, un
México más democrático, un México que permita la realización plena de todos los
ciudadanos de este país, de cada mexicana y de cada mexicano.
Muchísimas
gracias.
Y
muchas felicidades.
Dije
que había concluido pero me faltó clausurar, que fue el motivo de mi
intervención.
Y
por ello, me resulta muy grato, hoy 19 de diciembre de 2014, declarar
clausurada esta 37ª Sesión Ordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Pública,
con la certeza, y así lo deseo, que los acuerdos alcanzados contribuyan a
fortalecer las capacidades institucionales del Estado mexicano en materia de
seguridad pública y de procuración de justicia, por el bien de todo México.
Muchas
gracias, y felicidades.
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