12 feb 2016

Reconoce Francisco que el encuentro lo pudo concretar gracias a Raúl Castro

En el vuelo de Cuba a México, el papa comentó con los periodistas sus impresiones tras el encuentro con el Patriarca de Moscú.

 Yo había hablado con él sobre este encuentro la otra vez», es decir durante el viaje a Cuba del pasado septiembre, «y él hizo de todo para organizarlo».
 “Sentía una alegría interior que era del Señor. Él hablaba libremente y también yo hablaba libremente, pero se sentía la alegría”. Con estas palabras descrbió Francisco  el encuentro con el patriarca Kiril. 
De este modo, ha indicado que ha sido una conversación de hermanos: “puntos claros que nos preocupan a los dos, hemos hablado con mucha franqueza. Yo me he sentido delante de un hermano y también él me ha dicho lo mismo”. Dos obispos –ha precisado– que hablan de las situaciones de sus Iglesias.
Por otro lado, Bergoglio explicó a los reporteros que han podido conversar sobre la situación del mundo, de las guerras, “guerras que ahora se corre el riesgo de no ser por partes sino de implicar todo”. Y finalmente han hablado también de la situación de la ortodoxia y del próximo sínodo panortodoxo.  
Asimismo, ha indicado que se ha hecho “un programa de posibles actividades en común porque la unidad se hace caminando”.  A propósito de la declaración que han firmado, Francisco ha precisado que “no es una declaración política, ni sociológica, es una declaración pastoral”.

Agradeció al presidente Raúl Castro la “acogida y disponibilidad”. Ha explicado que ya habló con él sobre esta posibilidad la otra vez que se reunieron y “él estaba dispuesto a hacer todo y hemos visto que ha preparado todo” y por eso le ha dado las gracias.
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Mucha alegría por el encuentro; hablamos con franqueza»
Vatican Insider, 13/02/2016/
ANDREA TORNIELLI
ENVIADO DESDE EL VUELO LA HABANA- CIUDAD DE MÉXICO
«Hablamos con mucha franqueza, como hermanos. Sentí na alegría interior…». Papa Francisco está feliz por el encuentro con Kirill. Y, a pesar del cansancio del día y de lo que le espera (kilómetros y kilómetros en la Ciudad de México a bordo del papamóvil descubierto para saludar a la multitud), quiso ir a hablar con los periodistas a la cola del avión que se está dirigiendo a la capital mexicana. «Creo que con la declaración tienen trabajo para toda la noche y también para mañana. Pero quería decirles mis sentimientos».

Antes que nada, explicó Francisco, «el sentimiento de acogida y de disponibilidad del presidente Raúl Castro. Yo había hablado con él sobre este encuentro la otra vez», es decir durante el viaje a Cuba del pasado septiembre, «y él hizo de todo para organizarlo». Palabras que confirman la larga preparación absolutamente reservada que permitió el histórico abrazo.
 «Con Kirill fue una conversación de hermanos, con puntos claros, que nos preocupan a los dos. Hablamos con toda franqueza. Yo me sentí frente a un hermano y también él me dijo lo mismo. Dos obispos que hablan sobre las situaciones de sus Iglesias, sobre las situaciones del mundo, de las guerras… que ahora corren el peligro de ya no ser tan ‘a pedacitos’, sino de involucrarlo todo; de las situaciones de la ortodoxia, del próximo sínodo panortodoxo».
 «Yo sentía una alegría interior —dijo el Pontífice— que era justamente del Señor. Kirie hablaba libremente y yo también, se sentía la alegría. Los traductores eran buenos, fue un coloquio a seis ojos: Kirill, yo, el metropolita Hilarion y el cardenal Koch, y los dos interpretes. Con toda libertad hablamos nosotros dos, los otros si se hacía alguna pregunta».
 Con este encuentro, refirió el Papa a los periodistas que lo acompañan durante el viaje, «se hizo un programa de posibles actividades en común, porque la unidad se hace caminando. Si la unidad solo se hace en el estudio y en la teología, va a venir el Señor y todavía vamos a estar haciendo este estudio. Pero si la unidad se hace caminando, cuando el Señor nos encuentre, nos encontrará en camino». Para concluir, el Papa habló sobre la declaración conjunta: «Habrá muchas interpretaciones… Pero no es policial, no es sociológico. Es una declaración pastoral, incluso cuando se habla del secularismo y de la manipulación biogenética. Es una declaración pastoral de dos obispos que se encontraron como hermanos. Yo estoy feliz… ahora me esperan 33 kilómetros de papamóvil descubierto».

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