El
Sumo Pontífice, cabeza de la Iglesia católica mantiene un encuentro con Kirill,
su par de la rama ortodoxa, en La Habanna; antes, fue recibido por el
presidente Raúl Castro
Tomado de La Nación/VIERNES
12 DE FEBRERO DE 2016 • 16:15
Foto:AFP
LA
HABANA.- El papa Francisco llegó a La Habana, Cuba, esta tarde para sostener la
primera reunión de una jefe de la Iglesia católica con su homólogo de la
Iglesia ortodoxa rusa, un hecho histórico luego del cisma ocurrido en el
cristianismo hace diez siglos, pero que puede tener más que ver con una Rusia
tratando de afirmarse políticamente que con cualquier avance religioso.
Minutos
después de su arribo, Francisco se reunió con el patriarca Kirill por dos
horas, durante una breve escala en el aeropuerto Jose Martí de La Habana en su
camino a México, donde el pontífice inicia una gira de seis días en la que
llevará un mensaje de solidaridad con las víctimas de la violencia por las
drogas, la trata de personas y la discriminación en algunas de las zonas más
violentas y afectadas por la pobreza.
Aunque
la reunión de La Habana ha sido considerada en algunos círculos católicos como
un importante avance ecuménico, Francisco también ha sido objeto de críticas
por permitir, en lo esencial, ser utilizado por un Kremlin deseoso de ganar
terreno político entre los cristianos ortodoxos y en la escena mundial en
momentos en que Rusia está cada vez más aislada de Occidente.
Se
espera que la declaración conjunta toque el tema más importante que preocupa
tanto a la Iglesia católica como a la ortodoxa en la actualidad: la difícil
situación que sufren los cristianos en Irak y Siria, donde están siendo
asesinados y expulsados de sus hogares por el grupo Estado Islámico.
Cuba,
ideal
Cuba
tiene una ubicación única e ideal para la reunión: lejos de las batallas
territoriales entre católicos y ortodoxos en Europa, además de que es un país
familiar para el primer Papa de origen latinoamericano, pero igualmente
familiar con la iglesia rusa, dados sus antecedentes antiestadounidenses y su
legado soviético.
"Cuba
es de hecho un lugar profundamente espiritual en términos de prácticas
afrocubanas no es, ni nunca ha sido un lugar muy religioso en el sentido
católico formal'', explicó a la AP el analista y experto en Cuba del Baruch
College de Nueva York, Ted Henken. "Creo que este hecho junto con su
conexión única geopolítica de Rusia se ha convertido en un "terreno
neutral'' ideal y de confianza para dicha reunión''.
El
Vaticano espera que en encuentro mejore las relaciones con otras iglesias
ortodoxas y estimule los avances en el diálogo sobre las diferencias teológicas
que han dividido al cristianismo del Oriente y el Occidente desde el Gran Cisma
de 1054.
Sin
embargo, los observadores ortodoxos creen que la disposición de Kirill de
reunirse finalmente con un Papa tiene menos que ver con cualquier deseo nuevo
de acercamiento ecuménico y más con un deseo de la iglesia ortodoxa por mejorar
su imagen en un momento en que Rusia está cada vez más bajo el fuego de
Occidente por sus acciones militares en Siria y Ucrania.
Kirill,
un consejero espiritual del presidente ruso Vladimir Putin, dirige la más
poderosa de las 14 iglesias ortodoxas independientes que se reunirán durante el
tercer trimestre en Grecia para el primer sínodo panortodoxo en siglos.
"Esto
no es benevolencia. No es un deseo recién descubierto de unidad entre los cristianos'',
opinó George Demacopoulos, presidente griego-ortodoxo de estudios cristianos
ortodoxos en la Universidad de Fordham, en Nueva York. ``Es casi en su
totalidad la postura (de Kirill) y de tratar de presentarse como el líder de la
ortodoxia''.
Desde
Pablo VI, los papas se han reunido con el patriarca ecuménico con sede en
Estambul, quien es considerado el "primero entre iguales'' en la Iglesia
ortodoxa de 250 millones de fieles y el único patriarca que puede hablar por la
ortodoxia mundial. Sin embargo, la Iglesia rusa es la más grande, más rica y
poderosa en la ortodoxia, y siempre se ha mantenido alejada de Roma.
Los
católicos y los ortodoxos se han mantenido distanciados por muchas cuestiones,
como la primacía del papa y, más recientemente, las acusaciones rusas ortodoxas
de que la Iglesia católica ha tratado de ganar conversos en las antiguas
tierras soviéticas. Esas tensiones han impedido que papas anteriores hayan
podido reunirse con un patriarca ruso, a pesar de que el Vaticano ha insistido
en que solo estaba haciendo su trabajo religioso entre los adolescentes de las
comunidades católicas.
El
problema reciente más acuciante se centra en la Iglesia católica griega de
Ucrania, la segunda más grande del país, que sigue los ritos de la iglesia
oriental pero responde a la Santa Sede. La Iglesia ortodoxa rusa ha considerado
el oeste de Ucrania como su territorio tradicional y ha resentido la influencia
papal allí.
El
cardenal Kurt Koch, jefe de la oficina del Vaticano que se ocupa de las relaciones
ortodoxas, dijo que el tema de la iglesia ucraniana sin duda emergerá en las
conversaciones privadas de dos horas entre Francisco y Kirill.
"Creo
que sería imposible reunirse sin discutir estos temas'', dijo a la Radio del
Vaticano. No obstante, subrayó que no puede subestimarse la importancia futura
de la reunión.
"Sin
duda forjará relaciones dentro de la ortodoxia: Todavía no tenemos contacto con
muchos de los patriarcas ortodoxos y esta reunión podría ayudar a desarrollar
las relaciones entre ortodoxos antes del Consejo Panortodoxo'', dijo. "Una
mejor comprensión entre Roma y Moscú seguramente tendrá efectos positivos en el
diálogo teológico''.
Agencias
AP y EFE
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Las palabras que se dijeron el papa Francisco y el patriarca Kirill
Después de casi mil años de división, un primado de la Iglesia católica y un primado de la Iglesia ortodoxa de Moscú se estrecharon en un abrazo
Elisabetta PiquéLA NACIONVIERNES 12 DE FEBRERO DE 2016 • 19:18
LA HABANA.- Después de casi mil años de división, por primera vez en la historia un primado de la Iglesia católica, Francisco , y un primado de la Iglesia ortodoxa de Moscú y todas las Rusias, el Patriarca Kirill, se estrecharon en un abrazo, abriendo así una nueva etapa en el diálogo ecuménico entre las dos Iglesias.
"Finalmente", dijo Francisco, cuando, en un salón del aeropuerto internacional José Martí de esta capital, donde fue recibido con por el presidente Raúl Castro , pudo verse cara a cara con el líder ortodoxo ruso. El reloj marcaba las 14.26 locales. "Somos hermanos", dijo Francisco, que abrazó y besó tres veces a Kirill y que reiteró varias veces la palabra "hermanos". Antes de que se cerraran las puertas y quedaran a solas junto a dos intérpretes -y un reducido grupo de periodistas que inmortalizaron el momento histórico-, se oyó que Kirill le decía a Francisco: "ahora todo es más fácil". "Es más claro que esta es la voluntad de Dios", contestó Francisco.
Se espera que después de la reunión privada los dos líderes religiosos firmen una declaración conjunta. Luego, el Papa -que llegó despué de 12 horas y 15 minutos de vuelo desde Roma-, volverá a subirse al avión de Alitalia que lo trajo hasta aquí, para ir a la meta original: México.
Cuando se anunció el encuentro, hace exactamente una semana, en un comunicado conjunto el Vaticano y el Patriarcado de Moscú destacaron que deseaba que el encuentro fuera "una señal de esperanza para todos los hombres de buena voluntad".
Desde hace años que se habla de un encuentro entre el Papa y e Patriarca de Moscú, que gobierna dos tercios de los 200 millones de ortodoxos del mundo.
Francisco, que se reunió dos veces con el presidente ruso Vladimir Putin (en noviembre de 2013 y en junio de 2015), nunca ocultó su deseo de acercarse a Moscú. Al regresar de su viaje a Turquía, en noviembre de 2014, ante una pregunta de un periodista ruso sobre sus contactos con el patriarcado de Moscú, había dicho: "Con el patriarca Kirill... Yo le hice saber, y también él está de acuerdo, existe la voluntad de encontrarnos. Le dije: yo voy donde tú quieras . Tú me llamas y yo voy. Y también él tiene la misma voluntad".
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