- Comenzó
el encuentro en el aeropueto de La Habana entre el Pontífice y el Patriarca de
Moscú y de toda la Rusia. Un encuentro histórico, en preparación desde hace más
de veinte años, un paso importante para el diálogo ecuménico después de casi
mil años de separación
Vatican Insider, 12/02/2016/ANDREA
TORNIELLI/ENVIADO
A LA HABANA
Francisco
y Kirill se abrazaron y besaron. El primer encuentro fue a la entrada de una
salita revestida de madera oscura en el aeropuerto internacional de La Habana,
en un día soleado. Se llevó a cabo lejos de Europa y sus divisiones, en una
isla que es una encrucijada y un símbolo.
«Hermano,
hermano, somos hermanos - dijo el Papa al ver a Kirill-, ¡finalmente». El
Pontífice y el Patriarca se sentaron en dos grandes sillones revestidos de tela
blanca. Había en la salita también un gran crucifijo de madera. «Ahora las
cosas son más fáciles», dijo Kirill. «Está más claro que es la voluntad de
Dios», añadió Francisco.
Así
comenzó el encuentro: además de ambos líderes y sus respectivos intérpretes, en
el coloquio también participan el cardenal Kurt Koch, Presidente del Pontificio
Consejo para la Unidad de los Cristianos, y el metropolita Hilarion, «ministro
del Exterior» del Patriarcado de Moscú.
El
presidente cubano Raúl Castro acogió a Papa Francisco en la pista del aeropuerto
internacional José Martí de La Habana, tal y como había hecho horas antes con
el patriarca ortodoxo de Moscú, Kirill. Es la segunda vez en dos meses que
Jorge Mario Bergoglio visita la isla caribeña, después de su visita de
septiembre del año pasado.
Estaban
esperando en la pista del aeropuerto también dos cardenales: el arzobispo local
Jaime Ortega y Alamino y el Presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de
los Cristianos, Kurt Koch. Con grande reserva, el purpurado suizo tejió durante
los últimos dos meses la trama que permitió el histórico encuentro de hoy en La
Habana con el Patriarca Kirill, a quien el Papa llamó hoy durante el vuelo
desde Roma «mi querido hermano».
Acompaña
en el séquito papal al Pontífice otro de los protagonistas de la negociación:
el «número dos» de la Secretaría de Estado, el arzobispo Angelo Giovanni
Becciu, quien fue nuncio apostólico en Cuba y siempre ha mantenido relaciones
cordiales y discretas con el presidente Raúl Castro.
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