El
Papa criticará la violencia y la desigualdad en México
Nota de PABLO
ORDAZ/El País, Roma
11 FEB 2016
Hay
un Francisco que clama y otro que calla, sintiendo que, según las circunstancias,
la denuncia explícita o el silencio prudente pueden ser herramientas válidas
para alcanzar un objetivo. El Papa que en Cuba calló para favorecer el
acercamiento con Estados Unidos tiene previsto hablar fuerte y claro en México,
donde la población –golpeada por la violencia y la desigualdad—se siente a
menudo abandonada por sus autoridades, incluidas las de la Iglesia católica.
Jorge Mario Bergoglio viaja con 12 discursos directos a las conciencias del
poder.
Pero,
antes de llegar a México, habrá oportunidad de observar al otro Francisco, al
que –escoltado por el cardenal Pietro Parolin y la poderosa maquinaria diplomática
del Vaticano— negoció en silencio y durante meses el acercamiento entre los
presidentes Barack Obama y Raúl Castro, o el que, también en silencio, ha
tratado con Vladímir Putin y con el patriarca Kirill la destrucción de otra
vieja barrera: la que separaba desde el siglo IV a los líderes de católicos y
ortodoxos rusos. Se trata, en cualquier caso, de un hecho histórico cuyo único
parangón es el encuentro que sostuvieron en Jerusalén Pablo VI y Atenágoras, el
patriarca de Constantinopla, en 1965.
El
encuentro tendrá lugar en el aeropuerto de La Habana, con Raúl Castro de
anfitrión, e irá mucho más allá de lo religioso. “Es una señal de esperanza no
solo para los cristianos”, explica el director de L’Osservatore Romano, “se
trata de presentar ante el mundo un modelo de diálogo. Y, sin ninguna duda, es
también una señal política, la de indicar que el único camino para salir
adelante en una situación mundial tan crítica es que todos se pongan a trabajar
por la paz”.
Un
camino que, no obstante, provoca cierta incomodidad en algunos sectores, por
cuanto el Papa, muy beligerante hace un par de años a la hora de enfrentar los
planes de la OTAN para intervenir en Siria, no se muestra ahora tan taxativo
ante los bombardeos rusos. “De la misma forma”, explica un alto cargo del
Vaticano, “que tampoco se muestra muy crítico con la violación de derechos
humanos en China. El motivo está claro: el Papa está deseando abrirse, e
incluso visitar, Rusia y China, porque considera que un diálogo global es la
única solución a la crisis global. Esa táctica tiene sus costes y el Vaticano
está dispuesto a asumirlos”.
El
director de L'Osservatore Romano no cree, en cambio, que el Papa esté siendo
más laxo. “No es cierto que no se haya dicho nada”, asegura, “justo el domingo
el Papa dijo que para Siria no hay otra salida que una solución diplomática. No
es cierto que la Santa Sede calle, pero tiene sus canales de intervención, y
tiene antenas muy sensibles en todo el mundo”.
.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario