Revista
Proceso
# 2067, 12 de junio de 2016
“El Güero”
Palma, consentido de EU/ANABEL HERNÁNDEZ
En
2008, Héctor El Güero Palma –narcotraficante, socio y cómplice de Joaquín El
Chapo Guzmán– firmó un acuerdo con la justicia estadunidense que le permitió
recibir una minicondena: 100 dólares de multa y seis años más de cárcel. Ése
fue el castigo para uno de los mayores capos de la droga que haya visto el
continente. El viernes 10, Palma cumplió su condena y será devuelto a México
éste sábado. Y El Chapo, en contraparte, espera que se ejecute su extradición…
a la misma corte de California que trató tan benevolentemente a su colega.
“Quiero
pedir disculpas a Estados Unidos por el error que cometí”, dijo Jesús Héctor
Palma Salazar, entonces de 45 años, al juez Larry Alan Burns el 11 de febrero
de 2008, en una sala de la Corte de Distrito Sur de California.
Esposado
y bajo juramento de decir la verdad, se declaró culpable de tráfico y
distribución de 50 kilos de cocaína a ese país, luego de firmar un ventajoso
acuerdo con la fiscalía un año después de haber sido extraditado por el
gobierno de Felipe Calderón.
Así,
El Güero Palma quiso enterrar más de 16 años de carrera criminal, durante los
cuales traficó kilos y kilos de drogas, corrompió autoridades, lavó dinero,
violó muchas leyes en varios países y perpetró, al menos, dos matanzas en
México.
Primero
trabajó al servicio del Cártel de Guadalajara a las órdenes de Rafael Caro
Quintero, Ernesto Fonseca Carrillo y Miguel Ángel Félix Gallardo, y luego de
Amado Carrillo Fuentes, al lado de su amigo y socio Joaquín El Chapo Guzmán
–ahora en la antesala de la extradición–, junto con quien lideró el Cártel de
Sinaloa.
La
madrugada del 20 de enero de 2007 Palma fue extraditado a Estados Unidos junto
con otros 10 capos. La administración calderonista presentó la acción como una
medida enérgica contra el narcotraficante… pero la justicia estadunidense no
mostró su rostro más implacable con él.
El
juez le dictó una condena de 192 meses de prisión (16 años) a sugerencia de la
propia fiscalía, y le impuso una multa de 100 dólares. Nada mal si se considera
que la sentencia podría haber llegado a cadena perpetua y a un pago de 4
millones de dólares.
Además,
y por intercesión de la fiscalía, el juez accedió a que Palma Salazar se
quedara en una prisión en California para facilitar las visitas de su familia.
Y lo más importante: ordenó tomar en cuenta los 82 meses que El Güero Palma
pasó en una prisión mexicana esperando su extradición.
Los
110 meses restantes se acaban de cumplir. El sábado 11 y tras nueve años de
encierro en Estados Unidos, a sus 53 años, El Güero Palma fue liberado y
deportado inmediatamente a México, tal como establecía el acuerdo de
culpabilidad firmado con la fiscalía.
Con
pocos dientes, hemorroides, una “notable disminución de la vista” y esposa y
niños que lo esperan –según ha dicho su abogado en varias ocasiones– El Güero
Palma vuelve a México en un momento de reacomodos de grupos criminales y tras
la tercera caída de El Chapo Guzmán.
Justicia
gringa
En
la sala de la corte donde El Güero Palma se confesó culpable, se encontraban
amigos y familiares, quienes ya se habían mudado a Los Ángeles para visitarlo
en prisión. Ahí, el capo fue interrogado por el juez sobre el único cargo en su
contra.
Ese
7 de febrero de 2008 el narcotraficante firmó un acuerdo de culpabilidad de 10
hojas con la fiscalía del gobierno de Estados Unidos. De acuerdo con ese
documento, del cual Proceso tiene copia, el capo admitía su culpabilidad a
cambio de una sentencia mínima. Al igual que en otros casos, no quedó
establecido qué daría a cambio Palma Salazar.
El
juez le preguntó: “En algún momento de enero de 1995 e incluyendo enero de
1999, ¿usted entró en arreglos con alguien para importar cocaína a Estados
Unidos?”
–Sí,
su señoría –respondió el capo.
–Señor
Palma, déjeme preguntarle entonces esto: del cargo de conspirar para traficar
más de 10 kilos de cocaína, específicamente 50 kilos de cocaína a Estados
Unidos, violando la ley, ¿cómo se declara, culpable o no culpable?
–Culpable,
su señoría.
–Yo
aprecio que haya pedido hoy disculpas por eso aquí. Está asumiendo su
responsabilidad. Voy a tomar eso en cuenta –dijo el juez–. Señor Palma, buena
suerte. Espero que no haya más problemas.
–Muchas
gracias, su señoría.
–No
regrese a Estados Unidos. Una vez que usted cumpla su sentencia quédese en su
país. No regrese aquí –le advirtió el juzgador.
Por
eso la instrucción fue que, en cuanto fuera liberado, Palma Salazar fuera
deportado inmediatamente a México, donde había sido arrestado en 1995 tras un
accidente aéreo.
Compadre
del “Chapo”
Nacido
el 25 de agosto de 1962 en Sinaloa, El Güero Palma es uno de los nueve hijos
del matrimonio formado por Modesto Palma Ríos y María Salazar. Según su
declaración ante el juez de California, estudió hasta primero de preparatoria.
En
1990, a sus 28 años, Héctor –alto,
blanco, con más estudios y cinco años más joven que Joaquín Guzmán Loera– tenía
una mejor posición en el Cártel de Juárez a las órdenes de Amado Carrillo
Fuentes.
Ambos
habían trabajado con Caro Quintero, Fonseca Carrillo y Félix Gallardo, hasta
que este último fue detenido en abril de 1989 acusado del asesinato, en febrero
de 1985, del agente estadunidense Enrique Camarena. Después de ese arresto, El
Güero y El Chapo se hicieron inseparables.
Al
poco tiempo fue detenido Amado Carrillo, ahijado de Fonseca. Pero fue liberado
en 1990 y Palma Salazar y Guzmán Loera regresaron a su organización criminal,
El Güero con un nivel más alto que El Chapo.
Testimonios
de agentes de la vieja Policía Judicial Federal indican que ambos llegaban a
las oficinas del director de esa corporación, León Aragón, para darle sobornos
o llevarle instrucciones de Carrillo Fuentes.
El
Güero Palma era capaz de planear sangrientos ataques, como el secuestro de
nueve personas –entre ellas abogados y familiares de Félix Gallardo– perpetrado
en septiembre de 1992 en un operativo en Las Lomas de Chapultepec, San Ángel y
la colonia Barrio del Niño Jesús, en la Ciudad de México.
Días
después los cadáveres aparecieron en la carretera Cuernavaca-Puente de Ixtla,
cerca de Iguala, Guerrero, con signos de tortura.
Según
un parte informativo de octubre de 1992, los autores materiales fueron “Rafael
Aguilar alias El Sha, Amado Carrillo Fuentes, El Chapo y El Güero Palma. El
móvil era conocer la información que Félix Gallardo supuestamente estaba
compartiendo con la DEA durante su encarcelamiento en el Reclusorio Sur de la
Ciudad de México”.
La
vida criminal de El Güero Palma se vio marcada cuando en medio de la guerra
contra Félix Gallardo y los Arellano Félix, Gallardo mandó asesinar con
brutalidad a su esposa e hijos.
Meses
después, en noviembre de 1992, Palma Salazar y Guzmán Loera protagonizaron otra
matanza: en un atentado contra Francisco Javier Arellano Félix en la discoteca
Christine, en Puerto Vallarta, mataron a seis personas pero no lograron
asesinar a su objetivo.
En
venganza, ese mismo noviembre, los Arellano Félix fraguaron un ataque contra
Guzmán Loera en Guadalajara. El auto en que viajaba recibió 12 tiros, pero él
salió ileso.
Medio
año después El Chapo fue aprehendido. En su primera declaración, el 9 junio de
1993, confesó que él y El Güero Palma habían efectuado ambas matanzas.
El
principal negocio de El Güero Palma y El Chapo era el tráfico de drogas. Aunque
los expedientes abiertos contra cada uno en la Corte de Distrito Sur de
California tienen diferentes números, los casos están vinculados con Enrique
Ávalos Barriga, operador de El Chapo, quien fue acusado en la misma corte de
construir un túnel transfronterizo para mover drogas, indocumentados y armas
hacia California y Arizona. Ese túnel quedó incompleto, pero luego se
perforaron muchos más.
En
los expedientes existe la declaración de un funcionario de la fiscalía, Todd
Robinson, quien afirmó que Palma Salazar fue el responsable del tráfico de 390
kilos de cocaína confiscada en Chicago en 1994, información que la fiscalía
confirmó interviniendo los teléfonos de Ávalos Barriga.
De
acuerdo con los documentos, tras el primer arresto de El Chapo, El Güero siguió
trabajando con Arturo Guzmán Loera, quien había asumido las funciones de su
hermano mayor. Según un testigo de la fiscalía, Palma controlaba principalmente
la plaza de Nayarit.
En
aquella época traficaban cocaína por mar, aire, camiones e incluso en latas de
chiles jalapeños, cajas de jabón y rollos de malla ciclónica.
Miguel
Ángel Segoviano Berbera, testigo contra Ávalos Barriga, declaró ampliamente en
la Corte de California sobre las actividades criminales de Guzmán Loera y Palma
Salazar, pero también sobre su vida de excesos, fiestas y peleas de gallos.
El
homicidio del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ocurrido en mayo de 1993 en
Guadalajara, cambió el rumbo de la vida de los dos capos.
“El
Güero” puso al “Chapo”
Según
el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, el cardenal fue víctima de una
“confusión”: quedó en medio de una balacera entre los gatilleros de los
Arellano Félix y El Chapo Guzmán.
Tras
el tiroteo, Amado Carrillo le ordenó a Palma supervisar al Chapo, pero éste
decidió tomar camino por su cuenta y viajar a Centroamérica para evitar ser
detenido. De acuerdo con el expediente sobre el homicidio de Posadas Ocampo,
fue El Güero Palma, por órdenes de Carrillo Fuentes, quien informó al gobierno
de México el paradero de Guzmán Loera.
En
1999 la Procuraduría General de la República (PGR) interrogó al abogado José
Alfredo Andrade, quien afirmó que estuvo con Carrillo Fuentes y Palma Salazar
en los días posteriores al homicidio del cardenal.
“Que
diga el testigo si sabe a través de qué personas proporcionó Carrillo Fuentes
la información para la captura de Guzmán Loera”, se le preguntó.
“A
través del Güero Palma” respondió Andrade.
Según
su dicho, al lugar donde se encontraba Carrillo Fuentes llegó el subprocurador
de la PGR Javier Coello Trejo a pedirle que entregara a Guzmán Loera, y Palma
Salazar le dijo que estaba en Guatemala.
Cuando
El Chapo fue interrogado por Álvarez Nahara, declaró que la última vez que
había conversado con El Güero Palma había sido ocho días antes de su detención,
vía telefónica. Y que habían acordado seguir en contacto a través de su madre,
María Salazar, quien vivía en Sinaloa.
Fue
en 1995 cuando El Güero Palma se convirtió en un capo de influencia
internacional. Ese año la Casa Blanca lo designó públicamente como un
narcotraficante de alto rango. Ese mismo año fue detenido, luego de que el
avión en el que viajaba se estrellara en Nayarit.
El
avionazo (Un Lear Jet)
Interrogado
el 24 de junio de 1995 en el área de terapia intensiva del hospital regional
militar en Guadalajara, Palma Salazar declaró que había salido con su familia
de Ciudad Obregón, Sonora, a Guadalajara. En un avión voló su pareja Claudia
Meza y sus tres hijos y, en otro, él y acompañantes.
Pero
no pudieron aterrizar en Guadalajara porque la pista estaba cerrada y sin
luces. Después de fracasar en su intento de hablar con la torre de control
intentaron aterrizar en el aeropuerto de Tepic, Nayarit. El avión en que iba su
pareja y sus hijos lo logró, pero el de él se estrelló en un cerro. Murieron
los dos pilotos y su acompañante, El Teniente Lucas. Él se salvó gracias a que
un lugareño lo sacó de los escombros y luego su gente fue a recogerlo para llevarlo
a Guadalajara y reunirlo con su familia. Ahí fue detenido. Cuando lo arrestaron
tenía en su poder una pistola con la cacha cubierta de diamantes y esmeraldas,
con la figura de una palma.
Tras
su primer arresto Guzmán Loera fue encarcelado en el penal de máxima seguridad
en Almoloya de Juárez, Estado de México; pero a fines de 1995 logró que lo
trasladaran a Puente Grande, Jalisco, donde se reencontró con Palma Salazar. El
Chapo, El Güero Palma y Arturo Martínez Herrera se hacían llamar Los Tres, y convirtieron
la cárcel en un centro de recreo.
Según
testimonios de custodios y presos ofrecidos a la PGR en la investigación de la
fuga de Guzmán Loera –ocurrida en enero de 2001– los capos gozaban de grandes
privilegios: recibían visitas de prostitutas, comida de los mejores
restaurantes de Guadalajara y droga.
El
Güero Palma incluso recibía carne de tortuga que le enviaba a la prisión un
gobernador, según declaró a la PGR el custodio José Salvador Hernández el 10 de
febrero de 2001.
Según
los testimonios Palma Salazar pagaba al interno Juan José Balbotín para que
fungiera como su secretario particular. Se le permitían encuentros sexuales en
su propia celda –ya fuera con prostitutas, empleadas o internas–, el uso de
teléfonos celulares y la entrada de familiares para quedarse incluso a dormir
dentro del penal. En 1999, de hecho, organizó su propia fiesta de cumpleaños en
la cárcel.
Cuando
Guzmán Loera logró escapar de Puente Grande, El Güero Palma fue acusado de
asociación delictuosa y cohecho, pero de acuerdo con la información obtenida
fue exonerado de esos cargos gracias a recursos legales interpuestos por su
defensa.
En
2002 el gobierno de Estados Unidos solicitó su extradición, la cual fue
concedida en 2007. Primero a una corte de Texas e inmediatamente después a la
Corte de Distrito Sur de California.
En
un principio estuvo en una prisión de mediana y mínima seguridad, la San Diego
Correctional Facility. Luego pasó a La Paz County Jail, en Parker Arizona,
donde podía convivir con la población en general y ver con facilidad a su
familia. Y en febrero de 2008 fue enviado a la cárcel de supermáxima seguridad
ADX en Florence, Colorado, supuestamente la más segura de Estados Unidos, con
el argumento de que “su conducta generaba riesgos para el buen orden de la
prisión y su personal”.
“En
México nunca se me comprobó que yo perteneciera a determinado cártel o alguna
asociación delictiva. Tampoco he estado involucrado en actos de corrupción
relacionados con alguna organización criminal. Es importante destacar que de
los asesinatos que hablan nunca se me ha comprobado participación alguna”,
escribió en una carta mediante la cual se inconformó con la decisión del Buró
de Prisiones.
“Se
me está juzgando precipitadamente sin bases legales poniéndome en una categoría
criminal que no corresponde a la realidad”, se defendió.
Pero
el mismo Guzmán Loera había confesado la participación del Güero Palma en la
masacre de Iguala y la de la discoteca Christine.
Como
sea, El Güero logró su traslado a la prisión de alta seguridad Atwater, en
Merced, California. Y ahí purgó su breve condena.
Mientras
él viene de regreso, su compadre y socio Joaquín Guzmán Loera está en camino de
la extradición a la misma corte que fue benévola con El Güero Palma. La
extradición de El Chapo ya fue concedida en mayo por un juez y por la
Secretaría de Relaciones Exteriores, que se esfuerza en hacer creer que Guzmán
tendrá ahí una sanción más severa de la que disfrutó su amigo.
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