50
muertos en la peor matanza en EE UU desde el 11-S
El
agresor, muerto en un enfrentamiento con la Policía, irrumpió en un bar gay con
un arma de asalto en Orlando, Florida
Joan
Faus, Corresponsal
en Estados Unidos, de El País,
Orlando
12 JUN 2016 - 16:24 CDT
Estados
Unidos vivió este domingo en Orlando (Florida) uno de sus capítulos más
oscuros. Un hombre de 29 años abrió fuego en una discoteca popular entre la
comunidad gay, matando al menos a 50 personas e hiriendo a otras 53. Es el peor
tiroteo múltiple registrado en la historia del país. Los primeros indicios
apuntan a un único tirador, que murió abatido por la policía. El atacante,
identificado como Omar Siddique Mateen, era un ciudadano estadounidense de
padres afganos. El presidente Barack Obama calificó la masacre como “acto de
terrorismo y odio”.
Fuentes
de la investigación citadas por varios medios estadounidenses apuntan que el
atacante habría llamado al número de emergencia 911 poco antes de la masacre
para declarar su lealtad al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
Horas después del ataque, el grupo asumió la autoría del mismo en un boletín
emitido por su agencia informativa Amaq.Los investigadores señalaban que, de momento, no hay ninguna indicación de que la organización terrorista haya entrenado o dirigido al asaltante.
El
padre del atacante, Mir Saddique, dijo a la cadena NBC que no cree que el
ataque protagonizado por su hijo se deba a motivos religiosos sino a
motivaciones homófobas. “No tiene nada que ver con la religión”, dijo Saddique,
que aseguró que su hijo se indignó hace dos meses cuando, durante una visita a
Miami, vio a dos hombres besándose.
La
matanza en el club Pulse, en una amplia y tranquila avenida cerca del centro de
esta turística ciudad, vuelve a colocar a EE UU ante el pánico del yihadismo y
de la violencia armada. Y condicionará las elecciones presidenciales de
noviembre y los siete meses restantes de mandato de Barack Obama.
En
caso de confirmarse los motivos yihadistas, se trataría del peor ataque tras
los atentados del 11-S en 2001, en que murieron cerca de 3.000 personas. El
tiroteo llega seis meses después de que una pareja de simpatizantes islamistas
radicales matara a 14 personas en San Bernardino (California). Ambos se
declararon seguidores del ISIS, que ha alentado los ataques individuales.
El
origen afgano del atacante incomodará profundamente en EE UU: desde 2001, la
primera potencia mundial impulsa una costosa intervención militar contra los
talibanes en el país centroasiático, en la que es la guerra más larga librada
por Washington.
Según
The Washington Post, que cita fuentes oficiales, el atacante no solo manifestó
su adhesión al líder del ISIS en la llamada al 911, sino que también hizo una
referencia a los atentados de 2013 en el maratón de Boston perpetrados por dos
simpatizantes yihadistas y en que murieron tres personas.
El
agente especial del FBI Ronald Hopper declinó, durante una rueda de prensa,
identificar al autor de la masacre y dijo que todavía no se ha determinado si
se trata de un crimen de odio, un acto terrorista o uno criminal. Sin embargo,
unas horas antes había dicho tener “sugerencias” de que el tirador podría tener
simpatías con el islamismo radical.
Muhammad
Musri, representante de la Sociedad Islámica del Centro de Florida, dijo que se
cree que el agresor no estaba conectado a una red o tuvo ayuda de otras
personas. Las autoridades tratan de recabar información sobre el sospechoso y
cómo obtuvo las armas, que son similares a las utilizadas en otras matanzas en
Estados Unidos.
Mapa del Club Pulse Orlando
El
tiroteo en el club Pulse se inició alrededor de las 2 de la madrugada, hora
local, cuando había unas 300 personas en el interior del recinto. El tirador,
según la policía, utilizó una pistola corta y un rifle de asalto. Primero atacó
a un vigilante fuera del local y una vez dentro abrió fuego.
Nada
pareció inusual al principio, pero luego el caos se desató. Inicialmente muchos
asistentes creyeron que el rugir de los disparos eran fuegos artificiales o
parte de la música dance que sonaba. Al poco, se descubrió lo que
verdaderamente estaba sucediendo: algunos asistentes lograron escapar pero
otros permanecieron atrapados dentro del recinto.
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