“No voy a aceptar nunca a que el PRI se preste para que el PAN gane. Eso nunca lo voy a aceptar”.
Revista
PROCESO
# 2067, 12 de junio de 2016
El
PRI, un partido mudo, sin ideología/ José Gil Olmos
Tras
una severa crítica a Manlio Fabio Beltrones y a “la dinastía” que dirige el PRI
por la derrota electoral del domingo 5, César Augusto Santiago, priista de
larga data, les pide a los militantes de su instituto político reflexionar a
fondo sobre lo que sigue para 2018 y no hacer acusaciones simplistas. Y se
duele de que el partido surgido de la Revolución haya abandonado sus principios
nacionalistas y el concepto revolucionario “como transformación y cambio”.
El
PRI vive la más severa crisis electoral desde 1988, sostiene César Augusto
Santiago, y menciona las causas: gobernadores corruptos y una dirigencia
ineficiente y torpe, a las que se suman los medios de comunicación charlatanes.
Santiago,
quien ha sido secretario de elecciones del PRI en varias ocasiones, secretario
de organización, presidente del partido y miembro de su Consejo Político
Nacional, habla también de las “dinastías” de Manlio Fabio Beltrones, Emilio
Gamboa y César Camacho, quienes se han apropiado de un partido que ya no tiene
ideología ni organización y ha sido mudo ante los problemas del país.
Tras
la derrota en siete de las 12 entidades donde hubo comicios el domingo 5,
Santiago comenta que lo más fácil sería culpar de la “desastrosa derrota” al
presidente Enrique Peña Nieto y pedir la renuncia de Beltrones para salir de
esta crisis. Sin embargo, juzga más productivo convocar al Consejo Político y
organizar una asamblea nacional en la cual se discuta sobre el rumbo que debe
tomar el PRI.
En
el partido hay un temor fundado de que en 2018 pierda otra vez la Presidencia;
considera insuficiente la crítica de Beltrones, quien en varias entrevistas y
en un video habló de que los resultados son un “mensaje de la ciudadanía al partido
y a sus gobiernos”, y pide reflexionar sobre el revés del priismo en Puebla,
Veracruz, Tamaulipas, Chihuahua, Durango, Quintana Roo y Aguascalientes.
Semanas
antes de los comicios, Beltrones declaró al reportero que su partido
enfrentaría una de las elecciones más difíciles, no obstante las reformas del
presidente Enrique Peña Nieto, que están transformando el país (Proceso 2064).
Santiago
insiste: Beltrones tiene responsabilidad directa, junto con otros actores, de
la pérdida de bastiones tradicionales y ciudades importantes como Pachuca,
Zacatecas, Reynosa, Ciudad Madero, Tijuana, Juárez, Playa del Carmen, Chetumal,
Durango, Chihuahua y la Ciudad de México, “donde sólo alcanzamos un ridículo
7%”.
Los
responsables, insiste, son los gobernadores corruptos: “¿Por qué tenemos que
aguantarlos, por qué les tenemos que perdonar sus excesos? Los elegimos para
que gobiernen bien. Si no lo hacen, el primero que tendría que denunciarlos
sería el PRI; es su obligación. ¿Por qué nos hacemos cómplices?
–En
el caso del presidente Enrique Peña Nieto, ¿qué peso tuvo su mal gobierno?
–El
presidente hace uso de su prerrogativa, pero hay órganos legislativos que
también actúan y deciden. Él tiene el derecho a tomar decisiones que estime
convenientes, pero en el partido no. El partido no es de él, sino de los
priistas que lo hemos hecho durante muchos años. El partido no es del
presidente ni de Manlio Fabio Beltrones; es de todos.
–¿El
factor Peña Nieto no pesó?
–Eso
es darle otra excusa a la torpeza de la dirigencia. La dirigencia del partido
tiene que evaluar y sopesar eso y actuar en consecuencia. Si no entiende eso,
tiene un grave problema.
Reitera
que no hay oferta ni propuestas, pues el PRI no ha tomado un papel protagónico
frente a lo que está pasando en el país; es un partido mudo. En Chiapas, de
donde Santiago es oriundo, hay un desastre y el PRI chiapaneco no abre la boca.
La
peor crisis
Entrevistado
en sus oficinas, luego de que en las redes sociales circuló de manera profusa
su posición crítica a Beltrones, el político chiapaneco asevera que los
resultados electorales ponen al PRI en una de sus etapas más difíciles desde
hace 28 años.
“El
PRI está en la peor crisis de su historia. No es un asunto menor; hemos tenido
otras como en 1988, que fue una sacudida, aunque en 1991 nos recompusimos y
ganamos 292 curules sin perder luego una sola elección, hasta 2000, con
Francisco Labastida. Pero después de esa derrota, Roberto Madrazo, como
presidente del partido, recuperó la mayoría de la Legislatura en pleno gobierno
de Vicente Fox”, explica.
Y
abona sus reflexiones: “El nacionalismo revolucionario que le dio razón al PRI
ya no existe. Soy de esa generación que queríamos divulgar la esencia mestiza,
nuestra historia y cultura, ese nacionalismo que tenemos en el alma y que
queríamos seguir el concepto revolucionario como transformación y cambio.
“El
PRI ahora sólo es institucional, ya no es nacionalista ni revolucionario; ya no
le interesa la justicia social. Hoy sólo es Partido Institucional.”
Ya
no tiene una ideología, sino un árbol de razones ideológicas. “¿Qué vamos a
ofertar, si un día amanecemos ultracapitalistas, otro socialdemócratas, en otro
vendemos el petróleo y luego nos vamos a la ultraizquierda, al apoyar las bodas
gay y la agenda de los homosexuales?”.
El
PRI, insiste, no tiene claridad ideológica. Si se hace un ejercicio de quitar a
los personajes y se ponen en la mesa los documentos programáticos del PRI y el
PAN, que son muy parecidos, no hay diferencia ideológica.
En
el proceso electoral recién concluido, el PRI no lanzó candidatos con
propuestas para atender la inseguridad, y los problemas económicos: “No propuso
nada, fueron sólo ocurrencias”. Hubo, como en la época del presidente Luis
Echeverría, grandes concentraciones; todos vestían chalecos rojos y llevaban
banderas, pero no propuestas.
“Quiso
suplirlas con mercadotecnia y sólo hizo una feria de ocurrencias con
consultores extranjeros, quienes lo mismo estaban con el PRI que con el PAN,
como el español Antonio Solá en Tamaulipas, que lanzaban mensajes sin
contenido.
“Con
todo, uno se pregunta por qué la gente iba a votar. No tuvo claro qué le
estábamos ofreciendo.”
Las
dedazos dinásticos
Para
César Augusto Santiago, nacido en San Cristóbal de Las Casas, la situación es
muy sencilla: “Que se hagan responsables quienes hicieron posible la derrota
electoral y expliquen por qué lo hicieron”.
Priista
desde 1961, Santiago es defensor a ultranza del espíritu nacional
revolucionario de su partido. De ahí que, insista, con base en ese espíritu con
el que nació, el PRI lance una convocatoria lo más amplia posible para llamar a
la gente a integrarse, independientemente de sus intereses y razones.
Esta
convocatoria, explica, es para atajar a una dirigencia de tres o cuatro
personas que controlan al partido y eligieron a los candidatos en las pasadas
elecciones: los señores Beltrones, Gamboa Patrón y Camacho Quiroz.
“Son
tres dinastías porque tienen a sus hijos y a sus familiares en puestos de
elección popular. El método de selección de candidatos fue de dedazos
dinásticos”, sostiene Santiago.
Adelanta
que no piensa salirse del PRI, pues piensa dar la batalla dentro del partido:
“No quiero irme porque no me dieron chamba. Yo no estoy pidiendo chamba. A mí
nunca me han dejado competir en Chiapas, donde el PRI puso a Manuel Velasco,
quien tiene en caos a todo el estado”.
Reitera:
la responsabilidad de Beltrones en la derrota del PRI en las elecciones pasadas
es clara; le pide asumirla y provocar un proceso de reflexión democrático con
los priistas.
“Lo
que me aterra es que ante una circunstancia como la presente la respuesta sea
un video donde aparece el señor Beltrones con unos jóvenes como telón de fondo.
Eso es una falta de respeto a la gente y a los jóvenes. Si la respuesta es esa,
ya no tenemos remedio.”
–¿Qué
es lo peor que le puede pasar al PRI en esta crisis? –se le pregunta.
–Que
sigamos como vamos y decirle al señor Pedro Torres que haga un spot y lo meta a
Televisa, diciendo que no pasa nada, pensando que la gente es tonta y que con
esos spots van a creer que todo está bien. Esto sería lo peor, porque
estaríamos dejando el camino abierto para que gane el PAN.
–¿Eso
es lo que está previendo?
–Yo
trato de ser congruente porque en el PRI he dejado parte de mi vida política y
lo único que no me gusta es que le allanemos el camino al PAN. He combatido al
PAN toda mi vida porque no soy reaccionario. Hay que recordar que el PAN nació
para combatir al general Lázaro Cárdenas, esa es la razón de ser de ese
partido.
“Creo
que a este país no le conviene ese partido reaccionario porque somos un país
socialdemócrata por definición. Creo que la desigualdad es el problema, la
pobreza, la falta de empleo. El mal uso de los recursos y del potencial humano
es porque no entendemos que éste es un país al que le urge atender el problema
de la desigualdad.
Insiste:
“No voy a aceptar nunca a que el PRI se preste para que el PAN gane. Eso nunca
lo voy a aceptar”.
–¿Qué
necesita el PRI?
–Primero
decidir qué clase de partido quiere ser. Hace poco un expresidente del PRI me
dijo que lo revolucionario ya no le interesaba a nadie; no sé de donde sacó
eso. Tal vez haya una cierta ignorancia sobre la Revolución de 1910, pero el
concepto revolución está plenamente vigente en todas partes del mundo.
En
ese sentido, manifiesta que urge un debate para entender lo que están
discutiendo en el mundo sobre el futuro del modelo económico, estudiar lo que
están proponiendo las corrientes de pensamiento en otros países sobre la
sociedad que se quiere y luego trabajar con una dirigencia incluyente, “no de
amigos, sino que represente a las mayorías”.
Y
agrega: “Yo no estoy pidiendo que Beltrones renuncie, porque mi lucha no es tan
elemental. Si renuncia o no, es su problema, es un asunto de ética personal. Lo
que pido es que se defina qué clase de partido queremos ser. Si les pesa el
nacionalismo revolucionario, qué queremos entonces. Lo peor es la nada”.
–¿Acabar
con el dedazo?
–Tenemos
que profundizar en la democratización. Hoy estamos peor que con el dedazo. Hoy
son dinastías las que están controlando el partido. Ahí están Beltrones,
Gamboa, Camacho, Murat, Velasco, Albores, Sabines. Así no se puede competir.
–¿Qué
necesita hacer el PRI? ¿Lanzar una convocatoria para una asamblea nacional?
–Primero,
hacer una buena reflexión, pero que no la haga la misma dirigencia que perdió;
luego, presentar los resultados ante el Consejo Político Nacional, y finalmente
ir a una asamblea nacional para definir el perfil ideológico del partido, su
programa y sus métodos de selección de candidatos.
Santiago
sostiene que un partido debe ser interlocutor entre la sociedad y el gobierno;
si no es así, para qué existe un partido como el PRI actual, sin propuestas,
ideología, organización, sin convencer a la gente.
“En
este momento, el partido es nada, pero tampoco hay que irnos por la salida
fácil de culpar a Peña Nieto. Hay que ver claramente qué es lo que se está
haciendo mal. Yo digo que tenemos que regresar a un partido real, con contacto
con la gente y ofrecerle una disculpa por los errores cometidos.”
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