11 jun 2018

Anaya en los medios impresos, hoy, 11 de junio de 2018

Columnas políticas hoy, 11 de junio de 2018...
Bajo Reserva/ El Universal
¿Y Barreiro para cuándo ante la PGR?

Tras la difusión del video en el que explica el tipo de operaciones que presumiblemente hace su hermano Manuel con Ricardo Anaya, la Procuraduría General de la República está obligada a llamar a declarar a Juan Carlos Barreiro, nos aseguran expertos en temas judiciales. Es claro que el testimonio de Juan Carlos puede ayudar a esclarecer detalles de la investigación abierta sobre el caso, por lo que la PGR no debería perder tiempo para saber si lo que dice en la grabación es cierto o no. Los abogados piensan que, paralelamente, la fiscalía general de Querétaro también debiera tomar cartas en el asunto para investigar el posible tráfico de influencias en el que incurrió Anaya, quien según dice Juan Carlos en el video filtrado, dio información privilegiada a los Barreiro para que compraran, a bajo costo, tierras del gobierno estatal que después se convirtieron en parques industriales. Sería, además, un tema que podría dar certidumbre a la investigación, tratándose de un gobierno panista.
Anaya paga 81 millones en encuestas e internet

Nos detallan que, según el reporte de gastos rendidos ante el Instituto Nacional Electoral por la candidatura presidencial de la Coalición Por México al Frente, que postula a Ricardo Anaya, se han gastado, en encuestas y en propaganda en internet, 81 millones 883 mil pesos. En encuestas, el equipo de Anaya informó haber pagado, hasta ahora, 18 millones 80 mil pesos, y en internet 63 millones 803 mil pesos. Dentro de 3 semanas se sabrá si la millonaria inversión en internet, sumada a los miles y miles de spots en medios electrónicos, fue exitosa para lograr el triunfo en las urnas o si fueron recursos tirados a la basura.
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FRENTES POLÍTICOS/ Excelsior
I.A puñetazos. Se acerca el día de la elección y un gran número de mexicanos ya tiene decidido su voto. Pero otro número importante está a la espera de que en la carrera por el segundo lugar se vislumbre un ganador y así hacer uso del ya famoso voto útil que hasta ahora no tiene rostro. Los candidatos de Todos por México y Por México al Frente se han coqueteado mutuamente para tejer una alianza, pero ni en los planes de José Antonio Meade ni en los de Ricardo Anaya está desaparecer de la boleta electoral. Esto da pie a una batalla sin cuartel, tan es así que Meade golpeó primero al decir: “Anaya es un vulgar ladrón que se robó dinero”. ¿Segundo lugar ganado por nocaut?
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24 Horas/ 24 Horas...
El nerviosismo de los anayistas
En el entorno de Ricardo Anaya los nervios están de punta porque no tienen certeza sobre cuándo caerá el siguiente misil contra su candidato. Y es que en el propio video en el que Juan Carlos Barreiro detalla las operaciones ilegales que llevaron a cabo él y su hermano Manuel para financiar la campaña presidencial del frentista, se anuncia que habrá nuevas revelaciones del caso. Algunos prevén que esto sucederá antes del debate, pero de ser así, le estarían dejando al candidato frentista la oportunidad de defenderse y posicionar su discurso en el encuentro, el cual abrirá y cerrará, lo que significa que nadie interpelará lo que diga en un evento que, se espera, sea visto por millones de mexicanos. ¿Será?
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Confidencial/ElFinanciero
Anaya, ¿con ases bajo la manga?
Nos comentan que Ricardo Anaya se prepara con todo para defenderse mañana en el tercer y último debate. El candidato del PAN –nos aseguran con sigilo en su equipo– llevará varios ases bajo la manga para sacudirse las “nuevas calumnias”, pues ya prevén que tanto López Obrador como José Antonio Meade enfoquen sus baterías para tratar de noquearlo aludiendo al último video, en el que se le vincula con el hermano de Manuel Barreiro en actos de corrupción. ¿Ases bajo la manga? Vaya que los va a necesitar.
Que vienen sorpresas en el Frente…
Los de la coalición de Ricardo Anaya hacen ya cuentas alegres. Nos aseguran que “la guerra sucia de los videos traerá al PRI y a su candidato un efecto boomerang”, según ellos porque elevará “notablemente” sus preferencias. Pero también anticipan que con el reagrupamiento del viejo PAN habrá “sorpresas”. Ante la “caída” de Meade, la opción para los azules es el Frente, como ya lo demostró –dicen– Vicente Fox, Pancho Barrio, Beto Cárdenas, Carlos Medina, así como los empresarios José Luis Barraza y Pedro Luis Martín. Y por ahí vendría Margarita Zavala… confían aún.
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¡Pinche Peña chingón…!/Ricardo Alemán...
24 Horas...
Dice Ricardo Anaya -sobre la primera parte de un video difundido en redes y que lo hunde como culpable de lavado de dinero-: “Responsabilizo al gobierno de Enrique Peña Nieto por este nuevo ataque en mi contra, utilizando las mismas mentiras de hace algunos meses”.
Es decir, el señor Anaya supone que el presidente Peña Nieto ordenó a las agencias de seguridad espiar a la familia Barreiro hasta encontrar la “bala de plata” capaz de eliminar al candidato del PAN, PRD y MC.
¿De verdad el señor Anaya y su claque creen que Peña Nieto y el Gobierno federal están detrás de la primera parte del video que exhibe al candidato presidencial del Frente como lavador de dinero? ¿Qué pruebas tiene para lanzar tal acusación?
Anaya no ofrece una sola evidencia de su dicho. ¿Por qué? Porque no existe. Y no existe prueba porque el video tiene todas las características de ser un producto elaborado por la familia Barreiro para salvar el pellejo.
Es decir, los Barreiro habrían concluido: “¡De que exista duelo en mi casa a que exista duelo en la casa vecina, preferible el duelo en la casa de al lado!”.
Y es que si caen los Barreiro, cae Anaya.
Pero Anaya parece no haber entendido el mensaje y no sólo acusó sin pruebas a Peña Nieto –de una espía de meses-, sino que en su más reciente spot propuso “una fiscalía especial” para llevar a prisión al Presidente.
Lo simpático es que Ricardo Anaya no sólo se equivoca de nuevo, sino por partida doble. ¿Por qué?
Primero, porque una fiscalía para llevar a prisión a Peña Nieto resulta la versión moderna del “¡Cállate, chachalaca1”. Y esa ofensa sólo conseguirá que el PRI cierre filas en torno a su “jefe máximo” y cancelará el voto útil a favor de Anaya.
Y, segundo, porque la acusación de que el gobierno está detrás del video contra Anaya –sin presentar ninguna prueba- supone que el Presidente es tan chingón que hasta tiene lista la segunda parte de un video que –tarde o temprano- llevará a prisión a Anaya.
Y es que cualquiera que revise el video donde Juan Barreiro revela “la trama maestra” de Anaya con Manuel Barreiro, probará que se trata de una conversación no entre amigos, sino entre inversionistas interesados en hacer negocios millonarios a partir del tráfico de influencias que permite la meteórica estrella política de Anaya.
Y es tal el interés del negocio político llamado Ricardo Anaya que -mientras Juan Barreiro explica los prometedores beneficios del potencial Presidente mexicano-, una cámara oculta graba audio y video de las conversaciones con los socios de Ricardo Anaya.
¿Quién colocó la cámara oculta?, ¿quién tenía interés de guardar en audio y video los negocios de Barreiro y Anaya?, ¿acaso los inversionistas argentinos?, ¿no estaremos ante una traición de los Barreiro a su socio Anaya?
Posiblemente nunca conoceremos la verdad. Lo cierto es que en el México de hoy, en los tiempos electorales, el Presidente es capaz de todo, hasta de hacer impensables milagros. “¡Pinche Peña chingón…!”.
Al tiempo.
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La resistencia de Anaya/Raymundo Riva Palacio
El Financiero...
Estrictamente Personal
Desde antes de comenzar su campaña presidencial, las posibilidades de Ricardo Anaya de ganar la elección, objetivamente hablando, eran nulas. Había dos razones fundamentales. La primera es la fractura estructural dentro del PAN por la forma como se hizo de la candidatura, que llevó a que los dos únicos presidentes panistas estuvieran en su contra, y las reticencias de casi la mitad de los gobernadores del PAN que llegaron al poder en contra de los deseos de Anaya. La segunda tiene que ver con el voto útil que ha venido pidiendo para derrotar al puntero en las preferencias electorales, donde la apelación central es a priistas, sin cuyo respaldo no le alcanzaría en las urnas, pero cuya mayoría de militantes no va a votar por él. Con un partido cojo –tampoco hay legiones perredistas reforzando al candidato de su coalición– y una campaña mediocre, lo sorprendente es que Anaya no haya colapsado. A esto hay que sumarle la cruzada desde el gobierno y la guerra sucia emprendida en su contra hace meses. Por una razón que aún nadie puede explicar, Anaya se mantiene todavía en el segundo lugar de las preferencias electorales, con lo cual la expectativa de votarlo como el segundo lugar, está viva.
La elección está a menos de tres semanas y el tiempo se acaba para las estrategias. Si Anaya se mantiene arriba del 20 por ciento en tendencia de voto, la elección será entre tres, con lo cual él y el candidato oficial, José Antonio Meade, perderán irremediablemente debido a la canibalización del voto opositor a Andrés Manuel López Obrador, de Morena. La prisa la tiene la campaña de Meade para demostrar que son el segundo lugar con una tendencia al alza, mientras que Anaya tiene una caída sostenida que lo llevará al tercer lugar. El tiempo, una vez más, corre en su contra para tener una candidatura, al menos competitiva, contra López Obrador. Por eso, una vez más, una mano amiga de Meade en las estructuras de poder apareció el jueves pasado, al poner a circular en redes un video editado donde Juan Barreiro, hermano de un empresario queretano vinculado al candidato que investiga la PGR por lavado de dinero, habla cándidamente sobre negocios irregulares que presuntamente eran para financiar la campaña presidencial de Anaya.
El video revela una trampa contra Barreiro, a quien después de ganarse su confianza, lo inducen a hablar. Grabado subrepticiamente, aparentemente en un hotel en Madrid dentro de una investigación multinacional sobre presunto lavado de dinero de la familia Barreiro y Anaya, el video voló literalmente en los medios de comunicación desde la misma noche del jueves y se convirtió en una bomba hacia el interior de la campaña, donde, de acuerdo con personas con conocimiento de primera mano, están “devastados”. La reacción de Anaya, acusando una vez más al gobierno de una guerra sucia en su contra, con la modalidad agregada que forma parte de una estrategia para ayudar a López Obrador a ganar la Presidencia, parece agotado. Sin embargo, su defensa-ofensiva por el video lo revitalizó, le volvió a dar un nuevo sentido a su campaña –el enemigo externo que lo quiere destruir por miedo– y le inyectó oxígeno en días que eran aciagos.
La imagen de un candidato sin creatividad ni control sobre su equipo iba creciendo. Hacia el interior de su campaña hay mucho desorden, sin mariscal de campo que controle al equipo y con muchos generales en constante conflicto. Anaya, quien asumió equivocadamente esa tarea desde un comienzo, alcanzó hace tiempo su Principio de Peter. Sus principales apoyadores, financiera y políticamente, los grandes empresarios, empezaron a ver que quizás se habían equivocado de apuesta para enfrentar a López Obrador. La reunión en el Consejo Mexicano de Negocios fue un punto de inflexión. Como el resto de los candidatos, acudió a su cita con cerca de una cuarentena de los barones del dinero en México, pero según varios de los asistentes, Anaya habló generalidades, sin densidad alguna. Lo peor, sin embargo, no fue él –sólo superado por Jaime Rodríguez en la evaluación más baja de los cuatro–, sino sus acompañantes, su estado mayor y los presidentes de los partidos de la coalición, entre quien destacó, por impertinente, Dante Delgado, presidente de Movimiento Ciudadano, quien al ensalzar al candidato identificó por nombre y apellido quiénes de los presentes en el salón ya le habían expresado su apoyo. En un contexto de actitudes que normalmente son sibilinas, esa indiscreción con toda intención de  buscar más apoyos provocó lo contrario, y algunos de los empresarios exhibidos se retiraron del salón.
Anaya sigue de pie todavía, resistiendo, pero no está claro si lo que vemos es sólo el cascarón de un cadáver político. El video, lleno de imágenes circunstanciales de corrupción, no parece tener la fuerza suficiente para que su lenta caída se haga pronunciada y que aquellos que ya tienen dudas sobre el éxito de su candidatura, cambien de barco. Todo lo que se ha hecho contra él sólo consiguió congelar su ascenso en preferencias electorales, como arrancó el año, pero no consiguieron colapsarlo, de acuerdo con todas las encuestas. Tampoco sirvieron como envión para Meade.
La explicación de Anaya sobre la difusión del video es que se trata de un pacto entre el presidente Enrique Peña Nieto y López Obrador para evitar que gane y meta a la cárcel al inquilino de Los Pinos. El argumento es increíblemente reduccionista y falso. El objetivo no es ese, sino que le gane Meade a López Obrador, lo que se explicará mañana.
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Razones/
JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
Excelsior...
¿El fin de Anaya?
Las grabaciones de Juan Barreiro le han hecho un doble daño que puede ser definitivo para sus aspiraciones
Comencemos por un punto: no sé si las denuncias que se han vertido contra el candidato del Frente, Ricardo Anaya, son verídicas o no, aunque debo reconocer que son verosímiles. Pero también que tan lo son que han descuadrado por completo la candidatura del panista. Pero no se trata sólo de las denuncias: ha habido un cúmulo de errores que jamás permitieron, incluso por causas estructurales, que la campaña de Ricardo levantara y fuera competitiva ante López Obrador.
La denuncia de la semana pasada, con las grabaciones de Juan Barreiro le han hecho un doble daño que puede ser definitivo para sus aspiraciones. Por una parte, siguieron dándole verosimilitud a las denuncias de corrupción: la forma de expresarse del empresario, la candidez con que habla de negocios y recompensas es demoledora. Es casi demasiado. No sé a quién se le puede ocurrir decir, como se ha publicado, que una denuncia de ese tipo podría fortalecer a Anaya porque lo “victimiza”. En realidad, lo ha encolerizado y ha logrado otro objetivo: en una reacción muy poco reflexionada, Anaya hizo lo que esperaban que hiciera. Responsabilizó al gobierno federal y al presidente Peña de divulgar esos videos, sin prueba alguna por cierto, y reiteró nuevamente con todas las letras que si llega a la Presidencia lo meterá a la cárcel luego de acusarlo, también públicamente, de corrupto, al Presidente y a sus colaboradores.
En ese momento, Ricardo acabó con cualquier posibilidad de voto útil a su favor. Si antes de las nuevas denuncias y de sus reacciones, sólo el 10 por ciento de los priistas tenían como segunda opción de voto a Anaya (la mayoría prefería a López Obrador antes que a Ricardo) luego de las mismas ese porcentaje tiene que ser dramáticamente menor, con el agregado de que, salvo algún personaje inferior, los calderonistas y simpatizantes de Margarita Zavala han rechazado su candidatura y más grave aún para su causa, la distancia con varios gobernadores panistas sigue ampliándose y algunos como Carlos Mendoza Davis ya lo expresan públicamente. No sería nada descabellado que en los próximos días se decantaran otros gobernadores panistas a favor de José Antonio Meade. Hay muchas razones para ello, primero la forma en que se decidieron tanto la candidatura presidencial como la conformación del Frente, sin la intervención de los gobernadores y otros personajes de poder dentro del PAN. De la mano con ello, la distribución de las candidaturas, que dejará en las cámaras al PAN notoriamente disminuido en beneficio de PRD y MC (cuando muchos panistas consideran que yendo solos podrían haber obtenido igual o mayor número de votos y sin duda de curules). Tercero, el poco o nulo protagonismo del panismo real en la coalición. El coordinador es Jorge Castañeda, con el que el PAN no tiene buenos recuerdos y el alter ego de Ricardo es Dante Delgado, tanto que en la reunión con los integrantes del Consejo Mexicano de Negocios lo que más sorprendió a los empresarios es que lo primero que hizo Ricardo fue darle la palabra al líder de MC para que explicara las posiciones del Frente. Dejó un pésimo sabor de boca en un espacio donde muchos eran, hasta entonces, partidarios suyos.
No sé si le alcanzará para equilibrar los números, pero, en ese contexto, lo que pueda darse de voto útil será para Meade. ¿Por qué para Meade? Porque para la enorme mayoría de quienes apoyan a Anaya la segunda opción electoral es Meade, un hombre con muy buenas relaciones con panistas, luego de su paso por los gobiernos de Fox y Calderón. Porque por más que le han buscado no han logrado localizarlo en casos de corrupción y porque la llegada de René Juárez al PRI, combinada con las renovadas amenazas y denuncias de y contra Anaya ha revitalizado la campaña de Meade en varios lugares del país donde hasta hace unas semanas estaba definitivamente debilitada.
¿Es suficiente? Quién sabe. Las encuestas no alcanzan a mostrar un escenario real, con sus altísimos porcentajes de personas que no aceptan responder y lo pequeño de las muestras. La distribución de votos en ellas también es controversial, sobre todo, cuando los encuestadores recurren al voto efectivo, distribuyendo indecisos y a quienes no respondieron, según su propia visión del proceso. Eso da diferencias enormes entre la llamada votación bruta (o sea lo que sí contesta la gente, mostrando el porcentaje de quienes por una u otra razón no participaron o no contestaron) y la llamada efectiva, que no deja de ser un ejercicio estadístico. El resultado es que no tenemos un escenario realmente concluyente para el primero de julio, aunque parece ser evidente que, hoy, la ventaja es para López Obrador y que en estados como Tabasco o Chiapas esa ventaja es abrumadora, porque allí, incluso, el voto útil es también suyo.
El debate de mañana será importante, aunque éstos tienen siempre un impacto relativo. La agenda propuesta es inabarcable y deberíamos esperar que los moderadores centren el debate en el tema económico y comercial y el modelo de desarrollo para el país. Y ahí se supone que Meade estará en su terreno más favorable para poder polarizar su visión con la de López Obrador. Y en ese espacio volverá a quedar descolocado Anaya.
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¿También de eso tiene la culpa Peña Nieto?/Pablo Hiriart
Uso de Razón
El Financiero...
Anaya acusa a EPN por un video en que aparece Juan Barreiro, presunto hermano de Manuel, quien a través de su chofer le compró a Ricardo Anaya una nave industrial en 54 millones de pesos que el panista había adquirido en siete.
¿Dónde está la mano del gobierno en ese video y esa trama?
¿Acaso Peña mandó darle una pócima a un fulano para que en tres conversaciones diferentes con una empresaria argentina comience a despepitar imprudencias?
¿Hubo espionaje telefónico?
¿Peña Nieto le dio 54 millones de pesos al chofer de Manuel Barreiro para que le comprara una nave industrial a Anaya?
¿Peña Nieto mandó ese dinero a recorrer paraísos fiscales para que recayeran en la cuenta de Ricardo Anaya?
¿Para quedar bien con Peña Nieto el presunto hermano de Barreiro se embarca en realizar una grabación que lo compromete como traficante de influencias y de dinero?
Anaya y su equipo de asesores cercanos, que no son del PAN, han llegado demasiado lejos en sus ataques a Peña.
Están en los terrenos del absurdo, que sólo se puede explicar por la desesperación.
La lógica dice que hay que batallar hasta el final y no darse por vencidos con excusas.
Hoy deberíamos estar en plena efervescencia de ideas acerca de cómo asegurar que el país va a evitar la pérdida de libertades.
Es momento de formular estrategias para defender el derecho a pensar diferente y decirlo.
México está en riesgo de que, a partir de diciembre, se estigmatice al que es empresario u opositor.
Y resulta que los estrategas de Anaya han llevado el debate a otro lado: a un video que embarra a Ricardo Anaya y éste acusa al Presidente.
López Obrador debe estar feliz. El foco de atención se desplazó al “ataque de Peña Nieto” contra Anaya.
Si hay pacto o no hay pacto entre Morena y el PRI.
Si el abanderado de la coalición PAN-PRD-MC lavó dinero o no.
Pura superchería, trivialidad, tonterías comparado con lo que está en juego.
Es una locura la reacción de Anaya y su furia contra Peña Nieto, cuando el foco debe centrarse en López Obrador, el puntero, y lo que implicaría una posible victoria suya.
Desconozco por completo si ese presunto Juan Barreiro es hermano de Manuel Barreiro, el patrón del chofer que le compró la nave industrial a Anaya en un parque industrial de Querétaro.
Pero que Anaya salga a decir que “es una estrategia orquestada e impulsada por el gobierno del presidente Peña Nieto para dañar mi candidatura”, es una temeridad y un absurdo.
¿Cómo se les ocurre seguir peleándose los que deberían estar juntos pues tienen la derrota encima?
Todo es una reverenda tontería. De párvulos.
Y Anaya se enganchó con esa bobería, pues no sabemos ni siquiera quién es el tipo ese.
No es momento de hacerse la víctima, sino de combatir por las vías democráticas que existen.
Claro que se le puede ganar a AMLO, si se suman fuerzas, pero no acusando a Peña de los tropiezos del candidato del PAN-PRD-MC.
El problema de Anaya no se llama Peña Nieto. Tiene otros nombres y están muy cerca suyo.
Su problema también es la forma en que se hizo de la candidatura presidencial.
Dejó lastimados por todos lados, en el PAN y en el PRD. Algunos se fueron de esos partidos. Están divididos, rotos, enfrentados. ¿Culpa de Peña Nieto?
Acción Nacional tenía la mesa puesta para que su candidata o candidato fuera el gran aglutinador de las fuerzas democráticas del país y vencer en buena lid a AMLO.
Pero la campaña de Anaya se ha centrado en atacar a Peña, en lugar de ir tras el primer lugar.
Rompió a su partido y luego en campaña apunta sus baterías contra el gobierno que va de salida y no hacia el puntero que puede ganar.
Escupió a sus aliados potenciales y dejó avanzar tranquilo a López Obrador hacia la meta.
Y después de ese tiradero, resulta que “la culpa es de Peña Nieto”.
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HISTORIAS DE REPORTERO/Carlos Loret de Mola
El universal
El Presidente se mete a la contienda… por el segundo lugar
¿Cómo era el ambiente electoral un mes antes de los comicios para gobernador del Estado de México, el año pasado? Un gobierno federal volcado sobre una entidad, teniendo como máxima prioridad de su gestión conseguir una victoria en las urnas, a cualquier costo. Y el costo fue alto: usaron la procuración de justicia para descarrilar a Josefina Vázquez Mota con acusaciones de lavado de dinero que terminaron desmentidas por la propia PGR, y derrocharon dinero salvajemente con un gabinete presidencial que se repartió los municipios mexiquenses en los que no actuaron como secretarios, sino como mapaches. Fue un escándalo del que todo mundo hablaba. El gobierno federal, con el presidente Peña Nieto a la cabeza de la estrategia electoral, lo logró: con esta pinza de uso del Estado y del dinero, el priísta Alfredo Del Mazo logró rebasar a la morenista Delfina Gómez.
¿Cómo es ahora el ambiente electoral, cuando falta menos de un mes para la votación de presidente de México? El gobierno federal sigue usando las armas de la procuración de justicia para meterse a la contienda… pero por el segundo lugar. Desde el inicio de la campaña, el rival del PRI ha sido el PAN. Como nadie, el partido tricolor, respaldado por la administración federal, ha puesto en la mira a Ricardo Anaya, aprovechando su cuestionable historial financiero y las explicaciones poco claras que han entrampado al candidato del Frente. Primero en febrero y ahora en junio, dos embates cuyo origen no puede más que atribuirse al gobierno federal.
Sin embargo, no ha aparecido como se esperaba la segunda parte de la pinza que usó el gobierno federal en la elección para gobernador del Estado de México. El pronóstico era que si para hacer ganar a Del Mazo estuvieron dispuestos a gastar lo que se vio en 2017, con Meade el derroche iba a ser mucho mayor. Y hasta ahora no hay denuncias con el ímpetu del año pasado: apenas surgió el otro día lo de una fila de ciudadanos afuera de la sede nacional del PRI (hace rato que el gobierno federal no esconde la mano cuando tira la piedra) recibiendo un dinero a cambio de su credencial.
Así que mientras las baterías apuntan de nuevo a un Ricardo Anaya que ya había quedado —como él mismo lo dijo— “tocado” por el primer embate, contra el puntero en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, no ha habido ni cercanamente el ahínco y la operación política que se han dedicado para derrumbar a Anaya.
Y sucede lo que en otros países del mundo: frente a un liderazgo muy fuerte (en el caso mexicano, el de AMLO), sus opositores dicen que la prioridad es frenarlo, pero en realidad no son capaces de articularse en un solo frente porque las rencillas y vendettas entre ellos terminan pesando más. Y eso, en lo único que deriva, es en que el liderazgo fuerte navegue en aguas tranquilas, con muchas amenazas de tormenta, pero sin ninguna ola que ponga en peligro su ruta.
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 Pacto Peña-AMLO  o el all in de Anaya
Juegos de poder/LEO ZUCKERMANN
El Financiero...
Pacto Peña-AMLO o el all in de Anaya
Se ve muy difícil que el panista pueda arrebatarle tantos puntos a López Obrador como para ganarle. Desde luego que tiene que intentarlo. Hacer una jugada arriesgada
López Obrador va ganando con un amplio margen porque es el candidato que ha capitalizado el deseo de cambio de los mexicanos. Así lo dicen las encuestas. Alrededor del 80% de la población quiere un cambio. De éste, el 62% tiene la intención de votar por AMLO (esto equivale al 50% de las preferencias efectivas que hoy, según el Modelo Poll of Polls de oraculus.mx, tiene el tabasqueño). Anaya, por su parte, captura el 34% de los votantes por el cambio (27% de las intenciones de voto efectivas en oraculus.mx). El 4% restante se lo lleva El Bronco. En la batalla por conseguir el voto del cambio, López Obrador es el gran ganador. (El 20% de las preferencias efectivas que queda se lo lleva Meade y coincide con el número de mexicanos que no quieren un cambio).
A unos pocos días de que terminen las campañas, se ve muy difícil que Anaya pueda arrebatarle tantos puntos a López Obrador como para ganarle. Desde luego que tiene que intentarlo. Hacer una jugada arriesgada. Echar su resto. Un all in, como se dice en el póquer.
Esto explica la estrategia de la campaña anayista de argumentar que existe un pacto entre Peña y López Obrador. Que el Presidente y el candidato de Morena habrían llegado a un acuerdo. De ganar, AMLO no perseguiría a Peña por los múltiples casos de corrupción de su gobierno, algo que el morenista ha prometido en varias ocasiones. Peña, por su parte, sacaría las manos del proceso electoral facilitando la victoria de AMLO. Desde hace algunos días, el que mejor ha explicado este supuesto “pacto de impunidad” ha sido el coordinador estratégico de la campaña de Anaya, Jorge Castañeda.
A escena entra el video difundido la semana pasada, donde se vuelve a acusar a Anaya de sospechosos manejos de dinero. Hay que recordar que en febrero de este año se filtró la noticia de que la Procuraduría General de la República estaba investigando al candidato frentista por el presunto delito de lavado de dinero. Este ataque, orquestado al más alto nivel del gobierno de Peña, utilizando burdamente a la PGR, ha sido, hasta ahora, el evento más importante de esta campaña. La ofensiva funcionó: Anaya dejó de crecer, como lo venía haciendo, en las encuestas. Pero no fue el candidato del gobierno, José Antonio Meade, el que se benefició con el frenón de Anaya, sino López Obrador, quien se consolidó como el candidato favorito del cambio.
Pues bien, una vez más, en vísperas de la elección, ha aparecido un nuevo video donde el hermano del empresario Manuel Barreiro supuestamente confiesa la triangulación de recursos para la campaña de Anaya, quien, de ganar la Presidencia, los beneficiaría desde el poder.
¿Quién filtró este video? No lo sabemos porque salió en una página anónima de internet que retomaron los medios tradicionales. Lo que sí sé es que dicha filmación legitima la versión de un presunto pacto entre Peña y López Obrador. Y esto fue precisamente lo que respondió Anaya después de hacerse público el video en cuestión: Que el Presidente está detrás del nuevo ataque porque le da miedo que gane el panista y acabar en la cárcel; que Peña prefiere a AMLO, quien lo va a perdonar a él y a todos los funcionarios corruptos del presente gobierno.
López Obrador ha respondido que no existe el mentado pacto; que el PRIAN se está peleando y él no tiene nada que ver con esta querella. Quizá tenga razón. Pero es la primera vez que veo a AMLO a la defensiva en esta campaña. Dando explicaciones porque hay muchos electores que sí quieren el cambio, pero no el perdón para la corrupción de este gobierno.
Quiérase o no, el nuevo video le da credibilidad a la idea de un supuesto pacto entre Peña y AMLO. No sé si le va a alcanzar a Anaya para ganar. Se ve poco probable por la enorme diferencia de más de 20 puntos porcentuales. Pero, potencialmente, es posible que le quite algunos puntos de los mexicanos que quieren cambio y ver a los corruptos tras las rejas.
Creo, a final de cuentas, que estos últimos días de campaña lo que también ya está en juego es quién va a ser la oposición a AMLO si éste gana la Presidencia. Si Anaya queda en un lejano segundo lugar, no tendrá chance alguno de convertirse en un opositor con credibilidad en el siguiente sexenio. Sus adversarios, en particular los calderonistas dentro del PAN, lo van a hacer pinole por la enorme derrota. Pero, si se acerca a AMLO, el Joven Maravilla podría aspirar a ser uno de los potenciales líderes de la oposición pensando, desde luego, en las próximas elecciones de 2024. Quizá su all in no sirva para ganar la Presidencia, pero sí para mantenerse jugando en la mesa de la alta política mexicana. 
                Twitter: @leozuckermann

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