20 jul 2018

Rubén Cortés, La Razón, Federico Arreola y respuesta de Pablo Hiriart

Pablo Hiriart
@PabloHiriart
Pablo Hiriart Retwitteó Federico Arreola

Federico, no recuerdo haber criticado a Carmen Lira en la Razón (la estimo), pero defendí con mi renuncia el derecho de dos articulistas a señalar los dislates de La Jornada. No confundas
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Querido Andrés Manuel: urge que te solidarices con un periodista en apuros/FEDERICO ARREOLA
@FedericoArreola
SDP; vie 20 jul 2018
“No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”. Expresión atribuida a Voltaire que me parece es de algún novelista que la puso en labios de ese pensador 

Aplaudí que dejaran el diario La Razón, propiedad de Ramiro Garza Cantú, los periodistas Pablo Hiriart y Gil Gamés. El dueño del rotativo suplicó al primero dejar de molestar, casi a diario, a La Jornada y a la directora de este periódico de izquierda, Carmen Lira. Era de plano excesivo —y psicológicamente obsesivo— lo que Hiriart hacía: joder y joder a la señora Lira y al diario que ella encabeza solo por ganas de molestar.
A Hiriart no le gustó que le pidieran no dejar en paz, sino olvidarse de sus campañas de odio contra la periodista mencionada. No le gustó y se fue. Hoy es directivo de El Financiero, donde seguramente le leyeron la cartilla: se porta mucho mejor, pues no ha organizado ya campañas de odio a Carmen Lira.
Como la sensata petición de Ramiro Garza Cantú a Pablo Hiriart fue calificada de censura por algunas personas relacionadas con los medios de comunicación, defendí en estas páginas al destacado empresario que decidió invertir su dinero en La Razón.
En lugar de Hiriart como director de ese periódico quedó el señor Rubén Cortés, que nunca ha ocultado lo mal que le cae Andrés Manuel López Obrador, algo a lo que tiene pleno derecho.
El caso es que Cortés continuó con la línea editorial de Hiriart: muy crítica hacia AMLO, pero sin el ingrediente psiquiátrico de odio a La Jornada y a la señora Lira.
Pues bien, con el crecimiento de AMLO en las encuestas, el periodista Cortés —al que no conozco— fue invitado por los directivos de La Razón a bajarle a los cuestionamientos contra el ahora virtual presidente electo.
Cortés no hizo lo que se le pedía y renunció o fue obligado a renunciar e inclusive despedido, para el caso es igual.
Entiendo al empresario, ejemplar sin duda, Ramiro Garza Cantú: no quiere problemas con el próximo presidente de la República.
Es la razón por la que siempre he visto como un absurdo que empresarios sin vocación periodística adquieran o desarrollen medios de comunicación: cuando empiezan los problemas causados por las críticas quieren corregir las cosas alterando la política editorial, pero ello es algo que no puede hacerse sin costos.
Creo que, por el bien de México, Andrés Manuel tendría que solidarizarse con Rubén Cortés, el periodista que tanto lo ha criticado y que hoy no tiene empleo porque las opiniones de este hombre se volvieron inconvenientes para un empresario, por lo demás admirable.
AMLO siempre ha defendido la libertad de expresión. Está ahora ante una excelente oportunidad de pedir justicia para un periodista que ha cometido el único pecado de ser, tal vez excesivamente antiPeje, lo que quizá pudiera considerarse criticable, pero que es de plano aceptable en el juego democrático de las relaciones entre la prensa y los políticos, ya que si Rubén Cortés ha abusado en sus críticas —lo he dicho decenas de veces en mis propias columnas—, él nunca ha actuado motivado por la perversidad y no creo que jamás lo haya hecho por servir a intereses políticos o económicos enemigos de la izquierda.
Cortés ha sido un fanático antiPeje en la prensa simple y sencillamente porque se le ha pegado la gana, y eso se vale.
Ojalá Andrés Manuel se solidarice con el periodista Rubén  Cortés. 

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