30 ago 2018

“Nestora no es una plagiaria con disfraz de senadora”

 “Nestora no es una plagiaria con disfraz de senadora”
Arsenal/FRANCISCO GARFIAS
Excelsior...,30 de agosto de 2018
Por segunda vez hice contacto visual con Nestora Salgado.
La controvertida senadora guerrerense convocó ayer una rueda de prensa para anunciar la cruzada que va a emprender para la liberación de los presos políticos que, dice, hay en el país.
No admitió preguntas.
La primera vez que vi a esta mujer, de 46 años, fue cuando se presentó en el Senado para credencializarse, el pasado martes.
Me inspiró una mezcla de desconfianza y rechazo. Su sonrisa me parecía falsa, su discurso hueco, su actitud cínica.
Estaba convencido de que era una “plagiaria” con disfraz de senadora.
Esta falsa impresión nació en los debates entre candidatos presidenciales que se dieron en la pasada campaña electoral. José Antonio Meade la acusó públicamente de “secuestradora”.
La percepción se alimentó con la descripción que el exfiscal de Guerrero, Iñaki Blanco, nos hizo de la comandante de la policía comunitaria de Olinalá.
Eso me acabó de convencer de que abusó de sus víctimas, cobró por liberarlas y que sacó un beneficio personal.
En síntesis: que era impresentable.
Pero ayer escuché una versión radicalmente opuesta sobre Nestora, en voz de una persona a la que le tengo respeto y confianza: Roberto Campa, secretario del Trabajo.
Campa fue titular de la subsecretaría de Derechos Humanos de la Segob en tiempos de Miguel Osorio en Bucareli. Le dio seguimiento puntual al caso. Ayudó incluso a sacarla de la cárcel. 
Roberto inició su relato con el tema de la doble nacionalidad de Nestora. Es mexicana y estadunidense.
Luego nos confió algo que no se sabe:
“La embajada (gringa) nos buscó. La tenía como presa política y estaban interesados en proteger sus derechos”, nos dijo el otrora subsecretario.
Le comunicó a Osorio la postura de la embajada. El titular reviró con una pregunta: ¿Qué sugieres?
—Liberarla, contestó Roberto, sin el menor asomo de duda.
El secretario coincidió. El tema lo trataron con el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo. Estuvo también de acuerdo.
Hablaron con la familia. Se llegó a un entendimiento. La dejarían libre, a condición de que viajara a Estados Unidos. Así se hizo.
Lo que sigue ya lo conocemos. Nestora Salgado se vinculó con Morena y regresó de la Unión Americana como candidata de ese partido al Senado.
Ayer rindió protesta.
Nos quedó la duda sobre los motivos que la llevaron a la cárcel.
Roberto cuenta que Leonel Rivero, abogado de la guerrillera, le dijo que la encerraron por decisión del entonces gobernador, Ángel Aguirre.
El hoy titular de la Secretaría del Trabajo admite que en su desempeño como comandante de la policía comunitaria de Olinalá, Guerrero, Nestora pudo haber incurrido en excesos.
Pero se declara convencido de que nunca trabajó para el crimen organizado ni buscó beneficios personales. “Ella creía en lo que hacía”, subrayó.
Admite “algo de cierto” en las acusaciones que se le hacen de haber solicitado dinero a familiares de las personas que encerraba para su “reeducación”, pero está convencido que no lo hacía para enriquecerse, sino para fortalecer a la policía comunitaria.
“No es una secuestradora. Es una autoridad legal. Las policías comunitarias son legales en Guerrero. Eran policía, MP y juez. Nadie puede decir que el dinero que pidió lo utilizó para beneficio personal”, aseveró.
Después de esa plática con Campa, veo a Nestora de manera diferente.
Ni muros ni militarización en la frontera sur. La migración será ordenada, prometió ayer el futuro canciller, Marcelo Ebrard, a los 22 embajadores de América Latina y el Caribe que se reunieron ayer con AMLO en la ya famosa Casa de Chihuahua.
Los diplomáticos manifestaron su confianza en que la llegada del tabasqueño a Palacio Nacional se traducirá en una mayor cercanía entre México y los países de la región.
El embajador de Haití, Guy Lamothe, en representación del grupo, leyó un emotivo mensaje en el que pidió al Presidente electo sea “un faro durante el próximo sexenio” para México, América Latina y el Caribe.
No hay duda que el senador del PAN Antonio Martín del Campo respalda a su coordinador parlamentario, Damián Zepeda. No ve mal el “autodedazo” que llevó al exjefe nacional al cargo que formalmente ocupa desde ayer.
Fue conforme a los estatutos.
Es más: no está de acuerdo con el veto que la mayoría de los gobernadores azules quisieron imponer para que Damián no llegara a la coordinación. 
Tampoco le gustó que públicamente se hayan pronunciado por Héctor Larios para la presidencia nacional del partido, que este año se renueva.
“Muchos de esos gobernadores fueron designados por la dupla Anaya-Zepeda. ¿Por qué entonces no dijeron nada? Es pura ingratitud…”, aseveró.
Y preguntó: “¿A los gobernadores les gustaría que los senadores les digamos qué hacer o qué no hacer?”.
Las broncas de los azules fueron más intensas en San Lázaro. Demoraron incluso el inicio de la sesión que instaló la nueva Legislatura, lo que motivó hasta una queja del morenista Pablo Gómez.
Los panistas, que siguen por el sendero de Los Chuchos que llevó al PRD donde está, no lograron un consenso en cuanto a las vicepresidencias. Hubo tremendo jaloneo. 
El diputado Jorge Luis Preciado, quien aspiraba a la coordinación, se aferró a ese cargo. No pudo. ”Estaba descompuesto”, nos dicen. 
Las diferencias obligaron a la bancada a ir a una votación. Ganó Marco Adame, con 34 votos, seguido de Adriana Dávila, con 21. Preciado obtuvo 20 votos. Inapelable.

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