11 may 2020

Las columnas políticas hoy, lunes 11 mayo de 2020

Atrás quedó aquella lamentable declaración del Secretaria de Gobernación donde aseguraba que el ilegal mandato iba a pervivir...: "la norma va a pervivir”. 
Hoy la corte dijo no!, pervive, pero no la reforma local sino la Ley suprema...
La ministra en retiro quedó mal, con todo respeto.
Hubo un gran fraude a la Constitución”
El ministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, advirtió que la llamada Ley Bonilla representaba “un gran fraude a la Constitución” que violaba el principio constitucional de no reelección.
Comunicado No. 076/2020
Ciudad de México, a 11 de mayo de 2020
En sesión de 11 de mayo de 2020, realizada vía remota, el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió por unanimidad que es inconstitucional el Decreto 351 de reforma a la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Baja California, mediante el cual se amplió el periodo del Gobernador electo en esa entidad en 2019, de dos a cinco años.
El Pleno determinó que dicha modificación, la cual fue realizada con posterioridad a la elección, violó diversos principios fundamentales del sistema democrático mexicano, como son: los principios de certeza electoral, legalidad y seguridad jurídica; las bases constitucionales de la organización política de los Estados; el derecho a votar y ser votado en condiciones de libertad e igualdad; así como los principios de no reelección y de irretroactividad de las leyes.
Las Ministras y los Ministros recordaron que de acuerdo con el artículo 105 de la Constitución General las leyes electorales deben publicarse 90 días antes de que comience el proceso electoral y que no puede haber modificaciones fundamentales durante éste; por lo que, al haber modificado el periodo del gobernador electo una vez que culminó el proceso electoral, el Constituyente local incurrió en un fraude a dicho mandato.
Asimismo, el Pleno señaló que la reforma impugnada constituyó una clara violación al principio de soberanía popular, así como a la voluntad general de los ciudadanos de Baja California, la cual fue expresada en las urnas el día de la elección, pues el día que ésta se realizó la norma vigente establecía que el plazo sería de dos años y no cinco. 
En cuanto a los efectos, el Pleno señaló que como consecuencia de la invalidez del Decreto de reforma deberá tener aplicación el artículo transitorio en su redacción original, el cual señala que “el Gobernador electo en el proceso electoral de 2019, iniciará funciones el primero de noviembre de 2019 y concluirá el 31 de octubre de 2021”.
Por último, la SCJN precisó que todos los actos o normas que hubieren derivado de la aplicación de la reforma deberán considerarse inválidos por derivar de una norma inconstitucional.
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¡A sus ordenes Señor! 
Tarde que temprano lo iba a concretar. Para la historia inmediata y posterior.
El C. Presidente de los mexicanos ordenó a través de un decreto a las Fuerzas Armadas - Ejército y Marina-, dedicarse a tareas de seguridad pública de "manera extraordinaria, regulada, fiscalizada subordinada y complementaria a la Guardia Nacional", la corporación civil creada en 2019 para tareas de seguridad, integrada por elementos de la Policía Militar y la extinta Policía Federal.
"Si bien el 27 de mayo de 2019, se publicó en el DOF, el Decreto por el que se expide la Ley de la Guardia Nacional, la conformación y el desarrollo de las capacidades de dicha institución de seguridad pública, requiere de un período de implementación, a efecto de cumplir cabalmente con las funciones a su cargo", se explica en el Acuerdo publicado hoy.
"La seguridad pública es un deber primario a cargo del Estado, cuyos fines son salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, así como contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz social, por lo que resulta imprescindible garantizar a la población, el cumplimiento de dicha obligación a cargo del Estado”.
El quid es la intervención militar en materia de seguridad pública tiene fundamento constitucional a diferencia de otras veces.
El artículo quinto transitorio de la reforma Constitucional de marzo de 2019 que creó a la Guardia Nacional, mismo que establece:
"Durante los cinco años siguientes a la entrada en vigor del presente Decreto, en tanto la Guardia Nacional desarrolla su estructura, capacidades e implantación territorial, el Presidente de la República podrá disponer de la Fuerza Armada permanente en tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria”.
AMLO esperó casi 14 meses para usar la facultad que le confirió ese artículo transitorio,  casi nadie se percata de los transitorios, por lo que señores desde mañana y durante casi todo lo que dura el gobierno de la 4T, soldados y marinos podrán ejercer doce atribuciones previstas en la Ley de la Guardia Nacional, que son casi idénticas a las que tenía la Policía Federal.
Se esperan reacciones, mil
El decreto en el DOF
https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5593105&fecha=11/05/2020
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Las columnas políticas hoy, lunes 11  mayo de 2020
Templo Mayor/ REFORMA
HAY QUE decirlo como es: Pemex está en quiebra técnica y el "rescate" de Andrés Manuel López Obrador no ha funcionado. Al contrario: se ha agravado la crisis y su futuro es hoy más que incierto.
EL VIERNES Pemex presentó ante la SEC (la comisión de valores de Estados Unidos) su reporte anual que revela una realidad lejana al triunfalismo de Palacio Nacional. Si bien es cierto que ha aumentado la extracción de petróleo, todas sus subsidiarias -salvo una- tuvieron pérdidas escandalosas. Y eso no es lo peor.
AL HABLAR de los riesgos que enfrenta, Pemex se vio obligado a reconocer ante los norteamericanos (no ante los mexicanos) que en los años recientes sus ingresos han sido insuficientes por lo que ha tenido que endeudarse. Y dadas las bajas que ha recibido de las calificadoras, admite que si no logra obtener financiamiento en términos favorables, no sólo tendrá que reducir inversiones sino inclusive podría declararse en default ante sus acreedores.
A TODO ESO se suma que por quinto año consecutivo Pemex tiene que incluir en el reporte 20-F la advertencia de que si fracasan las acciones para mejorar su situación financiera... "es posible que no podamos continuar operando". Los problemas heredados del sexenio de Enrique Peña sólo han logrado aumentarlos de tamaño.
URÓLOGOS, pediatras, neurólogos, oftalmólogos, ginecólogos, neumólogos, cirujanos, cardiólogos, médicos militares... Decenas de asociaciones médicas están protestando de manera formal contra el Presidente tras haber dicho que a los médicos sólo les interesaba enriquecerse. Es una auténtica cascada de cartas en las que exigen a AMLO que se retracte. ¿Tendrá el mandatario la sensibilidad de responderles? Es pregunta cardiaca.
SI YA de por sí cuando a Estados Unidos le da gripa a México le da pulmonía, en el tema del desempleo se nos viene encima... ¡una neumonía atípica!
A RAÍZ de la caída de la economía debido al coronavirus, sólo en abril se perdieron 20.5 millones de puestos de trabajo en aquel país. Esto significa que está en el desempleo el 14.7 por ciento de la población laboral, la peor cifra desde la Gran Depresión de 1929.
SI ASÍ están las cosas de aquel lado de la frontera, imagínense cómo se van a poner en México, donde ya de por sí la economía estaba en recesión y tenía una clara ruta en picada. Y aunque para esto no hay estampita milagrosa que sirva, lo importante es que el crecimiento económico -por decreto- ya no importa.
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Bajo Reserva/El Universal
Otra de la benditas redes
Tremendo sofocón se llevaron ayer en Palacio Nacional, cuando la bendita red social de Youtube bloqueó el video de felicitación del presidente Andrés Manuel López Obrador del Día de las Madres, ¡por violar los derechos de autor! al utilizar la canción Amor Eterno, del extinto compositor y cantante Juan Gabriel. Tras el apagón, la compañía Sony Music, salió en defensa de la honorabilidad de la autollamada 4T y dijo que la firma había dado los permisos a la Presidencia de la República, y por un “problema técnico” el video había sido bajado. Nos hacen ver que si Sony hubiera otorgado los permisos, los robots, que no se equivocan, no hubieran detectado una reproducción sin autorización. Así que, nos comentan, es posible que la disquera haya cometido un grave error o que haya otorgado la autorización en cuanto supo que habían bajado el video, lo que supondría que alguien en el gobierno olvidó pedir el permiso, o pagar los derechos de uso. El otro escenario, nos dicen, es que un robot enemigo de la 4T esté metiendo la mano en las benditas redes sociales.
Esperan cita y reciben garrote de AMLO
El pasado viernes, el presidente Andrés Manuel López Obrador retomó sus señalamientos y críticas a diversos organismos autónomos, entre ellos al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai). Aseguró que cuando el Instituto se creó, fue el periodo con más corrupción en México. “En el caso de la transparencia se creó hasta un organismo para ese propósito y fue cuando hubo más corrupción en ese periodo”, acusó el mandatario en Palacio Nacional. Tras el garrotazo, en el Inai nos recuerdan que hace más de un año, para ser más específicos, el 14 de febrero de 2019, los comisionados del instituto enviaron una carta dirigida al Presidente donde lo invitaban a dialogar. Sin embargo, nos informan, que la respuesta aún no ha llegado. Al parecer, la respuesta no llegará.
Monreal pide renta congelada
Nos dicen que mientras el líder de la mayoría en el Senado, Ricardo Monreal (Morena), propone que las rentas de inmuebles se congelen, e incluso se reduzcan mientras dura la emergencia por Covid-19, en el bloque de oposición se siguen reuniendo hasta los domingos para coordinar algunas estrategias que le permitan enfriar algunas de las iniciativas impulsadas por el gobierno. Nos comentan que este tipo de encuentros por parte de los opositores no se ven con buenos ojos por la mayoría morenista, que siempre tendrá la opción de arrasar con su aplanadora. ¿Será que la relación entre la mayoría y la oposición se congele antes que las rentas?
Indigna a médicos descalificación presidencial
E Periodistas EL UNIVERSALn asociaciones de especialistas de medicina en todo el país, nos dicen, no cayeron nada bien las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien acusó al gremio de médicos de que durante el periodo neoliberal había cedido al mercantilismo. En redes, los profesionales de la salud pidieron al presidente retractarse, y sobre todo mostrar respeto para un gremio para el cual no existen “chairos ni fifís”. También le recordaron que durante la presente contingencia han sido muchos los médicos y enfermeras que se han contagiado de Covid-19… “por la falta de insumos y equipos de protección personal que su administración no ha logrado entregar a todos ellos. Los médicos comemos de lo que con honestidad cobramos por nuestros servicios como en prácticamente todas las demás profesiones”, dijeron.
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Frentes Políticos/Excelsior
1. Pregunta. Quien sigue con una labor titánica contra la pandemia del COVID-19 en México es el director de Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, pues acudió a Morelos a ampliar la capacidad del Hospital General Regional No.1 de Cuernavaca, ya que se habilitarán 27 camas en tres pisos para dar una mejor atención a los enfermos por coronavirus. Nos informan que ahí estuvo acompañado el director del IMSS por Juan Manuel Lira, jefe de la Unidad de Atención Médica; por la directora del Hospital General Regional No.1, Delia Gamboa, y por Francisco Monsebáiz, representante del IMSS en Morelos. Y el gran ausente es el señor gobernador de Morelos, José Manuel Sanz, ¡ups!, perdón, Cuauhtémoc Blanco. ¿Dónde andará? ¿Preparando otro hospital de utilería?
 2.  Buena acción. Los que sorprendieron a las madres ayer domingo fueron los elementos de la policía de la Ciudad de México, quienes se dedicaron a recorrer varias unidades habitacionales y calles para brindar serenatas a las mamás en su día. A las jefas de familia se les pudo ver muy contentas desde sus ventanas y balcones, pues, al terminar las melodías, brindaban prolongados aplausos a los elementos de la fuerza del orden. Gran acción y con sentido social fue la iniciativa encabezada por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que deleitó y animó a todas las mamás en su día, respetando el confinamiento y, por supuesto, la sana distancia.
3.   No entienden. Y quienes cada sábado dan el mal ejemplo son algunos jóvenes del municipio mexiquense de Ecatepec, Estado de México, pues, otra vez, por tercera vez consecutiva, siguen haciendo fiestas ilegales en casas particulares. Ahora fue en la colonia Izcalli Santa Clara, donde llevaron a cabo la fiesta y hasta tenían una banda tocando en vivo, ah, pero no contentos con ello, se pusieron de mala copa y agredieron a los elementos que iban a pedir que se terminara la juerga. Uno2. hasta quiso hacerse el influyente y dijo tener contactos en el gobierno. Ojalá y esto sea lo último que se registre de desobediencias a las medidas de salud dictadas. Por el bien de todos.
4.   Oídos abiertos. El Senado de la República acordó citar al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, así como a los secretarios de Salud, Jorge Alcocer; de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y al de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, para que expliquen las decisiones tomadas para la contención y combate del COVID-19, ante las dudas que tienen los legisladores federales. Que sea una reunión muy productiva, que los senadores de oposición sepan escuchar y que los del partido en el poder aprendan a preguntar. Recuerden, señores senadores, que ustedes trabajan para la sociedad mexicana, no para su partido, no hagamos de esto un circo. Necesitamos soluciones a la crisis de la pandemia que vivimos, no confrontaciones estériles que sólo dejan encono y distraen los esfuerzos para combatir la pandemia.
5.   Respeto al Estado de derecho. Por el bien de la democracia, la llamada Ley Bonilla no debería seguir adelante. Va un argumento básico, cuando los habitantes de Baja California acudieron a las urnas a elegir a sus gobernantes lo hicieron conscientes de que el periodo para el que elegirían a su gobernador era para dos años. Una ley hecha a modo no puede poner en riesgo el Estado de derecho, la credibilidad en la democracia y el equilibrio de poderes, dejar pasar dicha ley es permitir un atropello a la Constitución. Un Estado, para conservarse, debe, como primicia, respetar la ley, de no hacerlo y permitir hoy una violación al derecho, es abrir la puerta a que cualquiera que lo pretenda pueda violar la Carta Magna. Ni más ni menos.
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¿Y si la pandemia no acaba? | Alejandro Hope
Plata o Plomo
El Universal
No vamos a despertar en junio o julio con la noticia de que podemos retomar la vida que dejamos antes de la pandemia
Imaginamos a la pandemia como un paréntesis. Suponemos que no es más que una desagradable pausa, algo que durará algunas semanas o meses y que culminará necesariamente con un regreso a la normalidad de 2019.
¿Pero qué pasa si estamos equivocados, si la pausa es algo más que pausa, si el paréntesis dura no semanas ni meses, sino años? Ese escenario es ciertamente indeseable, pero no tiene nada de descabellado. Consideren lo siguiente:
1. El proceso de descubrimiento y aprobación de una vacuna puede tomar 12 a 18 meses, si nos va bien. Y ese es apenas el primer problema. Luego habrá que resolver las múltiples dificultades organizacionales, logísticas y financieras que implica un programa de vacunación que llegue a 70 u 80% de la población mundial. Yo no apostaría a que esos obstáculos quedarán eliminados en cuestión de meses.
2. Empiezan a surgir algunos tratamientos prometedores para el Covid-19, desde el remdesivir hasta terapias con plasma de convaleciente, pasando por combinaciones de antiretrovirales. Pero, hasta ahora, no hay evidencia concluyente sobre la seguridad y eficacia de ningún tratamiento. Y ninguna de las alternativas terapéuticas que se están estudiando parece ser una bala de plata: algunos estudios preliminares muestran una mejoría en algunas métricas (por ejemplo, tiempo de hospitalización), pero no más que eso. Por ahora, no hay nada en el horizonte que permita suponer que en pocos meses vamos a tratar al Covid-19 como atendemos un catarro.
3. Por lo que sabemos sobre la velocidad de contagio y la letalidad del virus, no es posible llegar a la inmunidad de rebaño en el corto plazo sin provocar un desbordamiento del sistema de salud y, en consecuencia, una catástrofe humanitaria con millones de muertos. Además, aún no se sabe con precisión qué tan robusta y duradera sería la inmunidad generada por una infección al virus.
Dado lo anterior, no hay regreso posible a la “normalidad” en el corto plazo. No vamos a despertar en junio o julio con la noticia de que podemos retomar la vida que dejamos antes de la pandemia. Nos guste o no, vienen condiciones económicas, sociales y políticas muy distintas.
En primer lugar, vamos a vivir durante varios años en un mundo estructuralmente más pobre. Una sociedad sometida a reglas de sana distancia va a estar plagada de ineficiencias. Los espacios públicos y privados se van a llenar de huecos: eso necesariamente va a encarecer su uso. Como ejemplo, piensen en un vuelo donde nadie va en el asiento de en medio: la consecuencia inevitable es un boleto más caro. Algunos sectores como el turismo o el entretenimiento masivo van a sobrevivir en condiciones precarias durante años. Otros, conectados a cadenas globales de abastecimiento, van a tener que embarcarse en un ajuste estructural que puede durar años.
En segundo lugar, vamos a vivir durante algún tiempo en un mundo decididamente menos libre. En ausencia de una vacuna o un tratamiento eficaz, no va a ser posible regresar a condiciones medianamente normales sin pruebas masivas, rastreo de contactos y cuarentenas obligatorias para portadores del virus. Eso va a implicar dotar al Estado de herramientas de vigilancia y control inimaginables en sociedades democráticas. Añádase a lo anterior que muy probablemente perduren durante un buen rato múltiples restricciones a la movilidad, tanto dentro como entre países. Y cabe por supuesto que, frente a rebrotes de la enfermedad, se restablezcan periódicamente medidas de confinamiento.
¿Qué significa esto para la seguridad ciudadana? ¿Qué implicaciones tiene esto para la operación de los mercados ilegales y los actores criminales?
Lo platicamos el miércoles.
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Paranoia en Palacio Nacional/Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal
rivapa
El Financiero
Dice el secretario de propaganda coronavíruca de la Presidencia de la República: “Me llama la atención que hoy (8 de mayo), fecha en que anunciamos la llegada del pico de la cumbre de la epidemia en la CDMX, aparecieran de manera sincrónica estas cuatro notas, seguidas por una amplia difusión en redes sociales por individuos ligados a administraciones anteriores, a la industria farmacéutica y unos cuantos con aspiraciones políticas”. Así se defendió quien cobra como subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, ante cuestionamientos en la prensa extranjera sobre sus mediciones, equivocadas documentan, que ocultan cifras reales. ¿Está mintiendo a la nación y embaucando al presidente Andrés Manuel López Obrador? Eso sugieren, pero debe estar tranquilo.
La conspiración, como sugiere, ha marcado la biografía política de López Obrador, por lo que está tocando la música que quiere oír su patrón. López-Gatell tocó las informaciones publicadas el viernes en The New York Times, The Wall Street Journal, El País y una aparentemente imaginaria noticia en The Washington Post.
De acuerdo con su lógica, la familia Sulzberger, Rupert Murdoch, Jeff Bezos y una amplia gama de empresas, inversionistas e individuos como la Caixa Bank (donde Carlos Slim es accionista), Santander (que preside Ana Botín), Telefónica (enemiga de Telcel), y la familia Polanco, entre otros, se pusieron de acuerdo para criticarlo.
Su ego parece ser tan grande como la sandez de su afirmación. Su declaración propone que todos conspiraron hace varias semanas –porque cada medio comenzó sus investigaciones en diferente momento–, para predecir que como en algún momento iba a corregir sus dichos y modificar la fecha del pico de la epidemia al 8 de mayo, ese mismo día, coordinando también usos horarios entre dos continentes, salieran sincronizadamente a atacarlo, meter insidia de que el gobierno de la Ciudad de México discrepa con sus cálculos, y de paso exhibir al gobierno del presidente López Obrador como mentiroso e incompetente.
En Palacio Nacional, donde pasa varias horas de su día, no lo iban a permitir. Lo alentaron a hablar. Utilizó la palabra “sincronía”, que es la misma que han utilizado las plumas al servicio del vocero presidencial, cuando en la prensa mexicana coinciden algunos columnistas en un tema. La línea es idéntica: ataquen al mensajero con descalificaciones. Aplástenlos en las redes sociales y bórrenlos del universo digital. En todos los casos, incluido el de la defensa panfletaria de López-Gatell, no desmienten el fondo.
Atacan la forma, tratando de desviar en lo cosmético, lo sustantivo. Lo que publicaron el Times, el Journal y El País, no fue desmentido por el zar del coronavirus, que en la estrategia histórica de la casa, se fugó hacia delante sugiriendo la conspiración (ahora mundial) contra el gobierno que, como dijo el Presidente hace semanas, va a ser modelo de cómo se hacen las cosas en salud y en economía.
Lo publicado en los medios extranjeros, sin embargo, no es novedoso para la sociedad mexicana que busca información.
Desde hace varias semanas algunos medios han reportado el subregistro de casos y muertes, difundido los análisis de científicos y matemáticos que han cuestionado con argumentos técnicos los modelos presentados por López-Gatell, criticado su protagonismo que lo aleja del terreno médico en el que debía estar aferrado, para hacer pronunciamientos y meterse en la política, que endulza con zalamería al Presidente. López Obrador lo ha defendido, con razón. Si no propició en un principio que se hiciera el trabajo colectivo para poder tener en casa procesos de autocrítica y cuestionamientos que permitieran tener el mejor análisis, diagnóstico y toma de decisiones, es muy tarde para quemarlo en leña verde. López Obrador se casó con López-Gatell y ya no puede bajarlo del barco.
La reacción del subsecretario ante los señalamientos en el mundo, tienen una explicación. La imagen de incapacidad técnica o manipulación de cifras se dibujó en las metrópolis políticas y económicas, y se difundió en los mercados hispanoparlantes. Pueden jugarle al avestruz López Obrador y López-Gatell cuando las críticas se quedan en el ámbito doméstico, pero cuando se hacen transfronterizos, se transfiere al mundo la observación crítica a lo que se está haciendo en México. Si sale bien, como dice un empresario, será el primero en ir a Suecia y Noruega para pedir que le den todos los premios Nobel. Pero si le sale mal, la crítica será lo de menos. Con quien tendrán que rendir cuentas es con la sociedad mexicana.
El que sugiera una conspiración, para sembrar en el imaginario colectivo la idea de una conjura de intereses internacionales con intereses políticos y económicos contra él y el gobierno, es una táctica muy conocida, no sólo en México sino en el mundo. Lo han utilizado por siglos los poderosos que tienen mucho que perder y necesitan concitar el apoyo interno y el consenso para gobernar. Estados Unidos es una nación ejemplar de esto: siempre requieren de un enemigo externo para mantener su poder. Lo hizo Saddam Hussein en Irak, lo hace de manera permanente Nicolás Maduro en Venezuela. Las amenazas externas siempre han sido un recurso para unificar incluso a los más acérrimos opositores, como logró la Junta Militar argentina durante la Guerra de las Malvinas.
Los líderes y regímenes buscan con ello el deseo de protección mutua mediante la construcción de una mentalidad única. En este caso no es sólo la amenaza externa lo que planteó López-Gatell, sino definió a sus cómplices internos. El enemigo también está en casa, dijo sibilinamente. Toca la partitura de López Obrador, que logró imponer, ante la ausencia de una falta de identidad nacional, una vinculación a partir de un conjunto de ideas de repulsión al pasado. Es una apuesta peligrosa porque depende de una variable actual que no controla: el Covid-19. Bueno, aclaremos. Dice que sí la han domado. Ya lo veremos.
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El cateo fantasma de Valle Escondido / Héctor De Mauleón
En Tercera Persona
El Universal
El periodista Darío Celis publicó en Twitter, el 5 de abril pasado, un video que le habían enviado vecinos del fraccionamiento Valle Escondido, ubicado en Atizapán, Estado de México. El video mostraba el ingreso de más de 20 vehículos y cerca de “70 personas con armas de grueso calibre” que, según Celis, la noche anterior habían saqueado un domicilio ubicado en el fraccionamiento.
Las imágenes se viralizaron. La presidenta municipal de Atizapán, la morenista Ruth Olvera, aclaró por medio de su cuenta de Twitter que no había existido saqueo alguno: que la incursión era producto de una orden de cateo llevada a cabo de manera legal por elementos de la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General de la República.
Olvera compartió un boletín de la Asociación de Condóminos de Hacienda Valle Escondido, firmado por la presidenta del consejo general de vigilancia. El documento explicaba que policías municipales habían detectado el movimiento de los vehículos antes de que estos se dirigieran al fraccionamiento, y que sus tripulantes se habían identificado como agentes de la AIC.
El boletín agregaba que “por la naturaleza de la investigación no se nos proporciona a este fraccionamiento alguna información adicional” y solicitaba “no difundir información errónea respecto a estos hechos”.
Celis fue linchado (en especial porque su tuit fue replicado por el expresidente Calderón). Los dos vigilantes del domicilio “cateado” (el propietario, el empresario Eduardo Natividad, vive fuera del país desde hace tres años) tenían otra historia. Declararon que esa noche irrumpieron en el domicilio entre 50 y 60 personas armadas, que ambos fueron encañonados y amenazados de muerte, y que a uno de ellos le quitaron el celular. Apenas tomaron posesión del inmueble, los intrusos, encapuchados, con uniformes negros y siglas de la policía, “comenzaron a saquear llevándose todo lo que pudieron”. “Se hablaban en clave”, recordó uno de los vigilantes.
Durante la hora que permanecieron en el domicilio, robando y buscando, destruyeron el sistema de circuito cerrado y rompieron chapas, cajas de seguridad e incluso uno de los muros.
La lista de objetos desaparecidos que apoderados legales de Eduardo Natividad presentaron ante la fiscalía del Edomex incluye tres vehículos blindados, una motocicleta, 670 mil pesos, y también: una caja de herramientas, unos binoculares, diez pares de tenis, bolsos para dama, perfumes, mancuernillas, pantalones, sacos de vestir, vajillas, un telescopio, floreros, raquetas de tenis, ceniceros de cristal y hasta un equipo para hacer malteadas.
Los abogados del empresario verificaron que la supuesta orden de cateo no existía y que Natividad no es sujeto de investigación alguna. Aunque las cámaras habían sido dañadas, con ayuda de expertos lograron extraer de iCloud las imágenes que los encapuchados habían querido borrar. Se les ve entrar al inmueble (sospechosamente, la puerta estaba abierta) y distribuirse por la casa, revisándolo todo.
La policía cree que “el informante” que señaló la casa a los asaltantes les falló: les dijo que en esta se encontraba algo que finalmente no hallaron —y precisamente por eso abrieron agujeros en algunos puntos del muro.
Un elemento de seguridad del empresario grabó las condiciones en que quedó la casa. Estas imágenes llegaron también a las redes sociales. La fiscalía del Edomex rastreó las cámaras de la zona. Se ubicaron algunos vehículos y algunas placas. “Así fuimos jalando la hebra”, dice uno de encargados de la investigación.
La hebra llevaba a las mismas oficinas de la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General de la República.
A las puertas de la agencia, ubicada sobre Río San Joaquín, se habían reunido dos vehículos esa noche. Fueron captados más tarde en las inmediaciones de Galerías Atizapán, el punto donde se reunieron con los tripulantes de los vehículos restantes. Ahí los abordó la municipal de Atizapán. Las autoridades sostienen que al menos un policía municipal formó parte del convoy e incluso manejó uno de los vehículos que ingresaron al fraccionamiento.
(Comparto aquí algunas de las imágenes obtenidas aquella noche).
Hace unos días el periodista Carlos Jiménez hizo público un video, captado por cámaras de vigilancia de la ciudad, que prueba que algunos de los vehículos que formaron parte del convoy regresaron a las oficinas de la AIC y que a las puertas mismas de la institución los agentes se repartieron parte del botín.
De acuerdo con las autoridades, en el cateo fantasma participaron agentes activos, expolicías, “madrinas” y probablemente personal del área de inteligencia municipal del Edomex.
El 5 de mayo, el director del Grupo Especial de Operaciones de la AIC citó a una junta a uno de sus agentes, el suboficial Edwin “N”. El suboficial fue detenido ahí mismo por su presunta participación en el cateo fantasma. Con él fueron aprehendidos dos agentes más.
Dos días más tarde, el propio director del GEO, Armando “S”, fue llamado a firmar unos documentos. Fue aprehendido en sus propias oficinas por su supuesto involucramiento en el robo.
¿De qué se trató esa noche? ¿Qué iban a buscar 40 o 50 encapuchados en una residencia de Valle Escondido?
Tarde o temprano habrá alguna respuesta. Sorprende por lo pronto que el impoluto gobierno del cambio nos lleve de regreso a los tiempos siniestros de Durazo, Sahagún Baca y la DIPD.
@hdemauleon
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Covid-19 y neoliberalismo | Carlos Marín
El Asalto a la Razón
Milenio
Así como la peste negra o bubónica (1347-1353) no precipitó el fin de la Edad Media (siglos V al XV) ni el inicio del Renacimiento (XV y XVI), la (femenino porque es una enfermedad) de covid-19 no tiene algo que ver, ni remotamente, con el neoliberalismo. Y menos aún determina su continuidad o su colapso.
De hecho, ninguna de las pestes en la historia modificó un ápice los sistemas económico-políticos de las naciones (como tampoco éstos han sido causa del surgimiento y expansión local o internacional de virus o bacterias).
En todo caso, la velocidad con que se propaga el nuevo padecimiento en el mundo se explica por algo que, independientemente de los regímenes ideológicos imperantes, nada ni nadie frenará y se llama globalización (que en realidad comenzó con los remotos emigrantes de África).
La peste negra mató a la mitad de la población europea (unas 25 millones de personas). La gripe española (1918-1920) provocó alrededor de 50 millones de muertes (por cierto, se originó en Francia, donde se ocultó para no desalentar a la población, pero España fue la primera en informar lo que pasaba). En 1957 cundió la gripe asiática (coctel de influenza humana y de patos salvajes), que produjo un millón de fallecimientos. La gripe de Hong Kong (1968-1969) no alcanzó el grado de pandemia y fue provocada por la mezcla de un virus aviar y resfriado humano. Causó 40 mil decesos. A partir de 1980, el VIH-sida ha cobrado más de 25 millones de vidas. El síndrome de las vacas locas (1990) tampoco se volvió pandemia y acabó con solo 150 personas. Por la viruela, un mal que fue recurrente durante centenares de años y según la Organización Mundial de la Salud ha sido erradicado, murieron incuantificables millones de personas (incluidas las contagiadas por europeos en la América prehispánica). El cólera surgió en el siglo XIX y solo en Francia mató a unos 20 mil. Ha sido prácticamente erradicada en los países avanzados pero no en Latinoamérica ni África. La gripe aviar (2003) acabó en Corea con 250 personas, pero la influenza AH1N1 (2009), de origen porcino, fue tan mundial como la covid-19, aunque su letalidad la estimó la OMS entre casi 152 mil y poco menos de 600 mil personas.
El breviario es a propósito de una desafortunada afirmación, el sábado, del presidente Andrés Manuel López Obrador: “Vamos bien. Estamos enfrentando las consecuencias del derrumbe de la economía mundial, porque el coronavirus precipitó la caída del modelo económico neoliberal. No fue la pandemia lo que tiró la economía, lo cierto es que ya la economía neoliberal estaba en crisis, estaba mal. Lo que hizo la pandemia fue acelerar, precipitar el derrumbe económico…”.
En regímenes tiránicos, autocráticos y aun dizque “comunistas” pero “infectados” de neoliberalismo (Venezuela, Tailandia, China, Marruecos, Chad, Vietnam, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Uzbekistán y hasta Corea del Norte), la pandemia podrá modificar usos y costumbres sociales pero no, sin duda alguna, el libre mercado.
cmarin@milenio.com
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Lecciones para gobernar en tiempos de crisis | León Krauze
Epicentro
El Universal
En todo el mundo, alcaldes, gobernadores y presidentes enfrentan la misma pregunta: ¿cómo gobernar durante una crisis de esta magnitud? Todos, desde el regidor del pueblo más pequeño hasta el primer ministro de una potencia mundial, seguramente tenían proyectos de gobierno muy diferentes al papel que la historia les ha impuesto ahora. Al llegar al poder, ninguno de ellos supuso que se les juzgaría no por su eficacia al llevar a la práctica sus proyectos personales de gobierno sino por su manera de administrar la mayor catástrofe sanitaria y la mayor depresión económica del último siglo. No debe ser fácil domar la frustración de tener que abandonar las grandes intenciones para abocarse a atender una crisis como esta. Pero así es el capricho de la historia y a la historia no hay manera de eludirla.
La ventaja que tienen los gobernantes en tiempos de la pandemia es que el pasado ofrece lecciones. Hace unos días escuché una conversación entre David Plouffe, el gran estratega de campaña de Barack Obama, y Jon Meacham, uno de los más notables historiadores y biógrafos de Estados Unidos. Plouffe pidió a Meacham que explicara los atributos de los grandes líderes en tiempos de crisis. Meacham se remitió a dos ejemplos particularmente interesantes. Comenzó con John F Kennedy, pero antes definió las virtudes centrales de quien gobierna de manera eficaz enfrentando el caos. “Las características centrales de un administrador de crisis exitoso en los niveles más altos del gobierno desde George Washington hasta el día de hoy, es la capacidad de reconocer la centralidad de los hechos demostrables y de aprender de los errores”, explica Meacham.
El primer paso para aprender de los errores y luego rectificar desde la evidencia es, antes que nada, contar con la humildad e inteligencia suficientes como para reconocer que se ha cometido un error. Meacham pone el ejemplo de Kennedy. Primero recuerda la campaña de 1960, en la que Kennedy atacó duramente al presidente republicano en funciones, Dwight Eisenhower, al que calificó en campaña como representante del pasado y la parálisis (que el rival de Kennedy fuera Richard Nixon ciertamente no ayudó a Eisenhower). Después de ganar, explica Meacham, Kennedy quiso hacer política exterior a la James Bond. De ahí el primer y más grave error de su presidencia: la invasión de Bahía de Cochinos en 1961. El fracaso y la vergüenza de aquello fueron tan severos que Kennedy reconoció que, en un sistema parlamentario, quizá habría tenido que renunciar.
Kennedy no reaccionó a su enorme tropiezo buscando pretextos. No culpó a la prensa. No defendió lo indefendible. Reconoció su error. “Lo que hizo fue llamar a Eisenhower”, recuerda Meacham. Frente a su antecesor, al que tanto había atacado, Kennedy admitió que se había equivocado y pidió consejo. Eisenhower lo respaldó. Apenas un año después, Kennedy manejó la crisis de los misiles en Cuba de manera muy diferente. “Superamos esa crisis entre otras cosas porque Kennedy tuvo la habilidad de reconocer que no estaba haciendo el trabajo lo suficientemente bien. Reconoció su error y decidió que necesitaba aprender”.
Lincoln hizo algo parecido. De acuerdo con Meacham, al principio de su presidencia, Lincoln no mostraba convicción verdadera de querer acabar con la esclavitud. Los hechos, la evidencia y las circunstancias de la Guerra Civil lo hicieron cambiar de opinión. “Para septiembre de 1862, Lincoln se dio cuenta de que se había equivocado militar y moralmente”, recuerda Meacham. Un año más tarde, firmaba la proclama de emancipación.
“El denominador común”, sugiere Meacham, “es un presidente que tuvo la capacidad de ver lo que estaba haciendo, se dio cuenta a tiempo de que se equivocaba y decidió que necesitaba hacerlo mejor”. Meacham también advierte la importancia de tomar decisiones impopulares y difíciles en tiempos de crisis, incluso aquellas que van contra el proyecto original de quien gobierna o arriesguen su popularidad. “La verdadera grandeza”, advierte, “llega no cuando reflejas el deseo popular sino cuando ofreces tu mejor juicio”. Para Meacham, los presidentes que conquistan un lugar indeleble en la historia durante tiempos de crisis tienen la valentía suficiente como para arriesgar su popularidad y atender el desafío del momento en aras del bien común. “Los mejores presidentes no son los que siguen de manera obstinada el dictado de su base electoral sino aquellos que convencen a su base de acercarse a lo que el país necesita”, explica.
La lección está en la historia. Que la aprenda quien quiera aprenderla.
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¡Lo sabe el mundo: Obrador miente!/ITINERARIO POLÍTICO
EL DEBATE,
El mundo ya lo sabe; conoce la mayor debilidad del Gobierno mexicano, la mentira. Y es que, desde el pasado viernes, distintos medios del mundo –sobre todo reputados diarios internacionales–, reportaron que el gobierno de López Obrador oculta información sobre el número real de infectados y muertos a causa del COVID-19. Por cierto, nada que no se supiera en México.
Y, como era de esperarse, el gobierno de AMLO reaccionó enojado y, por medio de sus aplaudidores deslizó su argumento favorito; que existe una campaña internacional contra su administración. ¡Lo loco...!
Lo cierto, sin embargo, es que corresponsales extranjeros, acreditados en México –de los diarios The New York Times, The Wall Strett Journal, Los Ángeles Times, El País y la agencia de noticias AP–, han visto lo mismo que la mayoría de los periodistas mexicanos; que el narcisista presidente mexicano y el zar para el COVID-19, Hugo López-Gatell, engañan sobre el impacto real de la pandemia en los ciudadanos. Incluso comparan a López con Trump.
Es decir, que Obrador y Gatell no reconocen que los hospitales están rebasados, que no hay control real de la pandemia y que el número de infectados y muertos a causa del virus, está muy lejos de las cifras oficiales. En pocas palabras, la prensa extranjera comprobó lo que muchos en México han dicho –hemos dicho–; que López Obrador y su gobierno han llegado el extremo de mentir sobre lo más preciado en democracia; el peligro que corre la vida de millones de ciudadanos, por un lado, y las causas de miles de muertes, por el otro.
Pero tampoco es novedad que AMLO es un político, líder social y gobernante mitómano. Durante los últimos tres años –poco antes del arranque de su campaña presidencial–, aquí dijimos que Obrador gustaba de mentir; que sus promesas de campaña eran irreales y solo imaginación, imposible de cumplir. Dijimos que, por todo ello, López llevaría al país a la ruina. Desde entonces, muchos creyeron que esa crítica –siempre apoyada en hechos y evidencias–, era parte de una campaña contra el más aventajado aspirante presidencial.
Por eso, justo hace dos años el propio Obrador ordenó lanzar la más costosa campaña en redes, contra el autor del “Itinerario Político”, al que pretendió callar porque se había convertido en el más severo crítico de sus aspiraciones delirantes. Hoy el país está al borde de la ruina.
Ya presidente, Obrador nos regala, todos los días, contundentes pruebas de esa mitomanía sin freno, al extremo de que la empresa especializada, SPIN, le ha contabilizado casi 30 mil mentiras en solo 17 meses de gestión. Pero las mentiras llegaron al extremo cuando lo que estaba en juego era la vida de los mexicanos. El primer caso se produjo el Tlahuelilpan, en donde más de 130 personas murieron en una explosión provocada por otra mentira presidencial; la supuesta lucha contra el “huachicol”.
Luego, ante la llegada de la pandemia del COVID-19 a México, fue mayor la mitomanía oficial.
Y es que, desde el inicio de la crisis sanitaria, el Gobierno federal minimizó sus efectos y el propio presidente invitó de manera irresponsable a salir a la calle y abrazarse, mientras que el encargado de informar sobre las acciones oficiales ante la pandemia se burló de aquellos gobiernos estatales que, de inmediato, implementaron acciones contra el contagio.
Luego vino el engaño sobre el estado de salud del sistema sanitario en México. Y es que una de las primeras acciones del gobierno de Obrador fue, precisamente, destruir el sistema de salud, para desviar esos recursos a sus programas clientelares. Ya con la pandemia encima, muchos denunciaron (denunciamos) que no existía correspondencia entre la experiencia de la pandemia en otras partes del mundo, y los reportes de infectados y muertos por COVID-19 en México.
Primero el Gobierno federal reaccionó tarde ante la llegada de la pandemia, luego minimizó sus efectos; más tarde mintió al decir que México estaba preparado, luego engañó con el supuesto equipamiento adecuado en hospitales y sobre las medidas preventivas para médicos y enfermeras. Al final, el engaño mayor: ocultó el número de víctimas mortales.
Pero solo era cuestión de tiempo para que ocurriera lo que vimos a partir del 8 de mayo; que las mentiras estaban a la vista de todos. Y a partir del viernes 8 de mayo, en una macabra sincronía, los diarios The New York Times, The Wall Street Journal, Los Ángeles Times y El País, además de la Agencia de Noticias AP, revelaron la inconsistencia de las cifras oficiales sobre la pandemia y el criminal ocultamiento de la realidad por parte de presidente Obrador, del encargado de informar sobre el COVID-19, Hugo López-Gatell y de la jefa de gobierno de CDMX, Claudia Sheinbaum.
¿Qué falta para que los partidos políticos opositores y la opinión pública, en general, exijan sancionar, con todo el peso de la ley, a un gobierno mentiroso y criminal?
Al tiempo.
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López-Gatell: la estrella fugaz
RAZONES/JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ  
EXCELSIOR
La estrella del subsecretario Hugo López-Gatell se apaga en la misma medida en que abandona su vocería de la emergencia sanitaria y se adentra en el camino de la política y la propaganda. Ha pasado de ser un rock star, según alguna revista del corazón, a revelarnos un supuesto y desconocido liderazgo en el viejo CEU, a declamar poesía y ahora a desmentir a tres de los principales medios de comunicación del mundo que lo acusan de falsear la cifras de enfermos y muertos de COVID-19.
El viernes, en reportajes por separado, con distintos enfoques y datos, tanto el Wall Street Journal como el New York Times, y el El País, coincidieron en que las cifras del gobierno de México son falsas y que el número de contagiados y muertos es infinitamente mayor al informado por las autoridades y por el propio López Gatell. Los datos que utilizan esos medios, que llegan a la misma conclusión que otros analistas nacionales, son incontrovertibles.
Para tratar de desmentir esa información, López Gatell subió un video en el cual la mejor defensa que pudo articular fue que se trataba de un “ataque sincronizado”, algo de lo que no tiene prueba alguna, además de que demuestra un absoluto desconocimiento sobre cómo funcionan los grandes medios de comunicación global (y estamos hablando de tres que son de referencia y que tienen, además, visiones encontradas entre sí en muchos temas, sobre todo el WSJ y el NYT).
Para desmentirlos había que mostrar cifras, tendencias, refutar lo que parece evidente. No, López-Gatell prefirió utilizar el argumento de su jefe cuando hay información que lo desmiente o no le gusta y se sacó lo de ataque sincronizado y la conspiración. Para colmo, el propio López-Gatell, en esa misma intervención, terminó reconociendo que, efectivamente, hay un subregistro en el número de muertos y más tarde aceptó que no era posible conocer el número de contagiados y muertos, aceptando que las cifras que dan esos medios (y José Narro, Julio Frenk y muchos otros) de 620 mil a 730 mil no sólo eran ciertas sino que incluso se quedaban cortas.
Es la consecuencia del camino en el que se embarcó López-Gatell desde hace semanas, dejando atrás el papel de epidemiólogo en jefe para entrar en el de vocero gubernamental. Ese camino comenzó con aquella definición del presidente López Obrador como “fuerza moral, no de contagio” para justificar que el Presidente violara las mismas recomendaciones que daba su gobierno, y se fue consolidando después con los cambios en la metodología utilizada para dar las cifras de la pandemia.
Cuando Javier Alatorre dijo aquello de que “no le crea a López-Gatell”, quizás lo articuló mal, pero no se refería a no hacer caso a las recomendaciones de sana distancia y confinamiento, sino precisamente a que las cifras no tenían lógica, incluso entre sí. Y desde entonces la confusión ha empeorado tanto que esta misma semana estamos, según las mismas fuentes oficiales, simultáneamente en el pico de los contagios y se ha aplanado la curva de los mismos, algo literalmente imposible de conciliar.
No soy ni pretendo ser epidemiólogo, pero no hay una sola fuente seria que no insista en que la única forma de tener un cierto control sobre la pandemia, sobre todo ahora que viene una fase de relativo desconfinamiento en muchos países (incluyendo México, ante la reapertura de cadenas productivas en Estados Unidos), es realizar la mayor cantidad de pruebas posibles, para saber dónde están los posibles focos de infección y poder aislarlos. Pero el número de pruebas que ha hecho México es ridículo, el más bajo, con mucho, de todos los países de la OCDE, por eso no sabemos cómo evoluciona la enfermedad ni qué seguridades podemos tener en el proceso de reapertura.
No todo lo que ha hecho el gobierno federal en el tema de la pandemia ha estado mal. Hay medidas que pueden ser controvertidas pero que fueron realistas, como no imponer un confinamiento obligatorio cuando no existen condiciones mínimas de vivienda para la mayoría de la población en condiciones de cumplirlo. Pero la preparación para la pandemia fue pésima. No sólo se desecharon las pruebas masivas sino que hoy en pleno pico de los contagios, muchos hospitales y médicos siguen clamando por equipos de protección y se siguen esperando respiradores que llegaran hasta dentro de algunas semanas. Un ejemplo claro de eso es que muchos hospitales comenzaron a atender coronavirus sin estar reconfigurados para ello, por eso el alto número de trabajadores sanitarios contagiados.
Que la semana pasada el propio Presidente la emprendiera contra los médicos privados que piensan en su ganancias y no en la salud, etc, etc, es lamentable. Son los mismos médicos privados que hace algunos años le salvaron la vida en un hospital privado. Son los que hoy se juegan la vida atendiendo los enfermos de COVID.
Ante la malversación de las cifras y datos, ante las supuestas conjuras y conspiraciones, no hay mejor arma que la realidad.
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Cuentas del Covid
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento
en REFORMA
11 May. 2020
"Si no lo puedes medir,
no puedes mejorarlo”. Atribuido a Lord Kelvin
 Este 9 de mayo México registraba 33,460 contagios de Covid-19 y 3,353 muertes (SSA), 10.0 por ciento exactamente. Suecia, con 25,921 contagios, contabilizaba 3,220 muertes o 12.4 por ciento (Universidad Johns Hopkins). Dado que México es un país 12 veces más poblado, sin embargo, las muertes por población eran muy distintas. Suecia tenía 31.62 por cada 100 mil habitantes, México solo 2.66.
¿Cómo se explica? Una posibilidad es que Suecia haya avanzado más en la pandemia. El país nórdico registró su primer caso el 31 de enero y la primera muerte el 11 de marzo, México tuvo su primer caso el 27 de febrero y la primera muerte el 18 de marzo. Otras posibles explicaciones son la juventud de los mexicanos, el clima más cálido de nuestro país o el mayor porcentaje de población rural y aislada. Aun así, las dudas son inevitables cuando la tasa de mortalidad por contagio en México es tan cercana a la de Suecia, pero tan lejana frente a la población total.
La incredulidad aumenta cuando vemos que México registraba el 9 de mayo 21,804 casos de recuperación contra solo 4,971 de Suecia (Worldometer). ¿Es tan superior nuestro sistema de salud que hemos logrado cuatro veces el número de recuperaciones que Suecia con un número de contagios bastante similar?
El gobierno mexicano reportaba el 9 de mayo la aplicación de 128,481 pruebas; Suecia, 148,500, pero con una población 12 veces menor, lo que significa 14,404 pruebas por cada millón de habitantes en Suecia contra 959 de México (Worldometer). Ahí parece radicar la diferencia.
El New York Times, el Wall Street Journal, el Washington Post y El País publicaron la semana pasada notas en las que aseguraban que México está subregistrando contagios y muertes. El gobierno mexicano, como suele hacer, respondió sugiriendo que estos periódicos internacionales estaban participando en un complot contra nuestro país. El subsecretario de Salud Hugo López-Gatell señaló, sospechosista, que las notas habían aparecido de manera "sincrónica" y que habían sido reproducidas "por varios protagonistas de las redes sociales, individuos ligados a administraciones anteriores y a los negocios de la industria farmacéutica y de los insumos de la industria de la salud, así como a unos cuantos con aspiraciones políticas".
Supongo que así se arreglan todos los problemas en la Cuarta Transformación, con acusaciones de complots, pero las cifras oficiales siguen dejando dudas. Mientras que Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud, señala que los países deben hacer "pruebas, pruebas, pruebas", el doctor López-Gatell sostiene que estas no son necesarias: "No se necesita el número de casos. Lo que se necesita es entender los datos, entender cómo es la mecánica de una epidemia para tomar las decisiones más adecuadas... Hay varias personas que dicen que estamos a ciegas, no tenemos información. Está a ciegas el que quiere ir a ciegas. Nosotros tenemos la información adecuada para tomar decisiones".
Por lo pronto, tenemos una cifra de solo 8,048 casos activos, pero un número altísimo de más de 20 mil recuperados. Contabilizamos 26 muertos por millón de población, menos que los 91 de Dinamarca o los 90 de Alemania. Quizá estábamos mejor "preparados para enfrentar el momento más difícil", como ha declarado el presidente López Obrador. La otra posibilidad es que estamos llevando mal las cuentas.
· PUEBLA Y TABASCO
Miguel Barbosa de Puebla pasó de "los pobres somos inmunes" al "estaremos colapsados en 20 días". Tabasco se declaró libre del coronavirus el 16 de marzo, pero el gobernador Adán Augusto López estaba ya contagiado. Barbosa impone el Hoy No Circula para aumentar la aglomeración en el transporte público, López cierra los supermercados para dejar sin alimentos a los tabasqueños.
@SergioSarmiento
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A ciegasDenise Dresser
en REFORMA, 11 May. 2020
Como un avión volando en la oscuridad, sin ruta, sin luces, sin coordenadas, sin instrucciones, sin saber dónde aterrizar ni cómo hacerlo. Así parece la estrategia mexicana de combate al coronavirus. Así lo consignó la prensa internacional en días recientes. Al margen de la calidad desigual de las notas publicadas en El País, The Wall Street Journal y The New York Times, todas apuntan en la misma dirección: la falta de datos confiables y verificables; la ausencia de pruebas y resultados; el subregistro de infecciones y defunciones. En todos los países hay cifras negras, modelos matemáticos controvertidos, muertes que es difícil analizar y contabilizar, y el nuestro no es distinto. Pero aquí esos problemas se agravan porque se tomó la decisión temprana de no testear, no rastrear y no aislar como se hace en lugares donde sí se está aplanando la curva. Aquí permanece una apuesta que cree posible enfrentar la crisis del coronavirus de manera excepcional, a la mexicana.
Es una apuesta que se hace con información incompleta, limitada, inaccesible. Por los retos de recopilación y transmisión de datos vía un sistema de salud corvado por la corrupción y debilitado por el descuido. Por los múltiples motivos que explica López-Gatell todas las noches, y subraya con razón. Pero hay errores evadidos y endebleces esquivadas. Tienen que ver con la ausencia de pruebas masivas y la renuencia a aplicarlas. Tienen que ver con la falta de mecanismos para detectar rápidamente a infectados y aislarlos. No sabemos dónde están, dónde estuvieron o cómo contener el contagio más allá de la sana distancia y el confinamiento parcial. Estamos actuando a ciegas, a tientas.
De ahí derivan los cuestionamientos, las dudas, la cobertura crítica, las sugerencias que la OMS le hace a México. Nadie está en busca de muertos o contagiados de Covid-19 para celebrar, sino para evitar que haya más. Nadie quiere que a México le vaya mal, sino que no le vaya peor. Hoy estamos mal parados en las tablas internacionales sobre número de pruebas realizadas, en las gráficas sobre el crecimiento de la curva de fallecimientos confirmados, en los análisis comparativos sobre estrategias exitosas ante el coronavirus. Apenas el 8 de mayo, la revista científica The Lancet ubica a México entre los países grandes -incluyendo Estados Unidos, India y Brasil- donde no ha habido una reducción significativa o hay un aumento de muertes.
Ante la incertidumbre generada por los datos que sí tenemos, resulta contraproducente hablar del aplanamiento de la curva o afirmar que "ya se domó" al coronavirus, como lo hacen López-Gatell y López Obrador. Con esos mensajes minimizadores, producimos mexicanos que no se quedan en casa, que no creen en la seriedad de la epidemia, que presionan para acabar con las medidas de contención. No se puede afirmar lo que no se puede medir. Tantos infectados -muchos de ellos asintomáticos-caminando por las calles y todavía están ahí debido a la falta de pruebas. Debido a la reticencia a calibrar con mayor precisión qué está pasando con la pandemia para combatirla mejor. Y no vale el argumento de cuán caro es comprar o manufacturar pruebas, cuando se insiste en destinar recursos multimillonarios a Pemex, a Dos Bocas, a los ventiladores vendidos a sobreprecio por el hijo de Manuel Bartlett.
Si se aspira a reabrir la economía rápidamente como lo quieren tanto AMLO y Trump, hay que entender al virus y escudriñarlo, colocarlo bajo el microscopio y mirarlo, saber de dónde viene y a dónde va. Urge conocerlo, averiguarlo. Urgen las 3 I's que recomienda la comunidad científica mundial: "Information, Identification, Isolation". Llegó el momento de desplegar pruebas al resto de la población, como se comienza a hacer con los trabajadores de Pemex. Llegó la hora de rastrear con quién estuvieron los infectados y aislarlos. Y habrá que impulsar estos tres pasos de inmediato, como parte de un plan coordinado, porque tenemos derecho a las mejores prácticas sanitarias usadas nivel internacional.
El gobierno de la transformación debe comprometerse a poner los intereses de la ciudadanía antes que los suyos. Antes que la popularidad personal, antes que los imperativos electorales, antes que la reapertura económica improvisada y a expensas de la salud. Un Presidente que no pueda corregir no merece nuestra confianza, y mucho menos cuando gobierna a ciegas.
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La erosión de la autoridad/Jesús Silva-Herzog Márquez
en REFORMA 11 May. 2020
La crisis sanitaria lanzó al ruedo a un personaje que habló, durante un buen tiempo, con autoridad. Se presentó como la voz de la Ciencia instruyendo al Poder. Era un médico con buena preparación académica, un especialista entrenado en emergencias. Profesoral y paciente explicó, con notable elocuencia, los rasgos de la amenaza y los cuidados que habría que procurar. En un tiempo y bajo un régimen que aborrecen la arrogancia tecnocrática, representó una curiosa reaparición del experto. Ante la amenaza, el gobierno recurrió al expediente condenado. Los "científicos" al frente de la estrategia. Aparecía otra carta de legitimidad política: el conocimiento técnico, ése que, por definición, es inaccesible a millones, habría de ser la fuente de la razón pública.
El epicentro del conflicto político se ha desplazado, por ello, a la actuación del subsecretario de Salud. Ante la emergencia, es él quien da la cara y traza rumbo. El Presidente parece haberse retirado como pontífice de trivialidades y antagonismos. Y en la misma crisis, aprovecha cualquier oportunidad para lanzarse contra el diario Reforma, los neoliberales y esos miserables mercaderes que son los médicos. Eso. Ahora. En el momento en que arriesgan su vida por curar a los enfermos, el Presidente ataca con el activismo de su desprecio. Los médicos mexicanos no solamente son enviados sin provisiones a la guerra. Enfrentan también la hostilidad de sus vecinos y la agresión de su propio Presidente. ¿No debería llamar a reflexión la catarata de cartas, desplegados y comunicaciones que han hecho colegios y asociaciones médicas protestando por el insulto presidencial? Se ponen de acuerdo para exigir a la mitad de la peor crisis sanitaria de nuestra historia una disculpa pública del presidente de México.
Quisiera regresar a la figura del subsecretario que es, sin duda, el personaje del momento. Puede decirse que no es ya, lamentablemente, el vértice de la confianza. La polarización mexicana libra su combate más reciente alrededor de la figura del epidemiólogo. No es necesario adscribirse a ninguno de los extremos para tomar nota de esa mezcla de devoción y descrédito que despierta su actuación. Por un lado, se cuestionan con vehemencia sus datos y su estrategia. Por el otro, se defiende fogosamente su competencia técnica y su rectitud profesional. La desmesura de la polémica exhibe el delirio de nuestra conversación imposible. Unos le rezan, otros lo comparan con el científico de Hitler. ¿Por qué nos empeñamos en pervertir la discusión de esta manera?
No es la imagen pública del subsecretario López-Gatell lo que me inquieta. Lo que me parece revelador es la manera en que se ha desfondado su autoridad. Un funcionario con tanto poder no podía mantenerse en las nubes de un saber incuestionable. Quizá era inevitable en nuestro contexto: la técnica ha encallado en la política. Fue breve (o tal vez ilusorio) el paréntesis de la tecnocracia sanitaria. Un régimen que buscaba re-politizar el mundo, un proyecto político que aspiraba a recuperar para la gente común el poder de quienes lo habían secuestrado con el argumento del saber, terminó politizando al experto. Será seguramente la regla del orbe populista: todo se subordina al imperio de la parcialidad. Este es nuestro experto. Estos son nuestros datos. Esta es nuestra ciencia.
Al subsecretario corresponde responsabilidad por la fractura de su ascendiente profesional. Las dudas que genera su ábaco no son parte de una conspiración, sino expresión de una inquietud legítima que es cada vez más extendida. Expertos en varios campos han razonado sus reservas ante la contabilidad oficial; los medios más importantes del mundo lo han documentado en distintos reportajes.
A decir verdad, las respuestas del subsecretario ensanchan la desconfianza. Lejos de responder a la crítica, recurre a la fantasía conspiratoria y a la descalificación de quien cuestiona. Causa desconfianza también el uso de su manto. Presenta la ciencia como si fuera un conocimiento fijo e incuestionable; desoye los cuestionamientos de quienes deberían ser considerados como sus pares; hace un uso selectivo y tramposo de las investigaciones científicas disponibles; se envuelve en la protección de Conacyt, institución que se ha convertido explícita y orgullosamente en capilla ideológica del régimen. Si el Presidente nos pide fe, es porque quiere que, como él, cerremos los ojos.
http://www.reforma.com/blogs/silvaherzog/






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