Alito dice que no se va, a pesar de la fuerte presión de sus correligionarios.
Después de 5 horas, ex presidentes del PRI pidieron ayer a Alejandro Moreno "Alito" su renuncia a la dirigencia nacional para evitar un desastre mayor tras la derrota electoral del pasado 5 de junio.
Empero, Moreno les dijo que no dejará el cargo hasta el 19 de agosto de 2023 y, presionado por los cuestionamientos, prometió que ya no buscará la candidatura a la Presidencia de la República.
Alito presumió "El PRI avanza unido hacia los siguientes retos”,“¡Unidos nada nos detiene! Gracias a las y los 32 presidentes del PRI en cada entidad, su trabajo permanente fortalece al partido”, escribió.
Mmm.
"La reunión fue tensa. Al final del encuentro, el campechano les pidió a sus antecesores tomarse una foto y emitir un comunicado conjunto, pero rotundamente le negaron el gesto.", dice la nota de Reforma de Claudia Salazar y Martha Martínez.
Rubén Moreira y José Antonio González Fernández trataron de salir al quite y pidieron darle oportunidad a Moreno para emprender un proceso de reflexión política con la militancia.
Dice Salvador Garcia Soto en El Universal que la mayoría de ex dirigentes le pidieron que analizara “la pertinencia de renunciar junto con su Comité Ejecutivo Nacional para dar paso a una dirigencia de transición y a una renovación que intente frenar la crisis y el desfondamiento electoral del viejo partido".
Pero la respuesta de “Alito” fue un “No” rotundo, argumentando que “la militancia no quiere eso” y dijo tener el apoyo de los comités directivos estatales y de los dirigentes de los sectores priistas. Les aseguró que él fue electo “por 2 millones de militantes” (cuando en 2019 reportó que fueron 1.4 millones de priistas los que votaron por él) y que terminará el periodo para el que fue electo el 19 de agosto de 2023, junto con su secretaria General, Carolina Viggiano, quien también estuvo presente.
Madrazo le comentó a Pancho Garfias que lo que Alito dijo en la rueda de prensa, la de que habrá cambios “incluyentes” en el CEN y en el Consejo Político Nacional.
Pero no fue asi, Alito aunque no se va de momento tiene los días contados y será antes del l 19 de agosto de 2023. Al tiempo.
Además, van por él.
Alito es investigado por enriquecimiento ilícito, fraude fiscal, lavado de dinero, abuso de autoridad, peculado y por uso indebido de atribuciones y facultades.
El Fiscal estatal, Renato Sales Heredia, dijo que como parte de la indagatoria, buscan delimitar las propiedades que se encuentran a su nombre : "Hay algunas que están a su nombre en el Registro Público de la Propiedad, y otros más están a nombre de familiares, conocidos, amigos, de su hermano.
Alito es señalado por adquirir entre 2012 y 2015, cuando fue diputado federal, al menos 13 terrenos en Lomas del Castillo, sin declararlos a su nombre y bajo presuntas irregularidades.
Asimismo, la Gobernadora Layda Sansores mostró en su programa semanal una serie de audios en los que el priista triangulaba la compra de más metros cuadrados, así como otros ilícitos.
Algunas columnas sobre el tema...
Estrictamente Personal
Apesta ‘Alito’/Raymundo Riva Palacio
El Financiero, junio 15, 2022 |
La dirigencia nacional del PRI apesta. Por incapaces y cínicos. De ahí la protesta desde distintos sectores del partido contra Alejandro Moreno, el líder nacional. Moreno recibió ayer a 11 exdirigentes con ningún otro objetivo práctico que ganar tiempo. El dirigente priista desprecia a sus antecesores, y la única sorpresa que tuvo con la carta que le dirigieron el sábado pasado para pedirle la reunión fue que no se dio al día siguiente de las elecciones en seis estados. Los expresidentes priistas buscan evitar que el partido se extinga en sus manos. Alito, como se autollama Moreno, se aferra al control del PRI para disponer del dinero de las prerrogativas y mantener la capacidad de jugar electoralmente a Dios, al ser quien decide candidaturas a puestos de elección popular.
Desde la víspera quedaron claras las posiciones. Quien disparó primero fue Rubén Moreira, coordinador de los diputados priistas, exgobernador de Coahuila y líder de facto en el PRI. En una entrevista con Marta Anaya en El Heraldo de México, respondió a los expresidentes del partido: “También yo tengo mi crítica hacia ellos. Primero, algunos de ellos nos heredaron lo que hoy tiene el partido, es decir, falta de estructura, falta de dirigencias seccionales y municipales. El padrón que recibió esta dirigencia era un padrón inflado, falso, sin expedientes”.
Moreira debe saber de lo que habla. Fue secretario general del PRI en 2019 durante un breve lapso, a cuyo cargo renunció sin dar ninguna explicación. Pero antes ocupó los cargos 3 y 4 en jerarquía dentro del partido, la Secretaría de Organización, cuya función es “realizar los diagnósticos y formular los programas estratégicos tendientes a fortalecer la presencia política de organización y convocatoria del partido”, y previamente la Secretaría de Acción Electoral, que entre sus responsabilidades se encuentra precisamente de lo que se queja, el empadronamiento y la actualización de datos del padrón de la militancia.
En la entrevista con Anaya, acusó: “Segundo, ellos (los exlíderes del PRI) no se opusieron a ciertas políticas que lastimaron al partido. Nosotros éramos un partido nacionalista. Empezamos a cambiar. Nos alejamos de nuestros simpatizantes y no hicimos pedagogía para explicarles el nuevo rumbo del partido”. No puede desasociarse de ese proyecto tecnocrático de los gobiernos priistas del último cuarto de siglo. Nunca habló en contra del proyecto, ni lo cuestionó.
Al contrario, por una parte lo avaló, como cuando guardó silencio durante su periodo como gobernador de Coahuila (2011-2017), cuando se hicieron todas las reformas del presidente Enrique Peña Nieto, y elogió melosamente las de educación, telecomunicaciones, energética y el Pacto por México, que equiparó en su momento con ¡el Plan de Guadalupe!, firmado en 1913, donde decenas de líderes también querían profundizar la Revolución para lograr cambios políticos, económicos y sociales, enfocados en el restablecimiento del orden constitucional.
La respuesta vino de la expresidenta del PRI, Claudia Ruiz Massieu, y del coordinador de la bancada en el Senado, antiguo protector de Alito, Miguel Ángel Osorio Chong, al deslindarse de la moratoria constitucional que anunció Moreno junto con los líderes de los partidos en la alianza Va por México la semana pasada. La moratoria fue anunciada sin consultar con nadie, salvo su claque, lo que no debió haber sorprendido a los priistas por la experiencia de traiciones que arrastra Moreno. El año pasado había estado dispuesto a respaldar todas las iniciativas del presidente Andrés Manuel López Obrador a cambio de que quedara en manos de su sobrino la gubernatura de Campeche. Este año volvió a ofrecer respaldo a la reforma energética si le daba la gubernatura de Hidalgo a Carolina Viggiano, esposa de Moreira y secretaria general del PRI, que se presentó como candidata panista de la alianza.
Su coqueteo con Palacio Nacional no funcionó, pero quería congraciarse con López Obrador, abriendo la posibilidad de un apoyo a la reforma eléctrica, pero se topó con una treintena de diputados priistas que estaban opuestos a ella, por lo que Moreno no podría entregar los 56 votos que se necesitaban para que se aprobara. Pero en lugar de justificar con un discurso político, como sugirió uno de sus mentores, rompió lanzas con el Presidente, y el gobierno respondió difundiendo audios de conversaciones privadas, exhibiéndolo como un patán.
Los audios, pese a ser producto del espionaje del Centro Nacional de Inteligencia, galvanizaron la inconformidad contra Moreno, dentro del PRI y en la alianza opositora. En diciembre pasado, en este mismo espacio se planteó que, para que la oposición estuviera en condiciones de competencia contra Morena en 2024, “tenía que matar al PRI”. Con el liderazgo de Moreno había perdido autoridad moral, y era carente de inteligencia estratégica y creatividad para persuadir al electorado. Los resultados de las recientes elecciones en seis estados así lo demostraron.
El fondo del argumento era que el descrédito del PRI iba en crecimiento. En febrero de 2018, 48 por ciento del electorado decía que no votaría jamás por el PRI, según un estudio de Reforma, y para diciembre había subido a 66 por ciento. Una encuesta de Buendía&Márquez señaló que el PRI sólo superaba al PRD en opiniones positivas, aunque por debajo de 30 por ciento, pero que en opiniones negativas no había nadie que lo superara. Casi 50 por ciento piensa mal del PRI, que es un dato correlacionado con el “nunca votaría” por ese partido. Lo que estos datos sugerían, se apuntó, es que en la ecuación para las elecciones presidenciales de 2024, el PRI era una rémora para la oposición, más que un activo.
En estos últimos meses se ha ido amartillando esa argumentación. Quizá lo que había que matizar es que, con 18 por ciento de preferencia electoral en las últimas encuestas, la oposición no necesariamente tendría que tirar al PRI a la basura, sino que bastaría, como ejercicio previo, arrojar a Moreno. El PRI de Alito apesta a muerto y Moreno es un muerto que no sabe que ya murió. Si el PRI no para esa gangrena, la oposición tendrá que hacerlo porque la está contaminando.
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La pertinencia de la renuncia y la impertinencia de Alito/Salvador García Soto
El Universal, 15/06/2022
Fue un reclamo casi unánime: de los exdirigentes nacionales que lo visitaron ayer para una encerrona de 5 horas en la sede nacional del PRI, la mayoría le pidió a Alejandro Moreno Cárdenas que analizara “la pertinencia de renunciar junto con su Comité Ejecutivo Nacional para dar paso a una dirigencia de transición y a una renovación que intente frenar la crisis y el desfondamiento electoral del viejo partido". Le dijeron que a las pérdidas electorales, se suma el desgaste de su imagen por la exhibición de una conversación privada con el senador Manuel Velasco y las acusaciones y señalamientos en su contra.
Pero la respuesta de “Alito” fue un “No” rotundo, argumentando que “la militancia no quiere eso” y dijo tener el apoyo de los comités directivos estatales y de los dirigentes de los sectores priistas. Les aseguró que él fue electo “por 2 millones de militantes” (cuando en 2019 reportó que fueron 1.4 millones de priistas los que votaron por él) y que terminará el periodo para el que fue electo el 19 de agosto de 2023, junto con su secretaria General, Carolina Viggiano, quien también estuvo presente.
De acuerdo con fuentes directas del CEN priista, cuando los expresidentes le cuestionaron sobre sus destapes como aspirante presidencial y la manera en que eso puede afectar a un partido que ya está en crisis, Moreno Cárdenas les prometió que no buscará ser candidato a la Presidencia por el PRI y que sólo desea quedarse en la Cámara de Diputados hasta que termine su cargo de legislador en el 2024.
Sólo dos de los exlíderes tricolores salieron en defensa de Alito: Jorge de la Vega Domínguez y Augusto Gómez Villanueva. El resto de los que acudieron al encuentro privado en el Salón “Presidentes”, Beatriz Paredes Rangel, Dulce María Sauri, Manlio Fabio Beltrones, Roberto Madrazo Pintado, Claudia Ruiz Massieu, César Camacho Quiroz, Pedro Joaquín Coldwell, Humberto Moreira y Miguel Ángel Osorio Chong, este último como coordinador del PRI en el Senado, le enumeraron razones de por qué una renovación de dirigencia y un vuelco a la estrategia podría ayudar a detener el derrumbe político que vive el partido tricolor.
Hablaron uno a uno los expresidentes y varios de ellos le pidieron a “Alito” analizar los resultados de su gestión: la pérdida de 9 gubernaturas en lo que va de su presidencia y que de 21 elecciones para gobernador en las que el PRI ha competido bajo su conducción (15 en 2021 y 6 en 2022), ha perdido 20 y sólo ha ganado 1, la de Durango ganada en alianza con el PAN y el PRD el 5 de junio pasado. En términos beisbolísticos, esa sería una cuenta que no resistiría ningún pitcher o manager: 20 perdidos y solo 1 ganado.
En su defensa, el líder priista habló del “uso del aparato federal” por parte de Morena, del entreguismo de algunos gobernadores que rindieron sus estados ante el presidente López Obrador y reconoció frente a los exdirigentes que “no he sido incluyente” mientras hacía una convocatoria a la unidad de su partido. Sólo dos de los ex presidentes, Augusto Villanueva y Jorge de la Vega Domínguez, se expresaron a favor de su permanencia al frente del CEN priista.
Cuando concluyó la reunión, tras cinco horas de reclamos, explicaciones y promesas, Alejandro Moreno les pidió a sus visitantes que se reunieran para la “foto oficial”, pero la mayoría dijo que no, porque se trataba de una reunión para analizar la crisis del partido, no para tomarse fotografías. Los exdirigentes le pidieron que se programara una nueva reunión “en un tiempo razonable para que usted reflexione sobre lo que le hemos expuesto y nos dé una respuesta más pensada”.
En cuanto despidió a los expresidentes priistas, Alito convocó a una conferencia de prensa que ya había anticipado desde un día antes y ante los periodistas que acudieron a seguir el encuentro desde la sala de prensa, aseguró que en el largo encuentro “no hubo ningún reclamo, lo que hubo fueron planteamientos, reflexiones, comentarios, una reunión rica, vasta en propuesta, en análisis (porque) el PRI hace la autocrítica no la autoflagelación”.
La realidad es que, aunque la mayoría propuso su renuncia, Moreno Cárdenas no sólo no piensa renunciar, sino que sabe que tiene el control total de la estructura priista, del Consejo Político Nacional que domina en un 80%, de los sectores y organizaciones priistas y hasta de la fracción de diputados, no así del Senado. Todo el control y poder que le dio la reforma estatutaria con la que él mismo se blindó y se otorgó todas las facultades para nombrar candidatos, quitar y poner dirigentes y hacer y deshacer en el partido.
A diferencia de Roberto Madrazo, quien estuvo hoy entre los exdirigentes que fueron al CEN priista, y quién aprovechó su cargo como dirigente nacional para impulsar su candidatura a la Presidencia en 2012, terminando en el tercer lugar de aquella elección, hoy Alejandro Moreno tiene un control más férreo del partido, de la estructura, y ya sólo tiene que lidiar con tres gobernadores que le quedan al PRI. Así que va a ser más difícil que a Alito lo tumben las investigaciones y expedientes alentados desde la 4T con la golpeadora Layda Sansores, a que lo puedan tirar los priistas en una revuelta interna que, además, sería letal para el otrora poderoso partido, hoy casi rémora del PAN.
NOTAS INDISCRETAS…
Ayer, en la sede de la cancillería, hubo un encuentro privado entre el canciller Marcelo Ebrard y el senador Ricardo Monreal. Aunque oficialmente los dos dijeron haber hablado de “las embajadas pendientes y de temas de política exterior como la reciente Cumbre de las Américas”, la reunión se da justo después de que a Monreal lo excluyeron del “Desayuno de las Corcholatas”, también llamado “De la Unidad” que tuvo lugar en un restaurante de Toluca y al que asistieron Mario Delgado, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard. En ese desayuno, según afirma Monreal, se definieron los tiempos y la forma en que se van a realizar las dos encuestas para elegir al candidato presidencial de Morena en el 2023, todo explicado extrañamente por el secretario de Gobernación, Adán Augusto, quien fue a ese encuentro en calidad de transmisor de las indicaciones del presidente, pero también como uno de los tres aspirantes. El desayuno tuvo lugar de 9 a 11 de la mañana y de ahí se fueron juntas, las tres corcholatas y el dirigente de Morena al mitin anticipado de campaña en la plaza central de Toluca, ya habiendo conocido el mensaje que les mandó López Obrador a través de su paisano y en el que les pedía que todos se disciplinaran y se sumarán a “la unidad” del partido gobernante. Monreal afirma que a él nunca lo invitaron al desayuno y sólo le dijeron que sí quería ir al mitin iba a sentarse en las filas de asientos, a un lado de doña Olga Sánchez Cordero, que no podía subir al templete y por supuesto tampoco hablar en el evento. Es decir, en términos llanos y claros le dijeron al zacatecano: “Tú no eres corcholata y no te quiere el presidente”. Por eso llama la atención la reunión de ayer con Marcelo, quien mantiene comunicación y entendimientos con el líder del Senado; ambos hicieron hace algunos meses un “pacto” en el que acordaron apoyarse mutuamente y exigir juntos “suelo parejo y no favoritismos en la elección interna”. Hoy está claro que Ebrard está entre los aspirantes oficiales, dictados desde Palacio Nacional, y que Monreal está totalmente proscrito. “¿Hasta dónde va a llegar Ricardo Monreal en Morena antes estos desaire y evidentes mensajes de que no lo quieren en la sucesión?”, le preguntamos ayer en entrevista para el noticiero “A la Una con Salvador García Soto” del Heraldo Radio. “El límite es mi dignidad. Voy a dar la lucha interna por la democratización, pero no voy a permitir que atropellen mi dignidad ni mi trayectoria”. “¿Y si no se puede en Morena y pierde esa batalla?”, le insistimos: “Entonces ya veremos qué otras opciones tenemos. Si me cierran la puerta, abriremos otras porque yo no desistiré, ni declinaré y quiero encabezar el gobierno de la reconciliación, no del odio ni la confrontación”, respondió el senador zacatecano. ¿Es decir que ya tiene una ruta de salida rumbo al 2024?... Ayer, en Tamaulipas, se sintió el último coletazo del gobierno panista de Cabeza de Vaca: la fracción del PAN, con sus 15 diputados, apoyada por 3 diputados del PRI y una diputada sin partido, convocó a una sesión en zoom para reformar la Ley de Administración Interna del Congreso. A la bancada de Morena no la convocaron y con la mayoría del PAN y PRI aprobaron modificar la ley para que, solamente con una mayoría calificada de 2 terceras partes del Congreso, se pueda nombrar a un nuevo presidente de la Junta de Coordinación Política, órgano de gobierno del Congreso. Con ese cambio el PAN mantendría la presidencia de la Jucopo y la mayoría de Morena no podría cambiarlo porque no tiene esa mayoría calificada, de hecho ningún partido la tiene. Así que, al gobernador electo, Américo Villarreal, le espera un Congreso algo hostil en el que no le bastará la mayoría simple de los morenistas… Los dados mandan Serpiente doble. Caída libre.
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“Está amarrado a la silla”/Francisco Garfias
Excelsior
“No me voy”, es lo que, en síntesis, respondió Alito Moreno a los expresidentes del PRI que le plantearon su separación del CEN como parte de la solución a la delicada situación por la que atraviesa el otrora partidazo.
“Está amarrado a la silla”, nos dijo uno de sus predecesores en el cargo, quien pidió no citarlo. Precisó, sin embargo, que Moreno ya está apercibido de la inconformidad general con su actuación.
En el encuentro, de cinco horas, Alito sustentó su postura en los estatutos. Fue electo por cuatro años. Se cumplen en agosto de 2023. Está en lo correcto en términos de legalidad, pero no de legitimidad.
Moreno no sólo registra los peores resultados electorales que haya tenido el tricolor en su historia, sino que enfrenta pleitos judiciales que no favorecen la imagen del tricolor.
Agentes ministeriales, encabezados por el fiscal de Campeche, Renato Sales, inspeccionaron ayer la casa del priista en la capital del estado.
No fue un cateo, como se especuló inicialmente, pero —según versión de Alito— el fiscal personalmente se dedicó a sacarle fotos a su casa.
El dirigente del PRI es ejemplo de lo que le puede pasar a un político de oposición que se atreve a desafiar la línea de Palacio. No es el único que votó en contra de la reforma eléctrica, pero sí el más vulnerable.
La Fiscalía de Campeche le abrió una carpeta de investigación por enriquecimiento ilícito, defraudación y lavado de dinero. Los audios —difundidos ilegalmente por la gobernadora Layda Sansores— lo exhiben como transa. No tienen valor en ningún tribunal, pero el daño a la imagen de Alejandro —y al PRI— está hecho.
* Después del cónclave, celebrado en la sede del CEN del PRI, buscamos a Roberto Madrazo. Nos dijo:
“La reunión fue abierta, franca y sin confrontación. Se pudieron tocar todos los temas, incluyendo la salida de Alejandro. Se analizó a fondo la situación electoral del partido, su participación en la alianza. Se habló también de la desconfianza en la dirigencia”.
Madrazo confirmó lo que Alito dijo en la rueda de prensa que siguió a la reunión. Se vienen cambios “incluyentes” en el CEN y en el Consejo Político Nacional. “Continuará el diálogo sobre temas que no tuvieron respuesta hoy”, nos dijo.
Otro expresidente, César Camacho, en entrevista con Radio Fórmula, reconoció que la actual dirigencia está cuestionada.
“Tiene una crisis de confianza al interior del partido y eso se ha reflejado como un problema de credibilidad”, puntualizó.
Luego del cónclave con los expresidentes, Moreno se reunió con integrantes de los sectores del PRI y presidentes de comités estatales.
Eran suyos de antemano. Lo arroparon con aplausos y gritos de “¡Alito! ¡Alito!”, luego que declarara que el gobierno de López Obrador quiere al frente del partido un dirigente a modo. Al cónclave asistieron también Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes, Dulce María Sauri, Claudia Ruiz Massieu, Humberto Roque, Carolina Monroy y Jorge de la Vega Domínguez. Miguel Osorio lo hizo como coordinador de los senadores.
* Mientras esperábamos el desenlace del cónclave, hicimos una llamada que teníamos acordada con Jaime Rodríguez, exgobernador de Nuevo León. Está hospitalizado en su tierra. Sale en tres días, pero sólo para regresar a una tercera cirugía en alrededor de seis semanas. Le cortaron parte del intestino y el colon por unos tumores que le encontraron.
Ya no regresará a la cárcel. El juez le cambió la medida cautelar. Enfrentará su proceso en casa. Lo acusan por las broncofirmas y de abuso de autoridad por la requisa de la Ecovía.
La voz aún débil nos dijo: “Nunca debí haber estado en prisión. Los delitos de los que se me acusa no ameritan prisión preventiva oficiosa. Pero, además, soy inocente. Los primeros días estuve sin juez, sin tener a quién acudir para solicitar el cambio de la medida cautelar”.
No se considera un preso político del gobernador Samuel García, pero sí víctima de un proceso injusto. “No se me permitió tener una defensa adecuada”, insistió.
—¿Cuál fue su reacción cuando escuchó decir al gobernador “el que la hace la paga”, en referencia a su persona?
—No me dejo llevar por esas cosas. Estoy concentrado en mi proceso, pero principalmente en el tema de mi salud. Ya cuando se demuestren las cosas y los procesos sean positivos —es lo que espero— mucha gente podrá cuestionar. Yo estoy concentrado en poder probar mi inocencia, respondió.
El gran trabajo de los abogados, la perseverancia de su esposa, Adelina Dávalos, y los esfuerzos del gran Juve Sánchez, su hombre de prensa, coronaron con el cambio de medida cautelar a El Bronco.
* Bastaba con observar el rostro desencajado de Ernesto Nemer en el tuit que subió el gobernador Alfredo Del Mazo para anunciar su salida de la Secretaría de Gobierno del Edomex.
El exfuncionario no se va para hacer precampaña como aspirante a la gubernatura, como en su equipo pretenden hacer creer, sino que se distrajo de su encargo para hacer promoción personal hacia la gubernatura y eso no le gustó a Del Mazo.
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