Diez días en alerta máxima: cómo EE.UU. y sus aliados salieron en defensa de Israel
Estados Unidos, el Reino Unido y Francia lideraron una coalición que incluyó aviones F-35, dos destructores norteamericanos en el Mediterráneo, misiles Patriot y el sistema de misiles de defensa israelí; se interceptó el 99% de los proyectiles iraníes
LA NACION, 14 de abril de 2024
Rafael Mathus Ruiz CORRESPONSAL EN EE.UU.
WASHINGTON.- Los preparativos para la defensa sin precedentes de Israel del primer ataque lanzado desde la República Islámica de Irán comenzaron hace diez días, cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ante los inocultables indicios de que Irán lanzaría una ofensiva a gran escala, dio la orden de “defender a Israel en la mayor medida posible”, indicó un alto funcionario de la administración norteamericana. Era la primera vez que un presidente norteamericano daba esa orden.
Desde ese momento, hasta el ataque el sábado por la noche, que incluyó más de 300 drones y misiles balísticos lanzados por Irán y sus proxies en la región hacia Israel, Biden y su equipo de seguridad nacional desplegaron un esfuerzo inédito para blindar a Israel que incluyó acciones con el Reino Unido y Francia, y consultas con otros socios occidentales y árabes en la región y otros jugadores como Turquía, China, India, Irak, y también con Irán a través de Suiza. En alerta máxima, Biden fue actualizado sobre los preparativos día a día, y este sábado regresó a Washington antes de lo previsto de Rehoboth, un popular balneario en Delaware, donde tenía previsto pasar el fin de semana, para seguir las novedades minuto a minuto desde el Situation Room, la sala de crisis de la Casa Blanca, con todo su gabinete de seguridad nacional.
“En un momento sabíamos que había más de 100 misiles balísticos en el cielo, en un viaje muy corto a Israel, minutos, realmente, y los resultados de las defensas, por supuesto, no fueron claros hasta que todo estuvo dicho y hecho”, describió el alto funcionario en una llamada con periodistas, de la que participó LA NACION.
La coalición internacional liderada por Estados Unidos, el Reino Unido y Francia asistió a Israel en la defensa con un despliegue inédito de fuerzas occidentales, que incluyó dos destructores en el este del Mediterráneo, aviones F-35, la batería de municiones de la “Cúpula de Hierro” y el sistema de defensa de misiles israelí “Arrow”, y misiles Patriot norteamericanos. El resultado: el 99% de los proyectiles lanzados contra Israel fueron interceptados, según las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) y el gobierno norteamericano.
“Con el apoyo de varios socios, entre ellos el Reino Unido y Francia, Estados Unidos ayudó a Israel a derrotar espectacularmente este acto sin precedentes. A pesar de lanzar más de 300 municiones desde Irán y otros puntos de la región, Israel y sus socios de la coalición fueron capaces de derrotar el 99% de estas municiones”, dijo el funcionario de la administración norteamericana.
“Prácticamente no hay ningún daño a la infraestructura de Israel”, agregó.
Este domingo por la mañana, Biden se comunicó con los comandantes de los escuadrones 494°, una unidad basada en el Reino Unido, y 335°, de una base de la Fuera Aérea en Carolina del Norte, para felicitarlos por la labor.
“Estos dos escuadrones realizaron docenas de derribos aéreos anoche salvando vidas y reduciendo el riesgo de conflicto regional en el extranjero”, señaló el alto funcionario.
Un alto funcionario del Pentágono agregó en la llamada que el éxito de la defensa de Israel también fue el resultado de “años de inversión y de cooperación” destinados a desarrollar la tecnología de misiles defensivos de Israel, que además aporta flexibilidad para responder a los ataques en tiempo real.
Bajar tensiones
Luego de montar esa defensa sin precedentes, la Casa Blanca se abocó a desescalar el conflicto por todos los medios posibles para prevenir una guerra regional. Biden y los mandatarios del G7 hablaron en videoconferencia este domingo por la mañana, condenaron inequívocamente y en los términos más enérgicos el ataque, reafirmaron su compromiso con Israel y remarcaron que “debe evitarse” que el conflicto regional se salga de cauce. Biden también habló por teléfono con el rey de Jordania, Abdullah II, aliado de la Casa Blanca.
“Con sus acciones, Irán ha dado un paso más hacia la desestabilización de la región y corre el riesgo de provocar una escalada regional incontrolable. Esto debe evitarse. Continuaremos trabajando para estabilizar la situación y evitar una mayor escalada”, dijo el comunicado posterior de los líderes del G7.
Biden también le dijo al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en su llamada el sábado por la noche que su gobierno no respaldará una eventual represalia israelí al ataque iraní, que también fue una represalia por el ataque israelí al consulado de Irán en Damasco, Siria, que mató a oficiales de la Guardia Revolucionaria. Estados Unidos no participará en ninguna ofensiva contra Teherán, indicaron los funcionarios del gobierno norteamericano. Y este domingo, John Kirby, habitual vocero de la Casa Blanca para asuntos de política exterior, dejó en claro que el gobierno demócrata quiere prevenir una escalada mayor.
“El presidente ha sido claro: no queremos que esto escale. No buscamos una guerra más amplia con Irán”, dijo Kirby en una entrevista con la cadena MSNBC.
La atención quedó puesta ahora en Israel, y en la probable respuesta de Netanyahu al ataque iraní, que fue tan anticipado y telegrafiado que muchos analistas terminaron por bajarle el precio, y lo interpretaron como una maniobra política destinada a resetear el conflicto regional más que una ofensiva militar. Pero el gobierno de Biden fue tajante: el objetivo del ataque fue “provocar un daño significativo y muertes en Israel”, sus intenciones fueron claramente ser “altamente destructivo”, y en ningún momento hubo aviso alguno.
“No dieron una notificación o alguna idea de los objetivos”, dijo el alto funcionario norteamericano. “Claramente tenían la intención de destruir y causar muertes”, agregó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario