8 sept 2008

Gilberto, en la opinión de Rene Arce


Gracias, Gilberto/Rene Arce
La Crónica de hoy, 3 de septiembre de 2008;
México está de luto. Perdió a un gran hombre, un incansable luchador de los derechos humanos, un distinguido demócrata, un hombre de izquierda, pero sobre todo, un entrañable compañero y amigo: Gilberto Rincón Gallardo.
Gilberto deja un gran legado al país por su contribución al desarrollo democrático y por la incansable labor que realizó a favor de los derechos humanos, además de los derechos de las personas con discapacidad.
Nació en la ciudad de México, y desde joven demostró su interés por generar los cambios en el país. Tuvo una crítica constante hacia las instituciones autoritarias y clientelares, así como a cualquier actitud antidemocrática, pero su posición siempre tuvo una virtud: su congruencia al manifestar que los cambios se pueden lograr sin aplastar, desprestigiar o denigrar a aquellos que piensan distinto, porque es ahí, en el respeto a la diferencia, donde está la grandeza de la democracia.
En sus inicios apoyó la candidatura presidencial del ex líder panista Luis H. Álvarez, así como también participó en la fundación del Movimiento de Liberación Nacional, encabezado por el ex presidente Lázaro Cárdenas. Más tarde se unió a las luchas que encabezaron Valentín Campa, Demetrio Vallejo y Heberto Castillo.
Su formación en la izquierda le permitió ser parte de la dirigencia del Partido Comunista Mexicano (PCM), por el que más tarde fue diputado federal en la LI Legislatura, entre 1977 y 1980. Un año más tarde, en 1981, fue fundador del Partido Socialista Unificado de México (PSUM); y en 1986, del Partido Mexicano Socialista (PMS), el cual cedió la candidatura de Heberto Castillo a favor de Cuauhtémoc Cárdenas, por lo que más tarde también se convertiría en miembro fundador del Partido de la Revolución Democrática, en 1989. Su renuncia al PRD fue en 1995.
En 1968 fue de los primeros jóvenes en caer prisionero. Como era parte de la dirección del Partido Comunista, Gilberto Rincón Gallardo fue recluido con otros de sus compañeros en la prisión de Lecumberri. Por su lucha, fue a la cárcel en 32 ocasiones, lo que le valió ser señalado como el mexicano que más veces estuvo en prisión. Pero ello no provocó en Gilberto rencores, furia o enojo; al contrario, reforzó su convicción al rechazo contra la violencia, en cualquier manifestación, y le valió para convertirse en una voz con autoridad que siempre convocó al cambio pacífico del sistema político mexicano.
Su apuesta siempre fue por el diálogo, aún en los complejos años 70 con el autoritarismo del régimen priista. En su lucha, también se enumera la incansable exigencia por la amnistía para los presos políticos, el reclamo a la apertura del régimen, y su empeño en la vía electoral para instaurar el régimen democrático y volver plural el poder político. En esta dinámica y bajo esos principios, fue candidato a la presidencia, en el año 2000, por el Partido Democracia Social.
En 2001, presidió la delegación oficial de México en la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia. Para 2003, fue nombrado presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), el cual presidió hasta el día de su muerte. Además, fue miembro del Consejo Consultivo de la Unicef en México y especialista asesor en la construcción de la propuesta oficial mexicana para la Convención de las Naciones Unidas a favor de las Personas con Discapacidad.
Conferencista en diversas universidades y otras instituciones de México y el extranjero.Como dirigente relevante de la izquierda mexicana siempre apostó por las soluciones pacíficas y pactadas, pues nunca consideró la vía armada como instrumento de la transformación política. Esta convicción de Gilberto fue la brújula más importante de su larga e histórica actuación política en nuestro país, y también es un ejemplo a seguir para la izquierda mexicana.De Gilberto Rincón Gallardo se puede decir que fue comunista, socialista, un hombre de izquierda, pero sobre todo y antes que cualquier otra cosa, se asumió demócrata reformista y no revolucionario. Por su contribución a la democracia mexicana le damos nuestro adiós con un sincero ¡gracias Gilberto!
rene.arce@congreso.gob

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