Un aviso de lo que se viene/ José Alcaraz G.
Entrañables compas, queridos amigos de mí amado país.
Estamos de luto. En Michoacán, cuna de la Independencia, 198 años después, un acto terrorista nos golpeó a todos. México está de luto.
Dígase lo que se diga, nos enfrentamos a un despertar lleno de desgracias, dolor y sacrificio. Lo dijeron los mayores y jamás pensamos que el tiempo llegaría. La falta de acuerdos, de unidad será el atraso de la familia, del país.
O nos unimos o lo que sigue es más grave porque así es la guerra. En la medida que avanza se cometen peores y más atroces actos de barbarie. La maldad humana también carece de límites. El 2010 nos rebasó sin prepararnos.
México sufre una clase gobernante carente de liderazgo, compromiso, voluntad, orgullo y dignidad, valores, coraje, humildad, amor. Nunca dispuesta a sacrificarse por hacer de este país una mejor Nación.
México sufre una sociedad dominada por sus ambiciones e intereses personales. Perdimos los valores que alguna vez nos unieron como nación.
México sufre la ausencia de hijos comprometidos y generosos. Estos golpes sacuden la conciencia pero todos somos responsables.
Si acaso los de arriba siguen empeñados en derribar la presa nos inundaremos todos.
Los de abajo debemos dejar de culpar a los de arriba de todo lo malo y asumir con orgullo y dignidad un mayor compromiso.
Los de arriba en su afán de quedarse con todo, están reventando la cuerda pero van a perder más y la nación entera sufrirá un retroceso.
Los de abajo también somos responsables porque seguimos dormidos, nos negamos a despertar. Solo sabemos guardar silencio y morir.
Urge un nuevo acuerdo. Un nuevo proyecto de nación, no un pacto contra la inseguridad o cualquiera. Se trata de un nuevo acuerdo social que incluya a todos. Dejar de palabrerías y con humildad y compromiso caminar a los hechos.
Solo un acuerdo nacional evitará estallidos. Es la única salida de emergencia o nos tronará el cuete en las manos.
Unidos podremos combatir tanto la delincuencia, el narcotráfico, la corrupción y la impunidad, como la pobreza y la miseria.
Construir un acuerdo nacional de concordia, de reconciliación, de paz, es el camino. Más allá de los intereses particulares o de grupo, de poder económico, político o religioso, para sobreponernos a esta y anteponernos a otras desgracias. ¿Sacaremos la casta, bajaremos la guardia o seguiremos como perros y gatos…?
¿Seremos capaces de recobrar el valor, la dignidad, el orgullo, el amor, el compromiso, los ideales, los principios, los valores de otros tiempos y pensar y actuar por México…?
Es tiempo de encontrar la grandeza de aquellos mexicanos que nos dieron esta patria que tenemos.
Es tiempo de UNIRNOS. Aún estamos a tiempo.
¿Cómo hacerlo...?, ¿Con quienes...?, ¿Quien quiere o puede intentarlo...?, ¿Quien o quienes pueden o tienen autoridad moral para convocar...?, ¿Aun tenemos el valor, el compromiso, el amor y la fe en México o ya perdimos todo...?
¿Serán capaces los partidos y sus políticos, sus dirigentes, los diputados, presidentes municipales, senadores, gobernadores, los empresarios, los medios de comunicación, las iglesias, los militares, los líderes sociales, los sindicatos, los magistrados, el presidente, los intelectuales, la sociedad civil, las ONGs de promoverlo o esperar a que las cosas empeoren y después lamentar el tiempo perdido…?
Hasta hoy cada uno solo aprovechamos el río revuelto. Hacemos leña del árbol caído. Echamos gasolina al fuego y llevamos agua a nuestro molino. Sólo eso.
Hasta hoy cada grupo social, económico, político o religioso y cada individuo, solo pensamos en la forma de chingarnos a los demás, olvidando que estamos cavando la misma tumba: la desgracia de México.
México requiere la grandeza y generosidad de sus hijos. ¿Las tenemos…?
Los de arriba perdieron la credibilidad. ¿Seremos capaces de convocar los de abajo. Los sin voz. Los que siempre hemos guardado silencio y sido los más afectados…? Por nuestros hijos, a unos y otros nos conviene un país unido y en paz. Caminemos juntos. Busquemos un nuevo acuerdo social.
Con voluntad política, Felipe Calderón debiera, se está tardando o poco le importa, porque igual, es dominado por los intereses de grupo o de poder, convocar a la integración de un gobierno de unidad y reconciliación nacional con un gabinete de coalición.
Reciban un abrazo con mi corazón.
Pepe Alcaraz
México, D.F., 17 de septiembre de 2008, año del “Nuevo Acuerdo Social”.
Pd. Por lo pronto y a reserva de mejorar, digo que poca madre de aquellos que atacan a inocentes.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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