Revista Proceso, # 1324, a 17 de marzo del 2002
El cártel del golfo, en plena actividad /jesús Belmont Vázquez
Matamoros, Tamps.- Desde sus orígenes, a principios de los años cuarenta, con don Juan Nepomuceno Guerra al frente del cártel del Golfo, la lucha por el liderazgo de esta organización criminal ha sido motivo de múltiples ejecuciones, venganzas y traiciones.
Actualmente, este cártel —responsable de 30% de la cocaína que se vende en el mercado estadunidense— es encabezado por Osiel Cárdenas Guillén, quien heredó el control luego de la detención de Juan García Ábrego en enero de 1996 y de haber asesinado a El Chava Gómez a mediados de 1999. Su campo de acción abarca no solamente el tráfico de drogas, sino también controla a los llamados polleros, contrabando de armas y joyas preciosas, centros de consumo de enervantes y de prostitución, robo de vehículos y hasta el ambulantaje.
Mediante El Gordo Mata y El Goyo Sauceda, cobra cuotas de derecho de piso a narcos menores. De hecho, la franja fronteriza tamaulipeca está bajo su control.
La historia de Osiel Cárdenas Guillén está llena de traiciones, venganzas y una buena dosis de astucia que le permitieron convertirse en uno de los capos más peligrosos e influyentes de la nueva camada de narcotraficantes.
Casado con Celia Salinas Aguilar y padre de tres hijos (Celia, Osiel y Grecia Cárdenas Salinas), Osiel tiene bajo sus órdenes a 14 exmilitares del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE) que inicialmente fueron comisionados por el secretario de la Defensa Nacional para coordinarse con las tareas de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud (FEADS) de la Procuraduría General de la República (PGR) en la lucha contra el tráfico de drogas.
De hecho, esos exmilitares representan la fuerza operativa de cártel del Golfo. El Centro de Inteligencia Antinarcóticos (CIAN) de la Secretaría de la Defensa posee en sus archivos los nombres, datos personales y confidenciales de los 14. Uno de ellos es Arturo Guzmán Decena, identificado como Z-1.
Desde 1998, la Secretaría de la Defensa (Sedena), mediante la Sección Séptima (S-7), fortaleció su área dedicada al combate a las drogas. En 1994, la Sedena contaba con cuatro grupos GAFE, y en 1998 tenía 70 grupos aeromóviles, como el que participó en la reciente detención de Benjamín Arellano Félix. En febrero de 2000, el número ascendió a 124.
Hábil negociador y conocedor de la enorme importancia de los medios de comunicación, a mediados de 2001 Osiel Cárdenas, mediante su abogado Juan Guerrero Chapa, filtró a varios diarios de circulación nacional información sobre la existencia del cártel de Monterrey y se hacía especial referencia a sus competidores en el mercado, los presuntos narcos Edelio López Falcón, El Yeyo, conocido también como El Señor de los Caballos, por su afición a los equinos pura sangre; Rolando López Salinas, El Role, y Mario Ramírez, La Gata.
Y es que al parecer El Yeyo delató a Gilberto García Mena, El June —detenido en abril de 2001—, ante autoridades militares y de la PGR, luego de enterarse de que gatilleros contratados por García Mena fueron los responsables de varias ejecuciones de miembros de su grupo en Tamaulipas.
De esta forma, Osiel Cárdenas también pretendía distraer la atención de las autoridades civiles y militares hacia el cártel de Monterrey para que disminuyeran, en cierta medida, los operativos realizados en Tamaulipas.
El director de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada (UEDO), José Luis Santiago Vasconcelos, en conferencia de prensa, desmintió poco después que existiera el cártel de Monterrey.
El ascenso al poder
Capos del cártel del Golfo detenidos en fechas recientes aseguraron a la UEDO que para asumir la jefatura del cártel de Matamoros, Osiel Cárdenas asesinó, a mediados de 1999, a su jefe Salvador Gómez Herrera, cuando regresaba de playa Bagdad en Tamaulipas y el mismo Osiel había acudido a recogerlo.
Cárdenas mantiene fuertes nexos con capos de Colombia, en particular con lo que queda del cártel de Cali y otros jefes de cárteles menores que operan en aquella nación.
La familia Cárdenas Salinas viaja con frecuencia de la frontera tamaulipeca a la zona de Jardines de San Agustín, en el municipio de San Pedro Garza García, en Nuevo León, donde fuentes de inteligencia militar han detectado algunas residencias propiedad de Osiel. En esa misma zona también vivía la familia de Benjamín Arellano Félix.
Actualmente, a lo largo de toda la frontera de Tamaulipas, lo mismo en Matamoros que en Reynosa, Díaz Ordaz, Camargo, Miguel Alemán y Ciudad Mier, El Gordo Mata y El Goyo Sauceda, lugartenientes de Osiel, se encargan de cobrar el derecho de piso a narcotraficantes menores que pasan cocaína, mariguana y todo tipo de enervantes a Estados Unidos. La única fuerza que puede enfrentárseles, ya que comúnmente actúan mediante comandos de hasta 50 elementos con armas de alto, que viajan en camionetas blindadas, es el Ejército.
Acerca del desempeño del general Luis Roberto Gutiérrez Flores, jefe de la Octava Zona Militar con sede en Reynosa, el Centro de Estudios Fronterizos y de Promoción de los Derechos Humanos sostiene que después de su llegada se intensificaron los operativos en los que participan militares, apoyados con toda una estructura paralela de la Procuraduría General de la República, a través de la UEDO y de la Policía Federal Preventiva.
Sin embargo, Ernesto Sánchez Pérez, agente de la Policía Ministerial de Tamaulipas, comenta: Vienen el Ejército y la UEDO, detienen a narcos menores, hacen todo un escándalo y sólo calientan la plaza, porque después que se marchan, los capos recrudecen sus acciones contra la Policía Ministerial del estado y los mismos agentes de la Agencia Federal de Investigaciones, antes Policía Judicial Federal.
La organización de Osiel Cárdenas controla también el tráfico de indocumentados y de armas, el contrabando de ropa, la trata de blancas, centros de consumo de enervantes, ambulantaje y robo de vehículos. Fuentes de la UEDO indican que a raíz de los cateos recientemente realizados en la Ciudad de México y en diversas localidades de Tamaulipas, se comprobó que el cártel del Golfo utiliza un gran número de autos robados, en su mayoría blindados, 15 de los cuales fueron suministrados por una banda de delincuentes del Distrito Federal.
El abogado Francisco Javier Flores Iruengas, defensor de El June, recientemente asesinado por militares, llevaba por los menos una veintena de expedientes relacionados con miembros del cártel del Golfo.
Mario Cárdenas Guillén, hermano del jefe del cártel del Golfo, se encuentra en el penal de máxima seguridad de La Palma, en Almoloya, Estado de México. El 29 de mayo de 2000, fue trasladado desde el Cereso II de Matamoros bajo un fuerte dispositivo de seguridad, en el que intervinieron 300 elementos de diversas corporaciones policiales estatales y federales. Enfrenta una condena de 10 años de prisión por delitos contra la salud.
La fuga de Osiel
En su libro Narcotráfico y poder, el periodista Jorge Fernández Menéndez afirma: El recrudecimiento de la violencia de los últimos tiempos parece tener relación con el creciente protagonismo de grupos de Nuevo Laredo y Reynosa, y su enfrentamiento con los sucesores de Juan García Ábrego, con la fuga de dos de los operadores principales del antiguo cártel de Golfo en una casa de seguridad de la PGR, ubicada en la calle de Cráter en el Pedregal de San Angel en el Distrito Federal; hecho ocurrido en agosto de 1998.
Agrega: Ángel Salvador El Chava Gómez y Osiel Cárdenas Guillén se fugaron de la casa donde poco antes habían estado arraigados la esposa y la nuera de Daniel Arizmendi López y que fue propiedad de El Güero Palma. Ambos pertenecían al cártel del Golfo; El Chava Gómez era considerado lugarteniente de Juan García Ábrego y su sucesor operativo. Según la PGR, Gómez es responsable de varios homicidios en la lucha por el control de la frontera, entre ellos los de Antonio Ávila, El Comandante, y el de Hugo Baldomer, con quienes se disputó el control de la plaza de Reynosa y Matamoros tras el reacomodo de la organización.
Gómez y Osiel habían sido capturados el 5 de julio de 1998 en el rancho El Refugio, ubicado a 10 kilómetros de Matamoros, y trasladados a la Ciudad de México, en donde un juez federal obsequió a la FEADS las órdenes de arraigo judicial correspondientes. Los narcotraficantes pagaron 15 mil dólares a cada uno de los cuatro agentes que los custodiaban y pudieron escaparse por una ventan. Los agentes, además, tardaron varios días en denunciar la fuga.
Los detenidos
Luego de que durante el sexenio salinista el cártel del Golfo gozó de la protección de autoridades civiles y militares, en la actualidad ha recibido fuertes golpes. Según datos de la PGR, actualmente alrededor de 40 miembros de esa banda se encuentran tras las rejas, mientras que el número de propiedades e inmuebles asegurados oscila en alrededor de 40 en los estados de Tamaulipas y Nuevo León.
En la prisión de máxima seguridad de La Palma destacan Gilberto García Mena, detenido a principios de abril de 2001; Baldomero Medina Garza, El Señor de los Tráilers, capturado en enero del mismo año; Zeferino Peña, a mediados de enero pasado; Mario Cárdenas Guillén, el hermano de Osiel; Rubén Sauceda, El Cacahuate, quien es considerado por la PGR y la Sedena como el cerebro financiero de la organización, también aprehendido a mediados de enero pasado.
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