Columna Historias de reportero/ Carlos Loret de Mola
El Universal, 11 de febrero de 2010;
Por qué se fue Gómez Mont del PAN
Ya no hay duda de quién no cumplió con el pacto. La renuncia del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, al Partido Acción Nacional, confirma que hubo un acuerdo político entre el gobierno federal y el PRI para aprobar los aumentos de impuestos a cambio de que los blanquiazules no se aliaran con el PRD en pos de gubernaturas en estados dominados por el tricolor.
Gómez Mont, quien encabezó esta negociación del lado oficial, había empeñado su palabra —hay quien asegura que hasta lo firmó en un documento— y cuando antenoche el Comité Ejecutivo Nacional del PAN oficialmente aprobó la primera de esas alianzas para Oaxaca, al encargado de la política interior sólo le quedó mostrar su rechazo renunciando a su larga vida como panista para encontrar una rendija de congruencia si no quería perder toda capacidad de interlocución con los partidos de oposición y por tanto volverse políticamente inútil en esa posición del gabinete. Esto es lo que en su carta de dimisión al PAN, Gómez Mont llama “razones que me veo obligado a no revelar por discreción profesional” (el 3 de febrero pasado, en “El pacto impuestos-alianzas”, estas Historias de Reportero detallaron el arreglo entre el gobierno federal y el PRI durante la discusión del paquete económico en el cuarto trimestre del año pasado).
El pacto lo firmó Gobernación y lo violó el PAN, pero en realidad son parte del mismo equipo. Para el PRI, el presidente Felipe Calderón incumplió su compromiso, pues no se puede entender un acuerdo del secretario de Gobernación con gobernadores y dirigencia priístas sin el aval del primer mandatario ni tampoco sin su venia una alianza con sus más ácidos descalificadores (PAN-PRD postularán al lopezobradorista Gabino Cué al gobierno de Oaxaca).
Aprobados aunque no a cabalidad sus impuestos en la recta final de 2009, el Presidente llegó al 2010 con 12 gubernaturas por disputar en las urnas y sólo dos alternativas: privilegiar los acuerdos en el Congreso con los priístas que fueron sus caros aliados el primer tramo del sexenio para sacar sus reformas o favorecer la coalición electoral con el PRD con tal de minar al priísmo que se siente ya con un pie de vuelta en Los Pinos.
Felipe Calderón ha escogido la segunda. La renuncia del secretario Gómez Mont al PAN lo revela, y ya veremos si la oposición, que se ha sentido cómoda con la interlocución del actual jefe de Bucareli, le acepta el gesto expresado en su carta a César Nava y no lo deja de tomar en cuenta por completo. Su salida de las filas panistas confirma que el primer mandatario, para los dos años y medio que faltan, tiene una prioridad: ganar la sucesión presidencial de 2012. Y que a partir de ahí todo el mundo se vaya acomodando.
SACIAMORBOS
Ya estaba redactada la respuesta a la querida doctora Denise Maerker, quien aludió a este reportero en su escrito de ayer, pero la renuncia de última hora obligó a cambiar el tema de la columna. Así que el martes va la contestación.
***
Atando cabos/ D Marker
10 de febrero de 2010
No es cuestión de creerles
No veo cómo se puede criticar la decisión del gobernador de Chihuahua de mudar los poderes del estado a Ciudad Juárez. Es evidente que esa ciudad está en franca descomposición, azotada por el crimen organizado, asolada por pandillas de jóvenes y que la población tiene miedo y se siente abandonada. La decisión política es correcta porque obliga a las autoridades del estado a vivir en ese entorno y no a ver desde lejos lo que ahí ocurre. Nadie puede pensar que esa mudanza es una solución al problema de la inseguridad, pero sí es un acto simbólico que manda una señal inequívoca: no están solos.
Ayer en este espacio Carlos Loret escribió que no creía que lo que está motivando las últimas declaraciones y anuncios de la clase gobernante respecto de Ciudad Juárez sea la masacre del 31 de enero, sino las elecciones del próximo 4 de julio en dónde se van a elegir nuevo gobernador, presidentes municipales y legisladores locales. Por qué se pregunta Carlos si ha habido una interminable cadena de matanzas y tragedias en esa ciudad estas muertes en especial habrían logrado tocar la conciencia de los políticos llevándolos por fin a atender la situación. Probablemente Carlos tiene razón pero lo que importa de los políticos son sus acciones y las consecuencias de sus acciones, no lo que las motivan. Imaginemos que efectivamente el gobernador fríamente calculó que dada la reacción social que provocaron estas muertes y la cercanía de la elección, estaba obligado a hacer algo espectacular para no poner en riesgo el triunfo de los candidatos de su partido. Bienvenida la decisión. Es una buena demostración de que la democracia genera un sistema de incentivos útil: el interés electoral lo llevó a escuchar de alguna forma el clamor ciudadano.
Aquí lo que importa es que la acción anunciada, cualquiera que haya sido su motivación, se cumpla. Y eso depende de todos. López Obrador anunció cuando llegó a la Jefatura de Gobierno del DF que empezaría a trabajar todos los días a las seis de la mañana. La inseguridad no iba a modificarse mágicamente porque el jefe de gobierno madrugara, pero era un acto simbólico con el que él buscaba demostrar su compromiso y entrega. El seguimiento puntual de la prensa lo obligó a cumplir con ese horario todos los días de su gobierno.
Habrá que estar atentos y cargar de simbolismo el que Reyes Baeza duerma cada noche en Ciudad Juárez. No importará entonces qué lo llevó a tomar la decisión, sino que esté atado por ella gracias a la presión de la opinión pública.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario