El aumento de la actividad del crimen organizado en la frontera de EE UU con México ha llevado al gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, a enviar a la Guardia Nacional para reforzar la seguridad.
"Quiero que las personas que viven en el sur de Nuevo México sepan que nos tomamos muy en serio esta violencia fronteriza, por lo que he reforzado la presencia de efectivos de la Guardia Nacional (del Estado de Nuevo México) para que se unan a las patrullas de los cuerpos de seguridad estales, locales y federales que ya vigilan la frontera", afirmó Richardson en declaraciones recogidas por medios locales.
El pasado sábado un hombre de 58 años, Robert Krenz, fue asesinado a tiros en su remoto rancho situado en una región occidental de la franja fronteriza de Nuevo México. Pese a que aún no hay detenidos, la pista del asesinato conduce a las autoridades al otro lado de la frontera.
Además, en los últimos meses, en la región de Bootheel, situada en Nuevo México, y en zonas cercanas del Estado vecino de Arizona se ha producido una ola de criminalidad, con actos de vandalismo y robos en casas, que las autoridades atribuyen a extranjeros.
El incremento de la violencia fronteriza ha llevado al Departamento de Estado de Estados Unidos a renovar las advertencias a sus nacionales de que sean cuidadosos en sus viajes por carretera hacia Nuevo León, Coahuila y Durango. Este aviso, divulgado en el consulado de EE UU en Monterrey, se suma a las dos alertas emitidas en marzo, que advierten a los estadounidenses sobre los tiroteos ocurridos en poblaciones fronterizas como Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Matamoros y Tijuana.
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