Esta semana Habemus papam /Fred
Alvarez
¿ Por fin! y tras ocho Congregaciones
Generales el Colegio cardenalicio se decidió a adelantar 72 horas el Cónclave y
se acordó sea el martes 12 de marzo, doce días después de la Sede Vacante, y 29
días después de que Benedicto XVI anunciara su renuncia.
Un
comunicado del Vaticano señala por "por la mañana se celebrará en la
basílica de San Pedro la Santa Misa "Pro eligendo Romano Pontífice" y
por la tarde del mismo día será el ingreso de los cardenales en el Cónclave".
Según
la Constitución Apostólica Universi Dominicis Gregis (UDG), el cónclave debería
comenzar cuando muy pronto el próximo viernes día 15, pero gracias a un 'motu
proprio' (decreto papal) publicado por Benedicto XVI pocos días antes de su
dimisión, el colegio tenía la potestad de adelantar la fecha del cónclave si
así lo decidía y si se encontraban todos los cardenales ya en Roma. Como ha
sido el caso.
La
decisión sobre la fecha fue votada por mayoría simple; No sabemos cuantos
cardenales votaron pues rige el sigilo y la reserva sobre lo que sucede en la
asamblea de cardenales.
La
mañana del sábado 9 de marzo se concretó la novena Congregación de cardenales.
Allí fue decidido por mayoría que los purpurados se muden el mismo martes a
Santa Marta y se sortearon las habitaciones
¿Que
sigue?
Mañana
lunes habrá una nueva congregación general en la que tendrán la palabra los
cardenales que la pidieron. Ese día los electores se trasladarán por la noche a
la Casa Santa Marta.
A las
horas del martes por la mañana -10 horas-, participarán todos los cardenales
–electores y n o electores-, en la Misa Pro Eligendo Pontífice, que presidirá
el cardenal Angelo Sodano, en la basílica de San Pedro.
Justo a
las 16 45 horas los Cardenales pronunciarán el juramento solemne de secreto,
tras el cual se pronunciarán las palabras en latín “extra omnes” –que significa
¡fuera todos los ajenos! Y los 115
cardenales electores serán encerrados en la Capilla Sixtina, en donde
permanecerán aislados del mundo, y no saldrán hasta el nombramiento del nuevo
pontífice.
El
juramento que pronunciarán los purpurados previsto en la Constitución
Apostólica, con una introducción en latín del cardenal Giovanni Battista Re. Y
siguiendo el orden de precedencia, los cardenales uno a uno dirán su parte del
juramento con la mano sobre el evangelio, pronunciando su nombre y apellido:
Nosotros, Cardenales de la Santa Iglesia Romana, del Orden de los Obispos,
del de los Presbíteros y del de los Diáconos, prometemos, nos obligamos y
juramos, todos y cada uno, observar exacta y fielmente todas las normas
contenidas en la Constitución apostólica Universi Dominici Gregis del Sumo
Pontífice Juan Pablo II, y mantener escrupulosamente el secreto sobre cualquier
cosa que de algún modo tenga que ver con la elección del Romano Pontífice, o
que por su naturaleza, durante la vacante de la Sede Apostólica, requiera el
mismo secreto.
Seguidamente cada
cardenal dirá: Y Yo, … Cardenal … prometo, me obligo y juro. Y poniendo
la mano sobre los Evangelios, añadirá: Así me ayude Dios y estos Santos
Evangelios que toco con mi mano.
Un día
antes- el lunes 11 de marzo- deberán haber jurado en la Capilla Paulina “secreto
absoluto”, ante el Cardenal Camarlengo Tarcisio Bertone, todos las personas que
tengan roce o algo que ver con el Cónclave, a saber: los religiosos, monjas, médicos
y enfermeras, personas responsables de los ascensores del Palacio Pontificio; además,
el personal de servicios del comedor y de limpieza, los encargados del
transporte de los Cardenales electores de la Casa de Santa Marta al Palacio
Apostólico, el coronel y un comandante de la Guardia Suiza y el director de la
Gendarmería junto con sus colaboradores.
Todos
deben guardar secrecía, la pena es grave y se castiga con esxcomunion latae
sententiae (es decir inmediata).
Esa
tarde habrá la primera votación de calentamiento. No habrá humo blanco.
No se
percibe un Cónclave fácil, a menos que haya arreglos previos, percibo que habrá
votos de calentamiento por lo menos dos días.
Los
últimos Cónclaves han sido así, muy rápidos. En 2005 cuando se eligió a Jospeh
Ratzinger el Cónclave duro dos días; el duelo se dio entre Ratzinger y el
cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio.
En el
primer escrutinio Ratzinger logró 47 votos frente a 10 de Bergoglio; Carlo
Maria Martini tuvo 9 sufragios seguido por Camillo Ruini, con seis; Angelo
Sodano tuvo 4; y el hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga y el arzobispo de
Milán, Dionigio Tettamanzi tuvierpon dos votos.
En la segunda
votación Ratzinger obtuvo 65 votos y Bergoglio 35; en la tercera Ratzinger
logró 72frente a los 40 de Bergoglio. Ahi quedó bloqueda la elección.
El
“duelo” terminó cuando el jesuita monseñor Bergoglio pidió, “casi con los ojos
llenos de lágrimas, que no lo votaran.” Al retirarse, de la contienda, Joseph Ratzinger habría
ganado. Sin el retiro del argentino Ratzinger no hubiera sido papa. Así, se
llegó a la cuarta votación, Ratzinger superó el quórum de los 77 votos, en la
Sixtina hubo un momento de silencio, seguido de un largo aplauso.
Benedicto
XVI fue elegido con 84 votos y 26 fueron para el arzobispo de Buenos Aires. Eso
se ha podido saber debido a que un cardenal anónimo lo comento a un periodista
italiano.
Esta
vez como en 2005 se necesita mayoría calificas, es decir, el nominado debe
contar un mínimo de 77 votos para ser papa.
El Cónclave más largo:
El
Cónclave más largo de la historia se llevó a cabo entre 1268 y 1271 en el
palacio arzobisopal de Viterbo, Italia. Un Cónclave, que además fue el primero
de la historia digno de llamarse con este nombre, porque fue la primera vez que
los cardenales fueron encerrados bajo llave, “clausi cum clave”. Esa vez se
llegó a quitarle el techo a la sala del Palacio arzobispal en donde se
encontraban reunidos los cardenales, para que se decidieran de una buena vez. La
Sede vacante que duró 1006 días. Terminó finalmente en 1271 con la elección de
Teobaldo Visconti que se encontraba con los cruzados en la Tierra Santa. Tomó
el nombre de Gregorio X y fue coronado en marzo del año siguiente, cuando
volvió a Roma.
¿Cómo funciona el Cónclave?
Hay
todo un procedimiento para la votación con escrutadores, revisores y
ceremonieros.
Las
fichas son quemadas después de cada votación en una estufa. De allí la fumata
será negra si no hubo un resultado positivo; en cambio será blanca e irá
acompañada por el repique de campanas si, con una mayoría de dos tercios, fue
elegido un nuevo Papa.
El
nuevo Pontífice será anunciado por el Cardenal protodiácono el francés
Jean-Louis Tauran, con el el famoso "¡Habemus Papam!" desde el balcón
de la Basílica de San Pedro. Despuès del anuncio, el nuevo papa se presenta a
la gente, pronuncia su primer discurso e imparte su primera bendición Urbi et
Orbi.
¿Y quien será el papa?
Es la
pregunta clave. Es difícil de predecir en esta ocasión. En lo personal creo que
será un italiano. Y quién más se perfila hoy es Ángelo Scola, arzobispo de Milán, dicen alguna vaticanistas que
trae el apoyó de los cardenales norteamericanos. El último papa italiano fue Albino Luciani,
duro en el cargo 33 días. Su muerte encierra un misterio, todavía hoy.
Otro
papable fuerte es el brasileño Odilo
Pedro Scherer, arzobispo de São Paulo. Percibo –y es muy subjetivo, lo
reconozco-, que Tendrán apoyo en las primeras votaciones el canadiense Marc Oullet, el húngaro Peter Erdö, y quizá los
latinoamericanos el hondureño Óscar
Andrés Rodríguez Maradiaga, el argentino Jorge Mario Bergoglio todavía
tienen seguidores, y se habla del mexicano José
Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara
y único cardenal nombrado por Benedicto XVI, por cierto originario de
Mascota Jalisco, y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
¡ Claro
puede haber sorpresas!
Dicen,
con todo respeto, que es asunto del “espíritu Santo”, yo digo que es un asunto
de hombres de carne y hueso. Para ser papa se requieren votos, y esos los dan
los cardenales electores.
PD
2: Juan Sandoval Íñiguez, por segunda vez en el Cónclave
Dijo
en una entrevista reciente para el Vatican Insider que Joseph Ratzinger no
influirá en la elección de su suceso, y que nunca pensó vivir en primera
persona dos Cónclaves, sobretodo por que es uno de los electores más viejos, el
28 de marzo cumplirá 80 años.
-“Papa
negro”, “Papa latinoamericano”. Por estas horas se multiplican las
especulaciones, ¿consideran ustedes la procedencia geográfica del futuro
pontífice?, le preguntan
-La
procedencia geográfica no debe influirnos, la Iglesia es católica, no estamos
aquí por representación como los diputados que provienen de un distrito
electoral. Nosotros debemos preguntarnos: ¿en este momento cuál es la persona
apta para llevar el timón de la barca de Pedro? Entonces se elije, sin importar
de dónde venga, respondió categórico.
Futuro
Cónclave:
Benedicto
XVI creó 90 cardenales en cinco consistorios, de los cuales 67 son electores.
Juan
Pablo II convocó a nueve consistorios y otorgó la dignidad cardenalicia a 231
prelados; de ese grupo viven 123 y 48 son electores potenciales; en total son
115 electores.
Debieran
ser 117; pero como sabemos se excusaron de participar Julius Riyadi
Darmaatmadja, arzobispo emérito de Yakarta, Indonesia, por motivos de salud, y
el escoces Keith Michael Patrick O’Brien, por motivos escandalosos.
Viven
dos cardenales creados por Pablo VI, que no son electores. Se trata del
brasileño Paulo Evaristo Arns OFM, y del estadounidense William W. Baum.¨
***
Angelo Scola (7 de noviembre de 1941-)
Nacido en Malgrate, en la provincia de Lecco, el 7 de noviembre de 1941, Angelo Scola crece en una familia humilde .
A inicios de los años 60 y después de haber realizado los estudios de ingeniería en el Politécnico y los de filosofía en la Universidad Católica, el joven Scola se convirtió en discípulo y amigo de don Luigi Giussani.
En 1965 el cardenal arzobispo de Milán, Giovanni Colombo, lo nombra presidente de la Federación de Universitarios Católicos Italianos (FUCI) de la diócesis ambrosiana, encargo que mantuvo hasta 1967, año de su ingreso en el seminario de la diócesis de Milán.
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Angelo Scola (7 de noviembre de 1941-)
Nacido en Malgrate, en la provincia de Lecco, el 7 de noviembre de 1941, Angelo Scola crece en una familia humilde .
A inicios de los años 60 y después de haber realizado los estudios de ingeniería en el Politécnico y los de filosofía en la Universidad Católica, el joven Scola se convirtió en discípulo y amigo de don Luigi Giussani.
En 1965 el cardenal arzobispo de Milán, Giovanni Colombo, lo nombra presidente de la Federación de Universitarios Católicos Italianos (FUCI) de la diócesis ambrosiana, encargo que mantuvo hasta 1967, año de su ingreso en el seminario de la diócesis de Milán.
La
experiencia de seminarista fue complicada: Scola paga su cercanía a don
Giussani y a Comunión y Liberación, movimiento todavía naciente y no plenamente
comprendido por el mundo católico en aquellos años. Por sugerencia de don
Giussani, Scola termina sus estudios como seminarista en Téramo, donde será
ordenado sacerdote en 1970.
Ya
antes de ser sacerdote, entra en contacto con eminentes teólogos de la
época, de Henri de Lubac a Hans Urs von Balthasar. Al mismo tiempo empieza a
profundizar los estudios y el conocimiento de las Iglesias ortodoxas y del
cristianismo en la época de la Europa comunista.
Colabora también con la
revista Communio.
Su carrera académica inicia en los años 70 en la Universidad de
Friburgo, donde enseñó teología.
En 1982 se convierte en profesor de la
Universidad Pontificia Lateranense, en la que asume el rectorado en 1995. En
ese mismo año fue nombrado presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II
para los estudios sobre matrimonio y familia. Entre 1986 y 1991 fue consultor
de la Congregación de la Doctrina de la Fe, por entonces guiada por el cardenal
Joseph Ratzinger.
En
1991recibe la ordenación episcopal; de .1991 a 1995 es obispo de
Grosseto; en 2002 es nombrado patriarca de Venecia: siendo la diócesis
una sede cardenalicia, recibirá el birrete rojo de manos del beato Juan Pablo
II, durante su último consistorio, en 2003.
En 2011 fue nombrado arzobispo de
Milán por Benedicto XVI.
Sobre
la noticia de la renuncia de Benedicto XVI, Scola declaró: "el testimonio
del papa nos ha demostrado qué es una vida plena, capaz de estar de frente a
Jesús, destino del hombre". En esta ocasión destacó el vínculo indisoluble
entre Roma y Milán en el catolicismo: "«Pedro y Ambrosio, una sola fe»: es
esta la fuente de nuestra confianza".
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