Existe
la lujuria sucia y poderosa
-e
intermitente como las campanas-
que
nos encadena y arrastra a ratos
desde
la raíz del gran deseo -clavada
en
el centro geométrico de la carne-
secretamente
atado a las potencias
de
lo que es nuestra alma
-llamada
así para entendernos-,
la
cual lo atiza, lo dirige, lo exalta;
y
pone en juego, dispara,
desenfrenadamente
,
todos
los humores viscosos,
toda
la ponzoña de la concupiscencia.
Promete,
¡y promete tanto!, cada nueva vez.
Expelimos
en tumulto una profunda fuerza.
Virtud
atesorada en el silencio
y
la ignorancia de los sistemas íntimos.
Al
buen tuntún nos revolcamos,
jadeantes,
babeantes,
imperiosos
como césares,
perfectos
robots de la lascivia,
sobre
el campo y pretexto de tanta furia,
¡la
mujer!
ánfora
blanda de la voluptuosidad.
Niños
frenéticos, perseguimos el goce
y
lloramos de rabia si nos detienen
en
la carrera.
Carrera
que nos llevará a la triste,
vergonzosa
inercia
y
desencantada paz;
al
fin fuente agotada
en
la amargura.
No
sé el porqué -¿quién lo sabe?- de esa agrura de boca,
de
ese residuo mixto
de
asco y derrota.
¿Por
qué, si es la naturaleza purísima
de
la propia bestia,
la
ley enorme de la vida,
quien
nos mueve cual el viento a las semillas?
¡Humildad,
hermanos! Desengañémonos.
Por
lo visto, así es el amor del hombre,
y
todos somos hijos de lúbricos ejercicios.
No
hagamos aspavientos, y disfracémoslos,
por
dignidad meramente burguesa,
con
delicados motivos humanitarios,
y
con la literatura de los trémulos juramentos;
y,
sobre todo, con mutuas ternuras
de
corazón a corazón.
Pues,
de hecho, estas costumbres
son
milenarias.
De
"Vacaciones pagadas" 1959
Versión
de José Batlló
Pere
Quart. Seudónimo de Joan Oliver, nacido en Sabadell en 1899., difunto en
Barcelona en 1986.
Poeta,
dramaturgo, narrador, traductor y periodista; uno de los poetas catalanes más
importantes del siglo XX.
Inició
la carrera poética en 1934. Dueño de un estilo original y sarcástico, rompió
con su pasado burgués para defender las ideas republicanas durante
la
guerra civil. Se exilió en Paris, luego viajó a
Argentina y posteriormente
se
radicó en Chile durante ocho años.
Entre
los galardones obtenidos, se destacan el Premio del Presidente de la República
Francesa por la versión de "El misantrop" de Molière, el Premio
de
Honor de las Letras Catalanas, el premio Ciutat de Barcelona y el de la
Generalitat de Catalunya de Poesía.
Siguiendo sus convicciones ideológicas, rechazó la Cruz de Sant Jordi de
la Generalitat.
Fue
Socio de Honor de la Asociación de Escritores en Lengua Catalana.
Falleció
en Barcelona en el año de 1986.
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