Tres
poemas de Roberto López Moreno
Agencia APRO-Proceso. 13
DE MAYO DE 2006
México,
D F, 12 de mayo (apro)- Presentamos a Roberto López Moreno, poeta, musicólogo y
narrador chiapaneco, quien ha publicado libros como Yo se lo dije al
presidente, Décimas lezámicas, Las mariposas de la tía Nati, Herbario de varia
hoguera, Crónica de la música en México y Manco y loco, ¡arde! Acaba de editar
un CD con textos suyos que él lee, alternando cánticos de la soprano Martha
Mejía, a Capella
“Viva
voz viva Poesía y canto” se intitula esta grabación, editada por Amarte (Ayuda
Mutua y Arte robertolopezmorenocom) De ahí, hemos seleccionado tres poemas para
nuestros lectores, que ofrecemos a continuación
El
caballero del ánfora
Roberto
López Moreno contador de cosas raras,
tú
que sales con historias y epopeyas legendarias
de
cosas que han sucedido en estas tierras de Chiapas,
¿por
qué ahora tu labio, adverso, se despuebla de palabras?,
¿por
qué ese silencio vasto, por qué la orfandad del habla?
Nada
especial ha tenido esta azul noche estrellada,
un
hombre más que se muere, un alma más que descansa
Ni
se va a acabar el Sol ni las estrellas se acaban
y
en el lecho de los ríos seguirá corriendo el agua
Entonces,
que nos congreguen el ensueño y la nostalgia
Cuenta
una de esas historias que anidan en tus palabras
Esta
es una historia nueva, parte de lo nuevo en Chiapas
y
fue en la ciudad de Huixtla en donde marcó su estancia,
la
ciudad del Soconusco amurallada de llamas
Era
un caballero triste que a las estrellas cantaba
con
las voces que partían de la unión de mil gargantas,
de
la garganta del río, del viento sobre las palmas,
la
garganta de los nidos en aéreos pentagramas
Toda
Huixtla convivió la Luna con sus palabras
vagando
en calles de fiebres por cristal encarceladas
Aquel
caballero triste cantaba la voz del alba
Todos
sabían del poeta, de un secreto que guardaba,
Y
nadie supo jamás que se trataba de un ánfora,
con
el licor más entero del fruto de la esperanza
Aquel
caballero triste que a las estrellas cantaba
fue
regando voz y sueño, el licor que atesoraba,
a
cada golpe de fuego que sus plantas caminaban
Una
noche, brasa y viento, enmudeció su palabra,
el
ánfora estaba rota, el licor sembrando estaba
La
última gota de vida derramó cierta mañana
En
que las voces del río eran más puras y claras
Una
escala de marimbas se tendió atrás de las palmas
y
él ascendió lentamente filos de la madrugada
mientras
se desvanecía la estrella de la mañana
Esta
es una historia nueva, parte de lo nuevo en Chiapas,
Sucedió
en Huixtla, ciudad amurallada en llamas
Era
un caballero triste que a las estrellas cantaba
Con
un ánfora al costado que sangraba
Camino
el silencio oscuro donde los grillos escaldan
las
axilas de la noche entre humedad de guitarras
Una
voz viene del río, otra del viento en las palmas,
y
de pronto en el transcurso una sombra se destaca,
se
interpone en mi camino, lento trato de evitarla,
pero
la sombra que insiste crece un perfil sin palabras
Adelanta
en la penumbra las dimensiones de un ánfora;
trato
entonces de apurar algún licor de esperanza
pero
el recipiente roto guarda el dibujo de nada
Sigo
mi paso en silencio, golpe de las noches ardas,
Una
voz viene del río, otra del viento en las palmas
y
es más clara allá en el cielo la estrella de la mañana
No
debió de morir
Dice
la ausencia al fin, no debió de morir
En
el corazón anida el dolor de cada herida
que
nos da la lejanía
Para
qué este sentir, si la vida es así,
el
adiós es una ley del amor,
que
se tiene que cumplir
***
Corrido
Licencia
pide el alero con la voz en los turpiales
y
aromas de tamarindo, callejeros de la tarde
El
tejado se oscurece y el campanario desmaya,
mientras
palpita el corrido su corazón de guitarra
El
nuevo fruto se entibia con la caricia del aire
y
se enfiesta de promesas en sorprendido ramaje
Ha
muerto López Moreno, lo sabe la adusta loma,
lo
vieron llegar sangrando mutilado de palomas
Cantaba
una golondrina, moneda que llovió del cielo
la
luz que aprendió en las nubes y resbaló por el cerro
El
viento que por la noche platica con el paisaje
lo
ha gritado voz en cuello a la mitad de la calle
Ha
muerto López Moreno, murió de dos cuchilladas,
dos
dagas le están matando del recuerdo a la nostalgia
Vereda
de los adioses, ¿dónde está López Moreno?,
¿dónde
las dos cuchilladas que le bailan en el cuerpo?
Vereda
de adioses verdes, hilera de casas blancas,
un
pecho de rojos ríos cruzado por negras dagas
El
viento rural pregunta, ¿dónde está López Moreno?
Quiero
mirarlo de frente, no en el perfil del recuerdo
Los
cuchillos que, verdugos, le desvistieron el alma
descansan
su indiferencia en un trigal de pestañas
Ha
muerto López Moreno, dos ojos lo apuñalaron,
al
fondo de una barranca las tunas están sangrando
Vuela,
vuela, palomita, noviecita de un lucero,
Ve
a avisarle a los maizales que murió López Moreno
Sobre
la milpa volaron alas de blancos pañuelos,
¿Yo?
Yo me quedé en los portales
…Pues no quise ver mi entierro
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