Hoy 29 de junio se celebra en
todo el mundo la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, fecha que se considera
además como el Día del papa.
En
este día, además, se colabora con la solidaridad de papa, al recaudarse
el Óbolo de San Pedro, cuyo fondo se destina a la misión evangelizadora y de caridad
de la Iglesia.
Esta jornada nació hace varios siglos centrándose en la festividad de San Pedro y San Pablo . En todo el mundo y la colecta se realiza en cada una de las diócesis. El dinero se envía a la Nunciatura y luego ellas lo reenvían a la Santa Sede.
Si desea enviar su dinero personalmente al Vaticano, puede ingresar a http://www.vatican.va/roman_curia
Esta jornada nació hace varios siglos centrándose en la festividad de San Pedro y San Pablo . En todo el mundo y la colecta se realiza en cada una de las diócesis. El dinero se envía a la Nunciatura y luego ellas lo reenvían a la Santa Sede.
Si desea enviar su dinero personalmente al Vaticano, puede ingresar a http://www.vatican.va/roman_curia
Francisco presidió un servicio religioso por la Solemnidad e impuso el palio
arzobispal a 34 arzobispos.
En la Misa presidida en la Basílica de San Pedro, el Santo Padre destacó la presencia de obispos de todo el mundo lo que le da “un tono de mayor alegría” y “es una gran riqueza que, en cierto modo, nos permite revivir el acontecimiento de Pentecostés: hoy, como entonces, la fe de la Iglesia habla en todas las lenguas y quiere unir a los pueblos en una sola familia”.
Francisco se refirió luego a “tres ideas sobre el ministerio petrino, guiadas por el verbo ‘confirmar’. ¿Qué está llamado a confirmar el Obispo de Roma?”.
Ante todo, dijo, el Obispo de Roma está llamado a “confirmar en la fe. El Evangelio habla de la confesión de Pedro: ‘Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo’, una confesión que no viene de él, sino del Padre celestial. Y, a raíz de esta confesión, Jesús le dice: ‘Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia’”.
“El papel, el servicio eclesial de Pedro tiene su fundamento en la confesión de fe en Jesús, el Hijo de Dios vivo, en virtud de una gracia donada de lo alto”.
El padre indicó que “en la segunda parte del Evangelio de hoy vemos el peligro de pensar de manera mundana. Cuando Jesús habla de su muerte y resurrección, del camino de Dios, que no se corresponde con el camino humano del poder, afloran en Pedro la carne y la sangre. ‘Se puso a increparlo: ¡Lejos de ti tal cosa, Señor!’. Y Jesús tiene palabras duras con él: ‘Aléjate de mí, Satanás. Eres para mí piedra de tropiezo’”.
El Santo Padre subrayó que “precisamente su exponerse en primera persona, su dejarse consumar por el evangelio, el hacerse todo para todos, sin reservas, lo que lo ha hecho creíble y ha edificado la Iglesia. El Obispo de Roma está llamado a vivir y a confirmar en este amor a Jesús y a todos sin distinción, límites o barreras”.
“Y no sólo el Obispo de Roma: todos ustedes, nuevos arzobispos y obispos, tienen la misma tarea: dejarse consumir por el Evangelio, hacerse todo a todos. La tarea de no ahorrar, de salir de sí al servicio del santo pueblo fiel de Dios”.
Francisco indicó luego que al hablar de “confirmar en la unidad” se refiere “al gesto que hemos realizado. El palio es símbolo de comunión con el Sucesor de Pedro, ‘principio y fundamento, perpetuo y visible, de la unidad de la fe y de la comunión’”.
“Vuestra presencia hoy, queridos hermanos, es el signo de que la comunión de la Iglesia no significa uniformidad. El Vaticano II, refiriéndose a la estructura jerárquica de la Iglesia, afirma que el Señor ‘con estos apóstoles formó una especie de Colegio o grupo estable, y eligiendo de entre ellos a Pedro lo puso al frente de él’”.
“Confirmar en la unidad: el Sínodo de los Obispos, en armonía con el primado”, indicó.
Francisco señaló que “debemos ir por este camino de la sinodalidad, crecer en armonía con el servicio del primado. Y prosigue el Concilio: ‘Este Colegio, en cuanto compuesto de muchos, expresa la diversidad y la unidad del Pueblo de Dios’. La variedad en la Iglesia, que es una gran riqueza, se funde siempre en la armonía de la unidad, como un gran mosaico en el que las teselas se juntan para formar el único gran diseño de Dios”.
“Esto debe impulsar a superar siempre cualquier conflicto que hiere el cuerpo de la Iglesia. Unidos en las diferencias: no hay otro camino católico para unirnos. Éste es el espíritu católico, el espíritu cristiano, unirse en las diferencias. Éste es el camino de Jesús”.
El palio, señaló el Papa, “siendo signo de la comunión con el Obispo de Roma, con la Iglesia universal, con el Sínodo de los Obispos, supone también para cada uno de ustedes el compromiso de ser instrumentos de comunión”.
De entre los 34 arzobispos que reciben el Palio se encuentra Mons. Carlos María Franzini nombrado Arzobispo de Mendoza (Argentina), por Benedicto XVI el 9 de febrero de 2013 y, aunque sabía que un nuevo sucesor de Pedro debería imponerle el Palio de su nueva diócesis, nunca imaginó que lo recibiría de manos de un viejo amigo y compañero: el papa Francisco.
En la Misa presidida en la Basílica de San Pedro, el Santo Padre destacó la presencia de obispos de todo el mundo lo que le da “un tono de mayor alegría” y “es una gran riqueza que, en cierto modo, nos permite revivir el acontecimiento de Pentecostés: hoy, como entonces, la fe de la Iglesia habla en todas las lenguas y quiere unir a los pueblos en una sola familia”.
Francisco se refirió luego a “tres ideas sobre el ministerio petrino, guiadas por el verbo ‘confirmar’. ¿Qué está llamado a confirmar el Obispo de Roma?”.
Ante todo, dijo, el Obispo de Roma está llamado a “confirmar en la fe. El Evangelio habla de la confesión de Pedro: ‘Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo’, una confesión que no viene de él, sino del Padre celestial. Y, a raíz de esta confesión, Jesús le dice: ‘Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia’”.
“El papel, el servicio eclesial de Pedro tiene su fundamento en la confesión de fe en Jesús, el Hijo de Dios vivo, en virtud de una gracia donada de lo alto”.
El padre indicó que “en la segunda parte del Evangelio de hoy vemos el peligro de pensar de manera mundana. Cuando Jesús habla de su muerte y resurrección, del camino de Dios, que no se corresponde con el camino humano del poder, afloran en Pedro la carne y la sangre. ‘Se puso a increparlo: ¡Lejos de ti tal cosa, Señor!’. Y Jesús tiene palabras duras con él: ‘Aléjate de mí, Satanás. Eres para mí piedra de tropiezo’”.
El Santo Padre subrayó que “precisamente su exponerse en primera persona, su dejarse consumar por el evangelio, el hacerse todo para todos, sin reservas, lo que lo ha hecho creíble y ha edificado la Iglesia. El Obispo de Roma está llamado a vivir y a confirmar en este amor a Jesús y a todos sin distinción, límites o barreras”.
“Y no sólo el Obispo de Roma: todos ustedes, nuevos arzobispos y obispos, tienen la misma tarea: dejarse consumir por el Evangelio, hacerse todo a todos. La tarea de no ahorrar, de salir de sí al servicio del santo pueblo fiel de Dios”.
Francisco indicó luego que al hablar de “confirmar en la unidad” se refiere “al gesto que hemos realizado. El palio es símbolo de comunión con el Sucesor de Pedro, ‘principio y fundamento, perpetuo y visible, de la unidad de la fe y de la comunión’”.
“Vuestra presencia hoy, queridos hermanos, es el signo de que la comunión de la Iglesia no significa uniformidad. El Vaticano II, refiriéndose a la estructura jerárquica de la Iglesia, afirma que el Señor ‘con estos apóstoles formó una especie de Colegio o grupo estable, y eligiendo de entre ellos a Pedro lo puso al frente de él’”.
“Confirmar en la unidad: el Sínodo de los Obispos, en armonía con el primado”, indicó.
Francisco señaló que “debemos ir por este camino de la sinodalidad, crecer en armonía con el servicio del primado. Y prosigue el Concilio: ‘Este Colegio, en cuanto compuesto de muchos, expresa la diversidad y la unidad del Pueblo de Dios’. La variedad en la Iglesia, que es una gran riqueza, se funde siempre en la armonía de la unidad, como un gran mosaico en el que las teselas se juntan para formar el único gran diseño de Dios”.
“Esto debe impulsar a superar siempre cualquier conflicto que hiere el cuerpo de la Iglesia. Unidos en las diferencias: no hay otro camino católico para unirnos. Éste es el espíritu católico, el espíritu cristiano, unirse en las diferencias. Éste es el camino de Jesús”.
El palio, señaló el Papa, “siendo signo de la comunión con el Obispo de Roma, con la Iglesia universal, con el Sínodo de los Obispos, supone también para cada uno de ustedes el compromiso de ser instrumentos de comunión”.
De entre los 34 arzobispos que reciben el Palio se encuentra Mons. Carlos María Franzini nombrado Arzobispo de Mendoza (Argentina), por Benedicto XVI el 9 de febrero de 2013 y, aunque sabía que un nuevo sucesor de Pedro debería imponerle el Palio de su nueva diócesis, nunca imaginó que lo recibiría de manos de un viejo amigo y compañero: el papa Francisco.
"Cuando
el que te pone el Palio es alguien que en la fe, te reconoce como Obispo y
hermano en el Episcopado, es lindo y conmovedor, pero tiene un sabor distinto
cuando el que te pone el Palio sabe bien quien eres, conoce tu nombre, tu
historia, ha compartido contigo reflexiones, preocupaciones, momentos gratos y
momentos difíciles, eso tiene un peso muy singular", explicó Mons.
Franzini a ACI Prensa en una entrevista concedida el 27 de junio en Roma.
El
Palio es la banda de lana blanca que impone el Papa sobre los Obispos para
destacar su calidad de legítimo sucesor de los Apóstoles y de jefe de la
Diócesis de la cual es Pastor. Su entrega, otorga una gran responsabilidad y
compromiso al pastor respecto de su rebaño.
"Admiro
profundamente al Papa Benedicto, pero seguramente habría sido diversa la
disposición interior al recibir el Palio, obviamente no sabía quién soy-, en
cambio, en este caso, quien me lo pone sabe perfectamente de qué se trata y de
quién se trata", añadió.
Ésta
es la primera vez de la historia en la que un argentino imponga el Palio a otro
argentino, sin embargo, Mons. Franzini le quita hierro al asunto: "Yo
diría que los más significativo de este acontecimiento cuando el Papa me
imponga el Palio, va más allá de la persona concreta del Cardenal Jorge Mario
Bergoglio, e incluso del Arzobispo Carlos María Franzini. Es un sucesor de
Pedro que a otro sucesor de los apóstoles le entrega este signo de su
responsabilidad pastoral".
Mons.
Franzini y el Papa Francisco se conocen desde el año 1992, cuando el sacerdote
Jorge María Bergoglio, fue nombrado Obispo Auxiliar de Buenos Aires. En aquél
entonces, Mons. Franzini era subsecretario de la Conferencia Episcopal
Argentina (CEA).
A
lo largo de los años, ambos prelados mantuvieron una relación muy estrecha, y
trabajaron juntos de manera regular tanto en las asambleas plenarias como en
las reuniones de comisión permanente de la CEA, desde que el Cardenal Bergoglio
fue nombrado presidente en el año 2005.
El
Prelado recuerda la conversación que tuvo con el Cardenal Bergoglio, pocos días
antes de partir para Roma para participar en el Cónclave convertirse en el Papa
Francisco. "Tuvimos una conversación muy normal, como si él fuera a estar
en pocos días de vuelta. Pero los caminos del Señor disponen las cosas de otra
forma", explicó con una sonrisa.
"Recuerdo
que me hizo una referencia, esa frase que hoy a muchos les impresiona, ese
‘reza por mí’", añadió.
Mons.
Franzini concelebrará Misa con el Papa Francisco en la
Capilla del Domus Santa Marta el próximo 30 de junio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario