Mi
libro Yo se lo dije al presidente (1ª Edición 1982. FCE) inicia con el
siguiente epígrafe: Mirá vos compita, cuando escribás no olvidés estas sombras…
José Falconi Castellanos (Durante una
noche fuerte en el Cuadrante de La Soledad).
Había sido una noche cerrada,
profunda, acompañada de “canelitas” (alcohol con canela), una de esas noches en
las que a veces se aprende más que en la detenidas páginas de un libro y aún
más si los acompañantes eran dos poetas que habían aprendido enciclopédicos
tanto de la calle como de la biblioteca, José Falconi Castellanos y Renato
Leduc.
Yo los viví esa noche y me festejé el haber sido beneficiario en una
cuantas horas de tanto conocimiento, como lo pueden dar el arroyo nocturno, la
miseria, el alcohol, la derrota humana que nos circundaban y la visión de dos
poetas que de tales cosas conocían tanto. Uno de esos personajes celebramos hoy
en este libro, a nuestro inolvidable Renato.
Este libro trató de reunir sus
sabidurías, sus anécdotas y sus palabrotas, como el santo más cabrón de la
pradera… que era desde aquella era ya postrera y en la presente. Entonces, va
por Renato: ¡Saluc!
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