¿Lavado de dinero en el vaticano?/Fa
Publicado en La Silla Rota, 4 de julio de 2013
Renuncias,
cambios....combate al lavado de dinero el objetivo de Francisco.
¡Francisco ha dado su primer golpe!
El domingo 10 de febrero de 2013 Karl Joseph Aloysius Ratzinger más
conocido como Benedicto XVI rompió una tradición de siglos renunció al papado
número 265 un hecho insólito en los tiempos de hoy. La fecha de su dimisión se
concretó el 28 de febrero, pero antes de irse –el 15 de febrero- tomó una firme
decisión, nombrar al laico alemán Ernest voy Freyberg como Presidente del
Consejo de Superintendencia del Instituto de Obras de la Religión (IOR), más
conocido como Banco del Vaticano.
Un mes
después, – 13 de marzo-, Jorge Mario
Bergoglio, cardenal arzobispo de Buenos Aires, Argentina, se convertía bajo
el nombre de Francisco, en el primer Papa latinoamericano en la historia de la
Iglesia católica. Francisco ratificaba en el importantísimo cargo al abogado
alemán, y le pidió continuará con la investigación de malos manejos en ese
Instituto.
En poco más de
100 días, el papa jesuita avaló cambios firmes en esa institución. Las
autoridades italianas detuvieron al sacerdote italiano Nunzio Scarano acusado de fraude y corrupción en una investigación
sobre supuestas irregularidades en la gestión del IOR e inmediatamente fueron renunciados
Paolo Cipriani, y Massimo Tulli,
director y subdirector del denominado Banco del Vaticano, las motivaciones
indicadas fueron darle un nuevo impulso a la adaptación de la normativa del IOR
a las reglas internacionales.
Y como si
fuera magia, el martes 2 de julio ,la Santa Sede y Estado de la Ciudad del
Vaticano fueron admitidos como miembros a pleno titulo en el Grupo Egmont, que reúne las Unidades de
Información Financiera (FIUs) a nivel global.
¿Qué significa?
Que el asunto
de limpiar el cochinero en las finanzas vaticanas es un asunto serio con el
papa Francisco. Empero, hay que reconocer que no es un asunto sólo del jesuita
sino que ha sido posible gracias al trabajo previo de Benedicto XVI, quien en diciembre
de 2010, instaló un fuerte cimiento con la publicación de una carta apostólica
en forma de motu proprio "para
la prevención y el contraste de las actividades ilegales en el ámbito
financiero y monetario"; meses después, a inicios de enero de 2011 nombró
a la Autoridad de Información Financiera vaticana (AIF), que dirige el abogado suizo
René Bruelhart. Este hombre había
sido director de la Financial Intelligence Unit (Fiu) de Lichtenstein y es
experto de la lucha contra el lavado de dinero, había sido -en 2010-
vicepresidente del grupo Egmont, a red global de FiU.
El Grupo
Egmont fue fundado en 1995 y actualmente cuenta con FIUs en más de 130 países.
El Grupo constituye el lugar apropiado para las FIUs de todo el mundo para el
intercambio de informaciones y para la coordinación de la lucha contra el
blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo.
¿Qué es el IOR?
Se trata del
Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido comúnmente como el Banco
del Vaticano, en otros tiempos se le
denomino el Banco del Papa, tiene su
sede en la Ciudad del Vaticano; fue fundado por Pío XII en 1942 y tiene
personalidad jurídica propia.
Su objetivo es
servir a la Santa Sede y a la Iglesia Católica en el mundo entero, como
establece su estatuto.
El IOR protege el patrimonio de un grupo
claramente definido de personas físicas y jurídicas con afiliación a la Iglesia
Católica tal y como lo define el derecho canónico o el derecho del Estado de la
Ciudad del Vaticano.
Cuenta con 114
empleados y tiene su sede exclusivamente en el territorio soberano del Estado
de la Ciudad del Vaticano.
Los escándalos de los años ochentas.
El IOR se vio
salpicado a principios de la década de los ochenta por el escándalo de la
quiebra del Banco Ambrosiano de Roberto
Calvi, encontrado ahorcado bajo un puente de Londres en 1982. La bancarrota
originó la quiebra de una treintena de empresas, y aunque el Vaticano siempre
rechazó cualquier responsabilidad sí admitió su "implicación moral" y
decidió pagar 241 millones de dólares de la época a los acreedores de la
entidad.
Hubo un
personaje clave en el IOR mucho tiempo, su nombre Paúl Casimir Marcinkus. El manejó el IOR durante casi veinte años
-desde 1972 hasta su retirada en 1989. La autonomía e independencia de que
gozaba desde 1942 esta institución permitió al arzobispo una gran libertad de
movimientos. Empero, por los escándalos de entonces, el IOR fue reformado en
1989 por Juan Pablo II. Esa autonomía se tradujo en los oscuros contactos que
mantuvo con los banqueros italianos Michele
Sindona (asesor financiero de pablo VI) y Roberto Calvi, cuyas aventuras financieras internacionales
culminaron con la quiebra de sus bancos, en especial el Ambrosiano de Milán. El
fraude dejó un agujero de 1,400 millones de dólares de entonces y muchos
muertos. Monseñor Marcinkus estuvo implicado en la bancarrota del banco
Ambrosiano que aparece reflejado en el filme El Padrino III. Varios
libros e investigaciones periodísticas sostienen que además estuvo implicado en
la muerte de Albino Luciani (el papa
Juan Pablo I) teoría que nunca ha sido demostrada.
Lo que es
cierto es el colapso del Banco Ambrosiano fue el peor escándalo que sacudió a
la Iglesia católica bajo Juan Pablo II, que implicó alegatos de vínculos
sospechosos con la mafia italiana y la oscura logia masónica P-2 (Propaganda
dos).
El jefe del
Banco Ambrosiano Roberto Calvi huyó de Italia luego de que se declarara la
bancarrota del banco y tiempo después lo hallaran ahorcado en Londres en junio
de 1982.
Tráfico de
armas, evasión de divisas, blanqueo de dinero y la quiebra del banco dejaron el
paso a la mafia como protagonista del crimen.
Calvi había
vivido peligrosamente los últimos diez años anteriores a su muerte. Incluso la
policía italiana le había revocado el pasaporte para impedir que fugara de
Italia y la inteligencia norteamericana le seguía los pasos desde la quiebra de
Michele Sindona, preso en EU cuando Calvi murió. (Sindona se suicidó o fue
envenenado en la cárcel).
Y aunque
Marcinkus fue acusado de prácticas financieras dudosas, Karol Wojtyla lo dejó a
cargo del IOR hasta 1989. Fiscales italianos lo acusaron de complicidad en
bancarrota fraudulenta, pero el Vaticano se negó en 1987 a extraditarlo,
citando sus acuerdos con Italia.
El Vaticano
dijo que él había sido una víctima en el caso y que no había hecho nada mal,
pero el caso del Banco Ambrosiano nunca se resolvió.
Paul Casimir Marcinkus
murió en Sun City, Arizona el 20 de febrero de 2006; se llevo muchos secretos a
la tumba. Era un hombre "muy temido y poco amado", según cuenta su
biógrafo Gianni Morandi, con una
vida azarosa más propia de los enredos mundanos que de la santidad
eclesiástica; fumaba dos paquetes de Marlboro
al día y era aficionado al bourbon.
Hijo de
emigrantes polacos, nació en 1922 en el barrio de Cicero, cerca de Chicago. Se
ordenó sacerdote en 1945. En 1959 estuvo en la Secretaría de Estado del
Vaticano y llegó a ser uno de los hombres de confianza del Papa Pablo VI. Así,
se convirtió en el intérprete, el organizador de sus viajes y en su
guardaespaldas, trabajo por el que se ganó el apodo de 'el gorila' en los medios de comunicación.
EL IOR actualmente
cuenta hoy con un patrimonio de más de cinco mil millones de euros y 33 mil
titulares de depósitos, en su mayoría italianos, polacos, franceses, españoles
y alemanes, según datos del organismo del Consejo de Europa.
**
Al margen:
El texto de la carta autógrafa del papa sobre el IOR
Mediante la cual se crea una comisión ad hoc para informarle antes de la esperada reforma
Emitida el lunes 24 de junio, mediante la cual dispone la creación de una comisión ad hoc encaminada a la reforma del Instituto para las Obras de Religión,.
Carta autógrafa del santo padre Francisco
Con carta del 1 de marzo de 1990, el beato Juan Pablo II erigió con personalidad jurídica pública el Instituto para las Obras de Religión (IOR), dando una nueva configuración para el Instituto y preservando el nombre y el propósito. En la misma perspectiva, teniendo en cuenta que él quería adaptar mejor las estructuras y actividades del Instituto a las necesidades de los tiempos; siguiendo lo solicitado por nuestro predecesor Benedicto XVI, de consentir a los principios del evangelio impregnar también las actividades de carácter económico y financiero; y después de haber escuchado la opinión de varios cardenales y otros hermanos en el episcopado, así como de algunos colaboradores, y a la luz de la necesidad de introducir reformas en las instituciones que dan ayuda a la Sede Apostólica, Hemos decidido establecer una Comisión ad hoc para el Instituto para las Obras de Religión, que recoja información precisa sobre la situación jurídica y las diversas actividades del Instituto, a fin de permitir, en caso fuera necesario, una mayor armonización de las mismas con la misión universal de la Sede Apostólica. La Comisión llevará a cabo sus funciones en virtud de la presente Carta y de Nuestras disposiciones operativas.
1. La Comisión estará integrada por un mínimo de cinco miembros, entre ellos un Presidente, que es el representante legal, un Coordinador que tiene poderes ordinarios de delegado y actúa en nombre y a cuenta de la Comisión para el recojo de documentos, datos e informaciones necesarias, así como un Secretario que ayude a los miembros y conserve las actas.
2. La Comisión dispone de poderes y facultades adecuadas para el desempeño de sus funciones institucionales dentro de los límites establecidos por la presente Carta y las normas del sistema legal. La Comisión recopila documentos, datos e informaciones necesarias para el desempeño de sus funciones institucionales. El secreto de oficio y las otras eventuales restricciones impuestas por el sistema legal, no inhiben o limitan el acceso de la Comisión a documentos, datos e información, con sujeción a las normas que protegen la autonomía e independencia de las autoridades que realizan actividades de supervisión y regulación del Instituto, las cuales permanecerán en vigencia.
3. La Comisión dispondrá de los recursos humanos y materiales adecuados para sus funciones institucionales. Si fuera necesario, podrá disponer de contratistas y consultores.
4. El gobierno del Instituto continúa operando bajo la norma que lo erige, salvo cada asunto que Nosotros dispongamos.
5. La Comisión recurre a la solícita cooperación de los órganos del Instituto, así como de todo su personal. Además, los superiores, miembros y funcionarios de los dicasterios de la Curia Romana y de los otros organismos relacionados con esta, así como del Estado de la Ciudad del Vaticano, también cooperarán con la Comisión. Asimismo, la Comisión utiliza los servicios de terceros, ya sea espontáneamente o por encargo.
6. La Comisión Nos mantendrá informados de sus actividades en el curso de su trabajo.
7. La Comisión Nos entregará los resultados de su trabajo, así como todo su archivo, en el momento oportuno al final de sus labores.
8. Las actividades de la Comisión se inician a partir de la fecha de esta Carta autógrafa.
9. La disolución de la Comisión será anunciada.
Dada en el Vaticano el 24 de junio de 2013, primer año de mi Pontificado.
FRANCISCO
No hay comentarios.:
Publicar un comentario