14 jul 2013

Los motivos de Snowden


Los motivos de Snowden
GLENN GREENWALD Y LAURA POTRAS /
THE GUARDIAN
Revista Proceso #1915, 14 de julio de 2013
Edward Snowden, el analista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos que realizó la mayor filtración de documentos de espionaje cibernético, se muestra como un joven idealista dispuesto a renunciar a su vida de privilegios y comodidades con tal de evidenciar el sistema de intervención estadunidense, capaz de conocer los secretos de personas y gobiernos. En una entrevista que concedió al diario británico The Guardian, reconoce que lo pueden atrapar “en cualquier momento”, pero su temor más grande, dice, es que “nada cambie” a pesar de sus revelaciones, que derivaron en conflictos diplomáticos para Estados Unidos en varios frentes.

 “No quiero vivir en un mundo donde todo lo que diga o lo que haga, toda persona con la que hablo y toda expresión de creatividad o amor o amistad sean grabadas. Eso no es algo que quiero apoyar, no es algo que quiero construir. No es un mundo en el que esté preparado para vivir”, afirma Edward Snowden, analista de la Agencia Nacional de Seguridad estadunidense (NSA, por sus siglas en inglés), quien filtró documentos confidenciales del programa de ciberespionaje PRISM.
 “Pienso que cualquiera que se oponga a este tipo de mundo tiene la obligación de actuar como pueda”, sostiene.
 En entrevista con The Guardian, Snowden aborda las razones que lo llevaron a denunciar las actividades de vigilancia de la NSA. Explica cómo funcionan los sistemas de espionaje cibernético y se dice consciente de que si los servicios de inteligencia de Estados Unidos “te quieren atrapar, te atraparán en algún momento”.
 Sin embargo, expresa que su mayor temor es que “nada cambie” después de las revelaciones de los documentos filtrados a The Guardian y The Washington Post, y que Estados Unidos aumente sus poderes de vigilancia y control sobre sus ciudadanos y los del resto del mundo.
 La entrevista con Snowden –de 29 años, quien trabajó para la empresa Booz Allen Hamilton, subcontratista de la NSA– se efectuó a principios de junio en una habitación del hotel Mira de Hong Kong, donde buscó refugio antes de viajar a Moscú, en cuyo aeropuerto permanece desde el 23 de junio en espera de recibir asilo en otro país, quizá Venezuela, Nicaragua o Bolivia.
 The Guardian difundió videos de la entrevista, realizada en dos partes: la primera el pasado 6 de junio –un día después de que el diario británico difundiera los documentos de la NSA filtrados por Snowden– y la segunda el 8 de julio –cuando sus revelaciones ya habían causado un escándalo internacional y provocado condenas públicas de países “espiados”, entre ellos algunos aliados de Estados Unidos.
 –La gente está interesada en saber quién eres, en qué piensas, cuál fue el momento en que cruzaste la línea entre pensar en ser un denunciante y convertirte en uno. Explícale a la gente cómo tomaste esa decisión.
 –Cuando uno tiene acceso privilegiado en ese tipo de agencias de inteligencia se expone a (más) información a gran escala que el empleado promedio. Debido a ello uno ve cosas que pueden ser preocupantes, pero en la carrera de una persona normal esto pasa en una o dos ocasiones. Al ver todo esto de forma frecuente reconoces que algunas de esas cosas son abusos. Y cuando hablas con la gente acerca de ello en un lugar como ese donde pasa a menudo, tienden a no tomarte en serio y a seguir con sus cosas.
 “Pero con el tiempo esa conciencia de abusos va creciendo y te sientes obligado a hablar, y cuanto más hablas más te ignoran. Cuanto más te dicen que no hay problema, uno se da cuenta de que esos asuntos deben ser determinados por la población y no por alguien contratado por el gobierno.”
 –¿Cómo funciona el Estado estadunidense de vigilancia? ¿Tiene como objetivo las acciones de los estadunidenses?
 –La NSA y el sector de inteligencia en general se enfocan en obtener información de inteligencia donde quiera y por los medios que sean. Creen, sobre la base de la autojustificación, que sirven al interés nacional. Inicialmente vimos ese enfoque en la inteligencia recopilada en el extranjero. Ahora, y de forma creciente, estamos viendo que también pasa internamente (en Estados Unidos), y para hacer eso la NSA tiene como objetivo específico las comunicaciones de todos. Las ingiere por defecto. Las recopila en su sistema, las filtra, las analiza, las mide y las archiva por periodos, simplemente porque es la forma más fácil, más eficiente y con más valor para conseguir sus propósitos. Así que, aunque tenga la intención de espiar a alguien asociado con un gobierno extranjero o que sea sospechoso de terrorismo, está también recopilando tus comunicaciones.
 “Cualquier analista en algún momento puede tener como objetivo a cualquier persona, por la selección que quiera y donde sea. Dónde se espiarán esas comunicaciones depende de la amplitud de las redes de espionaje y de las autoridades que le dan el poder al analista. No todos los analistas tienen la habilidad de espiar a todos. Pero yo, sentado en mi escritorio, ciertamente tenía la autoridad para escuchar a cualquiera, como tú, o a tu contador o a un juez federal, o incluso al presidente si tuviera su correo electrónico personal.
 –Una de las partes más extraordinarias de este episodio es que normalmente los denunciantes son anónimos y toman medidas para seguirlo siendo, en espera de que así sea para siempre. Tú decidiste hacer lo opuesto: declaraste abiertamente que eras la persona detrás de estas revelaciones. ¿Por qué elegiste hacer esto?
 –Creo que a la población se le debe una explicación acerca de los motivos que existen detrás de la gente que hace estas revelaciones y que están fuera del modelo democrático. Cuando uno subvierte el poder del gobierno está haciendo algo muy peligroso contra una democracia, de la misma forma que el gobierno (atenta contra la democracia) cuando quiere beneficiarse de una acción secreta. El gobierno otorga a funcionarios el mandato para hacerlo: “Dile a la prensa acerca de esto y lo otro, así la gente estará de tu lado”. Pero sólo hace esto cuando cometen abusos. Se vuelve algo así como “esta gente está en contra del país, está en contra del gobierno. Pero yo no’.
 “No soy distinto al resto. No tengo habilidades especiales. Soy simplemente otro chico que va todos los días a su oficina, mira lo que pasa a su alrededor y dice: ‘Esto es algo que no deberíamos decidir nosotros, la población debería decidir si estos programas y políticas son correctas o son un error’. Y estoy dispuesto a hablar públicamente para defender la autenticidad de ello (los documentos) y afirmar: ‘No cambié estas cosas, no modifiqué la historia. Esta es la verdad: esto es lo que está pasando. Ustedes deberían decidir si nosotros deberíamos estar haciendo esto (espiar).”
 –¿Has pensado lo que el gobierno de Estados Unidos considera acerca de ti? ¿Cómo te está presentando? ¿Qué podría hacerte?
 –Podría ser entregado a la CIA. (El gobierno) podría tener gente para que me siga o echar mano de cualquiera de sus socios. Ellos (las autoridades estadunidenses) trabajan en conjunto con otras naciones y agencias. Tenemos una base de la CIA justo del otro lado de aquí (del hotel Mira en Hong Kong) y en el consulado en Hong Kong, y estoy seguro de que estarán muy ocupados conmigo en las próximas semanas. Ese es un temor que tendré por el resto de mi vida, dure lo que dure.
 “Uno no puede enfrentarse a las agencias de inteligencia más poderosas del mundo y quedar completamente libre de riesgos debido a que son adversarios muy potentes. Nadie puede oponérseles con fuerza. Si te quieren atrapar, te atraparán en algún momento. Pero al mismo tiempo uno debe tomar la determinación acerca de lo que es importante para uno mismo.
 “Y si vivir sin libertad –pero con comodidad– es algo que estás dispuesto a aceptar (…) pues eso ocurrirá. Te levantas cada día, vas a trabajar, cobras tu jugoso salario por relativamente poco trabajo que está en contra del interés público y te vas a dormir después de mirar la televisión. Pero si te das cuenta de que ese es el mundo que ayudas a crear y que va a empeorar en las próximas generaciones, entonces sabes que podrías aceptar cualquier riesgo sin importarte lo que pase, siempre y cuando la gente pueda tomar sus propias decisiones.”
 –¿Por qué a la gente le debe importar la vigilancia?
 –Porque incluso si no estás haciendo nada malo estás siendo espiado y grabado. Y la capacidad de almacenamiento de esos sistemas se incrementa cada año en forma consistente por órdenes de arriba. Simplemente puedes quedar bajo sospecha, incluso por una llamada equivocada. Entonces pueden utilizar este sistema para volver en el tiempo y examinar cada decisión que tomaste, cada charla con cada amigo que tuviste. Y te atacarán justificando sus acciones en el contexto de que has hecho algo malo.
 “No quise dañar a mi país”
–Si tu propósito hubiera sido dañar a Estados Unidos y ayudar a sus enemigos o conseguir ganancias materiales para ti, ¿hubo cosas que pudieras haber hecho con esos documentos para lograr esos objetivos que finalmente no conseguiste?
–Absolutamente. Cualquiera con la posición de acceso y las posibilidades técnicas que tuve podría guardar secretos y pasarlos al mercado abierto de Rusia. Ellos (los rusos) tienen siempre una puerta abierta, tal como la tenemos nosotros. Tenía acceso a todos los que trabajaban en la NSA, a toda la comunidad de inteligencia y a los bienes encubiertos en todo el mundo, las ubicaciones de cada sede, lo que estaban haciendo, etcétera.
“Si hubiera querido dañar a Estados Unidos habría podido cerrar el sistema de vigilancia durante una tarde, pero esa no es mi intención. Creo que quienes piensan esto deben considerar que si estuvieran en mi posición –llevando una vida privilegiada, viviendo en Hawai, en el paraíso, ganando toneladas de dinero–, ¿cuánto les costaría dejar todo eso atrás?
 “El mayor miedo que tengo es que nada cambie en Estados Unidos después de estas revelaciones. La gente leerá en los medios todas estas revelaciones. Sabrá hasta qué punto el gobierno buscará obtener poderes de forma unilateral para tener mayor control sobre la sociedad estadunidense y global. Pero las personas no estarán dispuestas a tomar los riesgos necesarios para levantarse y luchar con el propósito de cambiar las cosas y obligar a sus representantes a defender en serio sus intereses.”
 –¿Has pensado en la respuesta de Estados Unidos a tu conducta? ¿Qué dice de ti? ¿Cómo trata de retratarte?
 –Creo que el gobierno (estadunidense) lanzará una investigación. Dirá que cometí graves delitos, que violé la Ley de Espionaje. Dirá que ayudé a nuestros enemigos al informarles sobre estos sistemas. Pero ese argumento puede hacerse contra todo aquel que revele información que apunta a nuestros sistemas de vigilancia masiva, porque éstos se aplican tanto a nosotros como a nuestros enemigos.
 –Cuando decidiste entrar en este mundo del espionaje, ¿lo hiciste con la intención de volverte un topo para algún día poner al sistema en jaque con revelaciones, o cuál fue tu intención en su momento?
 –No. Me uní a la comunidad de inteligencia cuando era muy joven. Me enlisté en el Ejército poco después de la invasión a Irak y creía que era bueno lo que hacía. Creía en la nobleza de nuestras intenciones para liberar a los oprimidos en el extranjero. Pero con el paso del tiempo, al acceder a información cada vez más veraz, me di cuenta de que habíamos sido engañados no sólo en Estados Unidos sino en el mundo entero para crear un cierto modo de pensar (…) Yo había sido víctima de eso.
 “Estados Unidos es fundamentalmente un buen país, con buena gente que posee buenos valores y que quiere hacer lo correcto, pero las estructuras de poder existentes trabajan para sus propios fines: ampliar su capacidad a expensas de la libertad de toda la población.”
 –¿Puedes hablar de los principales documentos y qué revelan?
 –Las principales revelaciones parten del hecho de que la NSA no se limita a recabar información de inteligencia en el extranjero. Recopila todas las comunicaciones que transitan por Estados Unidos. No hay excepción para que las comunicaciones puedan ser espiadas, controladas y analizadas.
 “El documento de (la empresa) Verizon habla principalmente de esto porque describe cómo las autoridades utilizan órdenes judiciales contra individuos para extender la vigilancia a toda la sociedad al subvertir el acuerdo corporativo que tienen con grandes proveedores de telecomunicaciones. Obtienen así las llamadas de todos, las graban y monitorean el tráfico en internet.
 “Además de ello existe el Boundless Informant, un tipo de sistema global de auditoría que permite a la NSA interceptar y recabar información. De hecho, la NSA mintió acerca de la existencia de esta herramienta al Congreso y a congresistas en específico, en respuesta a preguntas previas sobre las actividades de vigilancia.
 “También tenemos el programa PRISM, el cual demuestra cómo el gobierno de Estados Unidos utiliza y aprovecha el poder corporativo en el país para sus propios beneficios. Compañías como Google, Facebook, Apple y Microsoft ayudan a la NSA y la proveen de acceso directo para comunicar, archivar información y monitorear nuestras vidas.”
 –¿Qué fue lo que desencadenó que cruzaras la línea de espectador y tomaras cartas en el asunto?
 –Crecí en el entendido de que vivía en un mundo donde las personas gozaban de libertad para comunicarse de forma privada, sin ser monitoreadas, medidas, analizadas ni juzgadas por esos sistemas oscuros. Muchas personas de mi generación que crecieron con internet pensaban así. En la medida en que la relación entre internet y gobierno ha evolucionado, hemos visto cómo este mercado libre y estas ideas libres perdieron predominio.
 –¿Qué hay en todo esto de amenazador como para arriesgarte de la manera en que lo hiciste?
 –No quiero vivir en un mundo donde todo lo que diga o haga, toda persona con la que hable, toda expresión de creatividad o amor o amistad sean grabadas. Eso no es algo que quiero apoyar, no es algo que quiero construir y no es un mundo en el que esté preparado para vivir. Así que pienso que cualquiera que se oponga a este tipo de mundo tiene la obligación de actuar como pueda.
 “He tratado de hacer mi trabajo de la forma más correcta posible. Eso incluyó esperar y permitir que otros –nuestros líderes, nuestras figuras políticas– corrigieran los excesos del gobierno cuando éste fue demasiado lejos. Pero he visto que eso no está pasando. De hecho estamos acumulando los excesos de gobiernos anteriores. Y estamos empeorando las cosas, haciendo que el sistema sea más invasivo, y nadie trata realmente de detenerlo.” (Traducción de Leonardo Boix)
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