Un
desastre documentado/ROSALIA
VERGARA
Como
en 2010, la dirigencia del PRD apostó por una alianza con el PAN para los
comicios del domingo 7, pero esta vez le salió mal la jugada. El pragmatismo
rampante en que se basó esta coalición sólo benefició a los panistas y marcó
una sensible caída para el instituto político encabezado por Jesús Zambrano. Un
documento interno del Sol Azteca da cuenta de su fracaso en una contienda que
benefició al PRI y marca un notable descenso perredista en las preferencias
electorales.
En
el proceso electoral del domingo 7 en 14 entidades, el Partido de la Revolución
Democrática (PRD) no cumplió con sus expectativas. La mayoría de los cargos de
elección popular los ganó el Partido Acción Nacional (PAN), con el que hizo
alianzas. De acuerdo con un análisis interno, en siete estados no ganó ni un
municipio y en seis, ninguna diputación.
La
conclusión sobre cómo quedó el perredismo después de la jornada del domingo 7
es que “hay una consolidación del PRI en todas las elecciones; el PAN se
recupera y capitaliza la coalición; el PRD cae a la tercera fuerza electoral
con retrocesos significativos”, señala el documento.
Es
más, sus escasos triunfos, tan presumidos el lunes 8 por el presidente
nacional, Jesús Zambrano, contrastaron con las derrotas: Cancún, Quintana Roo;
Ensenada, Baja California; Fresnillo y Guadalupe, en Zacatecas; Huatulco y
Tuxtepec, en Oaxaca; Los Mochis y Ahome, en Sinaloa; Ciudad Mendoza y Gutiérrez
Zamora, en Veracruz.
Estos
eran “bastiones electorales y de posicionamiento territorial estratégicos”,
indica el estudio perredista.
En
Zacatecas el PRD cayó al cuarto lugar de las preferencias electorales, después
del PRI, el PAN y el PT, partido al que se incorporaron el senador Ricardo
Monreal y su hermano, el diputado David, luego de abandonar su militancia
perredista.
Según
Zambrano estos son los “grandes avances” del PRD en el proceso electoral: En
Puebla: Izúcar de Matamoros, Cholula, Ajalpan, Atlixco, Atzizintla, Chiautla,
Huauchinango, Libres, Oriental, Puebla, San Andrés Cholula, San Nicolás de los
Ranchos, San Pedro Cholula, San Salvador el Seco, Teziutlán, Tochtepec,
Xicotepec, Xiutetelco, Yehualtepec, Zacapoaxtla y Zoquitlán.
Además,
16 municipios de Zacatecas, entre ellos Jerez, Sombrerete, Ojocaliente, Pánuco,
Saín Alto, Santa María de la Paz, Tabasco, Teúl de González, Ortega, Valparaíso
y Villa Hidalgo.
En
Tlaxcala aventaja en la capital e impugnará Atlixco. En Oaxaca: Huajuapan de
León, Huautla de Jiménez, Ciudad Ixtepec, Juchitán, Loma Bonita, Matías Romero,
San Francisco Ixhuatán, San Jacinto Amilpas, San Juan Bautista Valle Nacional,
San Pedro Mixtepec, San Pedro Tanatepec, Santa María Huazolotitlán, Santa María
Petapa, Santa María Xadani, Villa Sola de Vega, Tlacolula de Matamoros y
Tlaxiaco.
En
Veracruz: Cosoleacaque, Emiliano Zapata, Acula, Sayula, Pueblo Viejo, Las
Choapas, Alvarado, Papantla y Xico, según sus cálculos.
Los
resultados quedaron pendientes en Baja California por las fallas en el Programa
de Resultados Electorales Preliminares (PREP). Sin embargo, ahí se registró 65%
de abstencionismo y el candidato Francisco Kiko Vega es panista.
Pragmatismo
fallido
En
el análisis citado se hace un comparativo entre el reporte de la Asociación de
Autoridades Locales de México, Asociación Civil (AALMAC), que agrupa a los
municipios gobernados por la izquierda, y otro con base en los resultados del
PREP de los estados, con datos oficiales hasta el cierre de esta edición.
Los
resultados, indica el reporte, no coinciden porque “es insuficiente y
contradictoria la información sobre quiénes fueron los candidatos postulados
realmente por el PRD”.
Menciona
que esto ocurrió sobre todo en Puebla, por la coalición con Acción Nacional, y
en Veracruz “donde, pese a que no hubo alianza, hay acusaciones de que la
dirección del PRD le prestó el registro de candidaturas al gobernador Javier
Duarte para frenar al PAN”.
De
acuerdo con la AALMAC, el PRD gobernaba 144 municipios y se quedó con 117; es
decir, 27 menos. Según el cómputo del perredismo, de 128 municipios se quedó
con 118.
En
el caso de los diputados, aunque obtuvo la minoría “mayor”, no logró mayoría
absoluta en ningún Congreso local. En Tlaxcala y Zacatecas, donde cuenta con el
mayor número de diputados, no va en alianza con el PAN. El caso especial es el
de la exsecretaria general del PRD, Hortensia Aragón, promotora de la alianza
con el PRI en Zacatecas, quien será diputada plurinominal con el tricolor.
Estos
resultados –plantea el análisis– son consecuencia de factores políticos
capitalizados por el PRI, como los aspectos positivos del Pacto por México. El
adendum, firmado con el gobierno de Enrique Peña Nieto para blindar los
procesos electorales, fue un fracaso.
“Los
gobernadores actuaron con absoluta impunidad, con o sin la complacencia del
Ejecutivo federal. Destacan los gobernadores de Veracruz y Quintana Roo. Ningún
tema del adendum se cumplió. Las autoridades electorales acreditaron plena
sumisión a los gobernadores.
“Más
allá de la violencia que incidió en el alejamiento de los electores en las
urnas, es tal la confusión que provoca el pragmatismo en las alianzas
electorales, una especie de promiscuidad electoral de todos con todos y todos
contra todos, que el abstencionismo se incrementó de manera importante, incluso
en elecciones competidas y polarizadas, como en Baja California, donde el
abstencionismo alcanzó 65%”, destaca el informe.
El
pragmatismo de las alianzas condujo al PRD a escisiones internas y a la pérdida
de su definición ideológica, añade el documento. Por ello, muchos militantes se
unieron a otros partidos. Un ejemplo son los exdiputados perredistas, salvo
Samuel Herrera, que se volvieron priistas, ya sea militantes o funcionarios del
gobierno estatal. Otro ejemplo: Claudia Anaya, quien ganó un distrito de la
capital con las siglas del PRI.
Comparativo
histórico
En
las elecciones de 2013 los perredistas transitaron el mismo sendero de las
alianzas que en 2010, sobre todo con el PAN.
En
el documento Balance y Estrategia Electoral Rumbo al 2013, elaborado el año
pasado por la Secretaría de Acción Política Electoral, la Secretaría de
Alianzas y la Secretaría de Organización y Desarrollo Partidario del PRD, se
reconoce que en 2009 sufrieron una caída de siete puntos porcentuales en las
preferencias electorales, y en 2010 de su histórico 18% bajaron a 14%.
No
obstante, indica que los resultados de la elección presidencial del 1 de julio
de 2012 interrumpieron en la mayoría de los estados su descenso, que en
procesos anteriores los habían dejado en 14% de las preferencias electorales.
Como en 2006, volvieron a ser la segunda fuerza. Un año después se inicia un nuevo
descenso, similar al de hace tres años.
“El
PRD avanzó en su objetivo de retomar el crecimiento en 2012 y reposicionarse
rumbo a 2013 mejorando su imagen en la percepción ciudadana, aunque aún muy
lejos todavía de su mejor calificación”, señala el documento.
Para
este proceso, el Sol Azteca tenía un plan, según su “balance electoral”. La
estrategia electoral septiembre 2012-julio 2013 partió de la premisa de que “el
PRD sigue siendo el proyecto más importante de la izquierda en México y debe
encabezar las acciones para la transformación de México y ser opción real de
gobierno”.
Por
eso debió realizar acciones que resultaron fallidas como: “Priorizar la unidad
de las izquierdas en los estados donde habrá elección”, pero se alió al PAN. El
PT no figuró y Movimiento Ciudadano (MC) tuvo un ascenso en las preferencias
electorales.
Los
triunfos de MC fueron los siguientes: 40 presidencias municipales, 14
diputaciones locales; en más de 50 municipios es segunda fuerza y logró crecer
en capitales y ciudades estratégicas del país. También conservó el registro en
13 de las 14 entidades en disputa electoral.
“Somos
una nueva opción para millones de ciudadanos que reclaman una forma distinta de
hacer política”, concluyó el coordinador nacional de MC, Dante Delgado.
Los
perredistas se propusieron elaborar un manifiesto para definir el perfil de la
izquierda y su oferta política, que identificará liderazgos en reuniones con
sectores sociales, obreros y campesinos, el medio académico y cultural,
organizaciones sociales y no gubernamentales, así como personajes con buena
fama pública, arraigo social, identificados con el proyecto de izquierda. Nunca
se hizo público.
Además
quisieron realizar campañas permanentes de propaganda tendientes a posicionar
al PRD “como la principal fuerza de la izquierda en México”. Este eslogan era
repetido en cualquier declaración hecha por Zambrano o en sus comunicados de
prensa.
Intentaron
realizar una importante “operación cicatriz” para integrar a la izquierda en un
solo proyecto, a pesar de que la dirigencia nacional firmó el Pacto por México
con el gobierno de Enrique Peña Nieto. Tampoco lo lograron.
Pasada
la elección, perredistas como el secretario de Planeación, Vladimir Aguilar o
el senador Armando Ríos Píter o el mismo secretario general Alejandro Sánchez
Camacho, consideran necesario replantear su participación en ese acuerdo.
“El
objetivo es reconstruir la fuerza de la oposición. Tenemos la obligación de
hacer el próximo 2013 un referéndum sancionador de todos los vicios de 2012 por
parte de la ciudadanía, y nosotros ser su principal promotor”, se indicó en el
documento del año pasado. Otra promesa incumplida.
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